Ya sé que el tranvía no es una prioridad para todos los jienenses, que el sistema tranviario tiene dividida a la ciudad. No hay más que seguir las redes sociales y comprobar las descalificaciones, algunas de grueso calibre, que se hacen al nuevo sistema de transporte. Hay muchas personas que mantienen la misma posición en estos últimos siete años, y conservan sus reticencias hasta el final. Por mi parte nunca me consideré un paladín del tranvía, pero siempre he creído en la conveniencia de darle una oportunidad, primero para rentabilizar los 120 millones de euros invertidos. Segundo, para verlo discurrir por las calles de su itinerario y comprobar en vez de suponer, que ha merecido la pena. Todavía hay un argumento más de peso, y es que la Junta, sin duda obligada por las circunstancias, ha planteado una oferta imposible de rechazar, porque el coste para el Ayuntamiento va a ser mínimo a cambio de un servicio que no deberíamos rechazar de manera tan contundente como hacen algunos, porque debemos darle al menos el beneficio de la duda. Dicho esto también hay que dejar claro que se cuenta con muchos jienenses, creo que en la actualidad son mayoría, que apuestan por el tranvía y lo que han estado deseando durante todo este tiempo atrás es que acabaran los desencuentros y afrontemos la realidad de un nuevo medio de transporte. El de hoy ha sido un día importante, casi histórico para la forma habitual de actuar a las que nos tienen acostumbrados los políticos, porque se han sentado a una mesa y han sido capaces de encontrar puntos de acuerdo. Ojalá esta situación se repita y lo ha reconocido en sus palabras el consejero Felipe López, esto tiene que ser la política, la búsqueda de puntos de encuentro. Dicho de otra manera, se puede cuando se quiere, y este caso lo viene a confirmar.
¿En qué consiste el acuerdo y cuándo tendremos tranvía?
Básicamente se puede resumir en que la Junta de Andalucía aportará el 75% del coste de explotación y el Ayuntamiento, al que en su día se le había asignado una participación del 40% se le ha rebajado hasta el 25%. La Diputación, por su parte, se compromete en este acuerdo con el encargo de campañas de publicidad en los vagones de su joya de la corona, el “Jaén, paraíso interior”. Ahora el Ayuntamiento ha de solicitar en un próximo pleno que el sistema tranviario de Jaén tenga un interés metropolitano, es decir, que guarde relación con los municipios del entorno y la Junta hará esa declaración de manera inmediata. A partir de ahí se iniciará el proceso que desembocará en la puesta en marcha. No será demasiado breve porque hay que cumplir con una serie de plazos que están fijados legalmente, por tanto hay que descartar que sea a lo largo de este año, creo que más bien habría que pensar en la próxima primavera. Hoy lo que se ha dicho es que se irá con la celeridad que permitan cada uno de los pasos que reglamentariamente hay que dar. Entre esas actuaciones se cuenta con que la propia Junta se encargará de la gestión de la explotación, será ella por tanto quien convoque el concurso para operar, la que elija la mejor opción entre las presentadas, la que realice las obras para la puesta al día del servicio, por las deficiencias que existen tras siete años de abandono, y la que se encargue en su momento, en el punto final, de las pruebas de comprobación. Superados todos estos trámites tendremos tranvía en Jaén. Y esto ya no es una posibilidad, se trata de una certeza, de modo que mejor aceptarlo.
¿Qué han dicho hoy los políticos?
Los tres políticos que hoy han informado del acuerdo, en una comparecencia que, como no podía ser de otra manera, ha tenido lugar en el Ayuntamiento, han lucido sus mejores sonrisas, se han estrechado la mano cuando se lo han solicitado los periodistas, y los tres han coincidido en que el de hoy es un día importante para la ciudad, y no tenemos por menos que asentir. El alcalde, Javier Márquez, el primero en intervenir, ha hablado de lealtad institucional, de cómo se ha buscado la solución que quiere la capital frente a cualquier otro interés partidista, y ha dedicado un capítulo de agradecimientos, en primer lugar a la Junta y a su presidenta, la apuesta y el entendimiento de Felipe López, a Francisco Reyes, por participar y apoyar desde la Diputación, y asimismo ha tenido palabras de gratitud para el presidente regional de su partido y no se ha olvidado de Juan Marín y Raquel Morales, de Ciudadanos en Andalucía y Jaén, que en los últimos tiempos han sumado en favor de que el tranvía fuera una realidad. El alcalde ha terminado señalando que lo que los jienenses están deseando son buenas noticias como esta, “y a veces –ha dicho—nos falta autoestima y orgullo”, mostrándose muy satisfecho del entendimiento entre las tres administraciones.
Francisco Reyes, por su parte, ha señalado que el día era importante para Jaén y también para la provincia, porque van a poder disfrutar del tranvía muchas personas que lleguen a la capital desde los pueblos y tendrán la oportunidad de utilizar el nuevo transporte. Ha elogiado el papel de Susana Díaz, que hace poco prometió en Jaén que apostaría por esta infraestructura y también dedicó unas palabras afectuosas al alcalde, del que ha señalado que desde el primer momento estaba dispuesto a montarse en el tranvía. “Un acuerdo que es bueno”, ha subrayado Reyes, quien también ha enfatizado que las distintas administraciones están obligadas a la búsqueda del interés general. Felipe López, ha empezado hablando de la historia pasada, los desencuentros, y se ha referido a los beneficios del sistema tranviario, comentando el caso de Granada donde el funcionamiento es modélico. Por lo que se refiere al caso de Jaén, en su opinión es un paso hacia la modernidad que no se podía desaprovechar.
¿Cuál ha sido el papel de la Junta y la Diputación?
