Los gobiernos, todos, presumen de estar preocupados y ayudando en estos difíciles momentos al comercio establecido. Hace muy pocas semanas sacábamos a relucir el malestar de los colectivos comerciales por la situación en que les ha dejado la pandemia y no ha terminado. Algunas ayudas hay, pero resultan insuficientes cuando de hecho se está produciendo un goteo de cierre de establecimientos. Hoy me daban cuenta de cinco o seis seguidos, de diferentes sectores, y hago referencia expresa al centro, que es donde más llama la atención y donde es más complicado mantener los negocios por el precio de los alquileres y otros gastos obligados, cuando los ingresos siguen estando en horas bajísimas. Las dificultades económicas se van a llevar por delante en el conjunto de la capital a un buen número de establecimientos, incluida alguna que otra franquicia, como la tienda de Massimo Dutti en la calle Roldán y Marín, que mañana, sábado, se despide, es su último día.
Cuando una franquicia anuncia que deja la plaza es sin duda una pésima noticia, de ahí que el sector esté revuelto y lo manifieste a través de las redes sociales. Malo para la capital y por supuesto, que nos debe preocupar tanto o más, por los empleos a los que afecta. Es verdad que a la par van a llegar otras firmas al Jaén Plaza, pero el centro de la ciudad lejos de reactivarse va languideciendo poco a poco, se viene denunciando en los últimos años, es un panorama anunciado. Creo que un Ayuntamiento tiene muy limitadas las posibilidades para salvar una situación tan compleja, de todas formas no sé qué se puede hacer por dar vida al que debiera ser motor de la capital y que tal como denunciaron hace poco colectivos como “Müy Jaén” precisaría de un revulsivo. Me da pena de esta falta de expectativas y de tan malos augurios.
Gobierno y oposición se envían mensajes a propósito de la situación económica del Ayuntamiento. Al portavoz del PP, Manuel Bonilla, se le ha ocurrido pedir cuentas a su sucesora en el cargo sobre el drama de los números. Bonilla, que fue cocinero antes que fraile, porque ostentó la responsabilidad de la Concejalía de Hacienda y se le tiene reconocida buena gestión, a pesar de que durante unos años le tocó administrar la miseria, eso sí, con resultados satisfactorios porque se dio la sensación a la ciudad, otra cosa eran las bambalinas, de que la ruina económica no era un problema agobiante, y esto en realidad ayudaba a pensar en aspiraciones y proyectos. Esto hay que agradecérselo a Bonilla, y que a diferencia de la etapa anterior a él, que hubo no pocos sobresaltos, retrasos en el pago de nóminas, en los pagos a proveedores, etc., en cambio en su etapa se vivió una especie de calma chicha, a pesar de que de facto estábamos intervenidos, y así seguimos, por el Ministerio de Hacienda, lo cual tiene mucho más mérito. La actual responsable de la Concejalía, María Orozco, de Ciudadanos, que dicen que es el verso suelto dentro del grupo municipal, tampoco ha dado hasta el momento ningún motivo para la alarma, está cumpliendo escrupulosamente, de aquí en adelante no sabemos lo que ocurrirá, pero por lo pronto ella lo que sí ha hecho es leerle la cartilla a sus antecesores, recordando que de aquellos polvos estos lodos, o, lo que es lo mismo, que se encontró un marrón más complicado de lo normal.
Lo hemos dicho en más de una ocasión, en las actuales circunstancias del Ayuntamiento de Jaén hay que tener muchas ganas de ser alcalde o responsable del área de Hacienda, porque las manos están atadas y la gestión que se puede realizar no permite grandes euforias. El Consistorio tiene entre manos la posibilidad de engancharse a la ITI con un poco de suerte, tiene que gestionar los fondos del DUSI, y necesariamente ha de llamar a las puertas de las otras administraciones. La propia María Orozco reconoce que esperan una respuesta de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que por lo visto no tiene cinco minutos para dedicarlos al Ayuntamiento jienense. Ya les digo yo que mejor que tiren para otro lado, porque todo hace indicar que del gobierno central, y lo digo en base a las evidencias, no debe confiar en que lleguen buenas noticias. Estoy seguro de que la concejal de Hacienda lo tiene que estar pasando mal, aparte de gestionar la ruina y tratar, que debe ser casi milagroso, de no ser pájaro de mal agüero, ha de lidiar un problema político interno.
