Desde hace quince días que conocimos la designación de Córdoba como sede de la base logística contemplada en el Plan Colce, pensábamos que se habían superado todas las expectativas con el dedazo de la señora vicepresidenta del Gobierno de España, Carmen Calvo, con la complicidad de su jefe de filas, todo clarísimamente urdido con finalidad política, se quiera o no reconocer a posteriori. En dos semanas no han tenido tiempo en el Gobierno o el Ministerio de Defensa en dar respuesta a la demanda que desde el principio planteó el Ayuntamiento de Jaén y que el pasado domingo fue masivamente respaldada por miles de jienenses que acudieron a la manifestación caravana de vehículos. Durante la semana, la bien mandada delegada del Gobierno, con sede en Sevilla, vino a Jaén para señalar que el ejecutivo había tomado nota y que en breve ofrecerían información detallada. Hasta ahora, la callada por respuesta, nadie ha tenido la valentía y la dignidad política suficiente de venir a Jaén a dar cuenta exhaustiva de todos los pasos. Hasta que hoy, coincidiendo con que altos cargos del Ministerio de Defensa han bajado a Córdoba a examinar in situ los terrenos, ha hablado la ministra Margarita Robles, otra que se está ganando a pulso la declaración de persona non grata, porque acabo de leer unas declaraciones en las que la buena señora nos humilla más a los jienenses a la hora de defender la opción de Córdoba, no sin ensalzar el trabajo realizado por Jaén, reconociendo que Toledo era la tercera en discordia.
Se le ha olvidado decir que Córdoba nunca estuvo en las quinielas que se hicieron públicas, pero ese detalle debe tener para ella escasa importancia. Sin embargo lo más duro de leer es cuando afirma la ministra socialista, que no se nos olvide, que Córdoba presentaba mejores condiciones de comunicación y para los terrenos no haría falta un proceso expropiatorio. Da a entender que han actuado las prisas de última hora y relegando a la provincia más necesitada. Progresista a más no poder, como por otra parte nos tienen acostumbrados. Otro día les daré datos actuales de Jaén para que tengan motivos para echar en cara a la nueva panda de gobernantes que lo que hacen es seguir al pie de la letra el camino iniciado en los primeros años de la democracia. Indignos, traidores, mentirosos…
El dedazo de Calvo en realidad no supone más que un desprecio absoluto a este territorio, al que solo vienen los dirigentes del PSOE a la recolección del voto, porque hasta ahora lo han tenido muy seguro y quién sabe si también en el futuro recibe como “premio” a su maltrato una más abundante cosecha del granero histórico de votos. No importa que sean culpables, en su cuota parte, de que esta provincia no haya prosperado, por el contrario como hace cuarenta años, seguimos sin tener ni el diez por ciento de lo que ofrecieron a Córdoba a través de los años. A nosotros, el primero de todos el PSOE, nos robó el AVE, nos negó infraestructuras de carreteras y, por supuesto, ha consentido, a pesar de las airadas protestas, el mantenimiento de un tren propio del siglo pasado. Incluso hubo una vez que la Cámara de Comercio reivindicó un aeropuerto y los dirigentes socialistas se rieron de nosotros en nuestra cara cambiando el nombre del granadino Federico García Lorca, al que bautizaron como de Granada-Jaén. Decepcionante. Insisto en decir que de aquellos polvos estos lodos y que si estos argumentos utilizados por la ministra tiene el valor de defenderlos ante nosotros, tendríamos que salir a la calle para poner a los políticos en su sitio.
Pero no termina aquí la historia de las últimas horas. Mientras Jaén entero mantiene una actitud reivindicativa y firme, como se puede ver en las redes sociales, y hay gente que demanda ya una caravana de vehículos por Despeñaperros para hacer ruido, cuando poco a poco la plataforma Jaén Merece Más, que está siendo la aglutinadora de la sociedad civil, ahora resulta que la unión municipal que ha habido en todo este tiempo, ha empezado a resquebrajarse, sobre todo si tomamos al pie de la letra la posición del Grupo Populares en el Ayuntamiento, del que es portavoz Manuel Bonilla. Este grupo ha pedido al equipo de gobierno información de todo el proceso, y por supuesto está en su derecho de hacerlo y los responsables de la elaboración del expediente del Plan Colce de entregarle todo el material solicitado, discutirlo y desmenuzarlo, no sé si en un pleno, al menos todavía, o en una reunión interna. Lo que no me parece oportuno es el que PP aproveche una comparecencia pública para arremeter contra el expediente al afirmar que no ha existido un documento “serio y riguroso”, que es un fiasco, y que desde las filas socialistas pretenden trasladar las culpas a la Junta de Andalucía. No se me puede ocurrir que no haya un expediente del Colce en el Ayuntamiento, han sido varias reuniones en Madrid, han estado presentes personas solventes como Juan Bravo o el rector Juan Gómez, y existen documentos, algo tiene que haber para que la ministra hable de una buena opción, pero si no fuera así, ¿qué gana el PP malmetiendo en este momento, antes de que llegue la versión oficial y nos enteremos absolutamente de todo, porque defiendo a capa y espada luz y taquígrafos hasta el final, faltaría más?
