Por ANTONIO GARRIDO / Hace un año, tal día como hoy, 4 de julio, tomaba posesión de su cargo en el Palacio de San Telmo de Sevilla, el que entonces había sido elegido rector de la Universidad de Jaén, Nicolás Ruiz Reyes. Lo hizo ante el presidente de la Junta, Juanma Moreno Bonilla y existía bastante expectación ante lo que diría en su discurso dado que en la campaña que le llevó al cargo recién estrenado no regateó críticas contra el modelo de financiación que estaba afectando tan negativamente a la UJA y por tanto su actitud era un clamor constante de apoyo inequívoco a la fortaleza de la institución universitaria. Probablemente haya sido la intervención más reivindicativa, incluso exigente, que un rector haya formulado ante el máximo responsable de nuestra comunidad autónoma, por tanto dijimos en aquel momento y recordamos ahora, un año después, que fue un acto de coherencia, los hechos se correspondieron con el fragor de la batalla de unas elecciones reñidas en las que Nicolás Ruiz marcó la diferencia y aunque la comunidad universitaria no es especialmente combativa, más bien diría que en términos generales queda muy al margen de los grandes retos internos, ajena al debate y a la implicación, no solo en el profesorado, también entre los alumnos, y lo he podido comprobar directamente en toda su existencia, pero de un modo especial en los últimos años, en cambio sí había un núcleo activo consciente de la oportunidad del momento, de los riesgos aparecidos en el comportamiento económico, en un modelo completamente lesivo que nos relegaba a un segundo plano, sabedor de que para la UJA no todo vale y que treinta años después de su creación, ya son 31, dentro de una línea ascendente porque ha ido creciendo con normalidad, con grandes satisfacciones y algunas adversidades, como cualquier empresa y esta lo es y muy importante, Nicolás Ruiz, aunque tuvo que acudir a la segunda vuelta y medirse con otro buen candidato como era Juanma Rosas, salió elegido, y pienso que lo que sus votantes valoraron en última instancia fue precisamente el argumento diferencial con respecto a sus compañeros en la aventura del Rectorado, la valentía para enfrentarse directamente con el poder, es decir, poner a la UJA y a la provincia por encima de otros intereses, y hacerlo ver públicamente de una manera tan visible.
En la Junta, concretamente en la Consejería de Universidades, de la que es responsable el exrector de Córdoba, José Carlos Gómez Villamandos, es obvio que Nicolás Ruiz no era el candidato favorito, es más, se le llamó «incómodo», pero hay que asumir la decisión de los electores de la comunidad universitaria. Lo dijo con toda claridad, que el famosísimo “Modelo Velasco”, por el que todavía algunos estamos esperando que pida perdón el PP de Jaén que lo defendió a capa y espada, todos, incluido el ínclito Juan Bravo, generaba desequilibrios y penalizaba a la Universidad de Jaén, no tenía en cuenta sus méritos y sembraba una inquietud generalizada en la comunidad universitaria y en la sociedad, razón por la cual demandaba un nuevo modelo con voluntad política y recursos, en favor de un sistema público andaluz de universidades cohesionado y fuerte que propicie la colaboración en lugar de la competencia entre ellas.
Ya en aquel momento, pero había sido otra clave de la campaña, no solo pedía financiación adecuada y justa para atender las misiones encomendadas por ley a las universidades, que son las tradicionales de formación, investigación, proyección de la cultura y transferencia del conocimiento, sino que en el caso de la UJA, para que Juanma Moreno le escuchara, añadió más, “su contribución al desarrollo y transformación económica, social y cultural de la provincia”, como viene explicitado en el preámbulo de la ley de creación de 1 de julio de 1993. Al relatar las fortalezas de la UJA, logradas en sus primeros 30 años de existencia, demandó un proyecto y un modo para hacer crecer a la Universidad de Jaén, asegurando sus avances y proyección nacional e internacional. Insisto, en aquel mensaje de firmeza reclamó lo que a la UJA le corresponda en justicia y por méritos propios, eso sí, evitando el conformismo y la autocomplacencia, Y dirigiéndose al consejero Villamandos le pidió sensibilidad con las demandas de la Universidad y de la sociedad de Jaén, buscando la convergencia y los equilibrios necesarios en el seno de las universidades públicas andaluzas. Ahí fue donde anunció vicerrectorados específicos, como el de Igualdad, Diversidad y Responsabilidad Social, o el de Comunicación y Desarrollo Territorial, en este caso para incrementar el impacto en la provincia, mantener el liderazgo social y reclamar a las administraciones proyectos transformadores como puede ser el Cetedex. Y todo ello, en palabras del rector que es fácil de compartir, para así poder contribuir a que la provincia de Jaén sea una tierra más próspera, más igualitaria socialmente y con mayores oportunidades para nuestros jóvenes que eviten la diáspora de talento autóctono. A Nicolás Ruiz no le faltó un ofrecimiento sincero, lealtad, pero a cambio pidió que debería ser recíproca.
