Tras la frustración que se ha producido en la opinión pública en general tras conocerse las actuaciones previstas para Jaén en los Presupuestos de la Junta para lo que queda de año, creo que conviene hacer un recordatorio de algunas de las asignaturas pendientes en el caso específico de Jaén capital, de la que el nuevo gobierno andaluz parece haberse olvidado porque apenas le dedica unas migajas que tienen que ver con el tranvía y la Ciudad de la Justicia, pero con aportaciones ridículas en las cuentas, que es sintomático de que el año pasará sin pena ni gloria. Ahora nos quieren hacer ver que el verdadero presupuesto donde ya se colocarán con detalle los compromisos con Jaén serán los del próximo año 2020, donde ya se pretende recoger la dotación para la puesta en marcha del tranvía.
Dicen que en esos presupuestos reales, ya con una anualidad completa, estarán las respuestas que Jaén espera. Por lo pronto tras las declaraciones optimistas de los miembros del PP en el gobierno andaluz, han sido responsables de Ciudadanos los que han seguido con los elogios a las cuentas, tanto Raquel Morales como la parlamentaria Mónica Moreno no han dudado en calificar el presupuesto «más serio, realista y ambicioso que ha visto la provincia». Les pasa igual a todos los políticos y todos los años, van a acabar con los adjetivos, pero creo que deberían trabajar la humildad porque si ahora dicen esto, ¿qué dirán de los del próximo año?
Esta ciudad, a pesar de su mala suerte con muchos de los que han sido sus dirigentes, en tantas ocasiones ha dado ejemplos con sus enormes fortalezas, empezando por su gente, los jienenses de todas las épocas, también la de hoy, que son el principal patrimonio. Nos sentimos orgullosos de su riquísimo patrimonio, de la Catedral más bonita de España, del Centro Cultural de los Baños Árabes, el Castillo de Santa Catalina, de la capitalidad mundial del aceite de oliva, de la ambición manifestada reiteradamente en la organización de su Expoliva, en la ventana abierta a las oportunidades que es su Centro de Congresos y Exposiciones, por supuesto la Universidad que tiene que ser y ya se empieza a percibir, el motor del cambio; de la dinamización de la cultura que es bien visible con una agenda cada vez más cargada en cantidad y calidad; un movimiento vecinal cada vez más dinámico y comprometido…en fin, sería interminable la relación de escenarios y situaciones que invitan a seguir confiando en una ciudad que es como un diamante en bruto, porque lo tiene todo, aunque, al mismo tiempo, tantas cosas le falten.
Siempre suelo decir, dirigiéndome sobre todo a los responsables públicos, que deben tener clara una idea, un sentimiento, una sensación, y es la de que las personas pasan pero la ciudad permanece, es por la ciudad en consecuencia por la que merece la pena hacer todos los esfuerzos y mover todos los recursos, por ella y por su progreso, porque nuestros hijos y nietos tengan en ella el mejor futuro posible.
Muchos estábamos convencidos de que había llegado la hora de Jaén, que ya no hay lugar a la resignación, al miedo o la indiferencia. Jaén es nuestro, es de todos, los políticos son nuestros servidores, y hay que exigirles con buenos modos, pero al tiempo con toda rotundidad y sin rodeos, que han de decidir: con Jaén o contra Jaén. Ir contra Jaén ha sido tantas veces a lo largo de la historia plegarse a intereses mezquinos, entre ellos los de los partidos políticos a los que en gran medida les debemos el lugar que venimos ocupando desde hace años en todas las estadísticas, y tantas veces nos responden con triunfalismos, brindis al sol, cajas destempladas o simples palabrerías…los datos no admiten duda, somos lo que somos.
Aunque supongo que la nueva Junta debe tener un archivo de todas las aspiraciones de Jaén, les voy a recordar las más importantes, ya que las primeras decisiones del gobierno andaluz, en los presupuestos que acaba de presentar, se olvida casi en su totalidad de todas y cada una de las aspiraciones legítimas, algunas con más de veinte años en la lista de espera.
