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Por ANTONIO GARRIDO / Es normal que con la que está cayendo, me refiero especialmente a la polémica por el cupo catalán, que el presidente de la Junta, Juanma Moreno, como los responsables de otras comunidades, pongan el grito en el cielo y exijan una financiación justa, solidaria, que impida que unas autonomías estén por encima o por debajo de otras, establecer un marco de igualdad y dando respuesta a las necesidades en todos los ámbitos competenciales que tienen asumidos. Esto es urgente por la sencilla razón de que en pocos años han crecido las necesidades y no al mismo ritmo las transferencias, al menos en la versión de autonomías como la andaluza. Nos tiene que preocupar que no funcione el principio de solidaridad, por tanto que se distinga entre ciudadanos españoles en función de su lugar de residencia, pero casi tanto o más nos inquieta que Juanma Moreno en una campaña que tiene mucho de lógica pero también de política, haya afirmado que en Andalucía se ha llegado al límite de la capacidad financiera, es decir, al tope para poder ejercer las competencias en materias tan importantes como son la sanidad, educación y los servicios sociales. O se arregla bien y deseablemente por mucho tiempo el tema de la financiación autonómica, que es una asignatura pendiente, o el conflicto será prolongado, aunque en público solo se atreverán a alzar su voz los gobiernos que sean adversarios al de España.

Con todo, el miedo en el cuerpo nos lo mete, aviso a navegantes, porque parece que lo que trata de insinuar el presidente, al menos me quedo con el mensaje, igual soy mal pensado, es que nos preparemos para los presupuestos de cara a 2025 y que donde dije digo diga Diego, y se vean afectadas partidas tan necesarias como lo es por ejemplo la Universidad y su modelo de financiación, vendido como una tabla salvadora y ya nos están informando de que viene el tío Paco con las rebajas, así que el primero que tal vez ponga el grito en el cielo será el rector de la UJA, que en su día se creyó, en esto pecó de ingenuo, el idílico marco que le presentó el consejero Gómez Villamandos, más listo que el hambre y seductor, muy seductor. O más parón para la Ciudad Sanitaria, etc. Avisados estamos, y encima disparando contra el gobierno de Sánchez, que tiene méritos suficientes para ello, ya lo creo que sí, Sánchez no es de fiar, pero a los partidos se eligen para que asuman sus responsabilidades y los conflictos entre administraciones no debemos pagarlas los ciudadanos. Que el Señor nos coja confesados, aunque me espero lo peor.

Por cierto, cada vez que analizo una información de los actores que protagonizan el Plan Estratégico de la Provincia tengo la sensación de estar en tierra extraña, hay como dos realidades paralelas, la que pintan los responsables de las administraciones que se sientan en su mesa y forman parte de sus órganos, y todos los demás. Mi impresión personal, puedo estar equivocado, es que si fuera verdad lo que declaran los políticos que representan a las diferentes administraciones, esta provincia sería al menos diferente y con mayor solvencia, vamos que nos salíamos del mapa. Que conste que no me he vuelto un negacionista del Plan Estratégico como lo fui en sus inicios, creo firmemente en él, comparto su necesidad y alabo el mérito que ha tenido en más de 25 años haciendo un diagnóstico participado de la realidad del territorio. Estamos mal pese al Plan, pero sin él estaríamos peor. Ahora bien, ese triunfalismo que nos pretenden vender cada vez que se juntan, a veces en reuniones donde se puede cortar hasta el aire, es una representación consentida, porque sentar en una misma mesa a todos, y digo bien, a todos los actores, con independencia de las administraciones y partidos a los que representen, ya es un mérito. Lo que no me parece admisible, y lo digo con toda claridad para que se me entienda, es que pretendan tomarnos el pelo presentando unos balances que no se corresponden con la realidad que observamos. Ya digo que lo que sí merece aplauso, lo ha dicho el propio presidente de Diputación, es que durante todos estos años se ha permitido la cooperación, el diálogo y hasta el consenso entre los responsables públicos y privados. Se atreve a decir, y en este momento carezco de datos para replicarlo, que casi el 50 por 100 de los objetivos definidos han alcanzado un nivel superior al 80 por 100. Claro, si ahí se incluyen obligaciones que los gobiernos han de realizar por competencias, 1.606 millones en Bienestar Social en diez años o 1.276 en comunicaciones, que imagino que es la parte de una tarta a repartir entre todas las provincias, pues vale, pero en las ocho estrategias, 64 proyectos y 102 objetivos del II Plan Estratégico, que es el que se avalúa, lo que muchos queremos ver son las inversiones provincializadas, es decir, las que solo vienen a Jaén en razón a la deuda histórica de los diferentes gobiernos durante décadas. Así no es extraño que el montante total de la inversión nos digan que representa nada menos que 5.500 millones en las muy diversas actuaciones recogidas.

