Por ANTONIO GARRIDO / Se acaba de presentar, anoche en una velada que se preparó hasta el último detalle, la nueva edición del Festival de Otoño, la XXV. Era un acto social proyectado hacia todo Jaén, pero en especial de agradecimiento a patrocinadores, colaboradores y artistas sin los cuales sería imposible llevar a cabo una empresa de estas características. Este año el programa se ha confeccionado por completo en el actual Patronato de Cultura y que ha liderado su concejal María Espejo, con una singularidad y es que las contrataciones se han realizado directamente desde el área municipal, evitando intermediarios y por lo tanto con ventajas para poder conseguir más espectáculos. Alrededor de medio centenar de actividades conforman el ciclo y esta vez se distribuye en diferentes apartados que van desde los llamados grandes espectáculos a la presencia del Festival en los Barrios, pasando por varias actuaciones dedicadas al público infantil, otras con artistas de referencia local, al flamenco, música y literatura, que incluye presentación de libros, y la presencia de algunas citas en la Real Sociedad Económica de Amigos del País. Sin olvidar la presencia de la música clásica, un plato fuerte en cada edición y que esta vez va a consistir en un homenaje a la figura de Giacomo Puccini. Así, aunque podrán acceder a todo el programa, se anuncian actuaciones del violinista Ara Malikian, de la obra “Galdós enamorado”, del músico Coque Malla, de la cantautora y cantante María Peláe, del espectáculo “Dos divas y un barítono”, con Ainhoa Arteta y Montserrat Martí Caballé; el musical Kinky Boots, El Cascanueces con el Ballet de Tatiana Solovieva, etc, etc. Sin olvidar nuestra Orquesta Sinfónica y Coro del Festival de Otoño, el Ballet Flamenco de Andalucía, la Orquesta Filarmónica de Málaga…
Es un programa bastante completo, ha sido elogiado por la Asociación Cultural del Festival de Otoño, que también ha visto cumplidas algunas de sus propuestas, y en resumidas cuentas se trata de conmemorar el cuarto de siglo de este importante evento que consiguió desde el principio poner a Jaén en el mapa de la cultura, el ocio y el espectáculo de toda España. Los primeros años, con bonanza económica en el Ayuntamiento, sobre todo con un área de Urbanismo que era un río de dinero, ya no volverán a repetirse, si no que se lo pregunten a Cristina Nestares, que tuvo el privilegio de su puesta en marcha, junto al que fuera alma mater, Diego Martínez, a la sazón gerente de Cultura en aquella memorable etapa. La labor posterior ha sido muy meritoria por parte de quienes han ido asumiendo la responsabilidad de la organización, pero a pesar de los escasos medios económicos del Ayuntamiento, se ha logrado, y ya es un milagro, mantener vivo el Festival de Otoño y hacerlo en un plano competitivo, porque la organización, además de la infraestructura se encarga de todo el trabajo, y no es poco, de confeccionar el programa y hacerlo además con tiempo suficiente para que se pueda difundir y promocionar. Todos los concejales y concejalas que han ido pasando, hasta el último, José Manuel Higueras, le fueron imprimiendo su sello, abriéndolo a nuevas corrientes, al tanto que iban manteniendo lo esencial. Algunas actuaciones se repiten, es cierto, pero hay casos en que ocurre a petición del público o porque los artistas acuden a los escenarios con ofertas diferentes a las que en su día trajeron.
A la concejal María Espejo, que puede presumir de llenar de contenido su área en el día a día de la gestión, tampoco se le ha resistido el Festival de Otoño y en los últimos días se le ha visto especialmente satisfecha tras haber sido capaz, y no lo dudé en ningún momento, conociéndola, de que trataría de mantener el nivel y seguir sumando, muy lejos de la situación inicial de incertidumbre con la que se encontró el año pasado con la polémica de la actuación de Ana Belén, que pudo resolverse. Ya en la pasada edición también hubo alrededor de cuarenta actividades, algo menos que este año, combinando los grandes espectáculos de fuera y de valores de la tierra, con el resultado de artistas y grupos que dejaron un grato recuerdo. María Espejo no solo ha organizado el Festival de Otoño y hay que felicitarla por ello, es que además ha abierto su despacho a toda iniciativa cultural y de espectáculos a quienes se ofrecen a colaborar con el Ayuntamiento, de hecho es raro el día que no firma un convenio diferente. Esa es también su misión y de la que se enriquece la ciudad.
