Por ANTONIO GARRIDO / El campo se solivianta y una vez que la campaña de la aceituna está prácticamente concluida se pone en modo reivindicación, pero esta vez el clamor se va a producir de lo global a lo local, tanto que mañana mismo las organizaciones agrarias, y estarán representadas las de Jaén, han quedado en Bruselas en el grito unánime del sector agrario europeo para llamar la atención de las instituciones, empezando por la propia Unión Europea, de la que emanan muchas políticas, sobre las dificultades por las que atraviesan. Ahora no es tanto el precio, o tal vez sí, porque lo que es bueno para unas cosas no lo es tanto para otras. En la última semana, según el Poolred, el aceite de oliva virgen extra ha estado a 8,94 euros el litro, y en las semanas precedentes el precio fue muy similar. El más afectado es el consumo, porque no todo el mundo tiene acceso a determinados artículos. Siempre hemos defendido, y más en una provincia como la nuestra, que el aceite tenga su verdadero valor de cara a la rentabilidad y al reconocimiento como producto saludable, pero de la noche a la mañana pasamos de un precio casi irrisorio a otro tal vez desorbitado porque una de las condiciones en una provincia eminentemente olivarera en la que el aceite de oliva virgen extra es una de nuestras señas de identidad, es que su precio esté al alcance de todas las familias y no solo de los privilegiados.
Pero en esas estamos, mañana en Bruselas y después las protestas se harán en casa, tanto en el ámbito andaluz como provincial. Asuntos para alzar la voz no le faltan a las organizaciones agrarias que son las que promueven las movilizaciones, sobre todo los severos perjuicios que ocasiona la sequía, y la amenaza no tiene visos de desaparecer porque si no llueve las consecuencias se irán agravando. De seguir así, no es que hayamos tenido dos campañas pésimas, para olvidar, es que la próxima puede ser todavía peor. Ya deberíamos estar organizando rogativas. Las manifestaciones no son la panacea, pero el campo tiene que hacer reaccionar mucho más a las administraciones, de las que siempre salen muy buenas palabras, pero en la mayoría de los casos no acompañadas de actuaciones. Habrá que resucitar el ‘Espíritu de las Batallas’ porque Jaén se la juega, su futuro depende de la respuesta del cielo y el olivar es la base de la economía de esta provincia tan maltrecha, labrada a base de años y de mucha abnegación. Hay que imponerse para que tampoco por aquí se resienta más la provincia, tienen que caer gobiernos si hace falta antes de que otros intereses económicos, a veces tan oscuros, tengan tanto poder como para debilitar y poner en riesgo la subsistencia de una provincia. El campo de Jaén nos necesita, hay que apoyarlo.
No les voy a cansar con el panorama político nacional, supongo que el que más y el que menos, excepto los abducidos, se llevarán las manos a la cabeza con los episodios que se vienen dando en el Congreso de los Diputados, una auténtica caja de sorpresas. El asunto daría para mucho, porque no es tan sencillo de analizar, pero básicamente se sustenta en la falta de credibilidad y confianza que suscitan algunos de los principales actores de esta representación que por cierto nos afecta a todos. Pedro Sánchez, por mucho que sea jaleado por los suyos, de la ministra Montero para abajo, está en su momento cumbre de descrédito, en lo que abunda tener como interlocutor principal al tal Puigdemont, delincuente para más señas, y no creo que nadie de sorprenda, que es el colmo del disparate político, no es capaz ni de cumplir sus propios compromisos. Luego está el papel de la justicia, en este momento muy en entredicho. De aquellos polvos, estos lodos. Han sido los principales partidos los que han tenido intereses en politizar los órganos judiciales y claro, ahora se quejan de las consecuencias. Qué razón llevaba Montesquieu. Menuda legislatura nos espera, es de suponer que con estos mimbres no se alargará demasiado, no lo podría resistir el país, pero los propios protagonistas entiendo que tampoco, no había más que mirar la cara de abatimiento de Pedro Sánchez, ayer mismo. Y en qué papel dejan a los negociadores de los acuerdos, el secretario de organización del PSOE, Santos Cerdán y el diputado jienense, Juan Francisco Serrano. Quedan peor que Cagancho en Almagro.
Ya que estamos con el PSOE, los órganos de dirección provincial acaban de designar el relevo para Jacinto Viedma, un trabajador nato cuya ejecutoria le ha valido para escalar al mismo puesto en la formación en Andalucía, al lado de Juan Espadas. Para sustituirlo llega Isabel Uceda Cantero, un valor en alza tanto en su labor como diputada provincial como en la ejecutiva donde a Política Municipal le suma ahora, dos por uno, el área de Organización. Dos responsabilidades importantes en cualquier partido. Algo debe tener el agua cuando la bendicen, ahora bien, cuando un político o política sobresale tengo la costumbre de consultar cómo le fueron las elecciones en su pueblo, el respaldo obtenido. Mi teoría es que si tu pueblo te quiere es porque eres de fiar. Es verdad que Isabel Uceda fue alcaldesa de Lopera desde 2007 a 2023, pero no lo es menos, que en los últimos comicios, a pesar de que el PSOE fue la lista más votada, el acuerdo de gobernabilidad con la izquierda local no eran posibles porque se negaban a apoyarla a ella, no al PSOE, de hecho hay una alcaldesa socialista. Pero hay una sensibilidad socialista bastante extendida de premiar las adversidades, Isabel Uceda no es el único caso, el Palacio de la Plaza de San Francisco cuenta con algunos más. Esto no es restarle mérito, es más, son los partidos los que tienen que proceder en sus cuestiones internas. Siempre tengo presente una frase en latín que alguna vez le oí decir a mi admirado don Félix Martínez Cabrera, ya fallecido, y que fue vicario general de la diócesis y deán de la Catedral. “De internis, neque Ecclesia”, que quiere decir poco más o menos no meterse donde no nos llaman. Se trata de una simple observación. Pero que le vaya muy bien.
