Por ANTONIO GARRIDO / “Un líder es aquel que demuestra que lo imposible es posible y lo hace enseñando el camino con su esfuerzo y ejemplo”. Con esta frase subida en un post en redes sociales fue cuando conocí a Agustín González Romo, en el momento en que ya sonaba su nombre para encabezar la candidatura de esta capital por las siglas del Partido Popular. A pesar de que había ocupado cargos de responsabilidad en su Jaén, si bien el lugar de nacimiento fue Sevilla, se le conocía poco, era más fácil reconocerle como “el hijo del pediatra don Felipe González”, por cierto un magnífico profesional y también un gran señor, muy querido y reconocido en la ciudad. Lo que ha hecho Agustín González en este casi último año, y de manera muy especial en los seis meses que han quedado atrás, desde que presentó en sociedad su libro “Los paseos dominicales de Bruce en Jaén”, toda una declaración de amor a la ciudad, es una apasionada y jaenera maratón en toda regla, por tanto nadie puede decir de él que es un advenedizo en política, por el contrario, ha hecho un doctorado de jaenerismo con la calificación de “summa cum laude”, orgulloso de considerar que Jaén es un sentimiento, una manera de ser y un orgullo. Su biografía permite añadir que se trata de una buena persona, contrastado, bastaría para sacar esta impresión haberlo escuchado en unas cuantas ocasiones, oírlo en su discurso de esta mañana y, sobre todo, comprobar cómo sus palabras se corresponden con sus hechos. Creo que tiene cualidades para ser un buen alcalde y espero que lo sea por el bien de todos, méritos, capacidad y pasión por la ciudad soñada. ¿Quiere decir que esto es un cheque en blanco para Agustín González? En absoluto, pero jamás le he negado a ningún regidor el caudal de confianza para dirigir la nave, el tiempo será el juez de su tarea y aquí estaremos para el aplauso y la crítica, si bien ojalá resulte más abundante lo primero porque sería el mejor síntoma para esta ciudad.
Está acompañado por un buen equipo del que no conozco a todos los componentes, pero me consta muy especialmente por un mayor trato, la competencia de personas como Mónica Moreno, que supongo que será mano derecha en el Ayuntamiento; qué decir de Vicente Oya, el prestigioso abogado, que dejará la estela de humanidad que heredó de su padre, que dignificó la política en el primer mandato de la democracia; Antonio Losa Valdivielso, que como él mismo se define es un concejal a pie de calle y en un Ayuntamiento se trata de una figura imprescindible; María Segovia, una joven y suficientemente preparada que representa la savia nueva que se necesita en las instituciones porque aportan otra visión de la realidad; Francisco Joaquín Martínez, que aporta su experiencia en el área de empleo, en la que el Ayuntamiento tiene que implicarse; José María Álvarez Barrientos, que fue un gran concejal de deportes en un anterior mandato y que con su experiencia puede volver a repetir y aumentar sus éxitos; y Carmen Rueda, un fichaje solvente porque se trata de una persona líder del emprendimiento y que goza con darse a los demás en cualquier ámbito, por lo que será una agradable sorpresa. Ignoro el futuro del presidente del PP y número 2, Erik Domínguez, pero supongo que tendrá los días contados en el Ayuntamiento porque su objetivo era la Diputación y el Ayuntamiento de Jaén era sólo el camino. Los tres concejales de Jaén Merece Más, Manuel Vallejo, María Espejo y Luis García, asumen áreas importantes, van a desarrollar competencias en las que en gran medida se proyectarán actividades habituales promovidas por el Consistorio y se les ve plenamente ilusionados
Eran las 12 horas y 34 minutos cuando ha sido proclamado nuevo alcalde de la capital, Jaén, el candidato del Partido Popular, José Agustín González Romo, en un pleno de constitución del nuevo Ayuntamiento que se ha desarrollado con normalidad, con mucha gente y no pocos focos, con un discurso ilusionante y comprometido, también emotivo, del nuevo regidor, y en el que lo único que a mi juicio ha desentonado ha sido la intervención del candidato a la Alcaldía por el PSOE, Julio Millán, francamente no creo que se esperara de él que llevara al salón de plenos una arenga todavía con la resaca del berrinche por no haber llegado a un acuerdo con JM+, es más, su crítica contra el partido provincialista, con la única intención de transmitir un mensaje a su militancia y que siga el linchamiento en las redes sociales, en un tono injusto y soez, creo que es muy poco constructivo y choca frontalmente con el hermoso mensaje que regaló a los jienenses cuando tomó posesión de su cargo hace cuatro años, también por un acuerdo con otro grupo. Julio Millán sigue enojado, pero su experiencia política debería otorgarle, al menos así lo entiendo, otra cara ante la incontestable realidad y el caso es que se trata de una persona razonable, tolerante y no encaja en su perfil, es la impresión que tengo. Para más inri, no tiene más que ver el mapa político que hoy se ha formado en España, pero específicamente en la provincia de Jaén, donde el PP no es la anécdota, mejor podría analizar las causas, asumirlas y combatirlas.
