Hace una semana que conocimos la decisión del Ministerio de Defensa concediendo a la ciudad de Córdoba la sede de la Base Logística del Ejército de Tierra conocida como Plan Colce. Hay razones para que siga cundiendo el malestar y la indignación porque ya no se trata solo del hecho de haber quedado excluidos de una carrera en la que creíamos tener la certeza de que estábamos en puestos de privilegio. En el fragor de la dura adversidad, el mayor impacto político, o así lo entendimos, fue la carta que el alcalde de Jaén, Julio Millán, escribió al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en los términos contundentes por todos conocidos, es decir, pidiendo la reversión del acuerdo y censurando que el dedazo de la vicepresidenta hubiera decantado el pronunciamiento oficial, con una práctica que pensábamos no existía en un sistema democrático. Nos ahorraremos el paso de entrar en todo lo que ha sucedido desde el pasado día 4, pero sí conviene dejar claro que no se ha producido, al menos que se sepa, respuesta a la carta del regidor local, lo cual ya me parece una desconsideración hacia la ciudad de Jaén, que no se merece el silencio de Sánchez ni de Calvo. Dicho esto sí creo que Sánchez ha hablado y que lo ha hecho vía partido. Firmes, todos en el primer tiempo de saludo.
Entre medias lo que sí hay es un aluvión de reacciones que de alguna manera están propiciando que la opinión pública se haga preguntas de situaciones que no entiende. En el Ayuntamiento se mantiene la unidad, pero solo es por el momento para solicitar información de los expedientes presentados, en tanto que la posibilidad de que se acuda a los tribunales entiendo que ya esté descartada. La otra unidad, la de las diferentes instancias representativas de la provincia, Junta, Ayuntamiento, Diputación y Universidad, en teoría sigue existiendo, pero no sé si se comparten los mismos criterios, más bien no. Por otro lado mientras unos guardaban silencio sepulcral, en principio las personas clave que están en el Gobierno y en Defensa, hemos estado siguiendo los medios donde no han faltado declaraciones, y todas ellas nos llevan a la misma dirección, esta polémica tiene los días contados, me temo lo peor, y lo peor en este caso es que Jaén, una vez más, sale perdiendo. Ya digo, unos callan y otros que tal vez deberían callar, no lo hacen. Hoy nos hemos desayunado con unas declaraciones del consejero de Hacienda de la Junta, Juan Bravo, en el Diario Jaén, en las que se decanta por pasar página sobre la reversión y usar el respaldo de la fuerza de todos a una, para convertir este fracaso en oportunidad. En concreto se ha referido a la existencia de fondos europeos de los que Jaén puede beneficiarse, ha nombrado a la ITI pendiente, es más, ha reconocido que “cuando no tengo aeropuerto ni buenas herramientas, juego con desventaja”. Bravo, político que me cae bien porque lo veo implicado, doy por hecho que da por perdida esta ilusión de Jaén, percibo que además tiene en Jaén su club de fans, como es notorio en las redes sociales, pero sus argumentos son discutibles, porque parece que Jaén tiene la culpa de estar donde está y de haber soportado tanto engaño y humillación de los políticos y de los gobiernos, de TODOS. Algo que me ha llamado la atención es cuando le ha comentado a Manuela Rosa, que le preguntaba por la moción aprobada por unanimidad en el Parlamento andaluz, presentada por la diputada Mónica Moreno, de Ciudadanos, que una cosa es la Junta de Andalucía y otra el Parlamento andaluz, por lo cual me pregunto, ¿entonces para qué sirve el Parlamento andaluz, si sus mociones no sirven para nada, no se tramitan ni tienen los efectos para los que son presentadas?
En Sevilla, en la Junta, le han puesto alfombra roja a Córdoba, y en cierto modo puedo entenderlo, y el alcalde de la ciudad de la Mezquita, José María Bellido, es el que está ocupándose de coordinar una campaña en favor de la candidatura de su pueblo y de salvar su buen nombre. Cuenta con el aval del PP y todos sus responsables, de hecho una iniciativa parlamentaria de Javier Maroto que solicitaba del Gobierno revertir la decisión sobre Córdoba, se va a echar para atrás y no sé si correrán la misma suerte las anunciadas por Juan Diego Requena, en el Congreso, y Javier Márquez, en el Senado. El caso es que los políticos han querido salir en la foto del malestar y están recogiendo velas. Me refiero a los del PP y Ciudadanos, también de Vox que hemos escuchado algo de ellos. ¿Mantendrá el grupo municipal del PP su originaria declaración institucional o se conformará o lo conformarán con un discurso políticamente correcto? Lo veremos. En el PSOE de Córdoba recogen firmas de adhesión a Carmen Calvo y en Jaén sus parlamentarios están desaparecidos en combate y el alcalde desde el momento inicial de la decepción parece que ha sufrido una metamorfosis. Ha anunciado su presencia en la manifestación caravana del domingo para exigir “sensibilidad con la provincia”, ya ha rebajado el tono, «no todo estaba pendiente del Colce», de paso aprovecha para lamentar la “equidistancia” de la Junta, porque a su juicio ha debido expresar un apoyo inequívoco a Jaén y no más reproches, excuso decir asuntos como la declaración de ‘persona non grata’, como surgió al calor de la trifulca, ni nada que se le parezca. Es más, tanto es así que pasa página, que señala que “no todo estaba pendiente del Colce”. María Cantos es la que mantiene viva la llama de lo que considera injusticia histórica, pero creo que a esta situación le queda poco recorrido.
