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Hasta hace poco la impresión que muchos teníamos del actual alcalde de Jaén, Francisco Javier Márquez, era la de un abogado, miembro del PP, que estaba participando en el proyecto político en buena parte animado por su amigo José Enrique Fernández de Moya, que se ha ocupado de responsabilidades como la de Urbanismo, sacando a flote un PGOU que, mejor o peor, esperaba la ciudad como agua de mayo, es decir, más un ciudadano en plan técnico que un político al uso. Los últimos acontecimientos, sobre todo el cambio que ha experimentado su mensaje en los plenos municipales, su propia posición de apoyo con toda contundencia a Fernández de Moya para la presidencia provincial, aunque esa apuesta resultara finalmente fallida, y otra serie de implicaciones, demuestran a las claras que ahora sí, Márquez se ha metido en política. Creía que se iba a mantener al margen, pero al final es como una droga, que acaba por atrapar. Valoro al señor Márquez con la misma simpatía y afecto que antes, desde luego, porque se trata de la misma persona y yo creo fundamentalmente en las personas, pero en el personaje público sí se ha dado una cierta metamorfosis.

Por lo único que me preocupa es por las consecuencias que este cambio de actitud puede tener para la ciudad, porque se distraiga con la política partidista y abandone la del interés general de los ciudadanos, con la falta que hace. Me sentiría decepcionado si Márquez sigue la máxima de su antecesor y mete al partido a que mande en la Alcaldía. En cierto modo me da la impresión de que también se trata de una confirmación del liderazgo ante su propio grupo, una palmada de firmeza sobre la mesa, donde podía parecer que el alcalde servía para dar imagen y que el discurso partidista correspondía a Miguel Contreras, que por cierto lleva unos plenos callado, supongo que por no haber surgido temas de su competencia y responsabilidad.

Lo que me inquieta por seguir con este mismo tema es que, en la situación que está la ciudad, se avance en la senda del desgobierno. La debilidad nace de la falta de poderío económico, la pobreza no genera expectativas, más bien disgustos. Se mueven pocas cosas y la estrategia municipal parece consistir  básicamente en actuar a la defensiva, en alabar al ejecutivo de la nación y dar leña al mono, con razón o sin ella, a las administraciones que han declarado enemigas, la Junta y la Diputación, error, grave error, porque el conjunto de estas administraciones más cercanas están llamadas a entenderse y si con lealtad institucional se consigue poco, ya estamos viendo las consecuencias de una pelea políticamente suicida además de indignante para los intereses de la ciudad.

Esta semana ha sido en verdad de pasión por los hechos que se han ido sucediendo. Es cierto, por ejemplo, que el Museo Íbero, es un despropósito más de la Junta al que dedicaré capítulo aparte, pero tampoco parece oportuno que al cabo de tanto tiempo Ayuntamiento y Junta se acusen de no tener al día el papeleo oficial, con la de años que han pasado. Nada más que este detalle es para exigirle la dimisión a todos los afectados, porque dan una imagen de la política y sobre todo de la gestión que es impresentable y muy dañina.

BOTELLÓN: SIN AUTORIDAD

Añádanle al panorama el episodio del nuevo botellón en la Plaza de San Ildefonso que denota una crisis evidente de autoridad. No hubo bastante con lo acontecido en la Nochevieja. Ahora se arremete contra los negocios de hostelería de la zona, pero parece que se le teme a los protagonistas de estos botellones que son ilegales porque no están permitidos. El 31 de diciembre se justificaba en no querer causar males mayores, a este paso puede haber un botellón en cada plaza y el Ayuntamiento actuar como si no fuera con él. Tiene competencias y debiera asumirlas, o desistir de todo, la cuestión es que la política municipal no responde a determinados problemas y deja vacíos muy difíciles de entender por los ciudadanos.

En este mismo plano entraría la polémica de las vallas en la carrera oficial de las procesiones, donde se ha dado a entender que el Ayuntamiento no se entera de lo que pasa en la ciudad, ni en el acto informativo para dar cuenta de las novedades procesionales, ni siquiera con las vallas ya instaladas en la calle. La primera tarea de una institución cercana como es el Ayuntamiento es la de llevar un control exhaustivo de lo que pasa en la ciudad, es lo mínimo. Para según qué cosas se hace, por ejemplo para colocar multas a diestro y siniestro, en algunos casos de manera poco apropiada, dejémoslo ahí, pero para cuestiones importantes cuesta tomar decisiones y demostrar que se gobierna con todas sus consecuencias. Y ya que estamos en las vallas, no hay más remedio que aludir a la basura que se ha visto estos días en la calle. Es de mal gusto el anuncio de la empresa FCC que justificando su descanso de Viernes Santo para no interferir en la procesión de “El Abuelo” se plantea el slogan de “Pasión por la limpieza”, y lo hacen sin el mínimo pudor. Pero la cera no la quitan. Cómo se ríen de los jienenses…

EL TRANVÍA

Hay más cosas. Por ejemplo del tranvía. Ahora se nos dice que la licitación del chequeo, que se presentaba como paso previo a su puesta en funcionamiento, por causas que no me puedo explicar aunque lo he intentado, tiene que volver al inicio. Estos días he estado examinando hemerotecas y en el momento en que alguien decida en los medios reproducir todos los compromisos públicos que se han hecho respecto al sistema tranviario, algunos políticos, si fueran serios, deberían dimitir inmediatamente, porque no es de recibo este culebrón en el que el principal problema, digan lo que digan, ni siquiera me parece que sea el económico, sino de incapacidad, de incompetencia. No le encuentro otra justificación.

En fin, tras la Semana Santa entramos en la recta final de un nuevo curso con muchas incógnitas que veremos en lo que quedan. ¿Se habrán terminado ya los plenos para renegociar deudas? En las últimas semanas esta medida ha afectado a una deuda total de 400 millones de euros. Está bien, pero al final es pan para hoy y hambre para mañana, porque somos los jienenses los que tendremos que pagar durante muchos años ese capital que ha arruinado las arcas del Ayuntamiento y donde se suman las obligaciones adquiridas por el propio Ayuntamiento por mala gestión y administración, que ha afectado a gobiernos de todos los colores, y las medidas impuestas por el gobierno salvador de Montoro, que con el pretexto de reflotar empresas, y es verdad que lo ha hecho, ha terminado por dar la puntilla a un Jaén sin recursos y que tardará tiempo en recuperarse, si es que lo consigue, y tanto dispendio y generosidad, según los casos, ha cortado las alas del progreso para una ciudad que lo necesitaba como pocas.

PLENO SOBRE LA MUJER 

Mañana, lunes, por último, habrá un pleno monográfico del Ayuntamiento, solicitado por el grupo socialista en el momento en que se celebraba el Día de la Mujer, y para el que se anuncia la participación de al menos una veintena de colectivos de mujeres. No me parece mal, lo que sí se puede reprochar es que cada vez que se trata de los asuntos relacionados con la mujer tenga que hacerse de manera extraordinaria, como si en el mecanismo habitual y permanente no fuera exigible tratar estos temas, sobre todo los que afectan al lacerante paro femenino, a los retrocesos que se están dando en materia de igualdad, etc. Creo que todo lo excepcional es efímero y prefiero que las preocupaciones de las mujeres y de los hombres de Jaén estén en el día a día y no en un pleno donde es imposible un debate sosegado y en profundidad, salvo que se trate de cubrir un trámite, un expediente, y hasta el año que viene, si Dios quiere. Con eso desde luego no estoy, ni estaré.

 

Foto: Javier Márquez, alcalde de Jaén.

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