Por ANTONIO GARRIDO / Tener al día una ciudad, cuidar su imagen y que esté en permanente estado de revista, es una tarea inacabada, por mucho que se haga siempre habrá necesidades. En el caso de esta capital, Jaén, hace unos días me encontré por casualidad con el concejal responsable de Mantenimiento Urbano e Infraestructuras, Francisco Javier Padorno Muñoz, y lo felicité por la excelente labor que viene desarrollando. Sé, y es normal que esto ocurra, que nunca llueve a gusto de todos, lo raro es que no estuviera sometido a la crítica, que dicen que va en el sueldo, pero aunque no conozco a fondo a este concejal, sí lo vengo siguiendo desde el primer día que tomó posesión de su responsabilidad y siempre lo he visto muy en su sitio, haciendo lo que puede con los medios que tiene, buscando solución para los problemas y, lo que me parece lo más importante de todo, estando muy presente en la calle y escuchando a las vecinas y vecinos que se dirigen a él personalmente o por distintas vías, también las redes sociales.
He visto en bastantes casos cómo los jienenses agradecen su diligencia y tomarse todo el interés por grandes y pequeños detalles que en definitiva ayudan a mejorar nuestro Jaén, tarea a la que está plenamente dedicado este edil de nuestro Ayuntamiento. Puede parecer que encargarse del Mantenimiento Urbano, del estado de la ciudad, de su día a día, es una cuestión menor, suenan más otras áreas que parecen de primera división, son como más rimbombantes, pero admiro esta labor política y cercana, y me parece que el alcalde ha dado con la persona más idónea, pues por lo poco que lo conozco, aunque más de lo que él cree porque le hago un marcaje en positivo, me parece asequible, es empático, tiene un semblante agradable y sabe atender y dialogar. Solo le falta hacer caso a los que continua y razonablemente le piden que termine las obras con árboles que den sombra, a falta de toldos como ya están colocando en otras ciudades. Los árboles son muy necesarios en nuestro caluroso Jaén.
Tampoco es una responsabilidad sencilla la de este edil, tiene a la oposición achuchando, como es su deber, pero no hay más que recorrer el entramado urbano de Jaén, de norte a sur y de este a oeste, para valorar su trabajo y naturalmente el del equipo de personas que dirige, los trabajadores que son los que realmente sacan adelante todas y cada una de las actuaciones, como acaba de ocurrir con las obras de la calle Álamos. En resumidas cuentas, no es que pida para él la Medalla de Oro de la ciudad, que igual algún día se la merece, pero como jienense me place poder dar la enhorabuena por el interés y la dedicación. Puede haber fallos, como en toda obra humana, pero le quiero dar el mérito que tiene y es mucho. No está en mi ánimo establecer comparaciones con concejales de otros equipos de gobierno, pero Padorno me resulta trabajador y afable. Hace ciudad, no me cabe duda. Como la mayoría, gobierno y oposición, ese es su deber, pero me van a permitir que en justicia le dedique hoy estas líneas, porque los políticos, de arriba y de abajo, están sometidos al juicio de los ciudadanos, como es normal, y pocas veces se les muestra en público el reconocimiento al que se hacen acreedores.
Por seguir con el ámbito municipal he de confesar que me ha sorprendido la decisión, supongo que desde el equipo de gobierno, de renunciar a conocer las cuentas del último World Padel Tour, ese que se celebró en el marco de la Plaza de Santa María, ante la Catedral, y que también puso a la ciudad en el mapa. El PSOE lo criticó, aunque actuaron por celos, si les hubiera tocado a ellos decidir no me cabe la menor duda de que habrían dicho que sí, pero...El caso es que se pusieron en duda las cuentas, se llevaron a pleno números provenientes de la resaca, incluso se creó una comisión para esclarecer los capítulos de ingresos y gastos, saber en definitiva lo que aquel evento costó al Ayuntamiento y en el que el cabeza visible fue el concejal José María Álvarez Barrientos. No estoy de acuerdo con que varios años después se decida el cerrojazo, por respeto a los ciudadanos y por despejar dudas que se pudieran hacer creado en la opinión pública, éramos deudores de una explicación con detalle de las cuentas, en un caso para censurar si había algo censurable, o, por el contrario, como da la impresión que es el caso, porque no se entendería de otra manera, para pedir perdón a quienes organizaron aquel importante evento deportivo y de algún modo quedaron cuestionados. No se pueden cerrar así los capítulos, hay que llegar hasta el final, disculparse y asumir la realidad de los hechos.
En materia política tampoco me ha sorprendido en el habitual duelo dialéctico entre los principales partidos, los que mandan en Andalucía y los que lo hacen en España, que de nueva haya aparecido, y van… uno de los asuntos recurrentes desde hace años, el de la construcción de la nueva Comisaría de Policía, solo que ahora es el PP el que pide al PSOE que Sánchez ejecute el proyecto y antes, en tiempos de Rajoy, quien hacía lo propio era el PSOE, recuerdo ahora una interpelación al respecto de Manuel Fernández Palomino. Los asuntos siguen pendientes, solo que con el tiempo los partidos asumen diferente rol. El cuento de nunca acabar.
Y se ha publicado estos días en los medios la que hemos estimado buena nueva, y me refiero a la puerta abierta de nuevo a la exportación de aceite de oliva a los Estados Unidos, tras los polémicos aranceles de la era Trump. Esta es la parte positiva de la noticia, pero lo es menos el hecho de que Jaén ocupe el quinto lugar entre las provincias andaluzas exportadoras de oro líquido. Nos ganan Sevilla, Málaga, Córdoba y Granada. Desde el sentido común, no digamos desde el punto de vista económico, no es posible entender que la principal provincia productora de aceite de oliva del mundo no ocupe el lugar que le corresponde, también a la hora de exportar aceite de oliva a Estados Unidos. Pero no solamente es que esas provincias nos ganan por goleada, es que no veo la suficiente reacción para superar esta adversidad. Con el tema del aceite nos hacemos trampas al solitario a nosotros mismos, porque damos a entender lo que no somos, miramos hacia otro lado, haciendo ver que no lo hemos visto. Hay que espabilarse o seguiremos retrocediendo, cuidado que nos pueden quitar el trono si no andamos listos. No pretendo ser agorero, pero no quiero repetir con amargura la frase célebre de mi recordado Manuel Anguita: Jaén, tan rica la pobre.
Para finalizar ayer me olvidé, al comentar la ruina económica del Ayuntamiento, de datos que están en la red, de Expansión, que son públicos por tanto, y que aunque no estén del todo actualizados, nos dan una idea de la evolución tanto de la deuda del Ayuntamiento de Jaén como de la deuda per cápita, que en redes sociales sí ha aportado un buen amigo de Facebook.
Por cierto, aprovecho para añadir que al proponer una auditoría me estoy refiriendo a cualquier opción legal y posible para que tengamos las cuentas claras, posiblemente valga un buen cuadro estadístico elaborado por los propios técnicos municipales. Igualmente hago la advertencia de que en determinados momentos la deuda ha estado mediatizada por la enorme cantidad de facturas pendientes de abono, y gracias a que los planes de pago a proveedores aliviaron algo la carga, dicho sea para clarificar este asunto tan controvertido.
Foto: El concejal Francisco Javier Padorno, hoy en la calle Álamos, tras su reapertura, con el alcalde, Julio Millán, y la primera teniente de alcalde, María Orozco, que de nuevo aparecen juntos.