Cuestión diferente es que estamos ante un asunto complejo y con muchas aristas. Hoy se ha publicado en el diario gratuito Viva Jaén, con la firma de Raúl Beltrán, una información según la cual el Plan Colce encumbra en Córdoba un negocio público-privado de logística, y se agrega que el nudo logístico esconde una estrategia impulsada por la Junta y el Ayuntamiento de Córdoba, y ahora el Gobierno de España, con multinacionales beneficiadas. Vaya usted a saber los tejemanejes del poder. Es más, he podido conocer la opinión de instancias miliares y son bastante sorpresivas las conclusiones a las que llegan, y en general con cariño hacia la opción de Córdoba, hecho que no es de extrañar porque algunos de los militares a los que me refiero guardan relación con la capital andaluza hermana, porque en este asunto lo cierto es que se mezclan muchos intereses a la vez, es curioso que si no llega a ser por el rechazo a Jaén y la cacicada política, todo este entramado que tiene luces y algunas sombras nos habría pasado desapercibido. Historias para no dormir.
A todo esto me deja perplejo, relativamente diré mejor, la entrevista que hoy ha mantenido el presidente de la Diputación, Francisco Reyes, con el ministro José Luis Ábalos, a la sazón número dos del PSOE federal, no se olvide este dato, para abordar la situación de las infraestructuras en la provincia, el siempre tan traído y llevado tema del tren, que es el que mejor define el desprecio de todos los gobiernos con el territorio. Blanco y en botella, no ha habido una respuesta formal, pero alguien está tratando de allanar el camino hacia la ‘vieja normalidad’, cuando las instituciones estaban tan tranquilas dentro de lo que cabe, y el pueblo de Jaén medianamente anestesiado. A partir de ahora y durante un tiempo, nos tenemos que acostumbrar a recibir a políticos en paseíllo, que nos van a prometer la luna, de hecho hoy le han dado a Reyes buenas noticias sobre la estación intermodal, espero que no sean las mismas que otro ministro de Fomento nos prometió hace exactamente diez años y ya ven cómo estamos. Nada de los que nos puedan ofrecer, si es que eso llega, va a ser comparable con el milagro del Colce, así que mucho me temo que, una vez más, saldremos perdiendo. Un gobierno que se dice progresista, lo de serlo tendría que demostrarlo, se pliega al apoyo a un territorio que posiblemente lo necesita menos que nosotros: paro, despoblación, infraestructuras, olivar, deuda histórica, etc., etc., etc. Todo lo que nos prometieron en campaña, mentiras.
¿Qué nos queda por el momento? La rebeldía cívica, el derecho al pataleo dicho vulgarmente. Pocas veces surge la ilusión entre el descreído pueblo de Jaén, por eso duele más el fracaso. El fondo, pero sobre todo la forma, que ahonda en el castigo y la vejación que siempre nos ha llegado desde el poder, los poderes. El domingo hay que dar la talla, demostrarles a las administraciones que nos ningunean sistemáticamente y que ahora nos infligen una bofetada sin manos, que la sociedad está viva en la defensa de su tierra. Los políticos están anunciando su presencia, se puede dar el caso de encontrarnos con algunos de los culpables de que nos encontremos en el actual estado, sufriendo las injusticias de estar relegada. Vamos a gritar con fuerza como nos demanda Jaén. Después, si resulta que es inevitable pasar página porque salgamos de este sueño en el que todo nos parecía tan bien, hemos de hacerlo con una nueva mentalidad, rearmar esta gran fuerza que es el clamor popular de la mano de “Jaén Merece Más” para que nadie más juegue con nuestro destino y nuestro futuro.
Termino con una confesión general. En los últimos días, con el panorama al que nos hemos enfrentado, además de sentir pena por nuestro Jaén, he reflexionado sobre el papel que nos corresponde a todos los que por cariño y lealtad a esta maravillosa y preterida ciudad, tratamos de ayudarla con las armas de la palabra y el compromiso, aunque tantas veces sea como predicar en desierto. Reconozco que he estado a punto de arrojar la toalla, cerrar el ordenador sine die y dedicarme a leer y a ver pasar la vida en esta hora tan difícil. Finalmente no he podido, hay una fuerza interior que me impulsa a seguir dando la batalla por Jaén modestamente y como uno más. No es hora de abandonarla a su suerte ni de confiar en los que siempre la traicionaron y se han vuelto a reír en nuestra cara y nos han escupido en nuestra dignidad. En fin, seguiremos hasta que Dios quiera en este empeño con la esperanza de que algún día veamos a Jaén donde se merece estar. Vamos a ello!!!
Foto: Un artista como «El Creata» ha hecho este símbolo de la fortaleza que ahora debe exhibir Jaén.