En cambio el nuevo alcalde, como todo el mundo pudo ver, fue tomando referencias de su tablet, que siempre le acompaña, donde había construido un relato que empezó con el reconocimiento a todos los alcaldes que han formado parte de los ayuntamientos democráticos de Jaén, del primero hasta el último, desde el año 1979, agradeciendo los servicios prestados a esta ciudad, y algunos de ellos estaban en la sala, como el propio Julio Millán, Emilio Arroyo, Miguel Sánchez de Alcázar o Javier Márquez.
Una alocución al estrenarse como alcalde muy en la línea de su personalidad, por tanto creo que no le ha costado ningún trabajo mostrarse como un regidor con talante conciliador, emotivo, sencillo. Ha anunciado las claves de su actuación: orgullo, responsabilidad y humildad, escoger la ilusión por encima del miedo, huir de la trinchera y ser el alcalde de todas y todos los jienenses. Además de dedicar elogios al equipo que le acompaña, ha tendido la mano y se ha ofrecido a la oposición, y se ha mostrado firme convencido en la importancia saber gestionar, como igualmente ha acudido a su pasión por la literatura para recordar el Viaje a Ítaca y traducirlo en este caso a la importancia de pensar en grande para que Jaén avance. Agustín González tiene muy claro que su compromiso es estar siempre cerca de la gente, dispuesto a escuchar, de hecho la participación ciudadana va a ser una prioridad en la gestión, que para él tiene que ser eficiente, ética y estética. Ha confesado encontrarse con la ilusión de un niño, para brindar su compromiso, para no defraudar en él, “a los que debo la vida, con quien la comparto y con las que daría mi vida”, en clara referencia a su familia, padres, esposa e hijas, especialmente. Aquí se le han nublado los ojos por la emoción, pero aún así ha podido recitar un poema de Bernardo López, más Jaén imposible.
El portavoz de Vox, Manuel Ureña, ha felicitado al alcalde y al nuevo equipo, le ha deseado éxitos por el bien de Jaén. Por su parte el de Jaén Merece Más, Manuel Vallejo, también en una emotiva intervención, ha puesto énfasis en que se han pronunciado por “el mejor acuerdo posible por Jaén” y en que el principal objetivo es que Jaén avance estos años en convergencia y equilibrio territorial. Se ha sentido muy orgulloso de su ciudad al definirse “lagarto de pura cepa” y también con tintes de emotividad ha dicho estar enamorado de esta “muy noble y muy leal ciudad de Jaén”. La excepción en el tono de los discursos lo ha roto el hasta ahora alcalde, Julio Millán, que, eso sí, ha empezado por felicitar al alcalde y expresar que “sus éxitos serán los de Jaén”. Y ha sido después cuando ha empezado su perorata, lanzada contra los partidos que protagonizan el Acuerdo por Jaén. Ha dicho que cogieron (PSOE y Ciudadanos) un Ayuntamiento inoperante y han cumplido con el objetivo de haber generado confianza y ganado en autoestima, con un trabajo que en su opinión reconoció la ciudadanía el 28 de mayo. Acto seguido ha empezando por calificar el acuerdo alcanzado como “contranatura”, aunque ha dicho más dirigiéndose a Jaén Merece Más: “Ustedes son un partido de derechas, se han quitado la careta y han sido un verdadero fraude, por tanto serán responsables de lo que ocurra en esta ciudad”, y ha insistido en que “no hay proyecto más ilusionante que mejorar el día a día de los ciudadanos. Nosotros dimos lo que estaba en nuestra mano, y lo volveremos a intentar y conseguir”.
