Ley de Murphy: cualquier situación, por mala que sea, es susceptible de empeorar. Me había hecho el propósito de emular al alcalde, Julio Millán, que ante la grave e inesperada crisis municipal derivada de la ruptura del pacto de gobierno de tres de los cuatro concejales del grupo municipal de Ciudadanos, decidió tomarse unos días antes de anunciar la obligada reestructuración del gobierno, pero las circunstancias que se están dando nos llena de perplejidad como a la mayoría de los jienenses, y aunque en Jaén estamos curados de espanto de espectáculos de este tipo, recuerden por ejemplo el anterior mandato municipal donde se vivió una situación muy parecida, no por ello podemos dejar de sorprendernos al tiempo que lamentar la mala suerte que acompaña a la capital, donde el problema no es ya solo que no se avance lo suficiente en los ámbitos de gestión, sino que el nivel de responsabilidad de los políticos está bajo mínimos, sálvese quien pueda, aunque en este momento me cuesta trabajo encontrar a personas y a grupos que queden fuera de alguna responsabilidad, por acción o por omisión.
El caso es que esperábamos un fin de semana de tránsito, a la espera de conocer la manera con la que el alcalde se las ingenia para cuadrar su equipo, teniendo en cuenta además que la única concejal que el partido Ciudadanos reconoce como continuadora del acuerdo de gobernabilidad, María Orozco, aspira a la primera tenencia de alcaldía, que hoy ostenta la mano derecha de Millán, África Colomo, como por otra parte parece lógico que así sea. Este es un elemento muy a tener en cuenta por su nivel de exigencia, a pesar de que la suma de PSOE más esta concejal de Ciudadanos sigue dando una minoría.
Pero los tres concejales salientes, liderados por María Cantos, están dispuestos a seguir moviendo sus fichas, aquí hay una estrategia a la desesperada en la que ya se pierde el sentido común y la responsabilidad. En un claro pulso al partido organización los tres concejales, que se siguen considerando grupo, han forzado la expulsión del mismo de la concejal responsable de Hacienda, María Orozco, que en consecuencia tendría que pasar a edil no adscrita, pero con la urgencia que el caso requería ha actuado Miguel Moreno, en su calidad de coordinador provincial y con las bendiciones de la dirección de Ciudadanos, mediando ante el alcalde para paralizar la expulsión. Horas después se producía un hecho más tajante, la suspensión cautelar de militancia de los tres ediles que promovieron la ruptura, en tanto se resuelven los expedientes disciplinarios abiertos. Con esta medida se da legitimidad al pacto entre el PSOE y Ciudadanos en la única persona de la edil María Orozco. Esto ha ocurrido en el día de hoy, pero cuando un conflicto toma esta deriva ya las consecuencias pueden ser incontrolables. Lo siento por Jaén, porque era precisamente lo que no convenía en este delicado momento a sus intereses generales.
Es de imaginar lo que se tiene que estar cociendo entre bastidores, las conversaciones, llamadas, que se estarán cruzando. Hoy mismo el presidente provincial del Partido Popular, Erik Domínguez, se ha reunido con el grupo municipal, con la excusa de valorar el curso y hablar de futuro, pero se ha aprovechado para cargar todas las tintas contra el PSOE. “Los jienenses van a pagar los tejemanejes del PSOE”, señalan, aludiendo a la “situación difícil por la que atraviesa del Ayuntamiento”, para añadir, por si cabe alguna duda que “no hay más culpable que Julio Millán”. Ni un solo reproche hacia los concejales que han roto el pacto de gobierno, lo cual constituye una pista muy clarificadora del papel que quieren jugar los populares, legítimo sin duda, aunque las matemáticas no dan hoy por hoy para una operación de alternativa. El Ayuntamiento de Jaén está compuesto, como todo el mundo sabe, por 27 concejales, 11 del PSOE, que fue el ganador de las pasadas elecciones municipales; 8 del PP, 4 de Ciudadanos, 2 de Adelante Jaén y 2 de Vox, aunque en este último caso en este momento por circunstancias especiales de este grupo, solo hay en activo un concejal.
