Palabras pronunciadas hace justamente un año, el 21 de septiembre de 2020, por el consejero de Hacienda de la Junta, Juan Bravo, al que se incorporó al Consejo de Gobierno presidido por Juanma Moreno como cuota jienense: “Hoy es un día importante para la provincia de Jaén. Acabamos de firmar el acuerdo con la Caja Rural de Jaén para poner en valor un instrumento que permita invertir en la provincia. Son 40 millones por parte de la Junta de Andalucía y 40 millones por parte de la Caja Rural, más lo que tenemos que sumar de los empresarios, todo por Jaén, para Jaén y para los jienenses. Les pedimos un esfuerzo a los empresarios, que sean partícipes, que entiendan que esto es suyo, son para proyectos de grandes empresas, de empresas medianas, de empresas pequeñas, de autónomos, de emprendedores. Es la gran oportunidad de Jaén. Les animamos y muchas gracias a todos por el esfuerzo”. Hay un video que grabó el consejero a las puertas del edificio del Museo Íbero y que está visible en las redes. Un año después no se sabe nada de esta iniciativa. La Caja Rural, como siempre, respondió a la llamada y como es muy de fiar, puso encima de la mesa sus 40 millones, por tanto la pregunta es ¿qué ha pasado con la aportación anunciada por la Junta, y qué respuesta ha habido de los empresarios, en el caso de que se hayan dado por aludidos?
En su momento, el pasado año, a la vista de la propuesta lanzada de manera casi eufórica por el consejero Bravo, considerábamos la bondad de este importante soporte de apoyo a iniciativas y proyectos para Jaén, al entender que esta es la política que se precisa, basada en realidades, un Fondo Compromiso con Jaén para potenciar el desarrollo, crecimiento y promoción de la provincia. Consta también, todo hay que decirlo, que el propio consejero estuvo manteniendo contactos con empresarios jienenses, tanto a nivel institucional como privado. Se partía de la base de un momento de estancamiento urbano, comercial y empresarial, en parte agravado por la pandemia, momento oportuno para hacer una llamada a la cooperación público-privada para constituir como primera providencia, un fondo de inversión que sirviera de vehículo financiero para actuar en el despegue del territorio. A la apuesta inicial de Junta y Caja Rural se pretendía adherir a empresarios privados de la provincia, que tendrían que hacer aportaciones particulares, con un mínimo establecido en 5.000 euros. Se contemplaba también la constitución de una sociedad gestora para seleccionar los proyectos a ejecutar, que deberían responder al objetivo claramente definido del desarrollo, crecimiento y promoción de la provincia.
Al momento de producirse la noticia, repito que fue hace un año, supimos de empresarios que habían tomado nota de la idea y pensaban participar en ella, si bien a estas alturas, pasado el tiempo y sin tener nuevas noticias sobre el particular, se desconozca, al menos públicamente, si el instrumento ideado por la Junta, mejor por el consejero Juan Bravo, de común acuerdo con la institución financiera jienense, siempre dispuesta a sumar en favor del desarrollo de la provincia, ha tenido seguimiento, si como se pretendía en origen puede llegar, caso de mantenerse en pie, a ser potente y en consecuencia útil, dependiendo de la implicación o no de los empresarios, o queda reducida a otra fórmula con las mejores expectativas pero a la postre inviable por falta de apoyo del sector al que se dirigía, el empresariado. Si la Junta no ha anunciado avances es porque probablemente no los ha habido y estaríamos hablando de otra oportunidad perdida, porque los 80 millones eran el fondo para comenzar el proyecto, pero se podría haber multiplicado en el caso de haber existido una aceptación plena.
Era un gesto loable de la Junta para tratar de no presentarse en Jaén con las manos vacías. En su momento se nos vendió tras un Consejo de Gobierno celebrado en Úbeda, de cara a los presupuestos de 2021, una serie de expectativas que tampoco se han correspondido con la realidad. Eso sí, se habló de cifras importantes entre los planes para Jaén, 810 millones de euros que nos tocaban en el reparto en los fondos del Plan Andalucía en Marcha, pero nada se contemplaba de discriminación positiva ni de los planes anunciados en campaña electoral y en visitas a la provincia, por el hoy presidente. Ese dinero creo que no se ha tocado y lleva razón en la denuncia realizada días pasados, la diputada socialista Ángeles Férriz, a la sazón portavoz de su grupo parlamentario en la Cámara andaluza. El gobierno andaluz ni siquiera ha desarrollado las inversiones que le corresponden por la ITI, aunque ya se nos adelantó que tiene de plazo hasta 2023, de modo que largo me lo fiais, aunque al menos la Junta empezó a sacar proyectos mientras el Gobierno central parece que se ha desentendido, porque con la ITI ni está ni se le espera.
Lo que quiero decir es que la Junta tiene aún mucho margen para demostrar que está por Jaén, sobre todo para cumplir con la palabra dada. Un ejemplo entre varios es el de la Ciudad Sanitaria, que ha rescatado del olvido, cierto, pero anuncia que las obras de esta importante y demandada infraestructura no se iniciarán hasta 2024. Ha pasado un tiempo prudencial desde la llegada al poder del gobierno de coalición de PP y Ciudadanos y ya no vale el argumento de la herencia recibida, sino el de los compromisos asumidos, y sientan mal expresiones de euforia de dirigentes, como en su día la secretaria general de los populares andaluces, Loles López, y no es la única, al afirmar que Jaén está despegando con el nuevo ejecutivo, una visión hiriente para el territorio que distancia más a los políticos de los ciudadanos, que ya no se callan y saltan en las redes a la primera de cambio para responder a las optimistas cantinelas, como cuando se nos quiso conformar con el argumento de que la provincia lideraba la inversión por habitantes en Andalucía.
Reconozco que tanto Juanma Moreno como Juan Marín y algunos de sus consejeros, el mismo Bravo, se han expresado a favor de una especial consideración para la provincia, daría igual que sea un plan específico o que las inversiones en verdad rompan la racha de los agravios y empecemos a notar que hay un gobierno que es capaz de vertebrar y establecer los necesarios equilibrios y no provocar injusticias. Ahora bien, que lo hagan o no eso ya es otro cantar. Dicho lo cual, lo que nos presentaron en su día en Úbeda, a bombo y platillo, era un reparto más o menos equitativo entre provincias, la discriminación positiva por ahora al menos brilla por su ausencia, por mucho que algunos políticos alardeen de que estamos poco menos que en el séptimo cielo. Nunca se nos debe olvidar que en el caso de Jaén hay un pendiente que se llama deuda histórica, que es lo que los actuales gobernantes prometieron encarar y los ciudadanos demandamos. Siempre digo lo mismo como militante del escepticismo que soy, por sus obras los conoceréis, y está por ver, aunque ya llevamos mucho retraso, si en algún momento cumplen con el slogan con el que vinieron los políticos: “Compromiso firme, rotundo y sincero”. Mucho marketing y parafernalia que usan los políticos de todas las administraciones, como ya sabemos por tantos años de verlas venir.
Foto: El consejero Juan Bravo, hace un año, presentando el Fondo Compromiso con Jaén, llamado a ser una oportunidad para Jaén.