En aquel acto el presidente de la Junta, previamente informado, ya empezaba a decir, en un gesto de buena voluntad, que Jaén no podía estar lejos de la acción política de la Junta, reconoció que si hay una institución clave para propiciar el despegue de la provincia esa es la Universidad, y el resto de sus palabras fue justificar que no existen varitas mágicas, que lo que hay son recursos limitados y existe la obligación de hacerlos productivos. También dijo que se volcaban con todas las universidades y la de Jaén les merece tanto respeto como las que tienen siglos de historia. Pero en aquel momento, y lo tengo anotado, el presidente también hizo una llamada a la resignación, pero sin más. Con el tiempo se va entendiendo. Días después, el 14 de julio, la toma de posesión fue en Jaén, en el Aula Magna, y ante el consejero Villamandos, Nicolás Ruiz hizo uso de la palabra en términos similares a los de Sevilla, otra vez a la carga con el nuevo modelo de financiación “con recursos y voluntad política” y en un marco de certidumbre que permita programar y planificar el futuro. El consejero se abanicaba mucho por el calor y creo que en parte porque no esperaba por dónde le podría saltar un rector que desde el principio se había puesto en modo activo, no el enfrentamiento por el enfrentamiento y sí la defensa a ultranza de la dignidad de la UJA y de la provincia, pues entendía que exactamente ese era su deber.
Aquello pasó y en los siguientes meses, gracias en parte a que todos los rectores y rectoras han sido sensibles al principio de consenso para que ninguna salga perjudicada, existe al fin un nuevo Modelo de Financiación, que en principio obtiene el visto bueno generalizado y es compartido por la Consejería, aunque hay un problema, para que se ejecute necesita, esto es fácil de entender, que Hacienda libre los fondos. Un Modelo sin dinero es un simple brindis al sol. En consecuencia la Universidad de Jaén, que sigue teniendo pendientes cantidades para nivelar los efectos negativos de cuando la querían rebajar a la segunda división, debe mantener su espíritu reivindicativo para simplemente demandar lo que le corresponde. A todo esto, como se suele decir que el roce hace el cariño, o porque es imposible mantener durante seis años un pulso desde el Rectorado con la Consejería, absolutamente innecesario y también perjudicial para nosotros, las relaciones, por cierto entre dos viejos conocidos, Villamandos y Ruiz Reyes, se han ido allanando, igualmente hay consenso en el conjunto de las universidades públicas, pero por lo que respecta a la provincia existe un antes y un después por un lado desde las elecciones al Rectorado del pasado año, y ya más reciente la visita del consejero a Linares de donde salió un pacto suscrito por ambos, algo inédito que debe atender a las consecuencias de un diálogo del que yo denominé “pacto de Linares”, con un compromiso tácito de ir asumiendo cada uno de los planteamientos de la UJA, no solo el modelo financiero, también mapa de titulaciones, infraestructuras, Medicina…Ahora es el rector y su equipo quienes tienen que defender el contenido de ese documento y como la política no es muy de fiar, en su caso habrá que pedirle explicaciones al propio rector y claro está, al consejero.
