En los últimos días se ha hablado y se ha escrito mucho, especialmente en los medios de comunicación, de fuera y de casa, en torno al momento de euforia social que se vive porque Jaén ha abandonado su siesta de siglos y esta es la actitud. He leído unas declaraciones del alcalde, Julio Millán, defendiendo que ha de ser el Ayuntamiento el que represente los intereses de los ciudadanos con respecto al Colce, entiendo que es una reacción al compromiso manifestado por la plataforma “Jaén Merece Más” que ha respondido con dinamismo al clamor de todo Jaén o de una inmensa mayoría. Hay dos motivos para que se haya actuado así. Uno, no es posible que toda una ciudad se pliegue ante la exasperante lentitud de la maquinaria municipal. Y dos, tanto el alcalde como todos los dirigentes de su partido, tuvieron en su mano, el día 4 de febrero, cuando se supo por internet, no oficialmente, de la traición a Jaén, el requerimiento urgente al Gobierno y en primer término a la ministra de Defensa, para que viniera en persona a dar explicaciones.
Si ese paso se hubiera dado, y por supuesto de haber mediado razones convincentes, la situación hoy sería muy distinta. No ha sido así, por el contrario, los cargos socialistas, entre ellos el alcalde, se plegaron a la disciplina y con esa tibieza han soliviantado más todavía a una ciudad que cree tener la razón porque nadie le ha demostrado lo contrario, nadie ha dado la cara a Jaén, y encima nos tratan de contentar con menudencias. Por cierto, nada se ha sabido de la famosa carta enviada por Julio Millán al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con tanta diligencia entonces, en caliente, como el silencio posterior que es interpretado como sumisión. Lo de Córdoba, y no lo digo por la ciudad, es obvio, cada día nos ofrece razones para seguir dudando del procedimiento, suena a operación orquestada, a complot, a política en el sentido menos noble de la palabra. Cuando los procesos son claros, limpios, transparentes, también se nota.
El caso es que la fortaleza de la sociedad civil lejos de apagarse va en crecimiento, la plataforma “Jaén Merece Más” ha aprovechado esta oleada de indignación popular para seguir sumando colectivos a la causa, ahora hay un terreno abonado porque se ha elevado notablemente la conciencia del maltrato, la injusticia y la humillación. Mañana mismo hay convocada una concentración para reclamar mejores conexiones ferroviarias propiciada por diferentes plataformas, que encabeza en este caso la Plataforma por el Tren Rural Andaluz (PTRA) pero se han sumado todas las que se vienen movilizando en favor del desarrollo de Jaén. Este asunto es especialmente sangrante y ejemplifica como pocos el malestar de la provincia con todas las administraciones. Las comunicaciones en general, y las del tren en particular, constituyen el nudo gordiano que lastra el progreso de Jaén.
En materia de ferrocarril está todo por hacer, empezando por lo básico, comunicarnos mejor con Madrid y con Sevilla en tiempo prudencial, del siglo XXI, no hablemos de la alta velocidad y las conexiones con Málaga y con Granada, (un paréntesis, ayer el PSOE de Granada y Jaén comparecían para reivindicar, no exigir, la conexión ferroviaria entre las dos ciudades, lo han hecho por enésima vez, y deberían dirigirse a su ministro, ese que sistemáticamente no nos hace el más mínimo caso) y para qué decir del Corredor Central, vital para los intereses de regiones como la nuestra. Son imprescindibles las infraestructuras ferroviarias y lo sabemos muy bien por desgracia los jienenses que hemos asistido al absoluto desmantelamiento, que obraron, sin resistencia política ni social, los gobiernos socialista y popular. Pues mañana, a las diez y media, en Renfe, será la concentración, que concreta los siguientes objetivos: Por un ferrocarril público y social para Jaén y provincia. Por el establecimiento del núcleo de cercanías de Jaén con las comarcas de la provincia. Por un servicio de trenes frecuentes que relacionen la provincia de Jaén con el resto del territorio andaluz y español.
En estos días se han oído voces lamentando que la Junta haya desistido de ubicar en Linares el conocido como CITPIC, Centro de Innovación y Tecnología para la Protección de Infraestructuras Críticas, un gran centro de ciberseguridad, que ha estado alrededor de diez años en stand by, y que hubiera sido una tabla de salvación para la ciudad de las minas. Ahora este proyecto se va para Málaga con la excusa de que en Linares no tiene soporte técnico ni marco administrativo adecuado, y es sorprendente. Como en el caso de Córdoba las administraciones engordan a los que más tienen y relegan a los que necesitamos proyectos empresariales, iniciativas, lo que sea, para sobrevivir. Ocurre igual en todo tipo de infraestructuras, en Jaén la Ciudad Sanitaria ha de esperar, en otras ciudades no hay espera que valga. Tenemos otro ejemplo palmario que clama al cielo, el del Museo Íbero, que se gestó al mismo tiempo que el Museo Picasso de Málaga, la diferencia está en que aquel lleva años dando satisfacción y beneficios y el nuestro se inauguró en una operación de puro maquillaje político, y ahí sigue a la espera de que un año de estos el Ministerio, tal y como se comprometió en su momento, decida integrarlo en la red estatal. Esta es la manera con que la política actúa con nuestra tierra.
