Nadie en Jaén esperaba de la noche a la mañana que el Gobierno de España se iluminara y decidiera dar a Jaén en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) el lugar que merece, sobre todo por el olvido sistemático de todos los ejecutivos, sin atender a razones poderosas del equilibrio territorial y a las condiciones socioeconómicas tan desfavorables que tiene nuestra provincia. Históricamente, en todo lo que llevamos de democracia, aunque antes de ella venía a ser más de lo mismo, nos han acostumbrado a las migajas, y teniendo en cuenta la atávica resignación de nuestra tierra los responsables públicos siempre se han ido de rositas, porque los jienenses nunca han dado dolores de cabeza a los políticos, si acaso ha habido una ligera contestación de los grupos adversarios y de los agentes sociales, pero al poco tiempo ha amainado el temporal, y vuelta a nuestra “normalidad”, que ha sido siempre, aceptar “lo que nos echen”, situación por cierto que ni los gobiernos se atreven a dispensar a otros territorios, ni esos a los que nos referimos y que probablemente están en la mente de todos, se lo iban a aceptar, quiero decir que los gobernantes saben perfectamente los lugares donde pueden recortar sin temor porque la desidia y la resignación han sido parte de su historia más reciente.
Aclaro en primer término que llevo decenas de años soportando este agravio para con la provincia de Jaén en los Presupuestos Generales del Estado, con los gobiernos de los dos partidos que se han ido turnando desde que se instauró la democracia, pasado el tiempo de UCD, que tuvo la responsabilidad de protagonizar el tránsito entre regímenes. En varias oportunidades, en los periódicos en los que he trabajado, y daba la cara todos los días con opinión, para defender a mi tierra, con gobiernos en España de PSOE o PP y en la Junta de PSOE, que ha gobernado en una larga etapa hasta fechas muy recientes, el que tenga curiosidad puede recurrir a la hemeroteca para comprobar que siempre, repito siempre, he mantenido el mismo discurso, desde hace décadas, por eso titulé varios comentarios editoriales de esta manera tan contundente: “Vamos a contar mentiras”, porque me ha llamado poderosamente la atención la forma en que los partidos en el gobierno de cada momento, delegaban en una persona la responsabilidad de trasladar las supuestas bondades de unos presupuestos que en realidad no tenían ninguna defensa. Así ha sido siempre, por eso me pareció muy certera la frase que le oímos el jueves al rector de la Universidad de Jaén, Juan Gómez, una persona exquisita y muy en su papel neutral, pero que para comentar los PGE para Jaén se limitó a pronunciar una frase lacónica, que podría repetir cualquier jienense medianamente informado, y que lo dice todo: “Lo de siempre”.
Este año tampoco esperábamos un tratamiento extraordinario, por la escasa confianza que nos merece un Gobierno que siempre ha estado, como todos, de espaldas a Jaén. Baste recordar las expectativas que nos creó la presencia, con un ejecutivo de otro color, de un ministro de Hacienda de Jaén, Cristóbal Montoro, y resultó otro clamoroso fracaso. Pues bien, ingenuos que somos, a pesar de las decepciones, la reciente intervención en Jaén del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, eso sí, en su calidad de jefe máximo de los socialistas, nos hizo alumbrar alguna esperanza al decir que Jaén sería una de las provincias más beneficiadas en las inversiones y en la recuperación, sería una prioridad, remachó. Menos mal. A la vista está el resultado, con poco más de cien millones de presupuesto, con las mismas partidas de los últimos años, eso sí, a la baja, para más inri, y sin una política decidida de ayudar a la provincia a salir del pozo en el que se encuentra.
Tremenda decepción. Una más, no por esperada menos indignante. Parece claro en el documento elaborado por la ministra Montero, que también vino el 4 de septiembre a salir en la foto, y que ha acumulado un largo historial de desprecios a Jaén, porque jamás le ha tendido su mano, ni antes en Andalucía ni ahora en Madrid, que el peso de nuestra provincia es muy escaso y lo peor es que pueda ser un reflejo del nivel de influencia del partido a nivel provincial, que todo hace indicar que es la siguiente: ninguna; ignoro las razones, pero no descarto que las haya de tipo político, y me acuerdo ahora de una frase bien conocida de un dirigente romano, que pudiera venir al caso: “Roma no paga traidores”.
