Ahora que estamos sin Cámara de Comercio, por una suma de pésimas gestiones, tanto de las administraciones tutelantes como de la propia entidad cameral, y a la vista de la próxima celebración de Expoliva, convocada para el próximo mes de septiembre,del 21 al 25, cuando han permitido las circunstancias de la pandemia, es de justicia recordar, para que quede constancia de los buenos servicios que en su tiempo prestó la Cámara, para los intereses de comerciantes e industriales, por ejemplo en favor de la proyección del aceite de Jaén. La primera edición de la Feria del Aceite, que durante mucho tiempo se estuvo reivindicando, llegó al fin, en el año 1983, como todo el mundo, sabe, han pasado 38 años y en septiembre la que se va a celebrar es su XX edición. En aquel año inicial la Cámara de Comercio e Industria estaba presidida por un palentino que quiso a Jaén y se comprometió con esta tierra más que muchos jienenses de cuna, me refiero a Hermenegildo Terrados del Cerro, que ocupó en Jaén diferentes responsabilidades. Si bien lo que hizo el bueno de Terrados, uno de los grandes presidentes que tuvo la institución, como lo fueron por la misma época Antonio Trujillo o Julio Aguilar, entre otros, sin olvidar, ya más cercano en el tiempo, a un personaje emblemático por los años y los servicios al frente de la institución, Francisco Espinosa García Olalla, por citar a algunos. Y, obviamente, al último, que tanto ha peleado por impedir la desaparición de una entidad necesaria y útil, Manuel Barrionuevo, que ha luchado varios años, encontró en algunos despachos cálidas palabras, pero a la hora de la verdad nadie, es decir, ninguno de los gobiernos de la Junta han tenido voluntad política para restaurar la normalidad, eso sí, hubiera sido bajo el juramento de que nunca más se pondría a la entidad en situación límite, como para perderla.
Pero volvamos a la historia. En 1983, después de clamar continuamente a Madrid la autorización de la Feria, se le dio aprobación. Era ministro de Agricultura el socialista Carlos Romero, que se lo tomó con gran interés, aunque en general en todas las instancias y administraciones, tanto fuera como dentro de Jaén, colaboraron al éxito de la primera edición, desarrollada en el recinto Felipe Arche y en gran medida presentada inicialmente como una feria de mquinaria, y medio centenar de expositores.
La Feria del Aceite la demandó reiteradamente la Cámara de Comercio por entender que se trataba de una necesidad sentida de los jienenses. Desde el año 1944 se han encontrado referencias en el pleno de la Cámara en relación con este anhelo empresarial. Sin embargo fue en la sesión plenaria de la entidad, el 28 de febrero de 1953, cuando aparece un acuerdo del siguiente tenor: “El señor secretario da cuenta de la comunicación dirigida al Ilustrísimo Señor Director General de Comercio, en la que se solicita sea concedida a Jaén una feria monográfica del aceite. El pleno queda enterado y complacido de dicho escrito, el cual da su más completa conformidad”. Este es el antecedente que se conoce, treinta años antes de que por fin se concediera, ya en democracia, y a una distancia de 68 años del día de hoy. Para hacer justicia a las personas, hemos querido señalar los nombres de los miembros del pleno que asistieron y prestaron su complacencia con este objetivo para Jaén.
Era presidente Esteban Tirado y formaban parte del pleno Salvador Becerra, Ramón Calatayud (padre del que fue alcalde), Juan Cubero, Alfonso Extremera, Pablo Reche, Luis Vargas, Juan Lozano, Antonio Gómez, Saturnino García, José Bernardo y Felipe López. El secretario era Alfonso Montiel, que también en otro momento sería alcalde de Jaén, padre del que con el tiempo también fue secretario, Juan Montiel Bueno.
Recuerdo bien la celebración de la primera Expoliva en 1983, en la que el ministro Carlos Romero, que se la tomó muy en serio, destacó sobre todo que esta Feria solo podría celebrarse en Jaén, y uno de sus objetivos tenía que ser “acabar con el pesimismo del sector”. En esto se ha avanzado, pero hay que reconocer que poco. Era gobernador civil de la provincia el granadino Francisco Rodríguez Caracuel y alcalde Emilio Arroyo López; presidente de la Junta de Andalucía, Rafael Escuredo y vicepresidente, José Rodríguez de la Borbolla; delegado del Gobierno en Andalucía, Leocadio Marín, que antes había presidido la Diputación Provincial. Otro jienense, al menos de adopción, Antonio Ojeda, ocupaba la presidencia del Parlamento andaluz.
En los primeros momentos la feria tenía carácter nacional solamente, ya que se pensó que era mejor consolidarla antes de dar el paso a internacional, como así ocurrió. En la primera edición se desarrolló ya el I Simposio, y hubo cita de grandes gastrónomos con nuestro popular Juanito a la cabeza. Como en otras ocasiones durante su trayectoria, la feria del aceite se celebró en vísperas de una campaña electoral, la del 8 de mayo de 1983, y esto hizo que desfilaran por ella no pocos políticos, por ejemplo Fernando Morán, que fue diputado por Jaén,y ministro, clausuró los trabajos del Simposio. Entre los intervinientes se encontraba uno de los grandes jienenses apóstoles del aceite, José Bautista de la Torre, que también hizo incursión en la política.
Hermenegildo Terrados, que fue el gran protagonista de la primera edición, por ser presidente de la Cámara y presidente del comité ejecutivo de la llamada I Feria Nacional Monográfica del Aceite de Oliva e Industrias Afines, y por el empuje y compromiso que siempre le caracterizaba, destacó desde el primer momento que la feria, la Expoliva, era un pretexto para impulsar nuestro aceite de oliva. También se hizo presente el Consejo Oleícola Internacional (COI), que demandaba hacer, en colaboración con el sector, todos los esfuerzos precisos para que el aceite de oliva se convirtiera en un bien de consumo apreciado, pero popular.
Aquella primera feria ya terminó como un éxito, en cientos de millones se valoraron las ventas de aceite y maquinaria, Tras la cita inicial los organizadores que habían participado más otros que se fueron sumando por el camino, se dieron cuenta de que Jaén era capaz de organizar una Expoliva a su medida y es la que hemos visto en los últimos años, de la mano de la Fundación del Olivar y la Institución Ferial, fundamentalmente, totalmente consolidada, con prestigio internacional, con la participación de decenas de países productores, de empresas relacionadas con el sector y del apoyo y el respaldo del mundo olivarero pero también de la sociedad de Jaén, que sabe distinguir que la Expoliva no es un evento más, Expoliva es la joya de la corona, la que da prestigio a la provincia de Jaén en el mundo y la que nos convierte cada dos años en capitalidad, el único escaparate del olivar y las industrias afines.
Foto: Esta es la imagen que nos encontramos a la entrada a la capital por la carretera de Córdoba, pero que debería estar en todos los puntos cardinales.