Está claro que las movilizaciones ciudadanas no caen en saco roto y que la reacción de colectivos, como la plataforma “Jaén Merece Más”, en los últimos meses, haciendo caso de la exigencia que en su día hiciera Miguel Hernández, “Jaén levántate brava”, empieza a dar sus frutos, se quiera reconocer o no. En pasadas fechas el nombre de Jaén ha estado presente en varias ocasiones en los plenos y comisiones del Parlamento de Andalucía, y no se trata de una simple casualidad, la inquietud social ha tocado la fibra de la política, tanto en el gobierno como en la oposición, y en algunos casos ha modificado actuaciones y agendas. Esto no es la panacea, hacen falta muchas más cosas, pero para empezar es importante reconocer una situación, y este primer paso parece conseguido.
Hoy ha estado en Jaén la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, invitada al Foro Diálogos Jaén Nuevo Milenio, del Diario Jaén, y en su intervención ha hecho algunos anuncios que son para enmarcarlos y que entiendo que se explican por la necesidad que perciben tanto el gobierno andaluz como el PSOE de dar respuestas a Jaén. La jefa del ejecutivo no ha venido esta vez de vacío, como en ocasiones anteriores, en esta ocasión ha llenado sus alforjas de propuestas, por lo menos ha presentado unas pocas de bastante calado. Veinte millones en cuatro años para la mejora del Complejo Hospitalario, para erradicar en breve –esto sí se ha anunciado reiteradamente y ya falta verlo— la imagen tercermundista de las habitaciones de tres camas, a lo que se suma la intervención en catorce plantas de los dos hospitales, la reforma de los quirófanos y paritorios y la modernización integral de los servicios de diagnóstico. La presidenta ha ignorado o se ha salido más bien por los Cerros de Úbeda, las actuales carencias, tanto es así que ha vuelto a presentar la sanidad andaluza como “la joya de la corona” y, por supuesto nada en el horizonte a corto y medio plazo de la Ciudad Sanitaria, prefieren invertir de la manera en que lo han propuesto, cuatro años, que meterse en un gran proyecto como el que la ciudad está demandando. Mantenella y no enmendalla.
Los políticos raramente son capaces de rectificar, ni siquiera ante las evidencias. La presidenta también ha comprometido la participación en la ITI para la provincia, si el Gobierno de Madrid le da el visto bueno. Pero donde ha estado la verdadera sorpresa, el as escondido en la manga, ha sido en el anuncio formal de que en el plazo de un mes el Consejo de Gobierno de la Junta apruebe la declaración de interés metropolitano del sistema tranviario de Jaén, y lo hará no por razones geográficas, al afectar solamente a la capital, sino atendiendo a la realidad social de la ciudad de Jaén, reconociendo explícitamente que el Ayuntamiento no podría en solitario, por la situación económica que tiene, hacerse cargo del tranvía, y justificando su mayor apuesta en que a diario llegan a Jaén miles de personas de las poblaciones cercanas, precisamente del área metropolitana, y también de otras, a visitar hospitales, administraciones públicas y también la Universidad. Esta declaración formal es bastante elocuente, parece que la Junta quiere resarcirse de una imagen pésima que tiene en la capital, aumentada ahora con el conflicto del PGOU anulado por el TSJA. Digo yo que se hubiera adelantado mucho tiempo si a esta conclusión se hubiera llegado hace algunos años, cuando la Junta planteaba fórmulas que eran imposibles de asumir por parte de un Consistorio en la UVI por su ruina económica. Bien está lo que bien acaba, probablemente con esta nueva fórmula ya se acaban las excusas para que el Ayuntamiento se enfangue con el proyecto y el tranvía se ponga a andar a lo largo de este año, que es algo que parece posible.