Me llaman la atención dos circunstancias. Una, que después del desplante a Jaén del Plan Colce, que ha sido extremadamente grave aparte de un perjuicio monumental para los intereses de esta tierra, y del desfile de ministros que han pasado por Jaén para hacernos ver que estábamos en sus agendas, nos respondan con este desprecio inversor. Y, por supuesto, no deja de sorprenderme que a estas alturas haya quien diga, desde la más alta representación del PSOE jienense, que lo que ocurre es que no hay proyectos a los que el Gobierno pueda dar vía libre. Muchos jienenses estoy seguro que creemos que hay necesidades de sobra, y que el diagnóstico está más que planteado desde el Plan Estratégico y el Consejo Económico y Social de la Provincia. Si no hay proyectos, ¿de quién es la culpa, acaso la tenemos los ciudadanos, los jienenses de a pie hemos de entonar el mea culpa?, ¿para qué queremos a las administraciones y a los parlamentarios, y a todos los que se mueven en el ámbito oficial y son los que tienen la obligación y la responsabilidad de requerir proyectos o directamente elaborarlos? Si esto es así, que no sabemos ahora a quién culpar de que la provincia esté bien dotada presupuestariamente, lo siento pero es lo último que podía esperar, porque bien que sabemos exigir cuando la responsabilidad es de otros y qué disciplinados y sumisos se vuelven algunos cuando se trata de no molestar al jefe y por lo mismo hay que echar como sea los balones fuera.
A falta de otras declaraciones de más arriba, le han dejado el papel de dar la cara al coordinador del Grupo Parlamentario Socialista, el diputado Juan Francisco Serrano, que se ha aprendido bien la lección, por algo su carrera es ascendente, y la explicación que ha dado, viene a ser la misma que el año pasado repitieron a coro, también la subdelegada, Catalina Madueño, que acaba de alabar el presupuesto del que dice taxativamente sin sentir el menos rubor, que “promueven una recuperación justa”. Pero volviendo a Serrano, que ni se inmuta: “Es un instrumento (el presupuesto) para la recuperación social y económica, el impulso de la creación de empleo y la protección de las familias”, además de “apuesta por los jóvenes como nunca antes lo habían hecho”. Se nota el hilo conductor del argumentario, nada nuevo, todos y todas en posición de firmes. Nada que objetar a las mejoras sociales, si las hay, porque son necesarias, imprescindibles, pero en este momento de lo que se trata es de dar respuestas a Jaén, porque las necesita con urgencia y las merece en justicia.
Pero no saben, no contestan, son 107 millones pero suenan a repetición del año anterior y encima con tijeretazo, suena a desgana, y esto sí que resulta extremadamente grave, por esa circunstancia es molesto que los que tienen que dar la cara miren para otro lado, no le exijan nada a Madrid y se pasen todo el día presionando a la Junta, que también es su deber, pero incluso lo hacen sobre proyectos que no fueron capaces de sacar adelante cuando tenían todo el poder en sus manos. Mirando para atrás todavía me acuerdo como ahora mismo de lo mal que lo pasaba en sus tiempos el que fuera histórico diputado del PP, Gabino Puche, al que también encomendaban “vender” las tantas veces engañosas mercancías, y cada año era un ejercicio de sangre, sudor y lágrimas, porque ni él mismo se lo creía. Eso sigue pasando en la actualidad, ya se ha convertido en tradición, por desgracia siempre lo mismo, porque en Madrid han sido muy cicateros con Jaén.
Con estos mimbres es fácil de entender que los responsables socialistas, pero también los demás, por si les toca, arremetan con tanto desprecio contra las plataformas, los colectivos de la sociedad civil, como es el caso de “Jaén Merece Más”, a quienes han acusado de agoreros, y es que les tienen pánico a que esta provincia se “levante brava”, como pedía Miguel Hernández, al que tanto admiran, pero no han copiado del autor de “Vientos del pueblo” la rebeldía que propugna y la insumisión contra todo lo que hace daños a los intereses de la provincia: no vayas a ser esclava con todos tus olivares. Lo que ocurre con los PGE es otra afrenta contra una parte de España en la que se nos incluye, la España Vaciada, la olvidada, porque no se hace merecer, ni siquiera para vender caros sus votos en ese mercadeo indecente en el que cada año se produce una subasta que siempre beneficia a los mismos, precisamente los que no dejan de quejarse y provocar al Estado con chantajes, pero que siempre consiguen lo que se proponen a costa de los territorios pacíficos e indefensos, porque sus políticos adoran el poder y optan por él en vez de ser leales con su tierra y con su gente, en especial con sus votantes.
