Hace ya casi quince años que se inició la aventura de la Catedral, es decir, la iniciativa en favor de la declaración de nuestra seo como Patrimonio de la Humanidad. Demasiado tiempo para tan escasos logros, al más puro estilo Jaén. Nos han quedado como balance brotes de clamor que se apagaban y se encendían pero que no se han mantenido en el tiempo, que es tanto como decir que nos hemos hartado demasiado pronto cuando estas conquistas requieren de mucha paciencia y no perder el entusiasmo. Dos expedientes frustrados han enfriado a los jienenses, empezando por las autoridades que no han dado ejemplo de constancia y de lucha para perseguir el gran objetivo de estar algún día en el club selecto de los monumentos bendecidos por la UNESCO. Parece que hemos tirado la toalla, y nos hemos conformado con un par de congresos auspiciados por la Universidad y que sinceramente no sé si era lo que se precisaba para tomar impulso. Al tiempo no se ha hecho mucho por mejorar el entorno del primer templo jienense, condición indispensable para aspirar a la alta distinción que hemos perseguido. Eso sí, tiene que haber un buen álbum de fotos de todos estos años y de las pocas actuaciones llevadas a cabo, y la hemeroteca y videoteca están llenas de declaraciones, de frases grandilocuentes, pero al fin está casi todo por hacer.
La impresión que tengo, y ya soy veterano en estas lides, es que la Catedral de Jaén ha sido un recurso más, uno de esos temas recurrentes que las administraciones suelen sacar de vez en cuando para tratar de demostrar que les concierne, pero que pongo muy en duda. En nombre de nuestra Catedral ¡cuánta demagogia se ha hecho! Si nos metiéramos a fondo a sacar los titulares de los medios de comunicación de estos quince años, algunos se podrían sentir ruborizados, aunque hay quienes ya no están en puestos de responsabilidad y los que han heredado esta aspiración creo que también se han contagiado de escepticismo, de resignación, como si ni siquiera mereciera la pena intentarlo en la convicción de que ser Patrimonio de la Humanidad, como bien saben en Úbeda y Baeza, no solo marca en prestigio e imagen sino que abre muchas expectativas al monumento en particular y a la ciudad en general.
Las administraciones no han batallado lo suficiente. El Ayuntamiento ha tenido momentos de euforia, pero en la mayoría de todo este tiempo ha actuado con poco convencimiento, eso sí, ha estado en los dos expedientes, pero visto desde fuera le ha faltado pasión por este proyecto. Aún recuerdo cuando se dejó pasar un congreso porque ¡¡¡faltaban 12.000 euros!!! y las autoridades municipales no eran capaces de conseguir tan ridícula cantidad. La Junta de Andalucía, que tanto fervor ha puesto en otros casos de candidaturas andaluzas para el mismo reconocimiento, en Jaén ha pasado olímpicamente, ni está ni se le espera, ningún responsable de la Consejería de Cultura le ha puesto empeño y cariño, aún recordamos a la ínclita Rosa Torres, que pudo hacer en su momento y que no movió un dedo en favor de la Catedral de Jaén. Por su parte, el Gobierno de la nación tampoco es para hacerle palmas, pero hemos de reconocerle al menos que ha sido el único que en los Presupuestos Generales del Estado ha ido consignando cantidades para actuar en las cubiertas, con la salvedad de que algunas de las anualidades programadas no llegaron a invertirse, de hecho la última vez que se colocaron los andamios fue a principios de 2016 y para un gasto del orden de 100.000 euros.
No nos hemos olvidado de que hace un año, en mayo de 2017, se anunciaron 647.000 euros de los PGE para la techumbre de la Catedral, exactamente, según se dijo, para rehabilitar los pabellones 1 y 3, de cuyas obras no se ha tenido más noticia. Con ese motivo se hicieron la correspondiente foto en Jaén el secretario de Estado de Cultura, Fernando Benzo; el de Hacienda, José Enrique Fernández de Moya; el director general de Bellas Artes y Patrimonio Cultural, Luis Lafuente, los cuales se hicieron acompañar por el alcalde de la ciudad y el obispo de la diócesis. En esta comparecencia, Benzo dijo: “No venimos a anunciar una acción concreta, una rehabilitación, sino a dar continuidad a un proyecto que se inició hace ya muchos años, que se tuvo que ralentizar por las circunstancias económicas del país y que hoy queremos recuperar y volver a poner en marcha”, para añadir que no estaban en Jaén de paso sino que llegaban “para quedarse y seguir trabajando”. A pesar de todo, aunque incumplidores porque anuncian más que en realidad hacen, el Gobierno de España es el único, repito, que se retrata con la Catedral de Jaén.
Ahora, acabo de leer que el partido de Albert Rivera, Ciudadanos, va a plantear una enmienda a los Presupuestos Generales del Estado de 2018 para que se duplique, de algo más de 300.000 euros hasta 700.000 la cantidad a dedicar en las cuentas de este año a la mejora de las cubiertas. Quiero entender que es una muestra de interés y no un simple guiño electoral, de todas maneras si lo consigue será una buena noticia. En fin, lo que pedimos es que se hable menos de “apuesta por la Catedral”, y que haya quienes se apunten a los elogios con sus méritos, y que quienes se hagan las fotos sea porque han sellado un compromiso.
A partir de ahí ¿qué se puede esperar? Lo que tenga que venir, llegará, pero no podemos afirmar que la ciudad esté poniendo los medios para que la declaración de Patrimonio de la Humanidad sea un proyecto colectivo, atrás quedaron campañas, recogidas de firmas, iniciativas ilusionantes…nunca tendremos la sensación, si llega el caso, y ojalá que así sea, de que nos lo hayamos merecido por nuestros actos, por el entusiasmo y apoyo puesto en este reto. Incluso ya hay una corriente de opinión que defiende la idea de que no se debe perder tiempo en este tipo de sueños, son los que se conforman con el “ea”, es decir, que las cosas están bien en su estado actual y para qué luchar por objetivos que no sabemos si son o no alcanzables. Frente a la desidia nosotros estamos siempre por la defensa de las fortalezas de Jaén, de luchar por todas las aspiraciones que merezcan la pena, y esta creo que tiene que ser una de ellas, y en un lugar preferente, para el Jaén de hoy y para dejar esta herencia a futuras generaciones de jienenses.
En cambio seguimos observando, y por esto también merece la pena esforzarse, que en las encuestas que se hacen en distintos medios y que buscan los votos para elegir las mejores catedrales de España en la consideración popular, que la nuestra figura en los primeros lugares, señal inequívoca de que la seo jienense sorprende a cualquiera que la visite. Razón de más para que seamos militantes activos en su defensa y promoción. Creo que hace falta más apoyo social, empezando por la Asociación de Amigos y de otros colectivos que se aferren a este causa, porque lo que sí debemos tener claro es que se debe empujar desde fuera, no se puede dejar toda la responsabilidad y el ritmo de las decisiones a voluntad de las administraciones y de los políticos, por la sencilla razón de que ya nos han fallado muchas veces.
Foto: Imagen de la Catedral de Jaén.