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Habemus papam. Finalmente el grupo de Ciudadanos decidió, tras las reuniones con PP y PSOE decantarse por el apoyo a los socialistas para elegir nuevo alcalde de Jaén a Julio Millán Muñoz, que hace el octavo regidor desde la llegada de la democracia a los ayuntamientos, hace cuarenta años. El pleno constitutivo se ha desarrollado con toda normalidad y tras la toma de posesión de los 27 corporativos se ha pasado a la votación, con el resultado de 15 votos a favor de Julio Millán (11 del PSOE y los 4 de Ciudadanos, mayoría absoluta holgada), 8 para el candidato popular, Javier Márquez, 2 para la candidatura liderada por Salud Anguita (Vox) y dos votos también para Lucía Real, del grupo Adelante Jaén. Presencia de autoridades en el salón de plenos que se ha quedado pequeño y expectación por si el final del proceso deparaba alguna sorpresa. No ha ocurrido, gracias a Dios. Julio Millán, visiblemente emocionado, ha recibido los atributos de su nuevo cargo. Después tanto Salud Anguita como Lucía Real han dado la enhorabuena al nuevo alcalde y se han comprometido a trabajar desde la oposición.

Era muy esperada la intervención de María Cantos, que ha hecho un alegato de lo que pretende la presencia de su grupo en el gobierno local: “gente corriente deseosa de hacer cosas extraordinarias por la ciudad”. Consciente de la pesadilla de los últimos días, ha anunciado que “hoy comienza ese despertar de esta ciudad nueva y hemos venido con el ansia acumulada”, al tiempo que en su intervención vibrante en la que ha ido poniendo mucho énfasis en determinadas frases, ha asegurado, mirando al público, que el interés general es el que va a prevalecer, y en un primer plano ha situado recuperar la dignidad de los barros olvidados, y el de que los jienenses se sientan orgullosos de su ciudad, que tiene futuro si entre todos nos lo proponemos.

Emotiva la intervención del hasta ahora alcalde, Javier Márquez, que se ha retratado en su principal capital, el de buena gente, un señor con todas sus letras, para hacer una ardorosa defensa de la dignidad, esa que no se gana con un cargo. Visiblemente emocionado, ha reflexionado sobre la misión de un alcalde y se ha referido tanto a los momentos de alegría como a los sufrimientos que hay que asumir, mientras se tiene la responsabilidad de que “tu suerte será la suerte de Jaén”. Ha lamentado el audio que ha salido de un concejal de Ciudadanos y en su confesión en voz alta ha lamentado que se le trate a él y a su grupo como si fueran corruptos o imputados, para enfatizar que la decadencia de un político llega cuando vende su propia dignidad. Márquez ha sido capaz de sacar a relucir un asunto que venía muy a cuento, el de la maldición de los alcaldes de Jaén, porque es verdad, todos o casi todos terminaron mal sus mandatos, y ha aprovechado para tener un recuerdo para los alcaldes que le han precedido, con especial referencia a Alfonso Sánchez, momento en el que el público ha respondido con grandes aplausos. También ha reivindicado su gestión, a pesar de que le ha tocado ser alcalde en el momento más difícil y ha anunciado como aclaración para los que pudieran tener alguna duda, que piensa estar los cuatro años en la oposición. Javier Márquez y Julio Millán se han abrazado durante el acto para demostrar que por encima de la política valoran las relaciones humanas.