Otro tema municipal que se acaba de poner sobre la mesa y del que el equipo de gobierno saca pecho, es el funcionamiento del área de Urbanismo. El concejal Francisco Chica ha dado cuenta de que en un año el Ayuntamiento ha tramitado más de 2.000 licencias, a pesar de la pandemia, con lo que opina que se han podido impulsar inversiones que son muy necesarias en este momento de revés económico en el que nos encontramos. Se ha querido distanciar el edil de la lentitud que a su juicio imperaba en la etapa anterior, que parece un hecho objetivo porque los sectores directamente afectados se quejaban y ahora no abren la boca, me refiero a constructores, arquitectos, aparejadores, etc. Se presume más agilidad en el negociado y que no se conocen esos plazos tan largos que acababan por aburrir al más pintado, inversores incluidos. El concejal pone además como ejemplo la celeridad que se está dando a los proyectos de empresas para establecerse en el centro comercial Jaén Plaza, que si bien fue captado por el gobierno que lideraba Javier Márquez, es ahora cuando se afirma que todo es más fácil y los empresarios que optan por Jaén reciben por parte del Ayuntamiento una alfombra roja para instalarse. En la dificultad es bueno comprobar que los servicios funcionan y sirven para dar confianza.
Sigue sin haber pronunciamiento formal del Consistorio sobre los trabajos para afrontar la situación social y económica agravada por la actual crisis sanitaria y económica que padecemos. Si eso significa que se sigue en el camino del consenso, nada que objetar, da igual tardar unos días más si finalmente la conclusión que sale es un documento de mínimos establecido de común acuerdo. De lo que ya parece que nadie quiere hablar es de la firma del convenio del tranvía. Hace semanas se pronosticaba que la rúbrica entre el presidente de la Junta, Juanma Moreno, y el alcalde, Julio Millán, podría haberse fijado para el día 16, pero esa posible cita quedaba anulada por problemas de agenda del titular del gobierno andaluz, si bien de todas formas, ha trascendido que el famoso y polémico documento no estaría aún preparado. Debería de hacerse público de una vez por todas para que nos hagamos a la idea de dónde está la dificultad. Hace semanas terminaron las conversaciones de la comisión técnica formada y ya se decía que quedaban flecos. Miedo me da, porque cada vez que aparece la palabra flecos, como cuando estuvo a punto la solución y la anunciaron a bombo y platillo Francisco Reyes, Felipe López y Javier Márquez, no sé cómo, se desanda el camino. Ya es difícil creer las versiones de los políticos, por eso del tranvía me lo voy a creer cuando lo vea circular. Y queda, ya lo creo que queda…
En los últimos días también han tratado de trasladarnos buenas impresiones en torno a Marroquíes Bajos y lo ha sido gracias al campo arqueológico que va a funcionar en principio durante unas cuantas semanas por el convenio entre el colectivo Gente y la Asociación Cultural Marroquíes Bajos, con el Ayuntamiento y varias colaboraciones de empresas. Se ha hecho hincapié en que es la primera vez que se actúa en una parcela del yacimiento después de ¡¡¡20 años!!!, y por lo visto creen que con estas excavaciones en un foso del Calcolítico, a cargo de un grupo de voluntarios, a los que hay que estar profundamente agradecidos por su labor, ya nos van a conformar y hasta otra oportunidad, puede que dentro de otros 20 años. Lo único que la ciudad espera de Marroquíes Bajos es que deje de marearse la perdiz y las administraciones competentes, en especial la Junta de Andalucía, asuman el compromiso, anunciado hace décadas, de convertir la emblemática zona en un atractivo parque arqueológico. ¿Cuántos años tendrán que pasar aún para que lo veamos hecho realidad?
Foto: Imagen de la céntrica calle Roldán y Marín, tomada ayer. En ella se encuentra la tienda de «Massimo Dutti» que mañana cierra sus puertas definitivamente.