Al margen del escenario de euforia en unos y de obligada resignación en otros, que se ha vivido hoy en el salón de plenos del Ayuntamiento, a partir de ahora hay que mirar al futuro, a los cuatro años que tenemos por delante, y asumir la normalidad que impone la propia democracia, así ha sido en Jaén desde el año 1979 con todo tipo de acuerdos posibles, de hecho sólo hubo cinco mayorías absolutas, y por cierto cuatro de ellas del Partido Popular, por lo que al equipo que se acaba de constituir hay que concederle, como mínimo, los cien días de cortesía para que impongan su hoja de ruta, aunque es muy probable que sus primeras decisiones lleguen en las primeras jornadas, porque los nuevos regidores parece que tienen prisa por demostrar que son merecedores de confianza y de que la alternancia lejos de ser un riesgo es una oportunidad.
Me sumo a los jienenses expectantes, ya he confesado en multitud de ocasiones mi militancia en el escepticismo, porque llevo medio siglo asistiendo al devenir de los acontecimientos municipales, primero aún con el anterior régimen y después con toda la trayectoria de la democracia, pero también creo que lo último que se puede perder es la esperanza, estamos en un tiempo nuevo, ilusionante, es la primera vez que una formación política llega al Ayuntamiento desde la rebeldía ciudadana, con la excepción del grupo que encabezó María Cantos, pero ligado a un partido político, y se trata de un escenario nuevo. Hay varios hechos que lo hacen especialmente singular y relevante. Lo primero, que se haya firmado lo que los dos grupos de gobierno llaman Acuerdo por Jaén, la propia denominación ya es un dato revelador, pero acto seguido lo refrenda el hecho de que se haya firmado un protocolo notarial, en el que ya queda meridianamente claro, para que nadie se llame a engaño, un aviso a navegantes, es decir, que si el PP no cumple con los acuerdos adoptados el partido Jaén Merece Más se reserva la ruptura de la relación que en este momento se inicia. Esta es una garantía y quiero pensar que JM+ tiene una credibilidad acumulada que permite pensar que estará en disposición de cumplirla. Si bien el Partido Popular sabe lo que se juega de darse esa situación, por lo que supongo que habrá medido bien la estrategia, no se podría permitir el fracaso cuando ha puesto en el Acuerdo por Jaén tanto empeño.
El resto de la oferta programática tiene que desarrollarse, empezando por ese Fondo de Equilibrio Territorial, sin cuantificar por el momento, en el que se pretende implicar al resto de las administraciones, siendo una buena idea lo veo todavía poco definido y lo pondría en cuarentena, no por su necesidad, obvia, sino por la dificultad de unir intereses y buscar adhesiones de poderes que en el momento son ajenos a este acuerdo de buena voluntad. Lo del tranvía es clamoroso, acelerarlo es una prioridad y la Junta es la que tiene que hacerlo ¡ya!, aquí no caben excusas, ni Jaén Merece Más debe permitirlas. Que formen parte de las urgencias la planificación de inversiones, la existencia de una comisión mixta para seguir el proceso de gobierno y todos sus planes, la declaración como proyecto de interés autonómico de la Ciudad Sanitaria, para que la tan esperada infraestructura no duerma el sueño de los justos; la dotación de más medios en la sanidad pública, de personal y de servicios sanitarios, como la reivindicada Unidad de Ictus, por supuesto el apoyo al proyecto Cetedex y no hablemos de la conexión ferroviaria con Madrid en tren de altas prestaciones para llegar en un tiempo de dos horas y media, la coincidencia en llevar la estación intermodal a su esplazamiento actual o que se reciba con alfombra roja a las empresas que se puedan instalar en Jaén, son todos ellos objetivos de interés general y fácilmente asumibles.