La presencia en Jaén de la señora Díaz se ha completado con la visita a la Feria de los Pueblos, organizada por la Diputación, en la que ha podido comprobar, que a pesar de que existan problemas y algunos graves en la provincia, hay capacidad de reacción y de montar cada año, y esta es ya la quinta edición, un acontecimiento que es el que mejor define a una tierra con grandes fortalezas. Darse un paseo por el recinto de Ifeja sirve para llegar a la conclusión de que tenemos una provincia grande, unos pueblos con multitud de recursos y expectativas; es una ocasión para aumentar nuestra autoestima y orgullo como jienenses y permite pensar que con esta riqueza tan inmensa merecemos jugar en otra liga y nos sobran motivos para luchar por nuestro futuro.
Volviendo a la visita y a los compromisos de la presidenta de la Junta, insisto en que estaba necesitada de dar en Jaén un golpe de efecto. Superada ya la etapa de la discriminación positiva, que resultó en su tiempo otro brindis al sol, uno más en la historia de esta tierra que lo ha aguantado casi todo, y como quiera que la realidad tozuda de los datos no admiten discusión y constituye una bofetada social para quienes desde Madrid o desde Sevilla han pretendido hacernos comulgar con ruedas de molino, los políticos responsables han acabado por reconocer la evidencia, que es tanto como decir su propia derrota.
Como jienenses, muy poco que objetar a que de vez en cuando se le empiece a hacer justicia a la provincia y en concreto ahora al caso que nos ocupa de la ciudad de Jaén. La señora Díaz ha llegado hoy a Jaén a lo “Bienvenido Mister Marshall”. La película, de 1952, lo mismo que aquel Plan Jaén que trajo más pena que gloria, era y es un tratado de la ilusión que se puede vender a un pueblo cuando está necesitado y es capaz de soñar a cualquier precio, y a costa de la facilidad de seducción de los políticos, que tienen el terreno más abonado para sus conquistas cuando los que esperan son en esencia un material humano noble y confiado. Los papeles de los actores José Isbert, Lolita Sevilla, Manolo Morán, Alberto Romea, Elvira Quintillá, etc., bien se podrían asignar a políticos de hoy. El pueblo es el mismo, este Jaén nuestro aunque ha cambiado mucho en los últimos años, para qué ignorarlo, mantiene lo esencial de su carácter. Como el Villar del Río de la película es un pueblo tranquilo, pobre (tan rica la pobre, que repetía el recordado Manolo Anguita) y olvidado, y lo mismo que él siempre encerrado en la rutina. A la espera del maná. A pesar de todo les honra, en este caso a Susana Díaz, la observación de la realidad, la praxis política y la manera de ponerse a la defensiva antes de que una contienda electoral malee el clima de una provincia siempre sumisa al poder en exceso, y sea cual sea el poder, antes, ahora y esperamos que no lo mantenga como norma por los siglos de los siglos.
No hablo expresamente de la Administración central porque ya hemos conocido hace bien poco cuáles han sido sus compromisos con Jaén en los últimos años, mínimo histórico en inversiones, auténticas migajas que desmontan las declaraciones grandilocuentes de algunos políticos que siempre están hablando de apuestas y compromisos, que no aparecen por ningún sitio y que forman parte de un discurso engañoso para seguir asegurándose sus buenos sueldos. Parece mentira que con dos jienenses en el Ministerio de Hacienda, Cristóbal Montoro y José Enrique Fernández de Moya, se esté dando este panorama, y, si tuvieran coraje y se sintieran espoleados por las respuestas sociales y por su propia voluntad de ser útiles a esta tierra, deberían emular lo que tarde y aunque sea parcialmente ha hecho hoy la presidenta de la Junta, es decir, venir a Jaén a anunciar que para los Presupuestos Generales que se van a presentar en breve, se han acordado de Jaén para algo más que el trámite, y que no se nos diga que no hay competencias, ya lo creo que existen, es cuestión de voluntad. Hay que reconocer en justicia que el Plan Activa, que se instrumentó en tiempos del ínclito Zapatero, sí fue un apoyo real para Jaén, aunque nos duela que tuviéramos que hablar de una especie de beneficencia política porque ningún gobierno le ha hecho justicia y tampoco lo ha ido exigiendo esa indolencia nuestra que nos ha jugado tan malas pasadas.
Foto: Susana Díaz, esta mañana, invitada en el Foro Diálogos Jaén Nuevo Milenio, del Diario Jaén.