Mañana se celebra el Día de la Mujer y entre los actos que se han previsto en torno a la conmemoración, figura una manifestación que sacará a la calle como es habitual cada año a cientos de mujeres y muchos hombres que se solidarizan con la causa. De entre las realidades que estos días se ponen sobre la mesa, hemos agotado todos los argumentos a la hora de tratar de llamar la atención sobre uno de los problemas más graves a los que se enfrenta en este momento nuestra sociedad, la violencia sobre la mujer, porque son demasiados los casos de mujeres víctimas de esta lacra y detrás de cada situación hay dramas lacerantes, hay en tantas ocasiones hijos y familias, y contemplamos con impotencia que a pesar de que no se están regateando medios el resultado es insatisfactorio.
Esta cruda realidad no debe pasar desapercibida ahora que estamos en plena celebración, sobre todo la escalofriante escalada de la estadística que nos dice que los malos tratos se siguen dando sin la menor tregua y que no respetan edades, igual se dan en parejas mayores que muy jóvenes, y plantea un diagnóstico preocupante, que invita a lamentarse y al mismo tiempo a no cruzarse de brazos. A día de hoy en lo que va de año ya van veinte muertes y el inicio del año ha proporcionado las peores expectativas desde 2009.
Por eso se agradece la proliferación de movilizaciones y actos de todo tipo, como los que se van a desarrollar en Jaén, protagonizados por las instituciones y diferentes colectivos, centros educativos, etc., porque todo es bien venido cuando el denominador común es el de sumarse a la respuesta que se demanda contra el terrorismo doméstico, aunque hay que lamentar que las instituciones no sean capaces de ponerse de acuerdo ni para esto transmitiendo un mensaje único.
Lo diremos alto y claro, o este es un problema de toda la sociedad o costará mucho trabajo erradicarlo. Es esperanzador que en los colegios se tome conciencia, porque es desde la base donde a medio plazo el trabajo puede resultar definitivo y duradero. Y por esto hay que concienciar con muchas campañas mientras nos seguimos preguntando ¿qué más podemos hacer? Es importante que los parlamentos y los gobiernos, de la nación y de las autonomías, estén tratando de avanzar en las medidas, porque las que hay, siendo muchas, no parecen suficientes. Es una prioridad aislar a tantos cobardes criminales, que son escoria, y es fundamental llegar a tiempo antes que las situaciones sean irreversibles. Es necesario que los jueces sean muy sensibles, que las mujeres denuncien sin miedo y que la sociedad entera no mire hacia otro lado cuando perciba que hay indicios de peligro para alguna mujer. Tolerancia cero, este tiene que ser el mensaje.
Por lo demás la crisis económica y social tan devastadora, ha arrollado a su paso en los últimos años, y cada vez con más virulencia, no algunas sino muchas de las conquistas a favor de la igualdad real, que tanto tiempo y esfuerzo costaron conseguir y que tienen sus principales evidencias en más mujeres en desempleo, como estamos advirtiendo en nuestra misma ciudad, menores salarios o más precariedad, sin olvidarnos de que son igualmente víctimas directas de la especial incidencia de la situación y de los recortes en ámbitos laborales como el sector servicios, la hostelería, la limpieza, la sanidad, la educación o la atención a la dependencia, que en mayor o menor medida son víctimas de este difícil momento de cambio.
Desde Jaén, donde todos estos problemas objetivamente están muy amplificados, tenemos que pelear todos porque les leyes y la inercia no sean un duro castigo para la mujer. Aprovechamos para rendir homenaje desde este modesto rincón de las redes sociales a todas y cada una de las mujeres jienenses, en especial a esas mujeres que han demostrado fortaleza y coraje en tiempos de dificultad. Me alegra por ejemplo que colectivos feministas hayan promovido el reconocimiento a mujeres que abrieron camino en Jaén, sin ir más lejos, como Rosario Soto Alcázar, Encarnación Rueda Herrera, Amalia López, Pilar Palazón, Rosario Ramírez Mora, Mary Luz Tirado, Concha Caballero, Chari Vicente, Dolores García-Negrete y Josiane Phèlix, a todas las cuales quiero sumar todas esas mujeres anónimas como hay entre nosotros que, a veces en silencio, hacen grandes cosas y nos dan ejemplos grandiosos. Hoy quiero brindar con ellas, por ellas.
Foto: Detalle de una manifestación anterior con motivo del Día de la Mujer.