Mañana se celebra el Día de la Mujer y entre los actos que se han previsto en torno a la conmemoración, muchos y con planteamientos diversos, figuran una manifestación que sacará a la calle como es habitual cada año a cientos de mujeres y muchos hombres que se solidarizan con la causa, que promueve la Comisión por la Igualdad y contra la Violencia de Género de Jaén, en tanto que prácticamente a la misma hora se ha convocado una concentración por la huelga feminista que convoca la Coordinadora 8 de marzo. División y a la carta, este año las cosas han venido así, ocurre no en Jaén sino en toda España y no seré yo quien le ponga puertas al campo, aunque juntas y juntos serían más, mucho más.
De entre los problemas que afectan a la mujer, y que estos días se ponen sobre la mesa, sigue estando la escalofriante realidad de la estadística sobre malos tratos, una lacra que se va haciendo vieja y en la que no se percibe mejoría, más bien al contrario, hay hechos que provocan una especial alarma, sobre todo cuando las víctimas son jóvenes que han caído en las mismas conductas que los mayores.
Por lo demás la crisis económica y social tan devastadora, ha arrollado a su paso en los últimos años, y cada vez con más virulencia, no algunas sino muchas de las conquistas a favor de la igualdad real, que tanto tiempo y esfuerzo costaron conseguir y que tienen sus principales evidencias en más mujeres en desempleo, como estamos advirtiendo en nuestra misma ciudad, la brecha salarial, con menores salarios o más precariedad, sin olvidarnos de que son igualmente víctimas directas de la especial incidencia de la situación y de los recortes en algunos ámbitos laborales, sin olvidarnos de situaciones que no se corrigen como las del techo de cristal que a veces parece de cemento, los problemas en el ámbito de la conciliación laboral y familiar, los frecuentes casos de acoso, etc., todos los cuales conforman un escenario que expresa muy a las claras que se han ido relajando en la sociedad logros que durante años se fueron forjando, y sobre los que nos parece que se ha producido un severo retroceso que resulta inaceptable.
Desde este punto de vista entiendo perfectamente la mayor parte de las reivindicaciones feministas, tanto de quienes han decidido acudir a la huelga o a los paros, como quienes usando de su libertad van a hacer mañana lo contrario. Todas las posiciones son respetables y también que los grupos políticos se posicionen de cualquier lado porque hay asuntos que conciernen a la globalidad, a todas las mujeres, cualquiera que sea su ideología y su perspectiva de género, en cambio hay planteamientos específicos que grupos concretos van a defender y tienen todo el derecho a hacerlo. Lo que me parece absurdo es enzarzarse en una confrontación entre las diferentes posturas, por un lado porque son legítimas y porque con esta actitud se le hace un flavo favor a los intereses generales de las mujeres que lo que pretenden, básicamente, es hacer presente su visibilidad y que se enteren de una vez los que aún no lo han hecho. Modestamente lo que reivindico desde aquí es que los poderes públicos sean más exigentes y que las leyes que existen para favorecer la igualdad real se cumplan a rajatabla sin excusa ni pretexto.
Desde Jaén, donde todos estos problemas objetivamente están muy amplificados, tenemos que pelear todas y todos porque las leyes y la inercia no sean un duro castigo para la mujer. Aprovecho para rendir homenaje desde este modesto rincón de las redes sociales a todas y cada una de las mujeres jienenses, en especial a todas esas mujeres anónimas como hay entre nosotros que, a veces en silencio, hacen grandes cosas y nos dan ejemplos grandiosos. Hoy quiero brindar por todas ellas y porque las voces que van a sacar a las calles y a los debates sociales no sean un clamor estéril.
Foto: Una manifestación anterior con motivo del 8 de marzo. (DIARIO JAÉN)