El nuevo alcalde de Jaén, Julio Millán, ha cerrado los discursos señalando que, en efecto, como se suele decir en estos casos, no hay mayor honor que representar a la ciudad con el cargo que acaba de estrenar, consciente de la responsabilidad, pero también de la oportunidad que supone creer en los recursos y en la gente de Jaén. Millán ha esbozado algunas de las líneas de trabajo que se proponen desde el nuevo gobierno local, poniendo énfasis en recuperar la dignidad de los barrios olvidados, coincidencia plena con María Cantos, al tiempo que ha comprometido y ha demandado respeto, diálogo y lealtad institucional, ha trasladado un nítido mensaje de confianza y responsabilidad, y se ha mostrado abierto a acoger todas las buenas ideas que emanen de los grupos municipales por el bien de Jaén y con el referente de hacer de ella una gran capitalidad. Ha recordado también a los alcaldes anteriores, por todo lo que cada uno de ellos aportó, especialmente ha elogiado a Márquez, al que ha agradecido sus desvelos, su cercanía y su humanidad, y ha terminado con la idea, sacada de Juego de Tronos,  de que nada hay más poderoso que una buena historia, como la que representa y se pone en marcha en el Ayuntamiento de la ciudad de Jaén. Y se ha reivindicado, un muchacho humilde, de un barrio del Jaén de toda la vida, San Juan, que en los últimos años ha soñado con ser el alcalde, y con trabajo y perseverancia, lo acaba de conseguir. Esto quiere decir que casi siempre los sueños se hacen realidad si hay esfuerzo y constancia en la tarea de perseguirlos.

Ha sido un largo parto el que ha tenido como escenario político la ciudad de Jaén para conformar el nuevo Ayuntamiento. Un sinvivir porque todo el mundo estaba pendiente de la postura del grupo de Ciudadanos liderado por María Cantos, que ha padecido unos días de enorme presión social en los que se ha visto obligada a escuchar tanto a quienes, incluso dentro de su propia organización, le pedían reproducir en la capital jienense el acuerdo del tripartito andaluz, y los que optaban por la alternativa del acuerdo con el PSOE de Julio Millán para abrir un tiempo nuevo. Ha habido más contactos con el Partido Popular, aunque en todo momento fueron discretos y se estaba al borde del entendimiento cuando surgió la polémica del audio que ha dado la vuelta al país, que motivó un giro inesperado y Cantos aceptó sentarse con negociadores del PSOE, cita que también resultó frustrada por las aspiraciones de la lideresa de alternar la Alcaldía, rechazado de pleno por el PSOE, motivo por el cual, apurando las horas porque no había margen para alargar el proceso, se reunieron con el PP, en la sede de Ciudadanos, de la Avenida de Andalucía, y se avanzaba en los flecos del entendimiento, cuando Cantos puso sobre la mesa la condición de que Márquez, senador a la sazón, abandonara la Alcaldía para simbolizar el cambio en la ciudad.

Los populares, que se habían entregado a la causa con tal de no propiciar el regreso del PSOE a la Alcaldía, estuvieron dispuestos a repartirse el mando y a ofrecerle las áreas demandadas, pero les parecía excesivo ofrendar la cabeza de Javier Márquez, o, lo que es lo mismo, claudicar absolutamente en todo y aparecer como un grupo al límite de la humillación. Márquez, acompañado por su segundo, Javier Carazo y por Miguel Segovia, que aportaba su enorme experiencia política, abandonaron la sede naranja seriamente molestos por el nivel de exigencia de Ciudadanos.

Aunque el reparto de las alcaldías es un asunto que se ha dado en otros muchos ayuntamientos de todo el territorio español, en el caso de Jaén no se esperaba contar con este importante factor, porque María Cantos había efectuado declaraciones en algunos medios en las que negaba con rotundidad que estuviera en su ánimo plantear esta reivindicación. En mi modesta opinión, tanto con socialistas como en la relación con los populares, Ciudadanos ha planteado imposiciones por encima de lo que parece razonable en proporción a su resultado electoral de cuatro concejales frente a ocho o más aún a once, que merecían una consideración y un respeto. Pero es lo que tiene ser la llave y pretender aprovecharse de ella, algo que se puede criticar, faltaría más, pero que forma parte del juego que permite una ley electoral que propicia situaciones que al común de la gente le puede costar trabajo entender. Cuando uno tiene la llave corre el riesgo de que se le suba a la cabeza, pero aquí había dos opciones, igualmente legítimas y respetables, una era el acuerdo a tres, que desde el primer momento, por la propia situación política andaluza, se abría paso como la más propicia, pero que tenía el inconveniente del efecto Vox o por mejor decir, de Salud Anguita, en una relación que podía amenazar todo el mandato, y la otra fórmula a explorar era entenderse con el PSOE, pero Julio Millán ha sido más contundente en los planteamientos y se ha hecho respetar cuando ha demandado un programa y no un mero reparto de poder. En lo que no estuvo fino el entonces candidato Millán y hoy alcalde, es en arengar a la ciudadanía a rebelarse si la fórmula elegida no era la suya, la política está muy necesitada, y a partir de ahora habrá que demandarlo a nivel local a todas y a todos, de humildad y mesura. Ya sabemos por experiencia que ser la lista más votada no significa nada porque al final gobierna la aritmética y esto solamente se puede resolver de una manera, si los partidos políticos lo desean, cambiando nuestro sistema electoral.

