Por ANTONIO GARRIDO / Cuidado con politizar el tema candente de la Universidad de Jaén. Ni los que sostuvieron al anterior gobierno de la Junta, ni tampoco los que lo hacen al actual, tienen la suficiente legitimidad para ponerse al frente de manifestaciones y de orientar este grave problema que aqueja a la provincia hacia sus intereses, pues no olvidemos que hay partidos, como el propio PSOE, que está en campaña, no hay más que ver los movimientos de su jefe de filas andaluz Juan Espadas, y hay que evitar que nadie coja la bandera de la Universidad y la enarbole a su antojo. Me estoy refiriendo a la reunión que hoy han celebrado el alcalde y el presidente de la Diputación con los presidentes de los CES provincial y local, de la que según hemos podido conocer el regidor se ha prestado a promover una declaración institucional en apoyo de la UJA y, si hace falta, convocar una manifestación el día 28 de abril, siempre y cuando la Junta no rectifique con respecto al modelo de financiación.
No voy a negar, porque no lo pienso, que a las autoridades citadas les importe el futuro de la Universidad, estoy seguro de que les preocupa y les afecta como a cualquier jienense, pero si me parece muy conveniente que haya una declaración institucional de apoyo en toda regla, lo que no veo de ninguna de las maneras es que sea el alcalde el que convoque una manifestación, y una de las razones, porque hay más, es que el alcalde representa a la ciudad y el presidente de la Diputación a la provincia, pero, como ocurriría con cualquier otro partido, se deben a su formación política y estoy convencido de que a su pasión por Jaén, que insisto, no dudo, suman sus cálculos electorales. Ya se han inventado unas cuantas plataformas y seguro que no tendrán reparo en seguir con tal de llegar a las autonómicas con algunas posibilidades, que por cierto las encuestas no pronostican. Es la hora de la política, en el sentido de que actúe en los ámbitos donde corresponde, en las instituciones públicas, hasta la extenuación si es necesario.
En la reunión citada se han hecho acompañar los dos políticos socialistas por los presidentes de los Consejos Económicos y Sociales de la provincia y de la ciudad de Jaén. Esto no va con ellos, porque tienen acreditada su trayectoria, pero me parece insuficiente que tanto Ayuntamiento como Diputación solamente reconozcan a los agentes sociales representados en estos organismos que, dicho sea de paso, dependen de las respectivas corporaciones, y en determinados casos, algunos de los colectivos que los integran jamás han abierto la boca cuando había que defender intereses legítimos de la provincia. No quiero hacer leña, pero duele el tema del ferrocarril, el famoso informe de hace cinco años en el que se prometía un camino expedito para negociar y al final ha quedado en otro sueño más. O la caravana que orquestó el alcalde, recién llegado al cargo, para protestar por el tren, y que solo recordarla da pena, porque fue un brindis al sol, una acción de simple postureo contra nada ni contra nadie. Ahora es distinto, se trata de la Junta, y en ella están PP y Ciudadanos, sobre todo el PP que es el que gana en la batalla de los sondeos.
Me parece una soberbia torpeza que los políticos que rigen las instituciones se pongan a otorgar certificados de idoneidad social, porque empiezan y terminan en los CES, eso sí, solo cuando les interesa, porque hay veces que abren el abanico por conveniencia, y olvidan que la sociedad civil a día de hoy es mucho más que eso, y, en el caso que nos ocupa, la UJA, hay constituida ya una plataforma expresamente con el fin de salir en su defensa, donde está representada por supuesto la propia comunidad universitaria y gente normal de la calle a la que le interesa su institución y está dispuesta a defenderla. ¿O no han visto las autoridades las distintas expresiones de solidaridad que se han venido manifestando en los medios de comunicación, a propósito del anunciado maltrato a nuestra UJA?, ¿no han visto su pluralidad? Por todo lo cual me temo que al menos existe la pretensión de mantener un control sobre este conflicto, asumiendo papeles que sinceramente creo que no les corresponden. En resumidas cuentas, si hace falta una manifestación, que me temo que sí, debe ser de TODO JAÉN, sin excepción, una respuesta unitaria y contundente. Siempre he defendido, no es la primera vez, que la UJA es de las pocas cosas en Jaén que merecen una defensa con uñas y dientes, y esto es lo que espero y deseo.
Dicho todo lo cual creo que hay que poner todo el foco en la figura del consejero de Universidades de la Junta, Rogelio Velasco, al que siempre me he referido en tono crítico, porque desde que llegó al cargo no ha dado una a derechas, es un decir. Ahora parece empeñado, y nadie se lo está impidiendo, en debilitar a algunas universidades andaluzas, entre ellas la nuestra, y es muy peligroso este político porque pienso que lo que de verdad tiene en su cabeza es revertir la situación a antes del año 1993, es decir, apostar por las universidades históricas. El PSOE de Susana Díaz tampoco aprobó un modelo de financiación definitivo, pero este partido gobernaba cuando se aprobó la ley de creación de las universidades para estar en todas las provincias. La propia Susana Díaz no dio, pero tampoco quitó, y además hay que reconocerle la apuesta por las matrículas gratuitas, es decir, hizo lo que pudo y más para favorecer la igualdad de oportunidades, que tanto molesta a algunos, a cada cual lo suyo, y este consejero que llegó de independiente a Ciudadanos, me da la impresión de que simple y llanamente se quiere cargar el mapa del sistema universitario público, hacer tabla rasa y no se le ve dispuesto a dar su brazo a torcer, lo que no sé es a qué estrategia responde, qué modelo sigue y a quién o a quiénes trata de beneficiar en realidad. A un político con estas miras, que trata con tanto desprecio a un emblema como es nuestra UJA, la sociedad provincial debe responderle como se merece.
Estoy convencido de que así va a ser y que tendremos que vernos donde sea necesario para demostrarle quién puede más, si un político nefasto que quiere pasar a la historia con una cacicada espectacular, o todo un pueblo que sabe y quiere defender lo que tanto le costó lograr. No puedo evitar acordarme en este momento de un personaje, que también fue político, y que se estará haciendo cruces con este lamentable episodio, el que fuera consejero y también jienense, Antonio Pascual Acosta, y los parlamentarios de los distintos grupos que defendieron la causa histórica. Todos ellos también se merecen esta lucha.