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Por ANTONIO GARRIDO / La llegada de la Semana Santa nos hizo aplazar la valoración de los cien primeros días de gobierno municipal en la ciudad de Jaén, integrado por PSOE y Jaén Merece Más, por la moción de censura que presentaron en los primeros días de enero. En una sociedad local tan polarizada, en realidad como ocurre en todo el país, hay opiniones para todos los gustos sobre el discurrir de este periodo de gracia, que permite solo observar el escenario, cómo se están afrontando las situaciones, tanto las heredadas como las que han ido surgiendo en estos meses, pero hacer un diagnóstico más esclarecedor necesitará de un margen mayor. No olvidemos la singularidad de nuestro Ayuntamiento, con una impresionante rémora en muchos aspectos que no se pueden cambiar de la noche a la mañana. Eso sí, estamos en el ecuador de la gestión municipal, a dos años de las elecciones municipales de 2027 y como la maquinaria de funcionamiento de las administraciones es tan lenta, mucha prisa se tendrán que dar los socios para tratar de ir haciendo concreciones, aunque es seguro que la mayor parte de los compromisos anunciados van a pasar de largo en este mandato porque no hay tiempo material. En mi opinión lo que más sobresale de estos cien días de gobierno es que se ha logrado una imagen de estabilidad, que no la hubo en el tiempo pasado por la sencilla razón de que los dos partidos se unieron en torno a un programa que contenía nada menos que 100+1 medidas, por razones difíciles de entender, pero que se intuyen conociendo el carácter de las personas. Era una relación de celos, de desconfianza, de falta de diálogo…en definitiva muy complicada de mantener.

Primero eran las relaciones para gobernar, pero luego estaba la segunda parte en cuestión, la Junta de Andalucía, colaboradora necesaria porque el programa para gestionar la ciudad dependía casi en exclusiva de su compromiso, pero no de palabra sino de hechos, y lo que en la firma fueron frases grandilocuentes de “todo por Jaén” a la hora de la verdad pasó a ser una decepción. Y por supuesto sobró esa parafernalia que ahora, al paso del tiempo, se me antoja extravagante, ya me lo parecía entonces, como lo es llevar a una administración un centenar de medidas que con los pies en el suelo nadie con sentido común y conocimiento de la política puede entender como un hecho pragmático. El caso es que los dos partidos, PP y JM+ optaron por el espectáculo y aunque, insisto, bastantes éramos desconfiados, lo del notario era la guinda, fue un punto más para romper una relación de intereses que no se sostuvo. Tuvo sus cosas buenas, indudablemente es así, pero en términos generales fallaron los pronósticos. Un liderazgo firme en aquel momento e incluso la intervención misma del presidente de la Junta in extremis, podrían haber evitado aquel divorcio, pero de todas maneras un matrimonio de conveniencia y mal avenido, mejor roto.

Todo hace indicar que tanto el PSOE como Jaén Merece Más han aprendido de los errores pasados, cada uno desde el lugar que ocupaba en la situación anterior, y al menos hasta este momento no ha trascendido ningún problema de calado en las relaciones entre los dos grupos que gobiernan al alimón el Consistorio. Sí he percibido puntos de vista diferentes, pero incluso en estos casos se está cediendo con generosidad y el árbitro, que es el alcalde, es el primero en dar ejemplo. Tengo constancia de algunos temas en los que no coinciden al menos plenamente, pero el deseo de avanzar les une también en la discrepancia. Este es el mejor capital de este equipo que se enfrenta a dos años inquietantes, en los que una de sus prioridades, tal y como se indicó en la firma del acuerdo entre PSOE y Jaén Merece Más, pasa por encontrar las medidas para ir buscando salidas para la tremenda deuda financiera y al tiempo procurar del Gobierno de España un mayor compromiso en infraestructuras para la capital. Mientras tanto, Jaén Merece Más ha seguido reivindicando a la Junta de Andalucía como si estuviera vigente el convenio firmado en 2023, pero es de imaginar que en Sevilla, tras la ruptura, lo han dado por cerrado.

