Todos los años el acto de inauguración oficial del curso en la Universidad de Jaén es la oportunidad de conocer las expectativas que se abren en la institución y, por tanto, los proyectos en los que se trabaja a corto, medio y largo plazo. En esta ocasión, el rector magnífico, Juan Gómez Ortega, tampoco ha defraudado y ha abierto de par en par las puertas de la ilusión a quienes pensamos que la Universidad es la única que puede propiciar el cambio mental y material en la sociedad de Jaén. Esto naturalmente no se improvisa, pero es un buen síntoma que esté en el camino y hoy, en su discurso, el rector ha señalado una senda con una letra y una música que sinceramente merecen satisfacción y confianza.
En el acto solemne, con la presencia del consejero Rogelio Velasco, el rector jienense ha reivindicado el papel de la UJA como motor de desarrollo sociocultural de la provincia, a la vez que ha resaltado cómo la institución académica “cada vez con más decisión y claridad vira el timón de sus actividades a satisfacer las necesidades y demandas de la sociedad”. Acabamos de verlo en Expoliva, donde la Universidad de Jaén ha tenido un papel proactivo, y lo mismo suele hacer en muchos acontecimientos, grandes y pequeños, donde el referente es Jaén y la provincia. Por lo antes dicho estoy totalmente de acuerdo con el profesor Gómez Ortega cuando afirma que «la Universidad es la mejor y más potente herramienta de progreso, avance y desarrollo social, cultural y económico de la que disponemos y tenemos la necesidad y la obligación de aprovecharla al máximo”. Coincide con una apreciación que he formulado decenas de veces, la UJA necesita y merece el apoyo de la sociedad de Jaén porque es nuestra y entre todos tenemos la obligación de hacerla grande. Yo he empezado a predicar con el ejemplo, tres de mis hijos se han formado en sus aulas, por tanto sé lo que me digo.
Lo que más me ha llamado la atención, muy agradablemente por cierto, es todo lo que el rector ha dicho con respecto al futuro, ciñéndose al III Plan Estratégico, que es el que define cuál debe ser su posicionamiento para ser una universidad más competitiva. Más todavía, con referencia a la implantación del Grado de Medicina, se está tratando de pisar el acelerador para que pueda iniciarse en el próximo curso 1922/23, del mismo modo, y esto es sumamente importante para la provincia, por razones obvias, que ha adelantado que se trabaja para sumar una nueva titulación relativa al sector del olivar y de los aceites de oliva. Seguramente llega tarde porque ya deberíamos estar beneficiándonos de ella, pero siempre es bienvenido un Grado innovador y con vocación, en palabras del rector Juan Gómez, “de ser referente mundial que atraiga a los mejores profesionales y a los mejores estudiantes de todo el mundo interesados en este sector en el que somos líderes”. Un anuncio esperado y que seguro que con el tiempo tendrá una acogida extraordinaria, lo contrario sería una mayúscula sorpresa.
Pero tampoco queda aquí la cosa, el cabeza visible de la UJA, tras aludir a otras conquistas, a la marcha de las obras del edificio que albergará Medicina o a los resultados en el ámbito de la investigación, con hitos como la creación del Instituto Universitario de Investigación en Olivar y Aceites de Oliva, la coordinación y participación en proyectos internacionales relacionados con el sector, y la posición destacada de nuestra Universidad en diversos rankigns internacionales, se ha referido a dos novedades sumamente importantes para quienes hemos estado demandando algunos de estos pasos por parte de la UJA. Por un lado, el Plan de Mecenazgo y Patrocinio de la UJA, que se ha puesto en marcha a instancias del Consejo Social, y, esto es muy importante, “la posibilidad de ubicar parte de la actividad cultural de la UJA y de su gestión en el centro histórico de la capital”. Lo que la sociedad civil y algunas instituciones y colectivos le han demandado es la presencia de algo menos simbólico, alguna Facultad, pero de algún modo hay que empezar y al menos en este momento se percibe la voluntad de caminar hacia la dirección adecuada de sumar al entorno urbano y hacerse parte del mismo.
Naturalmente, para los retos de futuro, pero también para mantenerse sin apreturas y tener claro que se pueden desarrollar cada uno de los planes previstos, Juan Gómez, ante el consejero responsable del sistema público andaluz, ha exigido una adecuada financiación, que reiteradamente demandan los rectores, siendo así que desde hace años, también con el anterior gobierno, ha habido un modelo de reparto pero no un modelo de financiación para no asfixiar a la Universidad o ser desde los gobiernos obstáculo más que ayuda para que lleven a cabo sus proyectos, sin excesos ni alegrías económicas, pero con la suficiente capacidad financiera para llevar a cabo debidamente su cometido y generar certidumbre, que en los últimos tiempos tanto ha faltado. Es la condición sine qua non para proyectar estabilidad y futuro, lo que queremos para esta Universidad de Jaén tan nuestra y para que haga realidad cada uno de sus objetivos estratégicos que nos merecen un aplauso tan grande como la Catedral. Lo que sea bueno para la Universidad de Jaén siempre será bueno, por extensión, para el territorio al que sirve en rigurosa exclusiva.
Imagen: Foto de familia del rector y su equipo con los doctores de nuestra Universidad