Mensajes todos ellos inoportunos y que lo pretendan o no dan oxígeno a Córdoba y desde luego ponen de muy mal humor a miles de jienenses que el domingo si demandaban algo concreto, era unidad y llegar hasta el final, los tribunales de justicia, con el resultado que fuera. El PP rompe la baraja y en este momento lo que no sé es si se trata de una estrategia autónoma de grupo, que ya sería muy preocupante, o si se ha dejado influir por el otro dedazo también existente, las órdenes dictadas por el secretario general del PP, Teodoro García Egea, para que se aplaque la ira, de modo que el alcalde de Córdoba, del Partido Popular, saboree tranquilo las mieles del éxito. Tan es así que a parlamentarios del PP le han hecho cambiar sus iniciativas en el Congreso, en tanto que el senador y exalcalde, Javier Márquez, me cuenta que sus iniciativas van hacia adelante y están admitidas a trámite. Márquez se interesa por los criterios y de qué miembro del Gobierno de España ha sido la decisión final para la instalación de la Base Logística del Ejército de Tierra en Córdoba, en detrimento de otras candidaturas.
Este momento, ahora, aunque sea unos días, hasta que alguien venga a explicarnos los motivos de nuestro rechazo, se deberían haber juramentado en mantener la unidad. Si hay que pronunciarse con toda contundencia, en el caso de que el equipo de gobierno haya actuado mal o se guardara información digna de ser compartida, no pongo la mano en el fuego por nadie, existe todo el tiempo del mundo para las aclaraciones y las interpelaciones, de ahí que haya sido un inmenso error, es mi opinión, irse por los Cerros de Úbeda y crear, ante las próximas citas de movilización por parte de la plataforma ciudadana, sombras de duda y donde parece que todo vale menos lo único importante, defender con uñas y dientes todo cuanto pueda afectar al progreso y el desarrollo de Jaén. Y si finalmente se pierde, a olvidarse y otra vez a luchar por lo nuestro. También he visto que lejos de rectificar se vienen arriba en un proceso de euforia difícil de aceptar. Ellos verán lo que se juegan, incluso lo que más le duele, votos, porque en política no todo vale.
La historia de Jaén, incluso la relativamente reciente, está llena de fracasos motivados por los intereses políticos. En este momento me acuerdo, desde luego con mucha pena, de la creación de una Mesa por Jaén en favor de exigencias como el ferrocarril, hubo una gran manifestación, a la que se sumó muy activamente el entonces obispo de Jaén, Santiago García Aracil. Aquel proyecto se fue al garete porque los dos partidos mayoritarios, siempre los mismos, no estaban de acuerdo y en este caso fue el PP el que desertó de la iniciativa. Nada nuevo bajo el sol. He visto también que el PP pretende preservar la imagen del presidente y responsables de la Junta. He dicho y muy claro, que en el argumentario socialista han decidido reivindicar primero a la Junta y después al Gobierno de España, cuando, al menos por lo que tenemos entre manos, deberían cambiar el orden. Ahora bien no se puede aceptar que la Junta no moviera la PNL aprobada por unanimidad en el Parlamento andaluz de apoyo a la candidatura de Jaén y menos me sirve el argumento del consejero Juan Bravo, que ha dicho hace unos días que una cosa es el Parlamento y otra la Junta de Andalucía. Acabáramos. La actitud de la política de pretender quedar bien con todo el mundo a lo largo del tiempo le ha restado atención a las necesidades de Jaén. Nos han dejado en la indigencia y ahora empiezan, como desde hace siglos, a inventarse planes y a renovar compromisos. No necesitamos planes, reclamamos dignidad, justicia, inversiones y EMPLEO.
Esta mañana, a propósito de lo que comento, he utilizado en mi habitual “Buenos Días” la frase de Pirandello: “Creemos que es posible entendernos. ¡Pero no nos entendemos nunca!”. Me duele que nuestra Jaén, que es una ciudad de impulsos, interprete que hemos tirado la toalla y otra vez a la sopa boba, a la política de la mediocridad y a dedicarnos a ver pasar la vida y con ella las nuevas frustraciones que están por llegar. Creo que había quedado claro que el Plan Colce no era una herramienta para hacer política, prendió esta idea, pero es duro reconocer que esta no podía ser la excepción. Nunca jamás la política ha estado en Jaén a la altura de las circunstancias en momentos trascendentes, y se lo digo yo que va para medio siglo que estoy resistiendo en una tierra a la que quiero mucho pero que me provoca decepciones con demasiada frecuencia. También sé que, agazapada, hay gente, de todo tiene que haber en la viña del Señor, que ha esperado este momento para felicitarse por el fracaso, para que la coalición que gobierna no sume réditos, cuando se ha dicho hasta la saciedad que se trataba de un proyecto colectivo, de todo Jaén. Para qué queremos enemigos, si también los tenemos en casa y esto sí que es verdad que no lo entiendo. La política del “cuanto peor, mejor” es deplorable y en una ciudad con tantas rémoras históricas, pensar en el cortoplacismo, en las próximas elecciones, también creo que descalifica a quienes tengan este bajo concepto de la cosa pública como actividad digna.
Como dijo Churchill, un estadista o algo que se la parezca, es el que piensa siempre en las próximas generaciones. Les confieso por último un cierto abatimiento, mi ideología es Jaén, todo lo que sea bueno para Jaén es bueno para mí. Respeto mucho a los partidos políticos, porque respeto la democracia. Pero mi escepticismo militante me dice que hemos podido tener el futuro de Jaén en las manos y cada uno un poco hemos enterrado bien hondo un capital de ilusión. Veo mucho en las redes sociales una frase que normalmente utilizan las personas del espectro ideológico de la derecha y que yo en esta tarde voy a ampliar también hacia la otra dirección. Señoras y señores, amigas y amigos, disfruten lo votado. Y hoy no tengo ganas de decir “Viva Jaén”, no me sale la voz del cuerpo.