Dos días completos ha estado el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, recorriendo la provincia, de Alcalá la Real a Jaén, de Jaén a Linares, y algunas visitas más para llenar de contenido las dos jornadas. Hacía tiempo que el titular del gobierno andaluz buscaba en la agenda un tiempo para dedicarlo a la provincia, por propia necesidad del gobernante, porque no hay nada mejor que ver en persona lo que está pasando, y además porque las circunstancias políticas apremian, por un lado el caso de Linares, donde se negocia una moción de censura y el equipo de gobierno de PP y Ciudadanos no parecen estar muy bien avenidos, la experiencia de las coaliciones no funciona tan bien como al principio se pronostica, y ha venido, él y su socio Marín, con un mensaje de paz y de apoyo. Pero Moreno también es consciente de lo que se está fraguando de cara a las próximas elecciones andaluzas, que por cierto él se ha distanciado de quienes hacen pronósticos casi inmediatos, no es ajeno al movimiento de las plataformas y las críticas que continuamente se hacen al papel de las administraciones, de todas. Viene con la Junta a las espaldas, pero las instituciones se nutren de los partidos y ahora pintan bastos.
Hace unos días, cuando se anunció de primeras que Linares iba a ser el escenario de un Consejo de Gobierno de la Junta, por supuesto que nos pareció muy natural, porque la ciudad minera necesita un impulso, pero ya señalé en un comentario anterior que los de Jaén capital también tienen su corazoncito y que en esta hora final de la legislatura tal vez se esperaba un gesto del presidente. Pues no sé si se ha improvisado sobre la marcha y se enriqueció el programa de la visita, domingo incluido, pero lo cierto es que dicho y hecho. Además de una reunión con los alcaldes populares en Alcalá, el presidente pasó varias horas en la capital. ¿Y qué hay en la ciudad que llame al consenso? La Catedral. En ella estuvo, con sus acompañantes, entre ellos la consejera de Cultura, con el obispo, el deán del templo, etcétera. Y por supuesto el alcalde, que siempre he dicho que su actuación institucional es impecable. No sé se hablarían del tranvía, aunque Moreno en la rueda de prensa vino a decir que su puesta en funcionamiento será más pronto que tarde, desde luego creí entenderle que no en esta legislatura, y es que más de once años encerrado a cal y canto no pueden dar lugar a milagros.
Aquí ya el Mr. Marshall andaluz debió mirar el saldo disponible para la chequera de las grandes ocasiones y ofreció casi un millón de euros para dedicarlo a la recuperación de las hermosas vidrieras de la seo. El principal activo de Moreno es su empatía, cae bien a la gente, se valora su mesura, en ese terreno se volvió a quedar prendado de nuevo de Jaén como ciudad acogedora que es y siempre lo ha sido. Él mismo lo dijo, que todas las ciudades andaluzas son maravillosas, pero que en Jaén se siente muy bien. Inauguró la remodelación que se ha hecho en el Centro de Salud Virgen de la Capilla, en la calle Arquitecto Berges, que por ser el mío y de mi familia, puedo certificar que siendo el más emblemático de la ciudad estaba cochambroso, creo que desde los años 50 en que entró en funcionamiento se le ha hecho muy poco, su dejadez era evidente, y ahora da gusto entrar. Conoció los terrenos donde se construirá la Ciudad Sanitaria, que ha rescatado este gobierno, y seguro que han tenido que ver los buenos oficios de Catalina García y José Antonio Miranda. No me olvido de Juan Bravo, el consejero de Hacienda, ausente en esta ocasión por estar afectado del dichoso covid.
Y hoy, en Linares, el Consejo de Gobierno de la Junta. Leída la referencia que se suele ofrecer al final, me han abrumado las cifras, pero es que además de las actuaciones en marcha por las distintas consejerías se ha hecho balance de todo lo que va de legislatura, y hay un totum revolutum porque aparecen inversiones que podríamos llamar extraordinarias mezcladas con las que un gobierno tiene la obligación de hacer sí o sí porque entran dentro de sus competencias. De todas maneras la suma no llega ni por asomo a los 810 millones anunciados por el presidente en septiembre de 2020, en la ciudad de Úbeda. Ni están la mayoría de los compromisos de campaña que hizo el propio Juanma Moreno reiteradamente en Jaén, pero ya estamos acostumbrados, es una gran verdad que se hace campaña en verso y se gobierna en prosa. Al respecto me han llamado la atención las declaraciones del secretario provincial del PSOE, Francisco Reyes, calificando de propaganda y de poco menos que engaño esta visita, al tiempo que le reprocha que no ha cumplido con sus promesas. Es lo que tiene el PSOE, que está muy pendiente de los compromisos de los demás y se olvida los propios, como aquella declaración solemne de Pedro Sánchez en 2019: “Cuando llegue a La Moncloa volveremos a poner en marcha el Plan Activa Jaén”, y hay más.
Esta visita de Moreno Bonilla no ha sentado bien en las filas socialistas, que han negado la mayor. Son meros intereses políticos. La realidad es que ni tanto ni tan poco. Ni la exageración de vendernos la moto como si todo lo pendiente estuviera en línea de salida, por otro lado imposible hacer en tres años lo que no se hizo en 37, pero con la evidencia de que se ha empezado a dar respuesta a algunos temas que llevan décadas esperando, y la Ciudad Sanitaria es el mejor ejemplo, porque si se cumplen las previsiones, el próximo año como mucho, deben empezar las obras. De hecho hoy es un día muy importante porque se ha acordado la licitación del proyecto del que será primer edificio, una garantía de que esta infraestructura no tiene vuelta atrás, la mejor noticia para Jaén. Este es un agravio importante para el PSOE porque será una obra histórica por su especial significación. Personalmente he demandado más celeridad, pero entiendo que este tipo de proyectos plantean exigencias procedimentales.
