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He participado en la marcha por el tren que se ha desarrollado esta mañana desde la capital hasta Santa Elena, todo por autovía. Como estaba previsto han participado un centenar de vehículos porque así lo requerían las medidas de seguridad adoptadas por la Subdelegación del Gobierno por coincidir con una jornada especial de tráfico por la operación salida y retorno de las vacaciones de mitad de julio. Por eso han sido centenares de vehículos los que han adelantado por la izquierda y se han impedido las restricciones, que son las que de haberse producido, hubieran convertido la marcha en noticia. Por eso ha pasado un tanto desapercibida, de hecho en los boletines de radio de las doce del mediodía y de la una de la tarde, no ha habido ni una ligera alusión a esta rebelión descafeinada de los jienenses, pero durante el día algunas cadenas han reaccionado.

Entiendo y comparto que para protestar no se debe atentar contra derechos de terceros, como quienes han circulado esta mañana por las autovías jienenses afectadas, pero cuando se quiere llamar la atención por algún problema, y el de las comunicaciones por ferrocarril en Jaén es de enormes dimensiones, si se hace tan light como ha ocurrido hoy, lo normal es que no llame la atención más que por los lugares de paso donde se han estacionado curiosos para presenciar una escena tan poco usual y casi festiva, desde luego lo menos parecido a una protesta en toda regla, aunque algunos carteles sí podían dar la impresión de que la marcha era como una procesión cívica pero con la rabia contenida.

Ya he venido diciendo que esta acción reivindicativa, la marcha por el tren, que en algún sitio he visto denominar “La Madre de las Batallas” no guardaba proporción con la magnitud del abandono del ferrocarril respecto a la capital y a la provincia. Entiendo por tanto las quejas que se han expresado, sobre todo en redes, de que cien vehículos eran un número insignificante y que para exteriorizar el malestar del aislamiento ferroviario y la situación concreta, muy penosa, del tren en Jaén, empezando por la propia capital, ha podido causar decepción que el paseo se haya desarrollado con absoluta normalidad, demasiado oficialista en el gesto, como para no molestar más de lo estrictamente necesario. De hecho parece que la protesta se dirigía al aire y no han estado identificadas las instancias a las que nos dirigíamos. Tímidamente en los medios se han deslizado declaraciones en el sentido de constituir una llamada al Estado y a la Junta de Andalucía. No se ha puesto el foco donde debería estar, en el gobierno de la nación y en su Ministerio de Fomento. Lamentablemente no se pueden pedir efectos retroactivos, ni siquiera para quienes fueron pasando por los cargos ignorando las aspiraciones de Jaén, si es que llegaron a conocerlas en todos los casos, porque muchos políticos de la tierra han hecho el mismo papel que los leones de las Cortes, no han abierto la boca en la defensa de las comunicaciones para Jaén.

Todo esto ya sabía que podía ocurrir, pero a pesar de todo he acudido a esta marcha por el tren, como supongo que ha sido el caso de otros jienenses, por las siguientes razones:

Es la primera vez, al menos que recuerde en este momento, que un político, en este caso un responsable público, el alcalde de Jaén, el socialista Julio Millán, se atreve a convocar a los ciudadanos, aunque sea en las condiciones establecidas, a un acto reivindicativo sobre un mal endémico de Jaén. Es verdad que no pasa de ser un gesto, pero alguien tenía que provocar la primera reacción y hay que esperar que a partir de ahora ya no haya vuelta atrás y se va a estar actuando permanentemente. De hecho el alcalde ha anunciado que cuando haya gobierno la primera medida será solicitar una reunión con el ministro de Fomento, para que conozca la realidad ferroviaria de Jaén, si es que no está al corriente de ella, y exigir respuestas a estas demandas políticas y sociales. El alcalde ha conseguido que la voz del Ayuntamiento sea una, lo cual es un triunfo en los tiempos que corren.

—He ido también porque es la primera vez, asimismo, que se produce una situación de unidad tanto en las fuerzas políticas representadas en el Ayuntamiento como en el conjunto de los partidos del ámbito provincial. Es verdad que en los últimos días se han intercambiado descalificaciones, como han venido haciendo toda la vida, sobre todo para salvar la responsabilidad que tienen en una historia plagada de inacción y abandono de los intereses legítimos de este territorio. Pero no sería justo que, aunque sea impulsados por el clamor ciudadano y los reproches sonados a la clase política, las distintas formaciones parecen haber entendido el mensaje y esto no merece que se le haga un homenaje pero sí que aunque sea de manera tardía figure en el haber.