Empezamos por los casi 10.000 parados permanentes en la ciudad que exigen soluciones. Somos una ciudad que lleva años perdiendo población, y esto es sintomático de que algo pasa, que las respuestas de futuro no han llegado. Nos tiene que preocupar el grave problema del desempleo juvenil y la fuga de talentos, cada vez más evidente, motivo por el que hay que apoyar con entusiasmo a instrumentos como la Universidad. Por cierto, nos han dejado sin Grado de Medicina, o el sueño en el que algunos políticos irresponsables nos hicieron confiar hace nueve años, y Jaén, como siempre, se ha callado tras esta nueva afrenta. Los políticos dejaron bastante que desear en muchas oportunidades, no estuvieron a la altura de las circunstancias.
Esta ciudad es un páramo industrial, no podemos fiarlo casi todo al olivar, hay que echarle imaginación para encarar el futuro. Necesitamos empresas, un tejido empresarial que sea motor de desarrollo. Padecemos unas pésimas comunicaciones, más propias del siglo pasado. Llevamos muchos años de espaldas al tren, con el dato ya conocido de que en 25 años se han perdido el 90% de los servicios que había, y seguimos cruzados de brazos. Lo mismo se puede decir de las comunicaciones por carretera, donde entrar en territorio jienense parece un punto y aparte. No hablemos del aeropuerto, que está cercano, cierto, pero que continuamente nos hacen ver imágenes que no siempre se corresponden con la realidad.
Tanto la Administración Central como la Junta de Andalucía tienen con Jaén una enorme deuda histórica y pese a ello los datos indican que mientras los políticos sacan pecho y nos engañan a placer con unas cifras presupuestarias rácanas a más no poder, los últimos años han presentado el récord de menor inversión, la última provincia andaluza, sin que nadie se avergüence por ello. No nos olvidamos de que la Política Agraria Común (PAC) nos ha robado a los intereses de Jaén nada menos que 272 millones de euros, con la complicidad de quienes no se han puesto al lado de su provincia.
La Junta de Andalucía, a la que antes mencionaba, nos debe, entre otras cosas de una lista enorme no satisfecha por los gobiernos socialistas, una Ciudad Sanitaria, una Ciudad de la Justicia, centros educativos…La Junta, que es por cierto la administración que tiene asumidas la mayor parte de las competencias en todos los órdenes, parece no haberse enterado, por su inacción, por su silencio, sobre los restos arqueológicos de Marroquíes Bajos, donde está enterrado el origen de la ciudad y para nuestra vergüenza nos lo han tenido que recordar desde fuera. Una administración coherente tendría que poner esta riqueza en el escaparate y hacerla visible para que nos sintamos orgullosos de lo que somos en la historia.
Hay muchas más cosas. Por ejemplo una Cámara de Comercio e Industria que se han cargado, para la que había soluciones, sin duda, y las administraciones no han sido capaces de buscarlas y encontrarlas, y es un recurso que se le ha negado a la ciudad y que podría estar dando réditos en beneficio de los empresarios más dinámicos. Por supuesto qué decir de la situación del Ayuntamiento de Jaén, que a estas alturas pienso que todo el mundo conoce. Una crisis galopante, una deuda de 700 millones o tal vez más, quién sabe, pero el panorama municipal está enquistado y lo peor es que ni hay solución ni se le espera.
Está, cómo no, el polémico tranvía a ninguna parte. Tras ocho años de la terminación de las obras del polémico sistema tranviario, no se ha avanzado lo más mínimo. Sigue siendo el hazmerreír y no ya solo para los que vivimos en Jaén sino para los que llegan de fuera o les ha llegado la noticia por los medios de comunicación. Aquí se puede añadir el parque acuático dejado a medio hacer por la anterior corporación, el aparcamiento fantasma de La Alameda, o la planta a medio construir de Dhull, otro fracaso de aquellos días de vino y rosas…
También podemos presumir de un Museo Íbero, sin duda una gran obra, pero que sigue sin contar con su exposición permanente y parece que habrá que seguir esperando. En fin, para ir resumiendo, también han de moverse actuaciones en favor de la Catedral y que podamos conseguir el clamor de tantos jienenses para que sea declarada Patrimonio de la Humanidad. Está pendiente el futuro de Las Protegidas, o de ese lugar tan precioso como es Jabalcuz, que nunca fue una prioridad para nadie. También el viejo cementerio de San Eufrasio. O el futuro del casco antiguo de la ciudad, del que a todos se les llena la boca pero que sigue abandonado y esperando que alguien abandere su proyección y un fuerte plan de inversiones para la zona. Por supuesto hay que exigir que llegue la hora de los barrios, que están completamente abandonados, no hay dinero para nada y tampoco para ellos. Y se necesita una estación intermodal adecuada, como la tienen las ciudades que han dado el paso a la modernidad.