A partir de este momento, con Julio Millán al frente, y con un buen equipo de gente animosa, comprometida y con muchas ganas de construir e incluso de recuperar una imagen que el PSOE vio debilitada en su anterior etapa de gobierno, que todo hay que decirlo, parece que los jienenses tenemos la garantía de que se va a imponer el diálogo sobre el modelo de ciudad antes que el reparto de las cuotas de poder. Millán, lo he dicho en la reciente campaña, ha tenido un recorrido político importante, es juna buena persona y está preparado para ser un buen alcalde de esta ciudad, se ha ganado a pulso el triunfo y ahora toda la atención se pone en la manera en que vayan a gobernar los dos socios que se acaban de decir el “sí, quiero” después de tan inquietante espera. Siempre he admirado y sigo haciéndolo a María Cantos, porque conozco su trayectoria y el compromiso indiscutible con su Jaén, pero en la política como en la vida en general, los hechos tienen que acompañar a las palabras. Creo que ella debe ser consciente de que en estos días su liderazgo y su grupo han sufrido desgaste, que es muy evidente haciendo un recorrido por las redes sociales que, para bien y para mal, son un termómetro de la opinión pública, y, si existe alguna duda aún, basta con escuchar a la gente de a pie, y desde esta experiencia me permito sugerir a Ciudadanos que su primer objetivo tendría que ser recuperar la credibilidad y demostrar por la vía de los hechos que a lo que de verdad aspiran es a trabajar por Jaén. Se ha tenido la sensación de que se parapetaban en el interés de la ciudad, pero sin escuchar su pulso, algo así como la vieja expresión del despotismo ilustrado, “todo por el pueblo, pero sin el pueblo”. Voy a seguir confiando en María Cantos hasta que no me demuestre lo contrario, tengo alta consideración de su valía, y también espero mucho de las personas que le acompañan, en especial a las que conozco, Paco Díaz (al que habrá que valorar por su trabajo y no por una metedura de pata monumental) y Miguel Castro, otro devoto de Jaén que espero tampoco defraude. Una alusión también al grupo de Adelante Jaén, con Lucía Real al frente, dos concejales que se han mantenido al margen de los protagonismos de estos días y que por el contrario han denunciado lo que todo el mundo ha entendido “mercadeo de sillones”. A Ciudadanos, tras estos últimos días de tanta tensión y emociones le corresponde ahora pasar a demostrar que los errores que ha tenido son fruto de la inexperiencia y que los defectos han sido de forma y no de fondo, en definitiva recuperar la credibilidad es casi más tan urgente como ponerse a trabajar en serio en el equipo de gobierno que se vaya a formar.

Lo único que me interesa a partir de hoy es que la ciudad funcione y que los 27 concejales que se van a sentar en el salón de plenos, unan sus fuerzas para conseguir el revulsivo que Jaén necesita con urgencia. A todos los animo y los felicito, a los que van a gobernar porque asumirán una importante responsabilidad, y a quienes estarán en la oposición, ya que son representantes de la ciudadanía que tienen el derecho y el deber de controlar al poder municipal pero igualmente a ser constructivos en esta hora en la que ya no vale centrarse en las intrigas políticas y en los enfrentamientos tan recurrentes, porque la ciudad les mira con inusitada expectación. Cuatro años se pasan muy pronto, son un suspiro, por eso hay que aprovecharlos al máximo. Feliz travesía de cuatro años a tod@s los corporativos, y en especial al flamante alcalde, Julio Millán.

Foto: El nuevo alcalde de Jaén, Julio Millán tras su toma de posesión.

 

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