Es la primera vez que escribo este año sobre la Noche de San Antón y en especial sobre un tema que de siempre me ha resultado muy jaenero, como son las tradicionales lumbres. El año pasado, de nuevo, con la apuesta de los ‘reformadores’, que ahora han salido en manada a defender los intereses de Jaén y que hay razones para pensar que al menos en algunos casos lo hacen sobre intereses propios, se volvió a hacer añicos una tradición heredada de nuestros antepasados y con varios siglos de vigencia, y desde el desconocimiento del valor patrimonial, que debería tener mucho más peso a la hora de adoptar decisiones, se han efectuado cambios que envueltos en palabrería y en no sé qué argumentos de progreso para la ciudad, han logrado encandilar a un sector de la población que de manera bien intencionada han pensado que era lo mejor, en aras de ganar en imagen y popularidad, aunque sea a costa de perder señas de identidad.
En esto se han logrado poner de acuerdo representantes de la sociedad civil y un Ayuntamiento que no parece especialmente interesado en que se siga el hilo de la historia, de generación en generación, y lo peor es que seguramente creen que van por el buen camino y han sido ajenos por completo a las críticas, algunas razonadas y razonables. Todo lo más que se ha hecho es anunciar que se iba a experimentar durante dos años con el compromiso de una consulta popular. Espero que al menos en esto no haya engaño posible, porque a algunos políticos se les da rienda suelta y ya se han creído los dueños del cortijo.
El año pasado sentí tanta decepción como jienense que casi se me quita la gana de volver a abordar este asunto. No tengo otro interés que tratar de colaborar con la medida de mis posibilidades, como cada uno de los 114.238 jienenses, a hacer que esta ciudad mantenga vivas sus costumbres y tradiciones y no se deje influir por cantos de sirenas y las ansias de protagonismo de políticos y agentes sociales que van de paso pero que son capaces de cualquier trastada histórica con tal de obtener mayor gloria y honor.
Ya dije el año pasado por activa y por pasiva que en absoluto me encontraba en la oposición de quienes defendían para el fin de semana la celebración de la Carrera Internacional Urbana. Si se trata de facilitar la llegada de personas de fuera, a participar o a ver el gran espectáculo deportivo, me parece que es una buena medida su traslado al sábado más próximo a la antigua fecha del 16 de enero, ya que el día 17 de este mes es la fiesta de San Antonio Abad, como bien sabemos.
El colocar en el calendario un sábado por la noche la Carrera Internacional podía permitir varios días de celebraciones en torno a la tradición, que podrían servir para fortalecerla y estimularla.
UN DESPROPÓSITO
La decisión municipal de autorizar la celebración de lumbres exclusivamente en la noche de la Carrera, este año el día 13, ligándola a ésta por completo, esto sí me parece un total despropósito, partiendo de la base de que la prueba deportiva es relativamente reciente, mientras que las lumbres constituyen un viejísimo legado. No entiendo el motivo de pretender unirlas en lugar de echar a volar la imaginación y tratar de buscar otras fórmulas, que las hay.
Estamos viendo estos días en la prensa los actos en distintos lugares de la provincia para la Noche de San Antón y nos alegra comprobar cómo en ningún sitio se haya sucumbido a esta moda que Jaén está intentando implantar. Me parece demencial que no se autoricen las lumbres en la noche tradicional que lo fue siempre del 16 de enero, y que por decreto, amparado en el ordeno y mando, se dilapide una riqueza que siempre ha emanado del pueblo y en nuestro Jaén en muchos casos, a pesar de la apatía y a veces la falta de apoyo desde el Consistorio. Por tanto lo mínimo sería dar libertad a las asociaciones de vecinos y a otros colectivos para que decidan entre las dos fechas del calendario, la del 13, que es impuesta por un criterio caprichoso del Ayuntamiento, y la del día 16, que es patrimonio de la ciudadanía, la única dueña de esta tradición.
¿POR QUÉ NO HACER SAN ANTÓN FESTIVO?
Los que han querido unir lumbre y carrera deportiva han descansado sobre el argumento de que cuando la noche del día 16 no es fin de semana o previa a día festivo, los jienenses no pueden disfrutar de la velada. Eso mismo se podría decir de miles de celebraciones en toda España y todas se respetan. Pero todavía, si hay voluntad, se puede ir más lejos. Se podría hacer festivo local el día de San Antón (el día 17), que tiene un enorme peso para ello, lo que permitiría vivir esa noche tan jaenera plenamente y con una programación tan ambiciosa como la propia ciudad desee. ¿Cómo?, me dirán. Y les contesto que busquen la fórmula, porque la hay, es cuestión de mover fichas tratando de que no se produzcan daños colaterales o sean los mínimos, y siempre previa consulta de participación ciudadana. Se trata de un problema de encaje, en el que no deben cerrarse los ojos para tratar de buscar una solución que satisfaga, si no a todo el mundo, sí a una mayoría.