Varios asuntos a destacar. El primero, la iniciativa que acaba de presentar el grupo municipal del Partido Popular, su portavoz, Manuel Bonilla, y que irá como moción al pleno, para que, si como todo hace indicar, falla el Colce, Jaén se adelante a pedir una planta de baterías para coches eléctricos, que busca destino, o quién sabe si ya está adjudicado. No sé si podremos llegar a tiempo, es un proyecto al que hizo referencia en su reciente visita a Jaén, con las manos vacías, la ministra de Industria y Turismo, Reyes Maroto. El PP hace la propuesta aprovechando que existe consenso, terrenos disponibles, el apoyo de las administraciones que han avalado la base logística y todo el tejido social y empresarial. Hay que sumar y aportar ideas como la de luchar por este proyecto ahora en caliente y para seguir exigiendo inversiones. Conociendo a María Cantos, responsable del área de Promoción Económica, que no es nada acomodaticia, seguro que debe estar rumiando en torno a lo pasado, lo presente y lo futuro, porque no entiendo que sea compatible con la resignación. De hecho, observo en redes que su grupo lleva al pleno una moción para que los fondos europeos de recuperación no se olviden de ninguno de los sectores del comercio.
Dentro de los temas que dependen del Ayuntamiento, cabe felicitarse por la nueva reunión de la Mesa de la Catedral. Volveré en otro momento con mayor atención, pero sí quiero destacar que me merece confianza el planteamiento que ahora se hace desde la Concejalía de Cultura por su responsable, José Manuel Higueras. Es un acierto no tener la ambición de empezar la casa por el tejado, algo de lo que se pecó en iniciativas anteriores, para elaborar un expediente con garantías para que deslumbre a la Unesco hay que hacer previamente todos los deberes que se obviaron, cuando la declaración de Patrimonio de la Humanidad plantea unas exigencias, por ejemplo el cuidado del entorno del templo, y no es la única, sin las cuales el mejor informe está condenado al fracaso. Hay que ir a por ello, sin prisa pero también sin pausa, porque es mucho lo que se juega la ciudad, no lo sabemos bien, aunque basta que apreciemos los resultados visibles en las ciudades de Úbeda y Baeza.
También las autoridades han hecho una visita, una más, a las obras casi culminadas del Palacio de Deportes Olivo Arena. La verdad es que no es extraño, primero porque en efecto se trata de una infraestructura que le da brillo a la capital, y segundo, porque lamentablemente no hay en Jaén muchas obras a las que poder inspeccionar, ya quisiéramos que así fuera, de modo que se ha convertido en la joya de la corona. Nadie quiere faltar en la foto, la Diputación aparece como la gran impulsora, pero la Junta siempre está al quite para recordar que este proyecto se ha ejecutado al 50 por 100 por cada una de las administraciones y en terrenos cedidos en su día por el Ayuntamiento. Lealtad institucional y, en definitiva, un equipamiento necesario, que ha llegado tarde a Jaén en relación con otras capitales y grandes ciudades andaluzas, pero que a partir de este momento ya podemos presumir de Olivo Arena, porque se ha convertido, algo bueno tiene ser el último, en referente andaluz.
A destacar, asimismo, el compromiso doble de la Diputación, 20 millones para empleo, que acaba de presentar, y el anuncio de una inversión de 1,1 millones de euros para ayudar a activarse al sector del turismo de la provincia, tan fuertemente dañado en esta crisis y que es vital en el entramado económico del territorio. La misma Diputación que ha prestado ayuda a diferentes sectores durante la pandemia y ahora hace lo propio con la promoción del servicio del taxi de la provincia, otro más que sufre las consecuencias de este duro año.
En cuanto a la covid-19 y su situación actual, creo que a todos nos están llegando los ecos de que parece irremediable una cuarta ola. Da pánico pensar en ella, tomando como referencia que acabamos de dejar atrás una tercera ola que ha sido virulenta y con un duro balance, sobre todo en fallecimientos y una presión hospitalaria al límite. El propio presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, se ha manifestado estos días con pesimismo al señalar que nos quedan meses críticos y que hasta después del verano, como mínimo, no llegará la inmunidad de rebaño. Es normal, el proceso de vacunación es lento, muy lento, y hasta que no coja su ritmo el desasosiego nos va a seguir acompañando. A corto plazo no parece que podamos esperar las mejores noticias. De modo que nos espera sufrimiento y ansiedad, además de los efectos económicos y sociales, no menos devastadores, que conforman en este momento una provincia que demanda ayuda y apoyo para salir adelante y propiciar una recuperación que sea lo menos traumática posible, y que se haga realidad ese eslogan que procede de los políticos, de que nadie se va a quedar atrás. En Jaén hay tajo.
Foto: Imagen exterior del Olivo Arena. (Diputación Provincial)