Por ANTONIO GARRIDO / Haber asumido la obligación voluntaria de opinar sobre los temas que interesan y preocupan en Jaén me ha dado a lo largo del tiempo muchas satisfacciones, pero también no pocos sinsabores, al tener que reconocer que esta provincia es diferente. Mira que adoro a Jaén como el que más, pero hay ocasiones en las que es clamorosa su abulia, es por eso por lo que tengo acuñado ese “Jaén donde resisto”, porque tantas veces hay que luchar contra los elementos, es decir, contra una cierta mentalidad muy extendida en nuestro territorio. Ese ¡ea! con el que parece que todo nos da igual.
Lo traslado al hecho concreto de la Plataforma en Defensa de la Universidad de Jaén, de la que formo parte desde sus inicios, aunque estaría en ella como un jienense más, porque siempre he decidido apostar por mi tierra y arrimar mi hombro, desde luego muy modesto, aunque sincero, lo digo de corazón, porque me duele Jaén. Estos últimos días me han permitido conocer el calor de colectivos y personas, algunas completamente anónimas, que preguntan dónde hay que expresar apoyo a la exigencia de que se garantice el futuro de la UJA, que hoy se encuentra en el aire por decisiones políticas inexplicables (porque no se han detallado con luz y taquígrafos), y lo hacen con sencillez y adhesión verdadera a lo que significa la institución, pero que al tiempo retratan a quienes deberían pronunciarse y prefieren las ausencias y los silencios, cuando no la inhibición. Este es el Jaén indiferente que me produce una enorme tristeza.
Si desembocamos en la política, esto ya merece tratamiento aparte. Este asunto tan trascendental hubiera merecido una declaración institucional unitaria en la Diputación Provincial y en los 97 ayuntamientos. Por desgracia no ha podido ser así, y las iniciativas de unos y de otros han convertido este asunto trascendental para nuestra tierra en lo que no debería ser de ninguna de las maneras, una cuestión partidista, porque es lo que mejor le viene a quienes o no tienen voluntad de solucionar el problema, o simplemente aprovechan la oportunidad que otros le brindan en bandeja para sacar de la ocasión rédito político. Que trascienda esta lamentable imagen que proyecta Jaén es la que me lleva a concluir que posiblemente debamos dar la razón a quienes piensan que tenemos lo que nos merecemos.
Nuestra lengua permite elaborar una declaración de consenso sin provocar heridos, sobre todo cuando hay un interés general que debe quedar por encima de los legítimos de las formaciones políticas. En el Ayuntamiento de Jaén, en concreto, la primera de las mociones que se anunció, fue la de Siempre Jaén, que lidera María Cantos, que reconozco que siempre rema a favor de las causas que nos atañen a todos y más ahora sin mochilas partidistas. Los demás son rehenes de su propio partido. El grupo socialista presenta otra moción sin lugar para el acuerdo y por lo que se refiere al PP consta que Manuel Bonilla ha intentado forzar una declaración unitaria, con resultado negativo. Ya sabemos cómo puede quedar la votación, dado que la única concejal de Ciudadanos es una mandada (Ciudadanos, lo mismo que el consejero) y que Vox no ha dicho hasta ahora “esta boca es mía” y lo ha tenido fácil, también desde el púlpito andaluz, donde en el Parlamento la única voz que se ha oído ha sido la de Podemos, que obligó a responder al ínclito consejero que por derecho propio se ha ganado la antipatía de Jaén.
Lo mismo ocurre en la Diputación, y me imagino que se va a trasladar a los ayuntamientos, solo que vamos a transmitir a la opinión pública que se trata de un enfrentamiento político más de los que nos tienen acostumbrados y entretenidos, cuando el futuro de la Universidad, es decir, el de las futuras generaciones, no solo de nuestros hijos y nietos, excede por completo a las actuales formaciones políticas, a toda la Junta entera, también al rector y a toda la comunidad universitaria. Supongo que también interesa a los alumnos, aunque hasta ahora han hecho poco ruido, de todas maneras son esenciales en esta lucha, porque como ya he dicho en alguna ocasión anterior «sin universitarios no hay Universidad» y me alegro de que parezca inmediata su adhesión.
Ya nos han pasado factura muchas renuncias del pasado para que ahora consintamos una afrenta tan grande como la de herir de muerte a la UJA, cada día más visible porque no solo no corrige su posición el nefasto consejero de Universidades, Rogelio Velasco, sino que sigue pasando el tiempo y el presidente Juanma Moreno Bonilla mantiene el silencio sepulcral, que es la mejor muestra de su complicidad, razón por la cual me parece insignificante que dimita o cese el consejero, porque esto es política asumida por el gobierno andaluz, y si no es así, que lo digan claramente y retiren el dichoso modelo. Mucho peor que negarle músculo financiero a la UJA para asumir sus responsabilidades y compromisos es, como parece que se sigue insistiendo, reclamar para ella fondos europeos, porque eso es tanto como hacerla depender de ingresos extraordinarios. Lo que merece Jaén es una financiación como todas las universidades, reglada y sin otros factores externos, que me parecen una especie de beneficencia política. En Jaén no queremos que nos den más que a los demás, pero que tampoco nos quiten ni mutilen nuestras expectativas de crecimiento y desarrollo.
Consta también que al menos en el PP jienense, ignoro la posición concreta de Ciudadanos, que no la he visto expresada en ningún lado, hay preocupación y malestar, han llamado a muchas puertas, pero todo parece indicar que el plan está avanzado y la hoja de ruta marcada, por lo que a quien hay que pedir explicaciones es al presidente Moreno Bonilla, un político al que siempre he elogiado por su mesura y cercanía, pero que en este asunto tan relevante para Jaén hasta el día de hoy da la impresión de no haberse dado por enterado del clamor cada vez más extendido de la sociedad, en un momento trascendental para la formación política, en vísperas de unas elecciones autonómicas y a pocos días vista de un congreso en el que, al menos en privado es de suponer que la delegación de esta provincia tratará de hacerse notar, si les corre sangre jienense por las venas a sus participantes. Pregunto, ¿así es como pretende el PP hacerse con la Diputación? Ni en sus mejores sueños, a no ser que demuestren de manera tajante que están por Jaén y muy mal que lo llevan. Es, insisto, la hora de la altura de miras.
Foto: Un reciente pleno del Ayuntamiento de Jaén.