De los asuntos de la ciudad lo que no tiene nombre es la angustiosa espera de los vecinos de Los Puentes, que desde hace décadas vienen manteniendo la paciencia del santo Job. Lo del colector es la gota que colma el vaso, el caso es que las administraciones competentes no han sido sensibles. Ya he comentado alguna vez que se han ido sucediendo las juntas vecinales de las diferentes urbanizaciones sin haber conseguido resultados satisfactorios, más que promesas y promesas, en la mayoría de los casos incumplidas. Han acudido al pleno algunos vecinos exhibiendo pancartas. Merecen un premio a la resistencia. Mientras tanto, el equipo de gobierno, el alcalde y su concejal de Hacienda, sacan pecho de la mejora obtenida en el plazo del pago a proveedores. Se ha reducido el tiempo en casi dos meses y ahora se queda en un año y ocho meses, sigue siendo no obstante el Ayuntamiento que más tarda en pagar de España, no exagero. De todas maneras creo que lo que corresponde es dar ánimos, a base de empujes podremos llegar a ser algún día un Ayuntamiento como Dios manda, pero seamos realistas, cuidado con la euforia. Por otro lado las obras en la Plaza de San Bartolomé ya dijimos que cuentan con la oportuna autorización de la Comisión de Patrimonio, lo que faltaba era el comunicado de Jaén Merece Más, reivindicando que ha sido gracias a este grupo por lo que se ha actuado con celeridad para tener todas las garantías. No obstante en la calle sigue habiendo opiniones para todos los gustos, incluso de profesionales, que no ven adecuado que se recurra a la piedra natural Modelo Teruel en detrimento de nuestra caliza tipo Jaén. Ya ven, sobre gustos…
Finalmente en estos días se produce el relevo al frente del Consejo Social de la Universidad de Jaén. Ha cesado al cumplir su etapa el empresario Francisco Vañó y para sustituirle ha sido designado Luis Jesús García-Lomas Pousibet. Se acertó al elegir a Francisco Vañó, un referente de buen empresario, un lujo para esta provincia por lo que dice y por lo que hace, y hay que agradecerle sus servicios a la institución universitaria. Luis Jesús García-Lomas, digno hijo de su padre, es un carolinense inquieto que desde hace años ha asumido diferentes responsabilidades, no porque él las busque sino porque le buscan a él. Se da el caso de que no hace mucho prescindieron de él y de alguien más en el Consejo Social, el mismo órgano donde quien es competente, la Junta de Andalucía, le ha nombrado, a la vista de su biografía y de su trayectoria, presidente del órgano que representa a la sociedad en la Universidad. Luis Jesús García-Lomas es subdirector de Caja Rural y gerente de la Fundación de la entidad, en la que desde el primer momento viene desarrollando una gran labor, reconocida y aplaudida social e institucionalmente. Además está presente en diversas entidades por él mismo y por lo que representa.
En el puesto al que llega, la presidencia del Consejo Social, lo hace en un momento de especial trascendencia, porque él se debe, digamos que por gratitud, a la administración que le nombra, pero a la vez su centro de operaciones es una Universidad, la de Jaén, cuyo rector como todo el mundo conoce, se viene mostrando, y muy bien que hace por cierto, en la defensa de la UJA y de Jaén, reivindicativo y exigente con la Consejería de Universidades y con el presidente de la Junta, porque la financiación que recibe es injusta y no responde a las exigencias y a los planteamientos de crecimiento y de futuro. Ahí está el papel que tiene que jugar el Consejo Social, que últimamente, por estar en los momentos finales de una etapa, ha debido hacer juegos malabares, y ha aprobado el presupuesto de este año, que al menos a mi juicio es algo que no debió hacer, porque obstaculiza la negociación con la Junta puesto que la UJA no puede renunciar a ser lo que justamente necesita y merece. En fin, que enhorabuena a Luis Jesús García-Lomas y Dios quiera que pueda ser la voz de la mesura, pero siempre en beneficio de Jaén, que es a lo que él está acostumbrado en la Caja Rural. Para ir en contra no faltarían candidatos.
Foto: Los vecinos de Los Puentes se hicieron ver ayer en el pleno del Ayuntamiento. Merecen un homenaje a la resistencia. (EUROPA PRESS).