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Estamos en un periodo de transición, en casi todo, hasta en el aspecto climatológico, porque hoy estrenamos estación, la tan esperada primavera, no tanto para la legión de alérgicos y no tanto para quienes viven del campo y claman por la ausencia de lluvias, aunque esto nos afecta a todos, en Jaén más que en muchos otros lugares, el porvenir, la esperanza, tiene mucho que ver con ese regalo de la naturaleza que tantas veces se hace de rogar. Transición en lo político, porque estamos abocados a dos citas electorales importantes, los comicios generales del 28 de abril y las elecciones municipales del 26 de mayo. Ya se van conociendo los candidatos y candidatas. Nada que objetar de los carteles para Madrid, Felipe Sicilia, por el PSOE; María Luisa del Moral, por el PP, y Marián Adán Paz, por Ciudadanos, que es lo que se conoce hasta ahora. Buenos carteles a priori. Renovación a tope excepto en las filas socialistas donde lo único que cambia es el número uno, un nombre de consenso, aceptado por Ferraz que ha evitado que en un tradicional feudo del PSOE volvieran a producirse métodos de antaño, la imposición desde el aparato, como ha ocurrido en la mayoría de las provincias andaluzas. Si algo caracteriza a esta cita electoral es la decisión de los líderes de controlar las listas, especialmente visible en los dos principales partidos por lo menos, aunque es de suponer que ocurrirá igual o parecido en el resto. De hecho a Pablo Casado se le atribuye la última palabra sobre las candidaturas de cada provincia andaluza, incluida Jaén con la apuesta por una universitaria de perfil alto, María Luisa del Moral, cuyo nombre llevaba semanas en la calle pero andábamos confundidos, creíamos que iba a ser un fichaje estrella de Javier Márquez, pero no.

El actual alcalde y candidato del PP, Javier Márquez, nos tiene en ascuas, aguardará hasta el último minuto para hacer pública su lista en la que creo que habrá menos sorpresas de las esperadas, han sonado muchos nombres pero la obsesión de Márquez no es tanto configurar una lista de relumbrón, aunque no ha renunciado a determinadas aportaciones que estima valiosas, sino a configurar un equipo homogéneo, que es justamente lo que le ha faltado en esta etapa. Tiene al personal nervioso, tanto a los que pueden salir del grupo como a los que aspiran a entrar, debería deshojar ya la margarita y no prolongar la agonía. Julio Millán tomó del tiempo y ya va por las propuestas, los socialistas saben lo que se juegan en esta batalla de Jaén. Lo mismo que el PP tiene que lidiar con la dificultad de asumir el precio del poder desde 2011, con los aciertos y los errores, el PSOE tampoco lo tiene demasiado fácil porque su principal reto es el de remontar su falta de credibilidad, especialmente tendrá que pagar como propias las facturas de un gobierno en la Junta que no ha tenido un comportamiento justo con Jaén, por decirlo de una manera suave. Hoy nos hemos enterado de que hay 9.500 personas en la provincia a la espera de la dependencia, y creo que son muchas, posiblemente existe un problema de gestión y de eficacia.

Márquez y Millán se van a medir en este duelo, creo que ambos quieren a su ciudad, no me cabe la menor duda, y los jienenses tendrán que decidir. De los demás se sabe poco. Se está haciendo esperar demasiado la proclamación de María Cantos, como candidata por Ciudadanos, y aunque ella y su equipo no han perdido el tiempo y llevan meses trabajando, no se acaba de entender la estrategia, a mi juicio equivocada, de no bendecir a quien fue llamada para este liderazgo municipal y con la cuenta atrás cada vez más imperiosa, con una Semana Santa de por medio, en parte se le puede estar dando ventaja a los adversarios. Queda lo que vaya a decidir Vox para Madrid y para Jaén, exactamente por qué se decide Salud Anguita, y por supuesto está pendiente la incógnita de la izquierda del PSOE, si va o no unida, en cuyo proceso andan estos días debatiendo. Podemos e IU lo que sí han cerrado ya es un acuerdo para las municipales, donde van a colocar de número uno a Lucía Real. Y sorpresa, el concejal no adscrito Víctor Santiago, va a presentar una candidatura independiente. Éramos pocos… 

