Por ANTONIO GARRIDO / Tensa espera municipal hasta ver en qué quedan las conversaciones entre PSOE y Jaén Merece Mas, de las que se sabe que ya han tenido varios encuentros tanto en Madrid como en Jaén y que han avanzado, aunque como comenté ayer los negociadores por el partido provincialista lo quieren todo atado y bien atado, no firmar en barbecho. En el cumplimiento de las agendas de los responsables municipales, al menos externamente, ninguna señal de que el matrimonio de conveniencia esté próximo al divorcio, el alcalde acudió a los actos anunciados y actuó con normalidad, como si tal cosa, igual su equipo, tanto los ediles populares como de Jaén Merece Más. Precisamente una de las convocatorias más sugerentes de hoy ha sido dar la bienvenida a los 83 jóvenes que inician su primera experiencia profesional realizando prácticas durante un año en el Ayuntamiento, de acuerdo con el programa PEX por el que la Junta, mediante su Consejería de Empleo, Empresa y Trabajo Autónomo, dedica al Consistorio jienense la cantidad de 2,3 millones de euros. Además de la delegada en Jaén, Ana Mata, ha asistido el alcalde, Agustín González; la concejal de Recursos Humanos, Maribel López y el concejal de Imefe, Luis García. Este último, edil de Jaén Merece Más, que ha sido padre hace pocas semanas, se ha presentado en el acto portando a su bebé, con total y absoluta normalidad, como tiene que ser. El joven político tiene todas las condiciones que se requieren en un puesto de responsabilidad como el suyo, es decir, eficacia, empatía y dedicado a su gestión, al margen de la política y mucho menos aún de la politiquería.
Insisto, al alcalde no se le ha visto preocupado, supongo que la procesión va por dentro, porque si se habla en privado con algunos concejales ya la cuestión es diferente, por eso digo que existe una calma inquietante. Con la gente con la que he hablado, y hoy me he topado con bastante, hay una mezcla de incredulidad y extrañeza. Todo el mundo sabe poco más o menos cómo se mueve la política, en consecuencia más que el hecho en sí lo que choca es el momento en que se produce, que no ha transcurrido ni siquiera un año desde el famoso Acuerdo por Jaén. Costará digerirlo, a los protagonistas y a la ciudad, pero la política es así de caprichosa, lástima que en Jaén llevemos tantos años encajando golpes que a la postre nos han alejado del horizonte de los avances, la nuestra es una permanente espera.
Hoy, repasando algunas páginas sublimes de la colección de “Don Lope de Sosa”, buscando otros asuntos, me he encontrado varias veces con el personaje de don José de Prado y Palacio, alcalde que fue de esta ciudad, también de la de Madrid, y en cuya etapa está recogido que influyó en la expansión y modernización de Jaén y fue el único alcalde que soñó con un Jabalcuz a la altura de sus méritos, pero no tuvo tiempo de llevarlo a la práctica. Después de él nadie lo ha vuelto a intentar.
He recuperado su figura para confirmar que hoy como ayer esta ciudad ha padecido sus políticos, pero también nos recuerda lo que Jaén pudo ser y no es. Ahora muchos, ilusos, pensábamos que había un nuevo despertar, ojalá ocurra, la esperanza es lo último que se pierde, más que nada para que las generaciones que nos sucedan nos traten a nosotros y a nuestro talante con misericordia y si algo cambia sean indulgentes con nuestra atávica indolencia.
Vengo defendiendo desde hace años, pero como voz que clama en el desierto, que pasará a la historia el alcalde que afronte de verdad dos de las asignaturas pendientes que tiene la capital y que no llegan, una es volver a imaginar a un Jabalcuz a la altura de sus méritos. El artículo de hace unos días en firmas invitadas del gran escritor y poeta Martín Lorenzo Paredes Aparicio, tan jaenero él, clamando por la salvación de las Termas de Jabalcuz, me lo ha vuelto a recordar, y, claro, las reacciones ciudadanas que no dejaron pasar la ocasión para lamentarse, y lo cierto es que me parece un asunto recurrente y cuando pienso en él me indigna nuestra forma de ser y la manera que tenemos de ir aplazando proyectos que tendrían que haber sido prioritarios desde hace muchos años. Hay que ver la de engaños a los que hemos asistido en las últimas décadas, cesiones a la Junta, dinero de una entidad financiera, inacción, brindis al sol, mentiras, y a la larga estamos en el mismo lugar en el que nos encontrábamos hace quince o veinte años, la Junta actual opta por devolver el patrimonio que le fue cedido en época pasada, en fin, la recuperación de lo que fue el paraíso de Jabalcuz se torna complicada, pero qué impulso se le podría dar a Jaén si se uniera la voluntad pública y privada, ahora que hay empresarios con vocación de acrecentar los valores de la ciudad. Si este logro se llevara a cabo todo Jaén se alegraría y el alcalde pasaría a la historia, pero lamento decir que esa situación ni está ni se le espera. Y lo mismo cabe señalar del casco antiguo.