Ya señalé hace un par de días, en el fragor de esta batalla municipal, que hay todavía incógnitas que se tienen que despejar, aunque todo hace indicar que se trata de una huida hacia adelante de los tres concejales, María Cantos, Francisco Díaz y Miguel Castro, tal vez con el propósito de encauzar otro proyecto, tal vez defraudados por la experiencia, aunque se han visto con legitimidad para dar el paso por los desplantes y la falta de sintonía con el PSOE, que empezaron a tomar carta de naturaleza en los duros momentos en que se conoció la resolución por parte del Ministerio de Defensa del Plan Colce y después han insistido en la nula rentabilidad para la capital de las visitas de varios ministros, por lo que demandaron del alcalde que les presionara lo mismo que hizo con la Junta en el tema del tranvía, por ejemplo. De aquellos polvos estos lodos. En el muro de Facebook de María Cantos se puede leer: “El PSOE dice que detrás de todo está mi deseo de ser alcaldesa. Que recuerden que lo pude ser hace dos años y dije NO, los intereses de la ciudad siempre por delante de los personales. La hemeroteca no miente, el PSOE, sí”. Ya ven cómo está el patio y los recados que se envían los unos a los otros diciéndose de todo menos grapos.
He dicho y repito que no estoy muy convencido de las razones planteadas por la hasta ahora portavoz de Ciudadanos, pero también hay que estar en el día a día para tener todos los elementos de juicio, lo que sí parece evidente es que en las últimas semanas se cortó el cordón umbilical de la comunicación y de las sinergias. El divorcio estaba cantado, si no hay entendimiento parece ocioso mantener una relación, salvo que prime el sentido de la responsabilidad, al fin y al cabo en la aventura política que se embarcaron fue la de sacar adelante a esta capital. Han fracasado en su compromiso y han roto las ilusiones que despertaron. Ahora queda por ver cómo se puede restaurar una cierta confianza y crédito para los dos próximos años. Creo que el PSOE tiene una papeleta muy difícil, no solo para conformar un gobierno sino también para establecer acuerdos con los grupos, que en algunos casos van a mirar más el interés para sus siglas que la suma de voluntades para ayudar a esta ciudad a salir adelante. No le arriendo las ganancias.
GRUPO PARLAMENTARIO SOCIALISTA. Por lo demás el PSOE ha reunido hoy a su Grupo Parlamentario y se ha elegido coordinador a Juan Francisco Serrano para sustituir a la flamante portavoz en el Parlamento andaluz, Ángeles Férriz. En esta reunión, como viene siendo norma en los últimos meses, los socialistas plantean exigencias a la Junta de Andalucía, a la que piden planes de empleo para mitigar el paro, que está muy bien, pero ya me parece fuera de lugar que la critiquen porque hace propaganda con lo que llaman “falsedades”, en referencia a la Ciudad Sanitaria o la Ciudad de la Justicia. De la segunda no digo nada, pero respecto a la Ciudad Sanitaria, es cierto que faltan concreciones, pero la actual Junta está actuando y moviendo ficha, cosa que jamás hizo el PSOE, por eso llama la atención esta manera tan contundente de plantear una demanda. En cambio no han manifestado propuestas y mucho menos quejas hacia el Gobierno de Pedro Sánchez, al contrario hace unos días alabaron la oferta de una lanzadera para unir Jaén a la línea de alta velocidad Córdoba-Madrid, una solución que no satisface ni al propio CES Provincial, aparte de que ya se barajan precios inasumibles.
¿Saben lo que le ha faltado y la ocasión la ponía en bandeja la reunión de hoy? En vez de mirar hacia la Junta, que tienen que hacerlo, porque es su deber, aunque con más mesura y sobre todo no utilizando sus propios fracasos para pedirle al actual gobierno la celeridad que nunca tuvieron, lo que Jaén sigue esperando del PSOE provincial es que se disculpe por la inacción del ejecutivo de Pedro Sánchez, con especial referencia al maltrato a Jaén con el Colce, al lamentable episodio de la Inversión Territorial Integrada (ITI) y al compromiso de fórmulas satisfactorias para poner a Jaén en el mapa del ferrocarril, porque lo que el ministro y el presidente de Renfe nos quieren dar es más de lo mismo, parches en vez de soluciones que resuelvan de una vez por todas nuestra comunicación ferroviaria con total autonomía y no hacernos depender de terceros, ahora resulta que podemos esperar que en cualquier momento a la estación de Ave de Córdoba digan de sumarle el nombre de Jaén. Queremos trenes propios y dignos para Jaén y que no nos traten de hacer comulgar con ruedas de molino. ¿Está claro?
Foto: María Orozco, concejal de Hacienda, protagonista del día en la crisis del Ayuntamiento de Jaén.