—También había que acudir para contribuir a la concienciación de la parte de la sociedad jienense que no es consciente aún de que la tan deficiente infraestructura ferroviaria viene siendo un enorme tapón para el progreso y el desarrollo de la provincia. Y del mismo modo para apoyar a todas las fuerzas sociales que han decidido sumarse a la marcha conscientes de que algo se está moviendo tanto en el orden político como en las instituciones cívicas y ciudadanas. Así hemos visto a  representaciones de la plataforma “Jaén Merece Más” y de otras que vienen reivindicando más y mejores trenes para Jaén; se ha detectado la presencia del colectivo empresarial PROA y de otros representantes del mundo empresarial y comercial, algunas organizaciones sindicales, federaciones vecinales, sector de la hostelería, taxistas, algunos colegios oficiales, asociaciones profesionales, mundo del deporte, etcétera, porque no sería posible citar a todos los que han concurrido. Es verdad que también se han notado ausencias, algunos políticos que tal vez deberían haber estado y no lo han hecho por las razones que sea.

El alcalde de Jaén, que ha sido la autoridad convocante, ha valorado positivamente la respuesta de este día, su normalidad, y el objetivo que no ha sido otro que “poner simbólicamente el acento en la demanda social de mejores comunicaciones por tren para Jaén”. Ha llegado la hora de situar a Jaén en el mapa ferroviario de las administraciones. El Ayuntamiento de Jaén se ha querido constituir en una locomotora para no cejar en el empeño, pues en parte su carácter de capitalidad depende de muchos factores, entre ellos unas comunicaciones dignas y propias del siglo XXI. El propio alcalde se ha referido a algunas de las apuestas que se persiguen, empezando por la prioridad de mejorar la conexión con Madrid. De igual manera subraya la necesidad de renovación del trazado en velocidad alta con Córdoba para garantizar la conexión con Málaga y Sevilla, y acometer el estudio informativo para la viabilidad de la conexión con Granada. Hay más, pero habría que empezar por estos primeros deberes.

Hoy, cuando hablábamos con algunos de los participantes en la marcha, la opinión generalizada es que no se trata tanto de traer el AVE a Jaén, que seguramente nos queda aún lejos, sino de que se le preste atención a la provincia y singularmente a la capital, y nos pongan trenes tipo Talgo que mejoren ostensiblemente el servicio, que hoy se presta en pésimas condiciones, y que se haga en un tiempo adecuado. El AVE ya nos pudo rozar dos veces y los respectivos gobiernos lo evitaron a toda costa, primero el de Sevilla, ahora el de Granada…Cuando esta última semana hemos escuchado, visto o leído declaraciones de algunos representantes políticos tratando de barrer para casa sobre hipotéticas conquistas del ferrocarril para Jaén que solo están en su imaginario partidista, porque los argumentos no se sostienen, la respuesta únicamente se puede dar por vía de los hechos.

Si tanto dicen que han hecho unos y otros por el tren, cómo es que por ejemplo en los dos últimos días hemos sentido vergüenza ajena ya que servicios de Madrid con Jaén y de Sevilla con nuestra ciudad han sufrido incidencias, que por otra parte son habituales, y ha habido que recurrir a los trasbordos para remediar unas comunicaciones tercermundistas. ¿De esto es de lo que algunos políticos se sienten tan satisfechos? También en los últimos días hemos leído en las redes sociales testimonios de personas, que dicho sea de paso merecen todo el crédito, explicando sus experiencias, sobre todo con el tren Madrid-Jaén, que daría para escribir un libro de despropósitos, sin que nadie se haya ruborizado por ello, ni siquiera aquellos que no paran de justificar lo que es injustificable.

Como resumen, si después de lo ocurrido hoy no siguen actuaciones políticas contundentes y si son necesarias movilizaciones con mayor calado, para llamar la atención de toda España, estaremos perdiendo una oportunidad histórica, esta que ha permitido que Jaén al fin se despierte. Mi felicitación al alcalde porque su convocatoria, pese a todas las limitaciones, ha contribuido a abrir los ojos. Solo espero que los que no movieron un dedo jamás no se atrevan ahora a descalificar la caravana de hoy. Y finalmente, me sentiría muy decepcionado si a pesar de estas expectativas que se acaban de abrir, esta batalla termina en una nueva frustración, si las administraciones siguen condenando a Jaén a la indigencia. Solo que ahora confío en el músculo de la sociedad civil, y en la confianza de que ya no lo va a volver a permitir.

   

 

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