Por ANTONIO GARRIDO / No es la primera vez que lo denuncio y presumo que tampoco será la última. Hoy ha tenido lugar el pleno extraordinario para la organización del Ayuntamiento, incluidos los sueldos y las liberaciones. Lo he seguido por internet y apenas ha durado un cuarto de hora. Me cuesta trabajo entender cómo se decide transmitir una sesión plenaria en la que el jienense que la siga no se entera de nada porque se trata de asuntos deliberados previamente por los grupos y en los que públicamente sólo se trata de votar. Por supuesto, todos afirmativamente, faltaría más, o alguna abstención para no molestar en exceso, es posible que sea uno de los pocos plenos donde hay mayor consenso, al tratarse de las cosas de comer, pero no en el Ayuntamiento de Jaén, también en cualquier institución o parlamento, aquí y públicamente nadie hace una enmienda a la totalidad. Como el desarrollo ha sido genérico y no se han dado nombres, parece que se mantienen los mismos sueldos para dedicaciones completas o medias a los ediles que se benefician de ellas, y lo mismo cabe decir del sueldo del alcalde, que mantendrá el mismo salario que percibía su antecesor, en torno a los 70.000 euros, que es por cierto uno de los más bajos de regidores de las capitales y grandes ciudades andaluzas.
Mantengo el mismo criterio que creo haber planteado tras la constitución del gobierno municipal de 2019 y después tras las elecciones de 2023, puesto que más o menos se sigue en la misma tónica, y es el número exagerado de liberaciones en proporción a la anormalidad del Ayuntamiento más endeudado de España, en la UVI, qué digo en la UVI, peor aún, que tal vez nos debería servir para dar ejemplo, pero en esto, repito, sí hay unanimidad. Cuesta trabajo explicárselo a los vecinos para que lo entiendan y lo aprueben, más que nada porque en términos generales, como funcionaría en una empresa privada, se debería establecer la relación entre resultados de gestión y gastos en sueldos. El caso es que el PSOE, partido con mayor responsabilidad en el nuevo equipo de gobierno, cuenta con prácticamente todo el grupo liberado, aunque dos de sus miembros lo son por la Diputación Provincial, es el caso de África Colomo y Francisco Lechuga, y está por ver la dedicación que asume, se supone que también total, la próxima concejal que va a sustituir a Alfonso Carlos García, que hoy se ha despedido de la Corporación. El resto de los concejales y concejalas socialistas pasan a liberación total. Por otra parte el alcalde ha seguido el criterio del hoy por ti y mañana por mí por lo que ha concedido al grupo del Partido Popular las liberaciones solicitadas, que son cinco totales para el portavoz Agustín González, y para Mónica Moreno, Vicente Oya, María Segovia y José María Álvarez, en tanto que adquieren media liberación Maribel López, María del Carmen Colmenero y Ana Núñez. Se repite creo que al cien por cien la situación anterior, cuando PP concedió el mismo trato a la que iba a ser la oposición municipal. Se liberan asimismo los tres concejales del grupo de Jaén Merece Más y por lo que respecta a Vox, lo hace el portavoz, Manuel Ureña. en tanto que el otro edil del grupo, Eduardo Calvo, se queda con el 65%. No queda aquí la cosa, porque en lo que se refiere a personal eventual, también se ha actuado con sentido de manga ancha y no se puede decir que se tienda a la mesura, más que nada para empezar dando ejemplo, de modo que poco más o menos se mantiene el anterior estatus, no olvidemos y esta explicación vale para todo el comentario, que ni siquiera estamos en el ecuador del mandato municipal. Si no he anotado mal, sobre las retribuciones al personal eventual se han abstenido todos los grupos menos el PSOE, en lo relativo a las asignaciones a los grupos municipales, que esa es otra, todos han votado afirmativamente y Vox se ha abstenido, y en el capítulo de las dedicaciones exclusivas han votado en positivo tanto PSOE como PP, en tanto que Vox y Jaén Merece Más se han abstenido.
En fin, hoy se ha hecho algo que ya lamento decir que me esperaba, porque es moneda corriente que los gobiernos, también los municipales, abusen hasta el extremo y gasten lo que no deban, que si siempre es criticable, lo es más en un Ayuntamiento como el de Jaén en el que tenemos una ruina tan espectacular, y no solo somos, para nuestra desgracia, el Ayuntamiento más arruinado de España, sino que también nos cabe liderar el ranking del que proporcionalmente más dinero dedica a remunerar a sus corporativos, incluidos asesores de los que con tantos funcionarios como tiene la Casa se debería prescindir. La cuestión es que nos pasamos la vida amargamente tratando de encontrar fuera a los responsables del desaguisado, y echando el balón sobre el tejado de Hacienda, cuando en el mismo momento se actúa como si nadáramos en la abundancia.