Elecciones también en la Universidad de Jaén. El 2 de abril está convocada la comunidad universitaria para decidir respecto al único candidato, Juan Gómez Ortega, que opta a la reelección como rector magnífico. A pesar de que está solo en esta carrera, hay que reconocer que se ha planteado una campaña exigente, está protagonizando una serie de actos y reuniones para presentar su programa, y esto es algo que le honra, posiblemente porque no quiere que le regalen el cargo por otros cuatro años, por el contrario creo que desea ganárselo, y uno de los objetivos es animar a la votación para que la jornada electoral no sea un mero trámite sino una expresión de refrendo consciente. Ya sabía de antemano que Juan Gómez no iba a tener rival, era lógico pensar que le dejarían otro mandato para culminar su gestión. Creo además que ha completado un ciclo con buenos resultados, puede sentirse satisfecho, pero de este proceso al que cada cuatro años se enfrenta la Universidad, la de Jaén y todas, para elegir a su rector, lo que sí he echado en falta es presencia crítica, y que se me entienda bien por la tan conocida endogamia universitaria, no me refiero a críticas a la persona, al candidato, sino al debate de ideas, a la confrontación constructiva, a la autocrítica, que si en algún lugar debe tener espacio preferencial es en el ámbito universitario. Veo tal vez excesiva complacencia, y no culpo al rector, que posiblemente también sea partícipe, sino a una comunidad universitaria en su conjunto que por lo menos a mí me gustaría verla actuar de otra manera, con más viveza, más combativa, con pensamiento crítico en el plano más constructivo de la expresión, con independencia de que haya un candidato o varios. Lo que no acabo de ver es que nada menos que la gobernanza de la Universidad se someta a una especie de trámite administrativo, que repito lo que decía al principio, salva la postura de honestidad y autoexigencia de Juan Gómez, al que deseo los mayores éxitos en su nueva etapa. Está claro, lo que sea bueno para la Universidad, será bueno para Jaén.

Y pasó la Feria de los Pueblos en el marco del Día de la Provincia. Un paseo por el recinto de la Institución Ferial era un chute de afirmación jienense. Tenemos una provincia maravillosa, con todos los ingredientes para estar en otra división. Los políticos que arriman el ascua a su sardina, han repetido estos días a la sombra de la euforia que nos ha contagiado a todos los que amamos a nuestra tierra, que Jaén no es Soria ni Teruel, creo que para justificar que aquí tenemos todo un mundo de oportunidades por aprovechar. Y es verdad, pero no se vive de ilusiones, ni de autoestimas. La única autoestima que aceptamos es la de encarar el futuro y echarle mucho coraje, porque es claro que la pasividad no va a solucionar ni el menor de nuestros problemas. Tenemos que cambiar el victimismo, o peor aún, el derrotismo, por la acción. Una gran provincia, pero, y esto lo he comentado con muchos jienenses estos días, también políticos que no han dudado en reconocerlo, que ha contado con unos dirigentes y una sociedad civil o no política acomodaticia, y todos somos culpables de la injusta situación que Jaén ocupa en el mapa de las provincias que pintan algo. Esto es viejo, ya lo intuyó Miguel Hernández, “no vayas a ser esclava con todos tus olivares”. Por eso me parece bien que aunque cada territorio tenga sus singularidades y muchos de los problemas no sean comunes, sí hay rasgos definitorios que unen para estar presentes el día 31 en Madrid en la llamada Revuelta de la España Vaciada. Si a algunos políticos les molesta esta rebelión cívica, lo tienen fácil, lo único que deben hacer es actuar.

Lo que no debemos consentir es que siga la anestesia social. Estos días releyendo el libro de Cristóbal López Carvajal, “Lirios marchitos”, he recordado la década de los 50 del pasado siglo cuando una buena racha de nuestro Real Jaén, como la de ahora por ejemplo, servía para elevar el tono patriótico y olvidar así los fracasos del Plan Jaén. Y me ha venido a la cabeza el escritor Ken Kesey y su “Alguien voló sobre el nido del cuco”, donde plantea una mordaz crítica que bien podemos aplicar a esta situación de conformismo al estilo Jaén. Es esta frase que dice: “Hay un poco de niebla, pero no me esconderé tras ella. No…nunca más”.

 

(Un resumen de este comentario ha sido emitido en el programa Jaén en la Onda, de Onda Cero Jaén)

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