No pretendo marcarle la hoja de ruta a los miembros de la plataforma “Jaén Merece Más”, pero me imagino que tras la manifestación del 17 de junio, que en realidad era una presentación en sociedad, algo así como enseñar sus cartas credenciales, ahora lo lógico es que se vaya pasando a lo concreto, tema a tema, en la seguridad de que hay una larga relación de asuntos de los que preocuparse en esta ciudad en la que por desidia, por irresponsabilidad, por ineptitud, por los enfrentamientos, por todo un poco, hay una larguísima lista de espera con asuntos que ya no aguantan más. Entre ellos se encuentra el dichoso tranvía de Jaén, que por diferentes razones, especialmente la gran inversión realizada y la imagen que proyecta de la capital a propios y extraños, entiendo que debería ser un objetivo prioritario para tratar de sacar el sistema tranviario de su actual situación de parálisis.
En los últimos días hemos visto lo que ha ocurrido con el Museo Íbero, unas cuantas administraciones concernidas por una solución a su apertura y puesta en servicio para disfrute de los jienenses, ha conseguido el resultado que se deseaba y en unos meses habrán acabado, suponemos, porque no queremos pensar en que pueda haber algún nuevo obstáculo, todas las dificultades. Curiosamente todo el mundo ha salido satisfecho, incluso el secretario de Estado de Hacienda, el señor Fernández de Moya, ha saludado la “magnífica noticia”, que él mismo pudo propiciar con haber movido un dedo en sentido positivo, pero en fin, bien está lo que bien acaba y en este caso ha dado su fruto la iniciativa del alcalde de sentar a las diferentes administraciones en una misma mesa. De Javier Márquez es el principal mérito, no me cabe la menor duda, aunque cada cual quiera contarnos su película.
¿No es urgente hacer algo parecido, o exactamente lo mismo, con el tranvía de Jaén? No podemos seguir asistiendo al lamentable espectáculo de la comunicación mediante notas informativas o ruedas de prensa, en las que se da a entender con toda claridad que nadie da su brazo a torcer y que pensar en la puesta en marcha este mismo año del sistema tranviario es prácticamente imposible, porque de llegarse a un acuerdo, que ni está ni se le espera, primero habría que abordar la puesta a punto del transporte que, aunque las autoridades no siempre lo reconozcan, sufre un deterioro importante que se justifica con más de seis años paralizado y en cocheras.
Creo que ya es hora de que todas las partes afectadas, especialmente Junta y Ayuntamiento, pero con luz y taquígrafos, es decir, con presencia de colectivos ciudadanos, para que sirvan de notarios y testigos de los encuentros y desencuentros, se sienten en una mesa a dialogar y no se levanten de ella hasta que no hayan llegado a un principio de acuerdo que se pueda incluso firmar en esta reunión. Es ahí, en ese foro, donde se deberían dirimir pros y contras, en lugar de enviarse recaditos por los medios de comunicación. En los últimos días, por si alguien pensaba que el terreno hacia las soluciones ya estaba abonado, el alcalde había sugerido una nueva línea para hacer rentable el tranvía, y el consejero de Fomento, Felipe López, ha respondido un tanto airado, al menos así interpreto sus declaraciones públicas, entre otras cosas porque creo que cuando falta información los políticos disparan sus dardos a lo que caiga y no suelen someterse a la disciplina de la prudencia.
No soy el portavoz del alcalde ni lo pretendo, pero he entendido que, sin perjuicio de poner ahora en marcha el tranvía, el regidor local lo que sugiere es que se proyecte para el futuro otra línea para ampliar zonas de la ciudad donde pueda existir demanda de viajeros, lo cual es compatible con el funcionamiento del transporte. Por cierto se trata de un criterio que está muy extendido entre los jienenses, entre ellos técnicos cualificados que creo que saben bien de lo que hablan. Responder con un no categórico ya indica cómo se encuentra el “estado de la cuestión”. Es verdad que urge más la puesta en marcha de lo que hay antes que abrirse a nuevas propuestas, por eso se echa más en falta un lugar de encuentro habitual para sacar todos los asuntos del tranvía, incluidas las sugerencias que han de agradecerse si tratan de encontrar puntos en común y sacar este proyecto adelante de una vez por todas.
Pues bien, en la reunión que propongo también debería estar invitado el responsable de Ciudadanos en Andalucía, Juan Marín y/o la portavoz provincial, Raquel Morales, ya que a la hora de la aprobación de los presupuestos de la Junta, los dirigentes del partido de Rivera siguen insistiendo que pusieron sobre la mesa ante Susana Díaz, como una de las obligaciones que debía contraer el gobierno andaluz, la puesta en funcionamiento del tranvía de Jaén, pero hasta el momento deduzco que se les ha hecho poco caso. Entiendo por tanto que se les debe dar la palabra y si es verdad ese nivel de exigencia, deben mantenerlo y exigirlo ante la Consejería de Fomento, ante el consejero Felipe López, que pensábamos que por tratarse de él, precisamente por eso, por ser conocer del problema desde su raíz y además no ser ajeno a la ruina económica del Ayuntamiento de Jaén, iba a provocar una mayor diligencia en las soluciones, y a la hora de la verdad no ha sido así, supongo que habrá razones de peso, pero el caso es que otras veces hemos sabido de contactos no publicitados entre autoridades responsables para avanzar en las soluciones, ahora no sé si existen, lo que es una evidencia es que no se traslada a la opinión pública ninguna noticia favorable ni indicio alguno que haga pensar que el tranvía lo tenemos cerca. Más bien todo lo contrario.
Por eso la sociedad civil, la militancia ciudadana, a través de sus grupos y colectivos organizados, y en concreto la plataforma “Jaén Merece Más” debe liderar, ya que los políticos no saben o no quieren hacerlo, un movimiento en favor del tranvía para que salga de su actual vía muerta. Ya está bien de tomarnos el pelo a los jienenses y castigarnos con una infraestructura que hace poco cumplió seis años y que es un monumento que todos los días nos recuerda no ya un gigantesco despropósito, sino a todos los malos políticos que hemos padecido. El tranvía, lo repetiré una vez más, es un retrato al natural del fracaso para Jaén de la política y los políticos, sálvese quien pueda, pocos por cierto.
Por supuesto hay que establecer un orden de prioridades y junto al tranvía hay que establecer una hoja de ruta, donde la sanidad debe estar en un lugar preeminente. Ahora que tenemos sociedad civil organizada, que es capaz de mantener un perfecto equilibrio entre responsabilidad y rebeldía cívica, no es hora de perder el tiempo. Jaén lo agradecerá.