El desprecio hacia la federación vecinal Objetivos Comunes (O.CO), impidiéndose la apuesta por las lumbres en la noche de San Antón y favoreciendo desde el Ayuntamiento un enfrentamiento que nunca debería permitir, a pesar de lo cual hay 18 asociaciones que no sucumben a la presión municipal, y creemos que con razón por los argumentos esgrimidos, y quieren que sus lumbres ardan en la noche del próximo día 16, han planteado un problema que puede ir a mayores porque a mi juicio al menos este asunto se ha administrado mal desde el principio y ha habido margen para el acuerdo. Tal vez alguien pretendía aprovecharse del río revuelto, y en parte lo ha conseguido porque ha dividido una vez más a la población, con lo que se está dando un mal ejemplo, eso sí, con la complacencia de los grupos políticos municipales, que procuran no meterse en líos cuando se pueden poner en juego los votos.
SÍ A QUE SEA BIC
Dicho todo esto, que es lo que siempre he pensado, me sumo con todo entusiasmo a la petición que han formulado colectivos como Acción Conjunta por el Patrimonio de Jaén e “Iniciativas, andamios para las ideas”, para la declaración de las Lumbres de San Antón de Jaén como Bien de Interés Cultural (BIC), que creo está en la línea de lo que planteo de darle singularidad a este acontecimiento ciudadano que tiene poco que ver con la Carrera de la Noche de San Antón, a no ser que vienen a coincidir en el calendario y son eventos creados en su día para sumar, nunca para restar y menos aún para dividir.
Estas son las razones para defender esta petición: “La devoción a San Antón tiene una larga tradición en Jaén, que podría remontarse a la conquista cristiana de la ciudad en 1246 por las tropas de Fernando III. Un siglo después, según se desprende de los estatutos de 1368 de la Catedral, se habla de cómo la celebración de San Antón debe realizarse con la mayor solemnidad, por lo que podemos hablar que en esta época la fiesta se encuentra totalmente instituida en la ciudad.
Tanto en el siglo XIV como en el XV, según el documento que se ha presentado para reclamar la declaración de BIC de las Lumbres de San Antón, existe documentación escrita, donde queda constancia de su importancia en Jaén. Así como de un anónimo romance de frontera se desprenden las siguientes estrofas: “Día es de San Antón, ese Santo señalado, cuando salen de Jaén, cuatrocientos fijosdalgos”. En la “Relación de los hechos del Condestable Don Miguel Lucas de Iranzo” también existe un pasaje en el que se describe cómo era la fiesta a mitad del siglo XV: “Para la fiesta de Santo Antón se llevaban a la iglesia mayor cuatro hachas de cera, las cuales ardían delante de su altar, en la capilla de San Antón, en dos candeleros de madera, a las vísperas de la vigilia e otro día de la fiesta a todas las oras.”
Por otro lado, las lumbres de San Antón destacan por su capacidad integradora y de cohesión social en la ciudad, pues canaliza y refuerza la sociabilidad de amistad-vecinal-asociativa y de género; propiciando la participación masiva de sus habitantes en las labores de organización, recaudación de fondos, montaje, diseño de las lumbres, así como en las celebraciones de comensalismo y reencuentro con los familiares y amigos emigrantes que conlleva.
Pero sobre todo, las lumbres de San Antón se distingue por su dimensión simbólica, ya que posee una extraordinaria capacidad para la vehiculación de las identificaciones colectivas.Sus valores culturales expresan no solo el arraigo de una tradición, sino su carácter vivo y renovación en las formas y contenidos año tras año.
Es por ello que reiteramos que actualmente, las lumbres de San Antón (noche del 16 al 17 de enero) da nombre a una fiesta popular de gran arraigo en la ciudad, perteneciente al ciclo de invierno. La fiesta logra concentrar a los vecinos y las vecinas de los distintos barrios junto a enormes lumbres en los espacios públicos y despejados de la ciudad donde se queman enseres viejos y los restos de la poda del olivar. Se socializa junto al fuego, disfrutando de la gastronomía, del canto y baile de los melenchones, y se participa con antorchas en la celebración de la popular “Carrera Urbana Internacional Noche de San Antón”.
Por este motivo, desde Acción Conjunta por el Patrimonio de Jaén y la asociación Iniciativas, andamios para las ideas, queremos manifestar con este oficio el deseo de que esta importante manifestación cultural sea declarada Actividad de Interés Etnológico con la consideración de BIC como realmente se merece”.
En fin, todavía estamos a tiempo de rectificar para mantener la esencia de una tradición de esta ciudad, y al tiempo para hacerla más grande, de manera que el legado que recibimos de nuestros antepasados lo dejemos a las nuevas generaciones mejorado, adaptado a los nuevos tiempos, siempre sin perder su carácter y su idiosincrasia.