Es evidente que después de siete años parado, abandonado, la Junta de Andalucía, que construyó la infraestructura, era la primera interesada en su puesta en marcha. Desde el mismo año 2011, en que el tranvía salió a la calle en pruebas, que resultaron fallidas por los problemas legales surgidos entonces, empezaron las dificultades. El entonces alcalde, aunque trató de justificar que estaba haciendo estudios previos, en realidad era el primer enemigo público del tranvía, de hecho había dicho tajantemente que no se subiría a este transporte. Han sido siete años de polémica, de enfrentamientos, de falta de voluntad política, en definitiva siete años perdidos. Últimamente la Junta ha dado un cambio de rumbo, en su día el Ayuntamiento demandó, sin éxito, que el tranvía de Jaén tuviera interés metropolitano, pero recibió la negativa por respuesta. Ahora, algunos dicen que movida por el calendario electoral, la presidenta de la Junta de Andalucía, que por otro lado está obligada a tener gestos con Jaén para demostrar que no hay maltrato premeditado para esta capital, ha tomado la iniciativa y ha buscado el acuerdo a toda costa, la prueba está en el resultado de las conversaciones mantenidas por las tres partes concernidas. Incluso hace unas semanas el aspirante a candidato a la Alcaldía por el PSOE, Julio Millán, planteó la hipótesis de que la propia Junta se encargara de la explotación del nuevo servicio, como así ha sido. Pienso que esto ya estaba hablado entre los dirigentes, pero para el caso es igual, no le vamos a quitar mérito a Millán, lo verdaderamente importante ahora es que la Junta, in extremis, ha aceptado dar oxígeno al Ayuntamiento y ha aceptado hacerse cargo de la mayor parte del costo de la explotación del servicio. El papel de la Diputación, que en principio en nada le afectaba el proyecto, ha sido de colaborar con las otras dos partes y ver en qué podía ser útil. El encargo de campañas de publicidad dejará un buen dinero para ayudar a los gastos de explotación. Una vez más el organismo provincial actúa, gracias a su buena administración y recursos, en favor de un bien de interés general. Junta y Diputación han prestado en este caso un buen servicio a la ciudad.
¿Y el alcalde, en qué posición queda?
Es el que más complicado lo tenía, porque desde el primer momento se ha mostrado partidario de sacar a la calle el tranvía, pero no se lo han puesto fácil. Con el 40% ya era harto complicado embarcarse en la aventura, pero Javier Márquez ha dialogado y negociado hasta la extenuación, reconoce la buena respuesta de sus interlocutores, empezando por la propia presidenta de la Junta, de modo que el acuerdo al que se ha llegado es satisfactorio para la ciudad, porque un 25% es una cantidad proporcionada. Los problemas de Márquez los tiene dentro de su propio partido, donde la dirección, y no digamos su antecesor Fernández de Moya, se han manifestado contrarios a la explotación del tranvía. Le ha costado sangre, sudor y lágrimas, por tanto tiene mucho más mérito su apuesta, no hay más que ver cómo destacados personajes populares despotrican contra el tranvía y consideran un error fatal ponerlo en marcha. La actitud de Márquez es valiente, es, sobre todo, así me lo parece, la de un gestor público que opta por aquello que, con sus pros y sus contras, entiende que es lo mejor para la ciudad de Jaén. Un alcalde no se debe guiar por resentimientos, por intereses partidistas, ni por caprichos, ha de hacer lo que estime más conveniente para Jaén. Y en este caso se trata de darle al tranvía la oportunidad que merece. Le felicito por ello, porque digan lo que digan los críticos, ha estado a la altura de las circunstancias.
¿Tiene hoy sentido seguir negando el tranvía?
A estas alturas no entendemos la existencia, como se percibe en las redes sociales y en conversaciones de la calle, de los escépticos, cuando no militantes activos anti-tranvía, porque siguen creyendo, como el primer día, que este transporte en Jaén es innecesario, que no va a resolver ningún problema, en definitiva que no aporta nada y encima ha sido un despilfarro. Este tipo de discursos está ya fuera de lugar. Tuvo su sentido, claro que sí, en el año 2011 y anteriores, durante la construcción y final de la obra. Es posible, mejor dicho, debió debatirse en su momento con la ciudadanía si el tranvía podía constituir una prioridad, pero a día de hoy ya no tiene sentido hacerlo. El tranvía está, ha costado un dineral, ha causado un daño enorme a la imagen de la ciudad, y lo que tiene que hacerse ya es empezar a rentabilizar esta enorme inversión propiciando que se convierta cuanto antes en un servicio público. Cada vez que leo comentarios contra el tranvía no los puedo entender, porque no se puede negar la evidencia. Claro que sobre gustos no hay nada escrito, de hecho he hablado con jienenses, espero que no sean demasiados, que apostarían por enterrar todo el sistema tranviario y olvidarse de este asunto, aunque fuera a costa de perder ¡¡¡120 millones de euros!!! Perdonen que les diga que desde el sentido común es imposible de compartir este tipo de posiciones. Respeto a todo el mundo, pero estar en esta actitud me parece, sobre todo, una enorme pérdida de tiempo.
No digamos cuando el argumento que se esgrime es que mantener el tranvía costará dinero, mucho o poco, a las arcas públicas, no solo del Ayuntamiento. Esto es fácilmente rebatible, ¿no tiene Jaén derecho a que esto ocurra?, ¿no contribuimos los jienenses con nuestros impuestos a que se costeen museos, sistemas de transporte, aeropuertos, y un largo etcétera de infraestructuras en otras provincias? Ya es hora de que se reviertan beneficios para nuestra capital, Jaén. Vamos de una vez por todas a hacer valer la ambición, no conozco otra manera de avanzar y de crecer como ciudad.