Ya he señalado lo mejor hasta ahora, superados con creces los cien primeros días de gobierno. Lo peor, sin duda, es el empeoramiento, si es que ello era posible, de las relaciones que el Ayuntamiento ha mantenido y mantiene con la Junta, sobre todo con gobiernos de diferente color, aunque con los populares tampoco es que haya sido espectacular, más postureo que otra cosa. No hay más que decir, por mucho que se empeñe el concejal Antonio Losa, que se ha aprendido como un papagayo los logros de Juanma Moreno, que las grandes infraestructuras comprometidas para Jaén, como la Ciudad Sanitaria o la Ciudad de la Justicia, ni están ni se le esperan. Nos quieren conformar con un edificio para la lavandería del hospital, con lo cual nos faltan al respeto. Sí han abierto un magnífico Centro de Salud en La Alameda, justo es decirlo, pero la deuda con Jaén, a la que tanto se alaba por los dirigentes de la Junta, incluido el presidente, es mucho mayor y desde la llegada al poder en Andalucía nos han estado dando largas. La Ciudad Sanitaria no la veo en muchos años, si llega el caso, y la Ciudad de la Justicia, que uno se hacía la ilusión de que iba a tomar la delantera, ídem de lo mismo. En cuanto al tranvía lo han convertido entre todos en el protagonista de una decepcionante lucha política en la que lo vergonzoso es que desde 2011 en que los vagones salieron en pruebas no hayan sido capaces de resolver un problema en el que me indigna que todavía pretendan colgarse medallas los mismos que no han movido un dedo por echarlo a andar, los mismos que han actuado con toda celeridad en otros territorios.

La Junta y el Ayuntamiento deberían entenderse, pero no se entienden. Hace unos días hemos asistido a una imagen muy simbólica. Juanma Moreno viene a Jaén a un acto oficial, saluda al alcalde y en presencia de muchos jienenses repite sus halagos a Jaén y reitera que da igual quien gobierne, que esta ciudad es una prioridad. A los pocos días el delegado del Gobierno, Jesús Estrella, visita al alcalde para abordar algunos asuntos, y el resultado fue penoso, bastaba ver la imagen de los dos reunidos para concluir que no se ponían de acuerdo. La Junta más que aliada parece una adversaria, no hay más que ver la polémica con el documento sobre el tranvía para acreditar que el Ayuntamiento dispone de fondos para poner su parte en la puesta en marcha del sistema tranviario, cuando esto debió resolverse en una simple conversación en lugar de salir a los medios a retransmitir la mala relación en la que los perjudicados somos únicamente los ciudadanos jienenses. Ese es el precio que pagamos con sus peleas y sus enfrentamientos, es decir, de sus actos de dejación de responsabilidad.

Algunos avances en esta etapa para no poner mal cuerpo ni que todo sea negativo. La visita del ministro Puente en los primeros días de marzo, por primera vez con propuestas bajo el brazo, aunque algunas de ellas son aún poco fiables o de largo me lo fiais. La integración del ferrocarril en Jaén con la intermodal, la polémica de nunca acabar, en la que por el artículo 1, “o lo tomas o lo dejas”, parece que nos la quieren construir en la actual estación, con lo que estoy de acuerdo, pero no con que se obvie el soterramiento, que debería ser condición sine qua non. Entiendo que haya grupos o colectivos que quieran participar del debate con sus propuestas, pero en mi opinión llevar la intermodal a Vaciacostales no se sostiene si estamos pensando en favorecer la llegada de ciudadanos a Jaén y hacerlo de la manera más cómoda posible. Además es una polémica que a estas alturas debería estar zanjada porque nos llevan prometiendo esta infraestructura desde hace más de quince años y esos deberes ya han prescrito. Abrir ahora ese debate es un tanto extemporáneo, aunque es verdad que el PGOM está redactándose y algo deberían decir los técnicos sobre esta cuestión. En cuanto al bypass para acercarnos a la Alta Velocidad por Montoro, es un paso adelante, pero no deja de ser un parche porque deja a media provincia sin comunicación, vía Linares-Baeza y porque supone olvidarnos del AVE propio para siempre, además de que no se han dado fechas para que ese trazado esté listo y mucho me temo, por los planes del Ministerio, que irá para largo. Un caramelo muy bien envuelto, pero que plantea muchas dudas. Por lo que se refiere a la atención del Ministerio de Hacienda y la señora Montero para aliviar la ruina económida del Ayuntamiento de Jaén y de otros en parecidas circunstancias, hasta ahora el gobierno local lo ha valorado con mucho entusiasmo, pero por lo que se ha informado el alivio consiste en un aplazamiento del pago de la deuda de diez años, nada más que eso, y dudo si se trata de una solución o por el contrario podemos encontrarnos que lo que se hace es prolongar la agonía y prorrogar la hipoteca a 2060. Si esto es así pierden toda la credibilidad los que vendieron fuera y dentro que Hacienda “compraba” el Ayuntamiento de Jaén, en referencia al acuerdo entre PSOE y Jaén Merece Más.

