Dice el refrán que las cosas de palacio van despacio. Se le puede aplicar perfectamente al Ayuntamiento de Jaén, donde la ruina económica lo supedita casi todo, y la verdad es que suplirlo con imaginación únicamente se percibe en casos muy contados. Algunas concejalías directamente sestean porque no se les ve la menor iniciativa para salir de este bache. No hay presupuesto y el que existe es prorrogado. Se ha anunciado ya cantidad de veces el pleno para llevar las cuentas, debe ser una tarea harto difícil, y además debe contar con el visto bueno del Ministerio de Hacienda, miren por dónde uno de los que han sido los “padres de la criatura”, sí, el de la estampida, tendrá que echarle ahora un vistazo y supongo que Fernández de Moya, que de él habló, habrá dado las claves para que los números cuadren. Han pasado muchas semanas por el departamento de cocina y maquillaje, de modo que veremos lo que ofrece a la ciudad el equipo de gobierno, aunque supongo que no hay que esperar sorpresas porque milagros no, al menos por el momento.
Es curioso que frente a la necesaria y saludable transparencia, los gobiernos municipales –que no es algo exclusivo del PP, por supuesto que no—tratan de evitar poner sobre la mesa los resultados económicos del ejercicio, que no pocas veces tratan de justificar con los argumentos más peregrinos. La verdad es que a efectos económicos el año 2016 ha seguido la senda de los anteriores, corregido y aumentado, porque se ha logrado lo contrario de lo deseable, ahora la situación es peor, la deuda es mayor, la ruina ha sobrepasado todos los límites.
Con todo, el presupuesto debería aprobarse y supongo que el alcalde lo debe tener medio atado con todos o al menos parte de los concejales no adscritos, aunque entrar en ese escenario de pocos y mal avenidos me gusta poco, pero la realidad es que el PP necesita a quienes el pueblo eligió como la llave, y dejándose atrás principios de ética y estética el gobierno local pasa por el aro, porque, con pactos o sin ellos, la necesidad obliga.
No es el mejor escenario, desde luego, pero en cierto modo se lo ha buscado el PP gobernante en minoría porque tal vez no se ha sabido trabajar mediante el diálogo, la comunicación y todos los datos sobre la mesa, todos, un mayor grado de consenso municipal en este tiempo tan complicado y en el que se las prometieron al principio en que el panorama sería muy diferente al que se está viviendo. Esta es una de las causas, seguramente de las más importantes, en la deriva municipal.
¿EL AÑO DEL TRANVÍA?
¿Y qué pasa con el tranvía? He leído por ahí a algunos políticos que se atreven a afirmar que hay posibilidades de que 2017 sea el año de su puesta en marcha. Se ha dicho asimismo que en este momento se está produciendo el chequeo sobre este transporte. Lo único que me daría cierta confianza es que el actual silencio sobre el particular suponga que están trabajando el alcalde Márquez y el delegado de Fomento, Valdivielso, porque es lo único que me daría alguna confianza. Problemas no faltan, sobre todo definir quién paga la explotación si el Ayuntamiento no tiene recursos y la Junta no se mueve del 40%.
Además cuando se echa un vistazo a los otros tranvías que se crearon por la época queda justificado que tantos jienenses sean tan pesimistas con el sistema tranviario. Estos días, sin ir más lejos, se han tenido noticias de la ruina que está siendo para Zaragoza su también polémico tranvía que en su momento nos presentaron como modélico. Los ideólogos, por las razones que fuera, tuvieron prisa y no completaron todos los estudios. En fin, espero que alguien ponga luz en el caso de Jaén.