Por lo demás un año es muy poco tiempo, se ha pasado muy rápido y si demandas opiniones en el Campus cada cual te hablará según le haya ido en este periodo, y es muy difícil hacer un diagnóstico fiable cuando hay intereses tan dispares. Por tanto diré simplemente lo que yo percibo. El equipo de gobierno se va ajustando y hay algunos vicerrectores que ya están desde hace tiempo a pleno rendimiento. No es el momento de dar nombres aún, pero algunos y algunas despuntan porque hacen bien su trabajo, igual que sus antecesores en las respectivas responsabilidades. En cuanto al rector, Nicolás Ruiz, es él en estado puro. No ha dejado en este tiempo de defender los mismos criterios y se ha tomado muy en serio, no digo más que los demás, pero lo exterioriza con más contundencia, el inseparable binomio UJA-Provincia, o lo que es lo mismo, la UJA como motor del progreso de la provincia, y no solo con ese Vicerrectorado de Desarrollo Territorial que está llamado a impulsar acciones en los 97 municipios y que pronto se va a convertir en la joya de la corona en cuanto a implicación y colaboración institucional, sino que en todos los actos donde está la Universidad y asiste el rector, siempre hace uso de la palabra, sobre todo cuando hay desencuentros, para llamar la atención sobre lo que la provincia espera de las instituciones, consenso y compromiso en lugar de discusiones estériles, casi siempre por cuestiones políticas. Nicolás Ruiz, repite constantemente que hay que exigir para Jaén “gobierne quien gobierne” y ha logrado, porque en parte tiene que ser su papel, que la UJA con su prestigio y su independencia sirva de árbitro o pegamento en determinadas situaciones, en bálsamo para superar enfrentamientos históricos que tienen culpa tantas veces de la parálisis de Jaén. Lo ha hecho en el Cetedex, en el Plan Estratégico, y en todos cuantos lugares la Universidad es convocada. Donde esté la Universidad allí hay que invertir en futuro y sin pérdida de tiempo, esa es también una contribución al Desarrollo Territorial y otra que dará que hablar el protagonismo de todas las ciudades y pueblos que van a poder contar con su Universidad a la hora de pensar en grande.
La Universidad de Jaén ha presentado recientemente su oferta de Grados y Dobles Grados para el curso próximo 2024-2025, por medio de una campaña dirigida a los estudiantes bajo el título de “Tu viaje comienza aquí y ahora”. Como ha señalado el rector, se trata de transmitir a los que pueden ser futuros alumnos la singularidad de esta institución cuyo único objetivo es formar a los profesionales del futuro y al tiempo contribuir al desarrollo del territorio, dos funciones que se complementan y que constituyen la esencia del trabajo que desarrolla el equipo de gobierno de la institución académica. El propio rector puso énfasis en que los estudiantes, y aunque parece una obviedad es oportuno ponerlo de manifiesto, son la única razón de ser de la UJA, en unos campus en los que gracias a la proyección que tiene, también en el ámbito internacional, se da una pluralidad que se considera como una de sus fortalezas.
Nada hay en Jaén más importante que la Universidad, por eso es bueno observar que demuestre su alto grado de entusiasmo en el compromiso con mejorar el futuro de las próximas generaciones de jienenses. La UJA ha definido ya un estilo, se ha posicionado como un instrumento que quiere ser punta de lanza de toda una provincia y que está formando precisamente a unas generaciones que en lugar de salir fuera deberían ser, y nada nos agradaría más, las que cogieran el timón de esta provincia que tiene derecho a un futuro de progreso y modernidad. El gran objetivo, al que no ha renunciado la UJA, y ojalá que podamos verlo hecho realidad, es que el talento que sale de Jaén se quede en nuestra tierra. Ya sabemos que no es fácil y que se escapa por completo a la voluntad exclusiva de la institución y depende de otros factores económicos y sociales del territorio, del entorno, pero al menos consuela comprobar que la Universidad no está de brazos cruzados y que a través de sus proyectos estratégicos, incluso de sus lemas, está animando a Jaén a que cuente con su UJA porque su UJA no tiene más misión que la de ser útil a los intereses de la provincia.
También ha sido un año en el que no ha habido tiempo para el descanso, menos mal que llega el verano. Ha habido buenas noticias para la UJA, como la mejora en los ranking nacionales e internacionales, por ejemplo es un orgullo que estemos en lugares de privilegio entre las 300 mejores universidades jóvenes del mundo y la primera entre las andaluzas. Mejoramos también el ranking nacional. Y no podemos olvidar la importancia de su proyección internacional. Y, sobre todo, insisto en que cada vez que escuchamos hablar al rector, de lo que sea, siempre traslada su inquietud por el presente pero también por el porvenir, y lo hace con fuerza, convencido de que dice lo que siente. Mientras esa sea su hoja de ruta merecerá todo el crédito. Lo mejor de todo es que nuestra Universidad siga exhibiendo esta solidez de la que actualmente goza, que es lo más grande que se puede decir de ella. Vamos a por los cinco años siguientes, con la esperanza de que todavía lo mejor está por llegar.
Foto: El Rector Magnífico de la Unuversidad de Jaén, Nicolás Ruiz Reyes, tomando posesión hoy hace un año, en el Palacio de San Telmo, ante el presidente de la Junta, Juanma Moreno, y el consejero de Universidades, José Carlos Gómez Villamandos.
Estupendo análisis!