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Por ANTONIO GARRIDO / Me olvidé ayer citar entre las buenas noticias ciertas informaciones que se han publicado en los últimos días en medios nacionales sobre Jaén en positivo. No todo va a ser malo, ahora llevamos una buena racha. Según he visto reflejado en prensa generalista, las tres ciudades más antiguas de España son andaluzas y se cita a Cádiz, Huelva y Jaén. Además, se adjudica a Jaén ser la ciudad más antigua de Europa en función de la existencia del increíble tesoro de Marroquíes Bajos, sí, ese que lleva tantos años a la espera de que se le ponga en valor en un parque arqueológico de acuerdo con su trascendental importancia. Con independencia de la datación histórica, en la que pueden existir diferentes versiones, de lo que no cabe duda es de la antigüedad de Jaén, de eso sí que podemos presumir, y de cara a la celebración en 2025 del aniversario de capitalidad es un timbre de gloria que debemos exhibir, con orgullo, pero también como argumento para hacernos merecedores de mejor suerte, para que podamos vivir de la gloria pasada, pero también de los hitos que a esta ciudad nuestra le quedan por escribir.

A propósito estos últimos días se ha celebrado en Jaén, y curiosamente ha tenido más proyección fuera que dentro, el simposio internacional “Imágenes y reliquias. Usos, circulación y manifestaciones devocionales en los territorios hispánicos”, organizado por la Universidad de Jaén, junto con el Cabildo de la Catedral y el Instituto de Estudios Jienenses. Tal y como informa la agencia Efe, y esto es lo más llamativo a nuestro modo de ver en un encuentro de tan alta significación, el Santo Rostro, como una de las principales reliquias de la cristiandad de la Catedral, se convierte en la principal baza de cara al nuevo expediente, cuando se afronte, para la declaración de la seo jienense como bien Patrimonio de la Humanidad. En este simposio han tomado parte especialistas de las universidades de Santiago de Compostela, Valladolid y Jaén, así como del CSIC, del Instituto Español de Historia Eclesiástica y de la Academia de Francia en Roma. Ha sido el deán de nuestra Catedral, Francisco Juan Martínez Rojas, quien ha ilustrado sobre la reliquia del Santo Rostro, que llegó a Jaén en la segunda mitad del siglo XIV, durante el gobierno del obispo don Nicolás de Biedma, que dejó todos sus bienes por testamento nada menos que para edificar la Catedral de Jaén. Por tanto es inequívoca la relación de la Catedral con el Santo Rostro, que se sigue exponiendo cada viernes, ahora en El Sagrario, para la veneración de los fieles, y además tanto el día de la Asunción de la Virgen, el 15 de agosto, como cada Viernes Santo, se bendice con él a la ciudad y a sus campos, desde los balcones del templo, siguiendo una tradición secular.

El deán hizo historia de Jaén como centro de peregrinación durante siglos para honrar esta tradición, y junto con Felipe Serrano, codirector del simposio y profesor de la UJA, han subrayado una realidad incuestionable, que la reliquia es referente de identidad para la ciudad de Jaén y para su Catedral y que todo lo concerniente al Santo Rostro puede constituir un elemento decisivo a la hora de elaborar un nuevo expediente para la Unesco, ojalá que no se haga tanto de rogar, porque del último intento hace ya nada menos que diez años. Y la opinión generalizada es que hay méritos más que sobrados para lograr la declaración si se elabora un expediente concienzudo y que dé respuesta a las razones que motivaron en su día la negativa. No hay tiempo que perder, manos a la obra, pero ya, eso sí, salvando los escollos que forman parte del paisaje, especialmente el entorno, manifiestamente mejorable. Me alegra mucho que se ponga en el escaparate esta fortaleza, que tiene que ver con la fe y la devoción, pero también con la personalidad y la historia del templo, ya que de esta reliquia se sabe que solo existen tres ejemplares en el mundo, Roma, Jaén y al parecer otra en lugar desconocido, según han explicado los expertos en este simposio. En definitiva, nos alegra que se trabaje en esta dirección porque tiene mucho peso y es un legado de siglos. Universalizar la Catedral es el objetivo y siempre nos quedará el Santo Rostro como la reliquia más venerada y tal vez una razón de muchísima fuerza, para hacernos justicia.

Por otro lado es verdad que Jaén no se mueve salvo en ocasiones y por impulsos, pero no es menos cierto que de un tiempo a esta parte cuando se asiste a alguna reunión con personas comprometidas con la ciudad en algún ámbito, asociaciones, colectivos y grupos de cualquier naturaleza, sobre todo cuando sale a relucir la manera de fortalecer la capitalidad de Jaén, siempre surge, y es lógico, el mal endémico, las comunicaciones que nos dan la espalda, las autovías que nos deben, pero sobre todo es escandalosa la asignatura pendiente del ferrocarril. Hay en la calle muy poca esperanza en que la política sea capaz de dar respuesta a un clamor de décadas. En consecuencia hay que buscar alternativas.