Sin futuro, esta es la conclusión a la que podríamos llegar, porque así nos dejan con este nuevo jarro de agua fría, y van…Ignoro si el grupo parlamentario socialista tiene algo que decir, si la militancia tiene opinión, o si prefieren, una vez más, seguir negando la evidencia, que es tanto como decir las traiciones a Jaén. Y algo más que añadir, ahora que están de procesos congresuales, ¿de qué va la representación de la provincia? Si, ya sabemos que llevan muchas propuestas, pero de qué sirve si a la hora de la verdad no se les tiene en cuenta.
Lo peor de todo es que con la situación que se abre al PSOE en Andalucía no se percibe un cambio de actitud, Juan Espadas es un hombre de Sánchez, y encima se ha rodeado como coordinador de otro mandado, el diputado Felipe Sicilia, que iba para estrella y se ha quedado por el camino, y políticamente ni siquiera en su mismo partido percibo que le concedan crédito, es una impostura y punto. A personajes como él hay que hacerles el reproche del castigo al que nos somete de nuevo el Gobierno en el sagrado nombre de la tan cacareada recuperación. A los profanos nos cuesta entender que personas a quienes la provincia les confió mayoritariamente su voto la traicionen y no vean más que con los ojos de su adscripción política, y, por tanto, que nadie dé un puñetazo sobre la mesa y se posicione “ipso facto” al lado de los intereses mancillados de esta tierra.
En fin, van tan de sobrados, que no tienen reparo alguno en arrogarse el papel del partido que «cumple con la provincia», y lo hacen con esta ración raquítica que los PGE dedican a Jaén, incompatible con la voluntad de colaborar a su despegue, pero como creo haber dejado bien sentado, en la provincia estamos muy acostumbrados a este ejercicio anual de descaro, nos toman por tontos, porque no buscan nuevas vías inversoras, no le dan vía libre al comprometido Plan Activa, del que por cierto hace años no escuchamos reivindicar al PSOE provincial, ignoramos las causas, pero ni ha habido acción decidida con la A-32, que es un ejemplo palmario de pasividad de los diferentes gobiernos en 25 años, tal como ha denunciado el presidente de la CEJ, Bartolomé González, ni por asomo las cuentas suponen un golpe de timón sobre las deficientes infraestructuras ferroviarias, por supuesto no se ha justificado la inacción con la ITI, que suponía para la provincia 223 millones de euros con los que se han hecho juegos malabares, el caso es que nadie ha explicado con claridad dónde ha ido a parar esa importante cifra que se presentaba como un balón de oxígeno para abordar proyectos emblemáticos y que todo hace indicar que se han dedicado a gastos corrientes, y eso en el mejor de los casos. Y ojo con un asunto que puede ser el siguiente fiasco, si nos tocará algo de la tarta del Corredor Mediterráneo, tal es la inquietud que el CES provincial anuncia gestiones en Bruselas, cuando ahí quienes ya deberían estar peleando son los políticos que son retribuidos para representar y estar al tanto de nuestros intereses.
En resumidas cuentas, nos engañan como a chinos, los que se dejen engañar, porque ya ha llegado la hora, como todos los años por estas fechas, de vender humo. Dicho esto mejor que el PP y Ciudadanos que gobiernan la Junta no se sumen con mucho énfasis al coro de los agraviados por el maltrato a Jaén de los PGE, y no saquen toda la artillería, porque hay un refrán que dice: “No te rías del mal del vecino, que el tuyo viene de camino” y está por ver si la Junta de Andalucía, que el año pasado también fue más de lo mismo y que este año ha pasado “in albis” en inversiones, es capaz de sorprendernos, porque mucho me temo que a la vuelta de la esquina lo que nos espera es otra frustración, otro capítulo para esta Jaén perjudicada y agraviada.
Lo peor, si no hay quien lo remedie, es que, siempre ha sido así, pues tenemos memoria de pez, a las pocas semanas de indignarnos por las malas noticias pasamos página y ya hasta el año que viene si Dios quiere. Por eso hay inquietud en la sociedad civil organizada, en la rebeldía cívica, por poner fin a este conformismo que es la rémora heredada y de la que tanto nos cuesta desprendernos. Dicen que ha llegado de verdad la hora de Jaén y que la parte más comprometida de la ciudadanía está trabajando en ilusionante revulsivo. Sea lo que sea, lo que no resulta admisible es seguir tolerando que gobiernos y partidos, sin pudor alguno, jueguen a su antojo con los legítimos intereses de esta tierra, con el futuro nuestro, de nuestros hijos y nietos, el progreso y el desarrollo de Jaén. Ya no, ya basta.
Foto: Pedro Sánchez en el mitin que protagonizó el día 4 de septiembre, en Ifeja, cuando prometió que Jaén sería una prioridad.