El equipo de gobierno ha sacado pecho por su buena salud y capacidad de gestión y confianza. Algunos hechos positivos son la presentación de un presupuesto que se pretende aprobar para que Hacienda le conceda su plácet, además de que antes de fin de año existe el compromiso de presentar el correspondiente a 2026. No se olvide que las cuentas municipales se han estado prorrogando desde el año 2017. Por otro lado el alcalde se ha interesado ante la Junta por las Termas de Jabalcuz, otro asunto que viene de atrás, incluso de la etapa de Carmen Peñalver, y nadie ha sido capaz de sacarlo adelante, como tantos proyectos emblemáticos que esperan. Eso sí, este Ayuntamiento está comprometido con el Cetedex y cuenta como aliada con la Diputación, otras dos instituciones condenadas a entenderse. Se prevé junto con la Universidad dar vía libre a una residencia de estudiantes en el casco antiguo, sigue adelante el proyecto de El Banco, que es de la anterior Corporación y cuyo apoyo confirmaba en visita al Ayuntamiento del consejero Antonio Sanz; también ha habido reuniones sobre planeamiento Junta-Ayuntamiento, es de esperar que para bien, y por otro lado se ha conocido alguna sentencia favorable a la instancia municipal en el proceso con Aqualia; se han pagado siete millones a proveedores, han sido presentados proyectos por 20 millones a los fondos EDIL…

Foto: El portavoz del PP en el Ayuntamiento, Agustín González, en su valoración de los 100 días.

En cambio no hay acuerdo con la Junta por el colector de los Puentes, se mantiene una discusión sobre un tema tan trascendental como el de la vivienda, siendo tan importante, y la penúltima polémica ha surgido con los fondos para el empleo, porque el Ayuntamiento ha tenido que devolver un dinero por una mala praxis, no se puede ni se debe confiar en la palabra dada, si no existen documentos. También el Ayuntamiento acaba de ordenar el pago de 3,5 millones que se le adeudaban desde 2009, hace 16 años, al propietario de los terrenos del hípico, otra herencia del periodo en el que gobernaron PSOE e IU, con Peñalver de alcaldesa. Durante todo este tiempo el PP se ha enfrentado a la difícil tarea de reorganizarse, porque no es lo mismo estar en el gobierno que en la oposición, ha padecido problemas internos, incluidas las liberaciones y lo que transmite es inseguridad porque a la vista de los hechos y a dos años de las elecciones municipales el panorama está muy abierto, se entiende más leyendo unas declaraciones de hace varias semanas para Jaén hoy del presidente de los populares, Erik Domínguez, en las que se le entiende casi todo, un ejemplo de transparencia muy de agradecer. El PP y su hoy portavoz Agustín González, ha salido a la palestra en numerosas ocasiones, aunque a veces daba la impresión de que criticaba al gobierno actitudes que él mismo podía hacer suyas. Ha denunciado parálisis municipal, ha acusado al alcalde de convertir la confrontación política en su única estrategia, ha dudado de los proyectos anunciados por Puente (en esto, sí, como muchos jienenses), incluso tras una reunión con una asociación de vecinos llegó a manifestar “preocupante retraso” en los trabajos del PGOM, que el propio director del equipo redactor negó rotundamente. Igualmente se ha denunciado paralización del área de Participación Ciudadana (en este caso Maribel López), ha dicho Agustín González que el alcalde ha hecho del Ayuntamiento una sucursal de la Diputación, criticando asimismo que el organismo provincial vaya a asumir el servicio de Recaudación; y se ha propuesto la revitalización del comercio tradicional, un clásico que sale de vez en cuando, como ahora que se anuncia un nuevo centro comercial junto al estadio de La Victoria. Eso sí, es el mismo PP que considera que apoyar a la comunidad universitaria del Conservatorio Superior es “hacer política” y lo mismo llevar una moción al pleno en defensa de la Universidad de Jaén. Todo te lo consiento menos que critiques a la Junta. Lo que hay que pedirle al PP es que siga haciendo su labor de oposición, que también es importante, y que utilice su experiencia para ver donde tal vez otros ojos no vean. De igual manera ocurre con los dos concejales de Vox, y me reafirmo en mi impresión positiva porque normalmente llevan a los plenos y a los debates municipales asuntos de la ciudad y eso es muy de agradecer cuando los demás están ocupados en marcarse los unos a los otros a ver quién gana la partida. Fuegos de artificio, casi siempre. No es que en el Ayuntamiento no se deba hacer política, pues claro que sí, al final todo es política o depende de una voluntad política, lo que quiero decir es que cualquier medida o decisión debe estar pensada para favorecer a la ciudad y a sus habitantes, esta ha de ser la prioridad.