Como quiera que quienes hacen grande el Festival de Otoño son las instituciones y empresas que le prestan su apoyo, en algunos casos desde el principio, merece la pena consignar sus nombres. Como patrocinadores se encuentran la Junta de Andalucía, la Diputación Provincial, Unicaja, Caja Rural, Fundación La Caixa, Ávolo, McDonald’s, Grupo Mesgal, Aqualia, Colegios Oficiales de Arquitectos, de Gestores Administrativos y de Aparejadores y Arquitectos Técnicos, empresa Calderón y la Asociación Cultural del Festival de Otoño FOJA. La Diputación se incorpora al patrocinio tras una incidencia el pasado año que el organismo provincial justifica en que la subvención no se solicitó a tiempo y la Concejalía discrepa y cree tener derecho a recibir el mismo importe que se había ofrecido anteriormente en la etapa del gobierno de Julio Millán. Como colaboradores figuran asimismo la Universidad de Jaén, la asociación Lola Torres, la Real Sociedad Económica de Amigos del País, la Santa Iglesia Catedral, los Conservatorios Profesional y Superior de Música y la Asociación Cultural Flamenca “Ciudad de Jaén”. La organización es exclusiva del Ayuntamiento por medio de su Patronato de Cultura.
Enhorabuena por la labor realizada y el programa conseguido, y 25 años después de la primera experiencia, merece la pena valorar que se ha recorrido este camino y que, en efecto, hay motivos en Jaén de los que merece la pena presumir.
Por otro lado, tradicionalmente por estas fechas, ya en la recta final de junio, es cuando el calendario marca el éxodo de cientos de jienenses hacia las zonas de las urbanizaciones de los alrededores, especialmente en lo que conocemos como los “Puentes”, porque se trata de los lugares del Puente de la Sierra, Puente Nuevo, Puente Jontoya y Puente Tablas. Aunque en realidad, además de los citados, han ido surgiendo en las últimas décadas en el término de la ciudad y de otros contiguos nuevas urbanizaciones que han ido aumentando los lugares en los que cientos de nuestros ciudadanos se refugian para tratar de evitar los fuertes calores del estío jienense. Y por cierto, aunque lo hemos denunciado decenas de veces, han pasado casi 28 años de la tormenta que causó el pánico entre los vecinos de los Puentes, en pleno verano, y a día de hoy las administraciones y los líos políticos no han sido capaces de desenredar el conflicto. Al más puro estilo Jaén, una ciudad que siempre camina con paso de tortuga, ahí está la asignatura pendiente de Los Puentes y que da idea de lo que cuesta en Jaén sacar adelante cualquier proyecto. Hasta los vecinos desistieron presa de la desesperación, la prueba es que han pasado varios presidentes de colectivos vecinales, alcaldes, subdelegados…y ninguno pudo ver cumplido el objetivo. La santa paciencia de los vecinos y un problema irresuelto. Más aún, nos remitían al PGOU, pero ya ni PGOU ni nada de nada.
Anoten, el sábado hay programada en la capital una manifestación que convoca la Plataforma en Defensa del Tren Rural, y a la que se han sumado diferentes colectivos. La cita es a las diez en la Plaza de San Francisco, frente a la Diputación, donde se harán visibles, como también van a pasar por la Subdelegación del Gobierno y la propia estación férrea. El tren, lo he repetido hasta la saciedad, es el gran monumento de los gobiernos a la inacción con el ferrocarril, el actual con el agravante de nocturnidad y alevosía, porque hace oídos sordos y promete lo que no cumple. Una protesta más, y la respuesta será la misma de siempre, el silencio, el olvido y hasta la próxima si Dios quiere.
Malestar con la sanidad, por mucho que nos quieran conformar con buenas palabras, la mayoría sabemos que el sistema público se resiente, también podríamos valorar en Jaén el privado, que de todo hay en la viña del Señor, pero da la impresión de que el coste electoral es inapreciable. Así somos en Andalucía y en Jaén, confianza ciega en el poder, cualquiera que sea.
En fin, como cada final de junio, el ciclo se repite, fiestas de barrios, una celebración de fin de semana dedicada a la pipirrana, que pasa por ser el plato más popular entre los jienenses y no es para menos, y fiel al calendario un sugerente programa para rendir tributo a la leyenda más popular de Jaén, la del Lagarto de La Magdalena. Jaén con sus tradiciones, y que no se pierdan.
Foto: Un cartel alusivo a la programación del Festival de Otoño de Jaén, a celebrar entre el 19 de septiembre y el 8 de diciembre.