No estoy sorprendido, insisto en que no es la primera vez que esto ocurre, pero no es óbice para que sea considerado una irresponsabilidad manifiesta, estamos hipotecando a la ciudad, pidiendo esfuerzos a los jienenses, incluso negando productividad y derechos a los funcionarios, y mientras tanto los políticos que deben tratar de dar ejemplo gastan hasta lo que no tienen con tal de mantenerse. A los responsables públicos hay que demandarles prudencia, sentido del deber y austeridad, entendida como que no es posible gastar por encima de las posibilidades, porque nuestro Ayuntamiento no lo permite. Precisamente por esa razón tenemos más de 600 millones largos de deuda, debido a políticos manirrotos a los que para mayor gloria les daba igual ocho que ochenta, y ahí estamos.
Es razonable que de una vez por todas, caiga quien caiga, se hagan las oportunas auditorías anunciadas por el anterior alcalde y de las que no tuvimos noticia, y se diriman responsabilidades, al menos para frenar el despropósito y que no se siga aumentando el volumen de la deuda y haga buena aquella excéntrica declaración de la señora Carmen Calvo, la gran amiga de Jaén, cuando dijo que el dinero público no es de nadie. Ya lo creo que es, y bien que lo saben los jienenses que en este caso son quienes lo padecen. Dicho todo lo anterior no pretendo caer en la demagogia fácil y el populismo barato de defender que los concejales no perciban remuneraciones por su trabajo, hay incluso sectores de la opinión que demandan que sirvan a la ciudad de manera gratuita. Lamentablemente conocí una etapa en la que la mayoría de los cargos públicos no tenían sueldo formal, pero les puedo asegurar que costaban a las arcas de las administraciones mucho más que los políticos de hoy, en términos generales. Lo lógico, y más, repito, en la situación tan grave de las arcas municipales, porque distinto sería un panorama de saneamiento económico como ocurre por ejemplo en la Diputación, es que los miembros del gobierno local estén dedicados en exclusiva a sus tareas y se les remunere por ello, y que en la oposición las liberaciones sean más reducidas, pero eso siempre, como norma general, y prescindir de cargos que no sean imprescindibles. Hoy, lamentablemente, en todos los organismos públicos se han acostumbrado a funcionar con amplio equipo humano, que está muy bien, pero que un Consistorio como el nuestro no se puede permitir. Más todavía, recuerdo que hace meses el grupo del PP en su plan de eficiencia de los recursos municipales planteaba deducir el sueldo de los ediles de la oposición en un 20%, ignoro si van a solicitar que se aplique la medida en el actual mandato. El caso es que el capítulo de retribuciones de los miembros de la Corporación y el personal adscrito a los grupos representa un gasto muy cuantioso, diría más, desorbitado. El alcalde, Julio Millán, en este caso con buen criterio, ha justificado algunas de las renovaciones de personal eventual en que adquirieron un compromiso para cuatro años y no se ha llegado ni a la mitad, por lo que es prudente tener en cuenta el aspecto humano, los intereses personales de quienes se han visto afectados por una situación de la que no son responsables. Esto es así, faltaría más que les culpáramos por ello.
En resumidas cuentas, no me posiciono en contra de los sueldos, siempre y cuando sean dignos y evitando los excesos, pero además manteniendo la proporcionalidad y hasta el sentido común. El Ayuntamiento tiene que funcionar como una empresa o una casa. No se puede actuar con grandes alegrías cuando sabemos que no es posible. Por esta razón el pleno de hoy, me parece otra huida hacia adelante, algo así como ande yo caliente y ríase la gente. Y la evidencia de que esto es así es que los propios políticos huyen de este debate.
La nota distintiva del pleno de hoy ha sido la despedida del hasta ahora concejal socialista Alfonso Carlos García Romero, que deja su puesto al ocupar un cargo de responsabilidad en el Ministerio de Política Territorial. Tanto el alcalde, Julio Millán, como los portavoves de los distintos grupos, le han despedido con reconocimiento y afecto al tiempo que le han pedido que en su actual función no se olvide de su tierra. El protagonista ha confesado que ser concejal del Ayuntamiento de Jaén ha sido el mayor honor que ha podido tener y ha transmitido un mensaje positivo, que en el caso del Consistorio jienense, se trate de 27 concejales al servicio de los intereses de la ciudad cambiando la cultura del enfrentamiento por la del diálogo y la colaboración. Buen gesto para el adiós, si sus hasta ahora compañeros han tomado nota.
Foto: Una imagen del pleno extraordinario celebrado hoy por el Ayuntamiento de Jaén. (EUROPA PRESS).