Por ANTONIO GARRIDO / Se han dado a conocer en estos días los datos referidos al pasado año de la actuación de Cruz Roja de Jaén, una institución humanitaria muy arraigada en las entrañas de la sociedad jienense donde desde hace décadas es bien perceptible su tarea en pro de las personas y colectivos más vulnerables. La gran fortaleza de Cruz Roja en la provincia de Jaén, el aval para identificar sus actuaciones, se resumen en el apoyo de más de 14.000 personas y empresas que respaldan como socias la trayectoria y el trabajo día a día de una organización que cuenta con unos 3.000 voluntarios en toda la geografía jienense.
Pero sin duda su gran fortaleza, lo que justifica la existencia y el compromiso de Cruz Roja de Jaén es haberse acercado durante el pasado año a más de 35.000 personas, a través de una buena gestión y de una expresión enorme de solidaridad, todo ello para llegar donde tantas veces no acceden las administraciones y donde Cruz Roja desempeña una labor impagable junto a otras entidades como Cáritas, Banco de Alimentos, comedores sociales y no pocas ONG, entre otros colectivos que se movilizan en el ámbito de la solidaridad, entre los cuales Cruz Roja es un puntal como lo demuestran los hechos, que valen más que las palabras.
La actuación de Cruz Roja sigue siendo tan necesaria como siempre, porque en esta provincia, mal que nos pese, y ya lo creo que es lamentable reconocerlo, hay muchas personas y familias que lo están pasando mal, y esta organización humanitaria realiza una labor impecable en temas sociales, que también se extiende a su aportación a la búsqueda de empleo y la inserción laboral de personas en exclusión social.
Se puede sentir muy satisfecha toda la familia de la Cruz Roja de Jaén por estar dando respuesta acomodada a la situación actual de la provincia y a los nuevos retos sociales en permanente cambio. Muy en resumen son decenas de programas los que están en marcha para ayuda a las personas y colectivos más vulnerables, uno de ellos, que constituye hoy por hoy la joya de la corona de la actuación de Cruz Roja en Jaén, el fomento del empleo, tarea en la que se lleva trabajando desde hace años con el resultado de atención a más de 5.000 desempleados y la inserción laboral de 891, según los datos de 2023 presentados por la institución. Esta es la línea que se adoptó en su día y que sigue vigente, que cuando alguien llegue a Cruz Roja no se vaya solo con alimentos, sino con un empleo que sea digno para él y toda su familia, lo que justifica plenamente el trabajo de una organización tan reconocida y respetada por la sociedad jienense, no sin antes lamentarse de que en Jaén la crisis no ha acabado para muchas personas, es un estado permanente.
Pero, como ha señalado con preocupación el presidente de Cruz Roja Jaén, Jerónimo Vera, en este momento hay un programa estrella en el que se están poniendo los cinco sentidos, o los 32 que dicen los expertos que existen, me refiero a la lucha contra la soledad no deseada, a la que los profesionales de Cruz Roja no dudan en considerar “una pandemia invisible”, porque se está convirtiendo en un problema de calado para muchos colectivos y que afecta mayoritariamente a mujeres, las grandes desfavorecidas en diferentes ámbitos, también es una lacra social relevante que el mercado laboral discrimine sistemáticamente a las mujeres en la provincia, no hay más que ver los datos del paro, sin que ello produzca un rechazo en la sociedad de Jaén que debería ser clamoroso.
Pero volvamos los ojos hacia este tristísimo panorama de la soledad no deseada, a la que Cruz Roja, al margen de lo que puedan hacer y hacen otros colectivos, prestó atención a 2.385 mujeres el pasado año a través de su voluntariado, pero es tanta la demanda que probablemente la realidad le indique la urgencia de poner más medios en este grave problema. Toda la organización puede sentirse satisfecha de las consecuencias que se vienen derivando de la tarea que tiene encomendada y de su entusiasta labor.
Por cierto, viene muy a cuento dedicar unas líneas a la atención de la dependencia, una conquista social importante, pero cuyo funcionamiento deja mucho que desear, sobre todo para las personas de mayor edad que a veces se mueren esperando que sus casos sean resueltos, porque normalmente desde que se solicitan los servicios hasta que se conceden y se activan, suele pasar mucho tiempo, demasiado en una sociedad del siglo XXI en la que las administraciones nos pintan el mundo en rosa, que si ventanilla única, que si…a título de ejemplo les cuento un caso que conozco de cerca, se trata de una señora a punto de cumplir 92 años y para la que por su situación personal, cada vez con mayores problemas de movilidad, etc., se le solicitó la revisión de su caso hace exactamente dieciséis meses y aún se está a la espera de resolución. ¿Alguien cree que esto es normal? Pues está pasando y la lista de espera tiene que ser dolorosa, en primer lugar para los afectados, pero creo que también para quienes tienen que dedicarse a la gestión. Creo que debe ser un problema de personal, pero es inexplicable que esto ocurra y a los políticos se les llene la boca de discursos vacíos de contenido y de paso insultando a nuestra inteligencia porque tenemos los ojos abiertos para observar que casi nunca se corresponde lo que dicen con lo que hacen.