Por si fuera poco, cada político barre para casa, y así el delegado de Gobierno de la Junta, Jesús Estrella, afirma con toda rotundidad que “la Junta es la protagonista del impulso al Plan Estratégico”, y no alcanzo a verlo, con lo rácanas que son las administraciones y la Junta es un buen ejemplo. El subdelegado del Gobierno, Manuel Fernández Palomino, no se quiere quedar atrás y saca pecho, en nombre de Sánchez, de los 200 millones ‘movilizados’ en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Añade que el Plan citado es “una oportunidad histórica para impulsar la modernización y la cohesión social”. Y pregunto, ¿con 200 millones para toda una provincia se puede conquistar esa modernización y cohesión social? Al respecto recuerdo que cuando el Plan se puso en marcha los dirigentes socialistas jienenses pronosticaron para él en nuestro territorio provincial hasta varios miles de millones, eso ya eran palabras mayores. Solo para el Ayuntamiento de Jaén se preveían creo recordar que trescientos millones, más fe que Antoñete. Se ha quedado, por falta de proyectos o de voluntad política, en una simple caricatura. Por favor, sean rigurosos y no alardeen con algo tan sensible como la situación real de la provincia. Los queremos optimistas, ambiciosos, pero serios. Ya nos engaña bastante la vida para que tengamos que seguir renegando a diario de nuestros políticos, que nos quieren tanto que están dispuestos a pintarnos un paraíso. Vamos a por el III Plan que se anuncia para el año próximo, Dios mediante, y seguimos superando horizontes, ya nos meteremos en el 2030, quiero recordar que el PSOE provincial tiene establecido otro con fin en 2031. Cierto que la estrategia consiste también en planificación, pero pasa el tiempo y las grandes conquistas se hacen de rogar. Este es mi resumen, demasiados números, cifras astronómicas, es la impresión de que estemos haciendo trampas al solitario, porque el común de la gente, al menos con la que hablo habitualmente, no percibe que hayamos llegado a la meta.

En cuanto a la ciudad, mejor dicho, a su Ayuntamiento, sigue siendo una caja de sorpresas. Dice Julio Millán en una entrevista con Antonio Ocaña en 7TV, que el alcalde está solo. No pierde el rictus, aunque he visto por ahí la foto de una reunión interna del PP en la que Agustín González, Erik Domínguez y Jesús Estrella escuchan una intervención con cara de pocos amigos. Pero el regidor no gana para sobresaltos, y el de la concejal Ana Núñez ha tenido que ser duro. No me voy a repetir, pero las listas se hacen muy a la ligera y en base a criterios en bastantes de los casos, no hay más que echar un vistazo, bastante discutibles cuando se trata de la aspiración de gobernar y en su caso colocar a las personas idóneas en los puestos que puedan desempeñar con toda competencia. No voy a hacer leña del árbol caído, la concejal ya se ha disculpado, aunque tarde, “era muy joven y los tuits no representan mi pensamiento político”, dice refiriéndose a sus post en las redes sociales, convenientemente borrador, aunque ya había quienes los habían capturado, y el PP ha perdido la oportunidad de distanciarse y reconocer que estas cosas pasan por lo que pasan, pero eso sería ponerse en evidencia. Luego están asuntos que no se entienden como el conflicto del vallado entre La Manseguilla y La Guardia, cuyo derribo debería ser fácil en una vecindad y parece haberse convertido en un asunto de estado. Derriben ya eso de una vez y den muestra de eficacia y de buen gobierno. Si no son capaces en lo pequeño, esto me lo parece, qué va a pasar con lo grande. Sumen el conflicto con la productividad que promete seguir enconándose. Y el PSOE, creo haberlo apuntado ya, tomando aire, he visto en televisión muy sereno y confiado a Julio Millán. Cuanto peor, mejor.  En positivo, ya tenemos arreglada y con celeridad la calle Álamos, esta vez parece que sí aguantará, pero hay que esperar. Ni todo es blanco, ni todo es negro, pero hay vidilla.

Jaén Merece Más se ha tomado su tiempo pero ya ha compuesto su grupo de tres en el Ayuntamiento. Creo que el reparto está equilibrado. La primera teniente de alcalde es María Espejo, que se ha convertido en estrella del mandato porque le ha dado agilidad al Patronato de Cultura que abarca muchas áreas y ahora se enfrenta a dos grandes retos, el Festival de Otoño y la Feria de San Lucas. María Espejo puede con eso y con más, está que se sale. A ver si se le pega al alcalde como una lapa y se repite el dúo Millán-Orozco, aunque no veo a la ya primera teniente de alcalde en ese papel. Al final para desempeñar este tipo de cargos lo que se necesita es capacidad de trabajo y muchas ganas de conseguir logros para la ciudad. Luis García es otro descubrimiento y además de llevar bien sus áreas hemos descubierto a un político que comunica bien y esto en la esfera institucional es un valor añadido importante, por lo que se ocupará de la portavocía del grupo. Por su parte, José María Cano Ayllón llevará las competencias que tenía asignadas Manuel Carlos Vallejo, aunque como arquitecto urbanista que es y persona comprometida con todo la jaenero, en especial la preservación del patrimonio, puede ser un activo en una materia que precisa de conocimiento, denuncia, sensibilidad y actuación enérgica. Hay mucho por hacer.     

Foto: El alcalde, Agustín González, y su flamante nueva primera teniente de alcalde, María Espejo, en imagen de archivo.

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