Dejo para el final el anuncio sorpresa que el alcalde, Julio Millán, hacía hace solo unas fechas en un Desayuno de Diario Jaén, nada menos que una propuesta para proceder a la venta del actual edificio del Ayuntamiento en la Plaza de Santa María para que se pueda instalar en su lugar un hotel de cinco estrellas, ya que a su juicio el edificio municipal no reúne condiciones para desarrollar su labor. Las reacciones han sido muchas, y en su mayor parte en sentido negativo, tan es así que hay jienenses que han creído que volvíamos al día de los inocentes. No es una inocentada, parece que hay una hoja de ruta para poner a la venta edificios singulares, entiendo que para rebajar la deuda. Ya dije en su día que estoy radicalmente en contra. No se llevará el Ayuntamiento institución al edificio de Correos sino al Palacio del Conde Duque, en la Carrera de Jesús, con lo cual le resolveríamos un problema a Unicaja, que no ha sabido qué hacer con él desde que siendo aún Caja de Jaén se adquirió para su Obra Social. Tampoco le veo como Ayuntamiento, sobre todo atendiendo a la historia, ni tampoco creo que deberíamos estar en disposición de deshacernos de patrimonio que, repetiré una vez más, no es del Ayuntamiento, sino de toda la ciudad. Espero que no sea esa la solución para reducir la deuda porque al final los cantos de sirenas no hayan resultado tan optimistas. Lo que ya me extraña de entrada es que Jaén Merece Más, siempre tan dispuesto a dejar su marca, no se haya pronunciado, supongo que no comparte este posicionamiento, pero al contrario de lo que sucedía con el PP, lo debe frenar la lealtad. Esperemos mayor información, esto lo primero de todo, y que los jienenses estemos alertas para que no se repitan errores del pasado. No es el caso, pero cuesta trabajo hacerse a la idea de que un día, hace medio siglo, se derrumbó el célebre Teatro Cervantes, y los jienenses de entonces fueron testigos mudos y ciegos, nadie impidió aquel atentado contra uno de los grandes referentes del patrimonio de Jaén.    

En fin, como en la Ley Campoamor, en esta ciudad tan sociológicamente dividida, “todo es según del color del cristal con que se mira”. Todo el texto se puede resumir en el titular: poco tiempo en el horizonte, demasiadas polémicas y muchas tensiones. El observador no tiene más que rendirse al escepticismo militante.    

Foto: Imagen de la rueda de prensa de balance de los cien primeros días de miembros del equipo de gobierno de PSOE y JM+ con el alcalde, Julio Millán al frente. Con él María Espejo, África Colomo y Luis García.

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