No soy de los palmeros del tranvía, esta ciudad tenía otras prioridades, en cambio hoy pienso, con las vías puestas y las máquinas encerradas hace más de cinco años, que lo incomprensible, lo que habla muy mal de nuestros políticos y de paso traslada una pésima imagen de la ciudad, es que un desembolso tan enorme, que ha sido considerado de spilfarro, derroche, retrate a la ciudad y sus representantes lleven cinco años mareando la perdiz incapaces de aceptar la realidad, por difícil que sea, y darle una solución. La de cosas que han pasado en Jaén desde el año 1979 que se inició la democracia en los ayuntamientos (y también antes, por supuesto), pero esto no tiene nombre, es un retrato al natural de la ciudad de Jaén, de sus rémoras de abandono y dejar que el problema se pudra. Inexplicable.
Y EL TREN
Pero dejemos el tranvía y vayamos al tren, porque estos días han aparecido algunas noticias relacionadas con el ferrocarril en la ciudad. No se asusten, ninguna positiva, todo lo que hay son sospechas de que tengamos que seguir sufriendo nuevos desmantelamientos y que se nos echen en cara razones económicas para justificar el castigo. Dicen que se preparan movilizaciones, que hay una plataforma por el ferrocarril que le quiere echar coraje. Tal vez sea demasiado tarde, Jaén nunca ha sabido ponerse en su puesto en relación con el tren. Hoy sigo viendo cómo políticos de uno y otro lado, los que han gobernado este país, siguen falseando la realidad y tratando de que nos traguemos sus palabras que no tienen legitimidad porque representan la sumisión a los aparatos de los partidos y de los gobiernos, aun a costa de deslealtad con quienes les elegimos. Mejor que se callen a que traten de tomarnos el pelo.
La única solución para tratar de recuperar la dignidad de una provincia frente a un medio tan importante como el ferrocarril sería que todos los partidos hicieran causa común y plantearan una exigencia de mínimos con el aval de toda la sociedad detrás. ¿Es esto posible? No, y a lo mejor no cabe otra alternativa que salir a la calle en masa, el día que tengamos una plataforma como Dios manda, para tomar la iniciativa. Cuando los políticos no nos sirven, por inútiles, díganme de qué otra manera podemos poner a Jaén en el sitio que le corresponde.
¡NOS CREEMOS LA PEATONALIZACIÓN?
Otro asunto que está estos días en el debate municipal es el la semi o peatonalización sin más de la zona del casco antiguo. Nunca llueve a gusto de todos, por ejemplos la Federación de Comercio se opone a ello, pero cualquiera que viaje a otras ciudades sabe perfectamente que en Jaén no se está descubriendo nada. Recuerdo la etapa de Peñalver cuando, con buen criterio, trató de imponer medidas en este sentido, el PP le negó el pan y la sal, y todavía circula por ahí la foto en la que Fernández de Moya y sus concejales se colocaron al principio de La Carrera para echar por tierra una experiencia positiva para salvaguardar nuestro casco histórico. Como todo en esta ciudad se hace con bronca y el consenso es tan complicado, porque se piensa en la pelea de los partidos en lugar de en el bien de la ciudad, hasta el punto de que hay concejales que en privado te dicen una cosa y en público otra diferente. Pues bien, ahora el gobierno local dice que tiene un plan serio para peatonalizar, y en este caso hay que animarlo a que sea valiente, a que sea capaz de consensuarlo primero políticamente y después socialmente.
Hay que contar con lo que cuesta en nuestra Jaén hacer cualquier cambio, pero el casco histórico merece ser preservado, no digo ya el entorno de la Catedral que es una verdadera pena, y todo hay que hacerlo buscando medidas complementarias para que esta nueva movilidad le afecte lo menos posible a los jienenses que viven en estas zonas, que hay que seguir promocionando como lugares donde se den las condiciones para que apetezca vivir en ellas. Cualquier acción ha de ser compatible con mimar a nuestro comercio. La propia Asociación Comercio Jaén clama ahora por el funcionamiento del tranvía para articular una parte de la capital. Todo es posible, pero con sensibilidad para molestar lo menos posible y poner a la ciudad en el escaparate, como se merece.