En tiempo pasado las rémoras de Jaén las comentaba por una preocupación en primera persona, como obligación de mi responsabilidad ciudadana y profesional, pero en los últimos tiempos reconozco que pienso ya más en el futuro de Jaén que vayamos a dejarle en herencia a nuestros hijos y nietos, y me duele en el alma que no estemos evitando que quienes vendrán detrás, que ya nos pisan los talones, otras generaciones, se encuentren los deberes sin hacer y tengan motivos más que sobrados para no ser indulgentes ni misericordiosos con nosotros y nuestro atávico talante. La relación de tareas que el poder, los poderes, no han sido capaces de afrontar en las últimas décadas componen una amplia relación y concierne a las diferentes administraciones, así es que hay quejas para todos. En estos días, en general desde hace décadas no he dejado de clamar en desierto, que eso es lo que parece que es el panorama de la responsabilidad política en el que nadie parece sentirse concernido, porque de vez en cuando se asoman al debate para hacer ver que que están en la batalla, pero como los hechos son los que califican y valoran a las administraciones, bien sabemos que con respecto al ferrocarril en Jaén, a pesar de tantas promesas y tantas “apuestas y compromisos” la pura verdad, visible y por tanto imposible negar la evidencia, es que vamos de mal en peor.

Todavía recuerdo el famoso informe del CES Provincial en el año 2017 que iba a servir de base, decía la Diputación y también el PSOE, para negociar con el Gobierno las prioridades de Jaén, y no cabía ni renuncia ni rechazo. Han pasado de esto siete largos años, pero antes pasaron muchos más, y así fuimos haciéndonos a la idea de que por mucho que nos lamentáramos no nos iban a prestar atención. Aún recordamos alguna visita del ínclito Ábalos, hoy desahuciado políticamente, que más que a traernos el tren vino a poner firme al PSOE jienense, por su reacción inicial con el Colce, pronto controlada, por la responsabilidad orgánica que tuvo. Era todo postureo, y se lo cargaron, normal porque esa responsabilidad le venía grande. Desde entonces me he preguntado dónde andan no ya los políticos, sino los agentes sociales de la provincia de Jaén, todos esos a los que el PSOE que ha gobernado en los últimos años y que ha promovido en la provincia esos observatorios para escrutar la realidad, sí, los que forman parte del CES Provincial, pero no los hemos visto jamás pronunciarse, sacar los pies del plato, por un mínimo sentido de la coherencia, defender el trabajo realizado para dar vida al tren, y movilizarse con todas sus consecuencias. Qué poderío tiene en Jaén el establishment, por eso hay que alejarse en lo posible de esta zona de confort que sencillamente no resuelve porque no tiene poder de determinación, de exigencia y de decir a quien corresponda «hasta aquí hemos llegado».

En los últimos días y les remito a la hemeroteca y a este blog para que conozcan, si les interesa, la de veces que me he ocupado del tren, porque considero que resume perfectamente el maltrato de los gobiernos hacia Jaén, pero también, a la par, nuestra indolencia, la resignación y el conformismo que nos ha caracterizado siempre, ahora también, a lo que contribuye la división sociológica de una ciudad, también la provincia, de manera que el enfrentamiento de unos contra otros representa derecho de inacción a cada partido, según donde gobiernen, y en cierto modo les legitima para mientras se pelean entre ellos, –ahora de hecho el PP ha cogido la bandera reivindicativa cuando mientras estaba en el poder nos ignoró–, permitir que los temas importantes, y el tren lo es, continúan aplazados sine die. Creo que ya es la hora de la sociedad civil, pero ¿quién la mueve?

Los políticos han tenido tiempo de sobra para actuar y no lo han hecho, las plataformas que se han creado en diferentes momentos se rindieron por hartazgo y al no ver resultados, no les vamos a reprochar encima que tuvieron una actitud rebelde. Ahí están la Plataforma en Defensa del Ferrocarril de Linares-Baeza y Jaén, los Amigos del Ferrocarril, y algunos otros colectivos que se han concentrado en diferentes momentos tanto en Jaén como en Linares-Baeza en protesta por el desmantelamiento ferroviario y para reivindicar servicios propios del siglo XXI, y también lo ha hecho Jaén Merece Más en varias ocasiones, como plataforma y como partido provincialista. Siempre faltó apoyo social, este es el problema, cuando exista el suficiente respaldo la política no tendrá más remedio que mover hilos. El caso es que todos los jienenses tenemos el deber de velar por nuestra dignidad, porque tenemos los mismos deberes pero también los mismos derechos que el resto de ciudadanos de España, y posiblemente, porque estamos en un momento de mayor concienciación de la sociedad civil, aunque reconozco que en Jaén esta aventura tampoco es fácil, porque el legado nos pesa mucho, debería constituirse YA una plataforma seria y ambiciosa, que sea capaz de representar los legítimos intereses y dar la batalla ante una política ciega que va a lo suyo y que no ha luchado como se esperaba y urgía en torno al ferrocarril, que es un medio de transporte con mucho futuro, pero que corremos el riesgo, ya casi se divisa, de quedarnos también al margen. O nos enteramos de una vez por todas de que se trata de una prioridad o perderemos el tren por los siglos de los siglos. Nadie puede decir que los jienenses no hemos tenido capacidad de aguante.

Foto: El deán de la Catedral, Francisco Juan Martínez Rojas, con la reliquia del Santo Rostro, expuesta para su veneración. (EFE/José Manuel Pedrosa)

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