El día de hoy se le ha dedicado a Linares, una ciudad también necesitada de apoyo, a la que esta Junta, hay que reconocerlo, le está dando oxígeno, ahí está el Parque Empresarial de Santana y actuaciones que aunque no todas las deseables, han superado un largo periodo de paralización, ¿o no se acuerdan de que el exalcalde socialista, Juan Fernández, era el principal crítico de la Junta y de la presidenta Susana Díaz, porque le negaba a Linares el pan y la sal? Memoria histórica. Aparte de la reunión casi monográfica dedicada a Linares y a la provincia, y tras el baile de cifras, Moreno se ha encontrado con un panorama muy diferente al que le recibió cuando vino a inaugurar el edificio consistorial, y le llovieron los abucheos. Obras son amores y por lo pronto se ha ganado el respeto de muchos linarenses, así que su presencia en la ciudad ha sido, como la de la anterior jornada en Jaén, un paseo militar.
Cosa distinta es sentir la sensación de que ya se ha cumplido con la provincia de Jaén, con su capital y con la ciudad de Linares. Eso requiere mucho más esfuerzo, cumplir con Jaén no es un trámite, sino de una vez por todas hacerle justicia. Y no es el caso. Leo en la referencia oficial: «El Consejo de Gobierno celebrado en el municipio jiennense de Linares ha aprobado una inversión de 203 millones para la provincia de Jaén que se suma a los más de 298 millones de los proyectos que ya están en marcha. Así, el Ejecutivo andaluz cumple su compromiso con Jaén con una inversión en esta Legislatura que asciende a los 1.700 millones de euros», y además añade que si no se frustra el presupuesto de este año, nos hubieran caído 327 millones más. En esto todos son iguales, puestos a ponerse medallas todos los millones les parecen pocos, pero ¿dónde están que no se les ve?.
La Junta ha tratado de responder al malestar y la indignación de la provincia con la administraciones con un listado de inversiones de antes, de ahora y de más adelante, pero el posicionamiento de los jienenses es otro: por un lado observamos, porque no somos tontos, que hay otros territorios que nos ganan por goleada y siempre decimos que no queremos ser más que nadie, pero tampoco menos. Y la segunda parte es que mientras el gobierno andaluz no profundice en las acciones para una verdadera discriminación positiva, estaremos atrás y cada vez será más complicado converger, y esa es la cuestión, no queremos estar en el furgón de cola. Se lo expreso así de claro a Juanma Moreno, para que trate de no hacer seguidismo de sus predecesores, e igual lo he manifestado en distintas ocasiones a los presidentes del Gobierno, a todos y de todos los colores, sin éxito y sin confianza alguna en que Pedro Sánchez haya tomado nota, porque ha podido hacerlo y no lo ha hecho, a pesar de lo cual los suyos lo vitorean, ellos sabrán las razones que tienen para hacerlo.
Por otro lado creo haber dicho que no soy del club de fans de Juanma Moreno, ni de ningún otro, pero también opino que al menos le he visto estos días en Jaén reconocer errores, por ejemplo, el de la situación sanitaria, que se ha convertido en una de las grandes preocupaciones de la sociedad, de la ciudadanía. Es verdad que se les ha ido de las manos, y ahora trata de corregir algunas situaciones para no acudir a la cita con las urnas con esa reprobación.
Como jienense, muy poco que objetar a que de vez en cuando se le empiece a hacer justicia a la provincia, pendiente de la justicia de verdad. El señor Moreno Bonilla quiso hacerse notar y llegó ayer a lo “Bienvenido Mister Marshall”. La película, de 1952, lo mismo que aquel Plan Jaén que trajo más pena que gloria, era y es un tratado de la ilusión que se puede vender a un pueblo cuando está necesitado y es capaz de soñar a cualquier precio, y a costa de la facilidad de seducción de los políticos, que tienen el terreno más abonado para sus conquistas cuando los que esperan son en esencia un material humano noble y confiado. Los papeles de los actores José Isbert, Lolita Sevilla, Manolo Morán, Alberto Romea, Elvira Quintillá, etc., bien se podrían asignar a políticos de hoy. El pueblo es el mismo, este Jaén nuestro aunque ha cambiado mucho en los últimos años, para qué negarlo, mantiene lo esencial de su carácter. Como el Villar del Río de la película es un pueblo tranquilo, pobre (tan rica la pobre, que repetía el recordado Manolo Anguita) y olvidado, y lo mismo que él siempre encerrado en la rutina. A la espera del maná. A pesar de todo les honra, en este caso al presidente, la observación de la realidad, la praxis política y la manera de ponerse a la defensiva antes de que una contienda electoral malee el clima de una provincia siempre sumisa al poder en exceso, y sea cual sea el poder, antes, ahora y esperamos que no lo mantenga como norma por los siglos de los siglos.
Foto: El presidente, con personal del Centro de Salud Virgen de la Capilla, en Jaén, que ha sido completamente remozado.