PERDIENDO POBLACIÓN
En fin, hay muchas cosas que hacer. Una de ellas cuidar la población, que ya vamos por 114.658 habitantes y los pueblos del área metropolitana nos están mojando la oreja y debe ser por algo. ¿Se ha hecho el Ayuntamiento esta reflexión? Por ejemplo, La Guardia tenía en el año 2002 un número de habitantes de 2.002 y ahora está en casi 5.000, e igualmente han subido en Mancha Real, Los Villares, Martos, Pegalajar o Torredelcampo…Hay que cuidar además la imagen de tantas pintadas, esas que no tienen nada que ver con el arte y que afean nuestro pueblo, con lo bonito que es Jaén cuando está cuidado, no hablemos de la suciedad que sigue siendo la asignatura pendiente en la que el Ayuntamiento no hace labor de concienciación hacia los vecinos ni parece tener autoridad para exigir a una empresa que se lleva tantísimos millones. Al final un Ayuntamiento está para resolver los problemas de la gente.
Por cierto aprovecho para felicitar al grupo de Jaén en Común que presentó una moción en el último pleno que espero sea trabajada porque persigue la mejora de la calidad de vida de una parte de la población en una zona de la ciudad donde se dan situaciones como la de centenares de personas mayores que viven solas y demandan atención y ayuda. Chapó por estas iniciativas de hacer política sobre realidades concretas. Y por cierto saquen de vez en cuando las mociones de los cajones porque van muchas al pleno y la mayoría de ellas pasan totalmente desapercibidas en la práctica, parece que están pensadas para el espectáculo mediático del pleno y si te vi no me acuerdo.
SÍ A ONDA JAÉN
Precisamente el pleno ha aprobado, a expensas de su inclusión en el presupuesto y para desarrollar la fórmula legal escogida, el pase del personal de Onda Jaén RTV al propio Ayuntamiento al quedar sin efecto, por las disposiciones legales, la sociedad municipal de comunicación Somucisa de la que dependían estos servicios de comunicación e imagen. Hay opiniones para todos los gustos en relación con la empresa municipal. Yo me declaro defensor de la existencia de la radio y televisión municipal, y me baso en su enorme utilidad justificada en el día a día, pero especialmente en las grandes ocasiones en que este medio ha realizado una labor que no ha podido hacer ningún otro. Cierto que hay aspectos de la gestión que se debían haber mejorado, y que su propia plantilla puede parecer sobredimensionada. Pero cuando he visto trasladar las procesiones de nuestra Semana Santa, la feria, eventos como la Noche de San Antón, y la tarea de magníficos profesionales, no me queda la menor duda de que se debe seguir apostando por ella.
El PSOE, que es el principal crítico, tuvo la oportunidad en su etapa, de operar los cambios que ahora propone o simplemente liquidarla, pero no lo hizo, por el contrario se aprovechó de ella y ahora lo demanda. Es posible que haya que retocar el modelo, que la televisión se abra a la sociedad y mire menos hacia el poder político, como ocurre en todos estos medios, no estoy descubriendo la pólvora. Pero Onda Jaén ya hace muchos programas de calidad y pensando en la ciudadanía y si no doy nombres es por temor a dejar alguno en el tintero. En definitiva creo que merece la pena apostar por este medio y sacarle todo el provecho posible.
¿ESTO ES EL CARTEL DEL CARNAVAL?
Y para terminar esta crónica municipal lamentar, como se ha hecho en algunos medios y redes sociales, que esté figurando un cartel del próximo Carnaval que desmerece por completo a un mínimo de calidad exigible a estas obras que anuncian algún tipo de fiestas. No tengo idea de quién es el culpable, pero la impresión general es pésima. No sé si hay ya tiempo para corregir este entuerto, pero da pena que tengamos que tragarnos en un Ayuntamiento de una capital de provincia un dibujo que da una imagen tan pobre de nuestro Carnaval. Lo que hay que aguantar…