Pero hay otras cuestiones igualmente nucleares, una el deseo de realizar una auditoría de la situación municipal, que ya personalmente he demandado en no pocas ocasiones, para saber con certeza el volumen total de la deuda y la responsabilidad sobre ella de las respectivas corporaciones, para que la ciudadanía sepa a qué atenerse. Por otro lado es vital trabajar con decisión sobre la propia deuda y me consta que Jaén Merece Más ha mantenido reuniones con ayuntamientos, otras instancias de Hacienda y expertos, que ofrecen alguna salida para aliviar la actual asfixia financiera, que impide pensar en grande al menos a corto plazo, ya que recuerdo que pesa sobre esa deuda una hipoteca hasta el 2050, y que se quede ahí. Hay que considerar como positivo plantearse que se acabó la política de tierra quemada y que todos los proyectos que el equipo de gobierno del PSOE y Ciudadanos tienen en marcha hay que desarrollarlos, entre otras cosas porque en su inmensa mayoría son favorables para la ciudad. Y algo que me produce gran satisfacción es que Manuel Vallejo, el primer teniente de alcalde por Jaén Merece Más, haya asumido Universidad y se proponga como un objetivo irrenunciable el logro de una financiación justa para la UJA, lo cual permite pensar que Rectorado, Ayuntamiento y Plataforma Ciudadana en Defensa de la Universidad de Jaén van a estar en plena sintonía.
En resumidas cuentas, espero que los actores lo hayan definido bien, “el mejor acuerdo posible”, así lo escenificaron ayer en una impresionante y masiva conferencia de prensa cuyo resultado levanta expectativas, más tampoco conviene quedarse solamente en la escenificación. Tampoco es la primera vez que ocurre, la historia nos trae recuerdos gloriosos, por ejemplo en 2015, en ese mismo escenario del Hotel Condestable, la firma del protocolo entre el alcalde José Enrique Fernández de Moya y los tres concejales entonces de Ciudadanos, con Salud Anguita al frente. Hay que moderar el optimismo, esperar lo mejor, pero ser conscientes de que un acuerdo entre dos y en una institución tan sensible como es un Ayuntamiento, no es un camino de rosas. Sin embargo, cuando el objetivo es Jaén, por eso le han llamado “Acuerdo por Jaén” y se le supone compromiso con su ciudad a todos, no hay que pensar más que en resultados positivos, los intereses personales distancian, los intereses generales unen y rompen todas las barreras y obstáculos. Así que, pues sí, ojalá sea el momento de Jaén. Me apunto a que así sea y por eso olvido 44 años de muchas incertidumbres, bastantes aciertos, algunos errores de bulto, y sin embargo lo que queda en el balance es, a pesar de todo, lo bueno y lo malo, es el reconocimiento a los que sirvieron a su ciudad, incluso en tiempos difíciles, y si en determinados casos fueron a servirse, en otros, los más, lo dieron todo en el servicio a su tierra.
Por otra parte siempre he defendido que en un Ayuntamiento, y singularmente en el caso de Jaén, por las circunstancias que se dan, hay que valorar en su justo término el papel que corresponde a la oposición y que no siempre es ejercido con responsabilidad o en otros casos ni siquiera es entendido. En estos últimos días he visionado en las redes sociales el malestar de la familia socialista por lo que consideran injusta pérdida de la Alcaldía, a pesar de haber ofrecido distintas alternativas a Jaén Merece Más. También he visto de qué manera se han cebado con JM+ porque han decidido otorgar confianza al PP, porque, según ellos, ofrecen en conjunto una mayor disposición y concreción de objetivos. Creo que ha habido un exceso, trasladado a la militancia, que choca con la ley electoral y la libertad de los partidos en aliarse con quien entiendan les ofrecen mejores garantías. Ya lo creo que puedan acertar o equivocarse, pero esto mismo hizo el PSOE otras veces y nadie se escandalizó, es decir, no por acordar con el PP la gente de Jaén Merece Más es más de derechas y calificativos que no me atrevo a reproducir. Se entiende el malestar, es humano y sobre todo cuando existe el convencimiento de que les avala un mandato solvente, pero en algunos casos se están pasando de la raya, hay que hacer una llamada a la tranquilidad, a la tolerancia y a asumir las salidas que permite la ley y que vale para todos, también para Jaén. Peor todavía es menospreciar la biografía de los recién llegados, con intención malsana e intolerable, que tampoco se merecen, basta recordar que tanto el nuevo alcalde, Agustín González, como el primer teniente de alcalde, Manuel Vallejo, son dos profesionales de mucha entidad que en absoluto necesitan de la política para vivir, por el contrario les puede costar dinero dedicarse a la responsabilidad pública por un exclusivo deseo de servicio, y lo mismo digo de sus equipos, en consecuencia no todo vale.
