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Por ANTONIO GARRIDO / Mañana se despide por parte del Instituto de Estudios Jienenses (siempre he escrito así el nombre del ilustre IEG) a la que ha sido su directora desde el año 2016, la primera mujer en ocupar la responsabilidad de consejera directora de la docta Corporación, Adela Tarifa Fernández. Tras ocho años de dedicación intensa a la causa cultural con la que se comprometió, deja su puesto que ocupará a partir de ahora quien ha sido su segundo, el médico José María Capitán. Parece que fue ayer cuando Adela Tarifa llegó al cargo en el que ya ejercía como consejera desde 1998, con un brillante perfil académico y profesional, como subrayó en su día el propio presidente de la Diputación, Francisco Reyes.

El Instituto de Estudios Jienenses cuenta con 73 años de vida, ya que fue creado en el año 1951 por el entonces presidente de la Diputación, Juan Pedro Gutiérrez Higueras, feliz iniciativa de este organismo autónomo dedicado al fomento y al estudio de la cultura, las ciencias, y el arte local y provincial. Desde su nacimiento ha tenido seis directores y Adela Tarifa ha sido la primera mujer en dirigir sus destinos. Los anteriores fueron el médico Luis Sagaz Zubelzu; el prohombre de Jaén, José Antonio de Bonilla y Mir; los médicos Diego Jerez Justicia y José María Sillero Fernández de Cañete, y el catedrático Pedro Galera Andreu.

La hasta ahora consejera directora se impuso a su llegada ambiciosos objetivos y su balance es plenamente satisfactorio. Ha mantenido en todo lo alto el prestigio del Instituto, ha contribuido a su modernización, ha abierto la sede a los investigadores en particular y a los jienenses en general, sobre todo el centro documental que alberga fondos excepcionales, y con ella llegó la incorporación de algunas mujeres de reconocida y brillante trayectoria profesional y académica, con lo que se abrían de par en par las puertas a la igualdad. Las aportaciones sobre Jaén de los miembros del Instituto son tan desconocidas como valiosas en favor de la provincia.

La granadina Adela Tarifa Fernández, afincada en Úbeda desde hace muchos años, de donde es Hija Adoptiva, catedrática de Geografía e Historia, investigadora, cronista, académica, escritora, y muchas cosas más, pues su currículum es impresionante, ha dado su impronta al Instituto, que en los últimos años ha continuado con su ingente labor. Por su propia actividad, el Instituto es muy conocido, sobre todo en los ámbitos culturales, pero se merece más promoción porque un ente así, como Centro de Estudios Locales, desarrolla una tarea en beneficio de los investigadores y de toda la provincia, que es encomiable. El Instituto cuenta con un plantel de consejeros de gran prestigio en los diferentes ámbitos en los que están representados y hace relativamente poco tiempo se empezó a dar paso a las mujeres, que tenían muy poca presencia. Hoy, entre las fortalezas del IEG se encuentra como joya de la corona su biblioteca digital, con más de seis millones y medio de imágenes, entre las que se encuentran páginas de libros, documentos, mapas o investigaciones. La labor de la consejera directora ha consistido en seguir abriendo la institución y uno de los hechos más destacados ha sido la cesión de fondos documentales de gran interés, sobre todo por parte de particulares. Tampoco han faltado sus numerosas actividades y ciclos, y desde luego como hecho relevante en los últimos meses la apertura de la Biblioteca Literaria Jienense, en los bajos del edificio del Palacio Provincial de la Diputación, con más de 5.000 volúmenes de temas y autores jienenses. Pero el Instituto es mucho más, por una parte su labor científica, el trabajo de sus consejeros y consejeras, y por otra el fondo documental que es riquísimo y que está al servicio de toda la provincia.

La consejera directora, Adela Tarifa, goza de gran prestigio profesional y personal, una humanista muy comprometida con la cultura y con Jaén. Los últimos años al frente de la institución cultural hablan por ella y merece ser recordada por su impresionante valía y por el dinamismo que le ha impreso al IEJ. Ha sembrado y sellado el compromiso con su tierra de adopción y con la cultura, porque primero bebió de las fuentes literarias de Úbeda, de personajes tan reconocidos y entrañables como Juan Pasquau Guerrero, pero después ha liderado un proyecto provincial, con vocación universal, y lo ha hecho con la sensibilidad de una mujer culta que ha mantenido y aumentado el prestigio del Instituto de Estudios Jienenses, que sigue siendo dentro y fuera de Jaén, es posible que lamentablemente más en el exterior, una entidad de referencia. Muchas felicidades y a disfrutar de Úbeda, un hermoso lugar para el atardecer de la vida, que diría San Juan de la Cruz. Aunque espero y deseo que una persona como Adela seguirá en modo útil y moviéndose en los ambientes literarios y culturales en lo que ha sido su vida y además es un patrimonio del que no podemos prescindir. Adela tarifa es un regalo a la cultura de la provincia. Por muchos años.  

Foto: Adela Tarifa Fernández.  

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