Por ANTONIO GARRIDO / Los partidos políticos también hacen de la necesidad virtud y se agarran a un clavo ardiendo para salir indemnes de un cónclave, o al menos tratar de autoconvencerse de que los mensajes que han transmitido son ley. Las masas, me da igual que sean miles, cientos o docenas, pero grupos de personas en definitiva unidas por una misma adscripción, en este caso ideológica, raramente disciernen, se dejan llevar por las emociones del momento. Viene a cuanto del congreso provincial de los socialistas celebrado este pasado fin de semana, en el que los asistentes no han discriminado a la hora de los aplausos, daba lo mismo que María Jesús Montero lanzara un exabrupto sobre la sentencia de Dani Alves, que ya he visto que en declaraciones posteriores se ha visto obligada a rectificar, quien mucho habla mucho yerra, se ha dicho toda la vida, que cuando el ministro Puente, con cierta pedagogía, hablaba de las cuatro fases de que consta el proyectado bypass de Montoro para acercarnos a la alta velocidad, dirección solo Madrid, se ha dicho, porque entiendo que no se contempla para acercarnos a la propia Andalucía, por ejemplo Sevilla, y al escucharlo, entendí que lo que el responsable de Transportes deseaba trasladar es que nadie espere que ese acercamiento se haga mañana, que hay que cubrir las exigencias de cada paso y que se llevará un tiempo, él lo dijo con más sensibilidad, para no reprimir a los palmeros, habló exactamente de medio plazo, con lo cual ya es fácil hacerse una idea.
Pero tengo la impresión, en realidad siempre ocurre así con los políticos, que los oídos de la militancia convencida oyen lo que quieren oír, por tanto como si lo dice en arameo, porque diga lo que diga van a entenderlo en positivo, como si la lotería nos hubiera tocado ya. Por cierto en la primera de las fases, el estudio de viabilidad, mis datos indican que ya escuchamos comprometer el asunto en julio de 2022 cuando se adjudicó el contrato, y han pasado tres años con no pocas incidencias. La segunda fase, el estudio informativo, se puede licitar, siempre según el ministro, antes del verano, pero hay quienes parecen entender que esa es la fecha para que se inicie ese proceso y no sabemos el plazo, pero por mucha urgencia que se den seguro que pasará alguna que otra elección.
Aún quedaría lo más gordo, el proyecto, y hay que echarle su tiempo, para finalizar con la ejecución propiamente dicha. Lo que quiero decir es que no sé si ese acercamiento a la alta velocidad, para la que se prevé invertir 400 millones de euros, va a estar completado en 2035 como hace unos días pronosticaba el exalcalde Agustín González, pero siguiendo el desarrollo de cada una de las fases y teniendo en cuenta que se acaba de concluir la primera, bien se puede afirmar que largo me lo fiais. Si todos esos trámites se hubieran iniciado en 2017 cuando el CES Provincial presentó su estudio de diagnóstico y tratamiento, hoy posiblemente estaríamos viendo algo de luz al salir del túnel. Ya decía Francisco Reyes que nada de esto se puede comprar en un supermercado y es verdad, pero de la misma manera hay que reconocer que este Gobierno, –como los anteriores, cuidado con los golpes de pecho desde el PP, más de lo mismo, que olvida la historia o la reescribe en su favor, cuando no tiene la más mínima defensa– ha marginado a Jaén de todos sus planes y que ahora llega tarde, muy tarde, con una solución que los propios que no ven más que por los ojos del PSOE aceptan como mal menor, pero que de facto representa que Jaén puede ser pronto la única capital de Andalucía y de España sin la marca AVE, así, sin más. Pero ha sido bendecido por todos los socialistas en su congreso y esa parece que pretende ser la hoja de ruta, aunque en política ni hay verdades absolutas ni son ciencias exactas.
Más sencillo y abordable ha presentado Óscar Puente el proyecto de integración del ferrocarril en la ciudad, en la misma estación del tren, de hecho se anuncia la primera reunión de una mesa técnica esta misma semana. Aquí, insisto, sí parece que hay pretensión de aligerar el procedimiento, aunque a cambio el debate de décadas lo han sustanciado los interlocutores del ministro, en especial los dos grupos municipales en el gobierno municipal, PSOE y Jaén Merece Más. El primero acepta plenamente y el segundo renuncia a su reivindicación histórica de soterramiento parece que en aras de la prontitud y de que la ciudad gane infraestructuras con cierta rapidez. Mi particular visión es que con el soterramiento podría aceptar el lugar escogido, sin él me cuesta trabajo imaginar la zona. Ya sé que se pierde mucho tiempo con los procedimientos de participación ciudadana, pero de la misma manera afirmo que hay fórmulas para agilizarla y que es absolutamente imprescindible contar con la opinión de los vecinos, sobre todo de los más afectados, tienen todo el derecho del mundo a ser escuchados y no a imposiciones del poder establecido. Ya he visto en redes sociales algunas polémicas al respecto y, por supuesto, cuanto más debate, mejor.
Más todavía, no logro entender que en este momento en que se está elaborando un Plan General de Ordenación Municipal (PGOM) que se demanda desde hace tiempo puesto que tenemos un planeamiento que ha cumplido tres décadas y está obsoleto, los gobernantes no tienen en cuenta esa consideración y precisamente lo que se trae entre manos es nada menos que el modelo de ciudad, qué Jaén queremos, y ahora nos imponen sin más la intermodal en la zona de Renfe, que repito puede ser una opción, lo mismo que el exalcalde hace meses presentaba su centro de ocio para la actual zona de la estación de autobuses, también otra especie de coladero con el estudio del PGOM en marcha. Es decir, no se puede formular un plan de ciudad que debe regirnos al menos en las tres próximas décadas sin que sea previamente estudiado y analizado al milímetro, para que no se den situaciones como las que en el reciente urbanismo de la ciudad se han tenido que soportar.
Siempre lo he defendido, el tren es el que mejor define el olvido de Jaén. Creo que en el fondo subyace la extrema urgencia y es que hoy por hoy se dispone de recursos económicos, y como ha repetido en Jaén el ministro Puente, ahora lo que hace falta es ponerse manos a la obra. Todo está muy bien y puede que con el actual ministro, que por cierto ha reconocido la dejadez que se ha tenido con Jaén, lo cual le honra, la voluntad sea verdadera, porque, ha dicho Puente, el tren puede seguir pasando de largo. En resumidas cuentas, tan mala es la larguísima espera que hemos tenido que sufrir, toda la democracia esperando que llegara ese “momento” con el que ahora nos tratan de endulzar el cabreo histórico, como la urgencia de ponernos en situación límite, entre la espada y la pared con los proyectos presentados en Jaén, que parecen responder a un denominador común: o los tomas, o los dejas. Quiero entender, jugando en el terreno del buenismo, que es una advertencia y no una amenaza.
Foto: El ministro Óscar Puente, interviniendo en la clausura del congreso provincial del PSOE.