A eso iba, es verdad que a pesar de las dificultades el PSOE con Ciudadanos ha salvado la gestión, en algunos aspectos, como ya creo haber dicho en alguna oportunidad anterior, con nota. En los últimos años el hasta ahora alcalde, Julio Millán, se ha empeñado en borrar en lo posible sonados fracasos como el del Colce, que sigue estando muy en la memoria de los jienenses, y en determinados ámbitos los proyectos han sido muy importantes, ya el propio regidor y sus concejales se han ocupado de recordarlos en estos días, pero no me importa subrayar que en cultura y sobre todo en recuperación del patrimonio (lo de la iglesia de San Miguel es un ejemplo evidente y no el único) se ha dado un paso de gigante, Julio Millán ha estado a la altura de las circunstancias, pero su frustración no se la puede trasladar a otros, le hubiera bastado con obtener una mayoría absoluta. De todas maneras ya le he felicitado, y lo hago extensivo a concejalas y concejales a los que he seguido porque han sido más mediáticos, me refiero a África Colomo, que me parece una mujer y política de bastante nivel; también la enorme gestión desarrollada por José Manuel Higueras, un imprescindible en esta etapa; por Nines Díaz, por la que tengo una debilidad especial porque me parece una política sensible y comprometida; también por el trabajo bien hecho de Mari Carmen Angulo, con la que ha ganado la imagen de la ciudad, y qué decir de Francisco Javier Padorno, que se ha granjeado el afecto por estar muy pendiente del día a día en algo tan fundamental como la micropolítica. No me olvido de Carlos Alberca en su ámbito de responsabilidad deportiva, en la que la gestión ha estado a gran altura, decir lo contrario sería injusto. Por supuesto incluyo a María Orozco, a la que le ha tocado un papel complicado que creo que ha sorteado, de hecho nunca se le visto mala cara públicamente, a pesar de que en estos años no ha podido ofrecer ni un solo presupuesto, saldremos de dudas cuando los nuevos responsables rindan cuentas y sepamos el estado real de la tesorería, el nivel de la deuda y a cuánto asciende ya la ruina, estamos ávidos de conocimiento. Creo que lejos de buscar argumentos para la defensa de una gestión que ya es pasado, y en la que no todo se salva, y mejor dejarlo ahí, hay que dirigirse al siguiente paso, normalizar la normalidad y dejar que gobiernen los que en buena lid han podido hacerlo. Tiempo habrá de hacer valoraciones, de aplaudir o de censurar. Hoy tiene que ser un día de fiesta y de esperanza.
Después de todo lo dicho, me voy a quedar con la mejor imagen, la del final del pleno, con los saludos de todos y para todos, incluido Julio Millán, con muy buen talante, porque se había quedado a gusto despachándose en su turno de intervenciones. Después en la calle un grupo de afines le vitorearon, “Julio, Julio”, algo perfectamente entendible, cuesta digerir la adversidad y hay sensaciones agridulces, el caso es que unos tienen que pasar a la retaguardia y a otros les corresponde transitar de la barrera al ruedo. Y, como no podía ser de otra manera, se terminó de la manera más jienense posible, el Canto a Jaén y los himnos de Andalucía y España. Ya no hay tiempo que perder, Jaén espera.
Foto: Agustín González (PP), al tomar posesión como nuevo alcalde de la ciudad de Jaén.