No basta con limpiar los emblemáticos Jardines de Jabalcuz y de hacer cuatro actuaciones en el casco antiguo, donde queda muchísimo por hacer, porque ha precisado inversiones y voluntad política decidida y esta no ha llegado en tanto tiempo de democracia en los ayuntamientos, nada menos que casi 45 años. A todos se les ha llenado la boca con ese Jaén heredado de tantas generaciones, con emblemas como La Magdalena y los barrios próximos, y la recuperada judería, gracias en gran medida al impulso de la asociación sociocultural “Iuventa”. Pero no hubo compromiso porque requería constancia, un plan permanente, y todo lo necesario para evitar fuga de vecinos hacia otras zonas, en lugar de ir sumando proyectos, y entre ellos la implicación de la propia Universidad, de lo que tanto se ha hablado y como otras iniciativas quedó en agua de borrajas. No parece estar en la hoja de ruta del actual mandato municipal y con la que está cayendo menos todavía. En resumidas cuentas, hay decenas de asignaturas pendientes en Jaén, pero existen anhelos que desde el primer día deberían haber constituido prioridad absoluta.
Pero los regidores están en otras aventuras, en lo inmediato, en lo que creen que va a repercutir en rédito electoral, como ha sido el caso del Jaén Plaza, en cambio el comercio tradicional acaba de ofrecer datos que indican que algo hay que hacer y que no se puede demorar. Ya he dicho repetidamente que en los tiempos en que estamos no es posible poner puertas al campo, pero a las administraciones les corresponde actuar. Supongo que será normal que en una capital de las dimensiones de Jaén puedan coexistir dos centros comerciales, habrá estudios de mercado que lo avalen, pero es curioso de qué manera cambian las percepciones de los políticos cuando gobiernan y cuando están en la oposición. Y luego todos se quejan de la necesidad de potenciar el comercio del centro, pero nadie ataja el verdadero problema, el precio de los alquileres, locales en manos de unos pocos que hacen su agosto mientras el comercio agoniza.
Antes el PSOE se mostraba crítico cuando el alcalde Márquez tramitaba el Jaén Plaza, pero al gobierno socialista le tocó inaugurarlo, con su pequeña dosis de polémica en fecha electoral; ya ocurrió lo mismo con El Corte Inglés, se hizo en tiempo de los populares y lo inauguró Carmen Peñalver. Son los responsables públicos quienes tienen el deber de armonizar actuaciones para que no solo se les ponga alfombra roja a los grandes, sino para que se mime al comercio de toda la vida, que ya ha sufrido bastante, la prueba son las docenas de establecimientos cerrados, y que hay que fortalecer como sea, al tiempo que deben adoptarse medidas para que desaparezca lo antes posible esa pésima imagen de tantos locales abandonados, por nosotros mismos y los visitantes, sobre todo en las calles del centro, que sugiere con absoluta claridad que llevamos años padeciendo y soportando la lenta agonía de ese comercio de proximidad que reclama y merece que no todos los honores se les dediquen a los grandes.
Por cierto, hoy que he vuelto a verla no puedo dejar de lamentar que siga cerrada la cafetería de la estación de autobuses, menuda imagen la que damos a los que llegan a Jaén o viajan hacia otros lugares, sin tener un lugar de encuentro, así se llamaba el establecimiento. Imposible por tanto tomar un café, comer o degustar la que era su rica pastelería. Además la Plaza de la Libertad dedicada a don José María Sillero, está dejada, sin contar con la asignatura pendiente del que fue emblemático hotel Rey Fernando, convertido en basurero. Pena me da.
Foto: A la derecha el concejal de Imefe en el Ayuntamiento de Jaén, Luis García, de Jaén Merece Más, en un acto de esta mañana portando a su bebé. En la imagen se encuentra el alcalde, Agustín González; la delegada de la Consejería de Empleo, Ana Mata, y la concejal de Recursos Humanos, Maribel López.