El equipo de gobierno del Ayuntamiento de Jaén abandona abruptamente su hoja de ruta que en muchos aspectos se ha venido caracterizando en estos cinco meses transcurridos desde la toma de posesión, por un cierto grado de mesura, para decidir el cierre definitivo de Onda Jaén, una radio y televisión local que estaba próxima a los veinte años de existencia, con una trayectoria de aciertos y errores, pero que se podía reconducir hacia un medio proporcionado a las posibilidades económicas del Ayuntamiento y a la prestación de los servicios que demanda la propia sociedad de Jaén, que en un alto porcentaje se había familiarizado ya con “su televisión”. Cuando surgió el incidente del incendio que por muchas razones no se puede considerar casual, a la vista de los hechos que se están sucediendo, mucho más si se le añade que no han dado explicaciones sobre la posible autoría, en la que la paradoja es que la mitad de la población parece conocerlo y las autoridades no han dicho ni una palabra, ya se empezaba a intuir que iba a producirse una relación de causa-efecto, tan es así que en pocas horas se anunciaba un ERTE para la plantilla que si no se llevó a cabo es porque lo frenó la autoridad laboral.
A la postre no han servido para nada ni las reivindicaciones de la planilla, ni sus propuestas de solución, tampoco la recogida de casi 13.000 firmas de jienenses que se supone que tenían algo que decir al respecto. La hoja de ruta estaba planteada desde el minuto uno, antes incluso del incendio, se trata, no lo puedo decir de otra manera, que de una decisión fría, calculadora y revanchista. Al PSOE no le gustó nunca esta televisión, supongo que como a otros jienenses, pero lejos de optar por ensayar un nuevo modelo, con reducción de costes, con una plantilla aligerada, en fin, para tratar de encontrarle encaje dentro de la complicada situación económica municipal, ha optado por la solución más drástica, el cierre, el negro para siempre, y ahora tendrá que adecuar a la plantilla en los servicios municipales, unos profesionales que en su mayoría saben de lo que saben y podrían estar haciendo su trabajo, ahora han de ser recolocados. Todo es posible menos que la televisión local siga funcionando. Ese era el objetivo y a él se ha llegado, aunque parece que para ayudarse o tal vez para simple justificación, se ha necesitado del informe de un gabinete, realizado “ad hoc”, a la carta, y en el que parece se exponen todos los inconvenientes de tipo económico y legal que el gobierno local ya ha ido dejando en el ambiente en las últimas semanas, en tres meses largos que han sido duros, durísimos, para una plantilla que no se merecía este trato, y no me refiero ya solo al cierre, que también, sino al sufrimiento de una espera tan larga y con unas expectativas tan negras.
Los argumentos económicos que el gobierno local aduce para el cierre de la televisión de algún modo son razonables, vamos a darle este beneficio de la duda, pero con dos acotaciones. Por un lado, lo antes dicho de que esta televisión local era posible ajustarla en el aspecto económico y laboral, para ahorrar costos importantes. Pero, además, si tanta preocupación tienen los regidores por la ruina económica, lo extraño es que no se hayan extremado las medidas en otros ámbitos, por ejemplo en los sueldos de los corporativos, en la reducción de liberaciones que es un asunto sangrante para un Consistorio tan tocado económicamente y donde todo el mundo tiene una liberación, la merezca o no; y, por supuesto, en un Ayuntamiento con este panorama tan adverso, tampoco tiene sentido haber llenado el Ayuntamiento de asesores y personal de confianza, que en conjunto suponen un gasto muy considerable e innecesario, habida cuenta de que hay una plantilla excesiva y de la que deberían salir todos los puestos a ocupar. Se argumenta asimismo que mantener una televisión son competencias impropias para el Consistorio, pero ¿cuántas emisoras de televisión hay en todo el país dependientes de administraciones públicas, también de ayuntamientos? Lo que no vale para unas, no debe utilizarse para el resto. Por tanto aparecen argumentos que explican que la principal razón es precisamente la sinrazón, el mantenella y no enmendalla. Supongo que no se trata de una medida agradable de adoptar para el alcalde, pero ignoro los motivos reales que le han llevado a certificar esta defunción. Le he oído decir que hubiera sido más fácil cerrar los ojos y utilizar el medio para mayor gloria de él y los suyos. Esto tampoco es muy válido, porque a rey muerto, rey puesto, pronto en la ciudad habrá varias televisiones y el alcalde y los concejales podrán llegar a los hogares jienenses. Es más, el propio Julio Millán ha anunciado que se está viendo la posibilidad de crear una plataforma de comunicación para dar servicio en ocasiones puntuales, supongo que se refiere a momentos como la Noche de San Antón, la Semana Santa, la feria de San Lucas, etc., pero crear algo nuevo cuando ya se dispone de los medios idóneos es por lo menos difícil de entender.
Por cierto, nada que objetar a que a Jaén capital vengan una, dos o las televisiones locales de empresas privadas que lo deseen, y que parecen próximas, a todas ellas hay que ponerles alfombra roja, por lo que supone de trabajo para los profesionales, entiendan que no tenga más remedio que apoyar a los míos, lo que hago con sumo gusto, y esto significa también puertas abiertas a la libertad de expresión. Hace un tiempo llegaron a convivir en la ciudad tres emisoras de televisión, la propia Onda Jaén, con Canal 23 y Localia. Por tanto ojalá pronto tengamos varios canales, porque eso irá en beneficio de nuestra propia demanda de información. Solo que nadie sobra y en este contexto, poniendo en una balanza los gastos que ocasionaba Onda Jaén y los que directa e indirectamente ahora tendrán que hacerse, el ahorro no justifica, al menos así lo creo, una medida tan drástica y extrema, en la que lo único que me queda claro es que el propósito era deshacerse de Onda Jaén y ya se ha hecho. Resumiendo, un mal día para la información, para la libertad de expresión y para un grupo de profesionales que tienen que dejar de hacer aquello que amaban. ¡Viva!
Foto: Imagen de archivo, Marisi Ruiz, una de las grandes profesionales del medio, entrevustando al grupo jienense Apache.