Es hora asimismo de reivindicar un Plan Estratégico para la ciudad, de manera que no se actúe a salto de mata sino con una hoja de ruta bien definida. Es momento de pensar en el comercio local, en sus expectativas de futuro, en convivencia con los centros comerciales, a la espera de que llegue el Jaén Plaza, del que por cierto es evidente el retraso por mucho que se niegue. Está también pendiente la santa paciencia de los puentes, tantos años a la espera, una cuestión que define muy bien la manera de hacer política, con incapacidad para tomar decisiones, por drásticas que parezcan, y por el contrario, marear la perdiz hasta provocar hartazgo. Y, cómo no, es preocupante la situación social, no hay más que preguntar en Cáritas, Cruz Roja, Banco de Alimentos, comedores sociales, etc., porque las versiones de los políticos y de los verdaderos interlocutores sociales nos harán percibir la auténtica realidad de un gravísimo problema…
Pues bien, a ninguno de estos problemas dan respuesta los Presupuestos de la Junta para este año que sí tienen un aspecto positivo, son provincializados, es decir, hay transparencia y se les puede seguir la pista a las inversiones. También dejamos de estar a la cola en las cuentas andaluzas y nos encontramos en un decoroso término medio. En fin, ya nos gustaría que tanto el presidente Moreno Bonilla, como su segundo, Juan Marín, vinieran por Jaén y lo mismo que un día trajeron promesas ahora sean capaces de dar la cara. A las maduras y a las duras…
El tema de las comunicaciones es particularmente sangrante y las quejas de hoy tienen como destinatario al Gobierno de Madrid en funciones y concretamente al ministro de Fomento, José Luis Ábalos. El patinazo socialista es de los que hacen época. Hace unos meses, en plena vorágine electoral, se puso en servicio, para atender las demandas de la vecina Granada, un Talgo que le comunica con Madrid, que no tenía previsto hacer parada en Linares-Baeza y que el ministro autorizó que así fuera tras el malestar creado en nuestra provincia, en ámbitos políticos, sociales y ciudadanos, medios de comunicación, etc. Se nos vendió como un gran avance, casi pretendían resolver con un solo gesto tantos años de olvido e indiferencia. Pero como la realidad se acaba imponiendo, ya se ha sabido que con la puesta en marcha del AVE en la capital granadina, a partir del próximo día 26, desaparece el Talgo que realmente era un servicio provisional, con lo cual Jaén se vuelve a quedar como estaba, completamente descolgada. Las provincias más próximas, Granada, Córdoba y Málaga, excelentemente comunicadas, y nosotros en Jaén fuera de las vías de desarrollo.
El mismo ministro Ábalos que se vio obligado a dictar una medida, ya había dado la cara ante Granada en una visita expresa, pero a Jaén no se ha atrevido a venir, ignoro las causas, pero me parece un agravio. Los propios socialistas jienenses ya han reconocido que con el tren no han estado afortunados, han hecho informes y creado comisiones, pero los resultados siguen haciéndose esperar. Este nuevo palo para los intereses de nuestro territorio tras la entrada en servicio del AVE de Granada hacia Córdoba, Madrid y Barcelona, nos condena aún más al ostracismo. Salvo que quieran buscar una fórmnula, como con el aeropuerto, y a la estación de AVE granadina le añadan también el nombre de Jaén. Sería un detalle, ya puestos…
Foto: El tranvía, que se presentaba como la prioridad, ha de esperar al año 2020.