Me pregunto si la consejera de Cultura de la Junta de Andalucía, Rosa Aguilar, tendrá alergia a Jaén o le hemos hecho algo los jienenses. Esta buena señora sigue sin venir y no lo ha hecho a pesar de que las oportunidades las ha tenido en bandeja. La última vez que se le vio en la capital fue de paso, por casualidad, en el mes de noviembre. Con el pretexto de una conferencia en la Universidad hizo parada breve por el photocall de Diputación para saludar al jefe Reyes y demostrar que se hace presente, cuando en realidad debería estar mucho más por aquí si atendemos a las competencias de su Consejería. No es pues extraño que algunos colectivos que defienden el patrimonio, enterados de su presencia se hicieran entonces los encontradizos para recordarle que en Jaén hay tajo. Pero se ve que no se dio por aludida. Por cierto no es la primera responsable de Cultura en el gobierno andaluz que pasa olímpicamente de Jaén.
La que fue en su día una de las consejeras responsables del tranvía, pues no olvidamos que asistió hace seis años a la “fiesta” del inicio oficial del montaje de las vías y que dijo que el sistema tranviario estaba socialmente justificado y transformaría la ciudad…a lo mejor quiere evitar encontrarse con la gente y tener que dar explicaciones. Tampoco se ha referido a compromiso alguno de la Junta y de la Consejería de Cultura con la Catedral, que es un asunto de prioridad en Jaén; no parece estar en ninguna hoja de ruta, da la impresión de que han pasado página y a otra cosa. Pero a otros territorios los tienen en todo lo alto y no les falta de nada. No es pues extraño que se provoquen recelos y desconfianza.
Eso sí, dijo que que el próximo verano tendremos el Museo Íbero, a falta de los trabajos de musealización para su puesta en servicio, y tal vez se cumpla, aunque la recepción de las obras lleva retraso, y tiene comprometido, cómo no, el apoyo con entusiasmo de la petición a la Unesco para declarar Patrimonio de la Humanidad el paisaje cultural del olivar, que la Diputación impulsa y todos nos alegraríamos de que así fuera. Pero lo dicho, esta responsable política lo lógico, si de verdad estuviera interesada en sacar adelante tantas cuestiones pendientes como tiene su Consejería en Jaén, es que pasara por la ciudad y la provincia como mínimo una vez al trimestre y se viera dinamismo en la gestión, algo que, por el momento, ni se aprecia ni se le espera. Alabo el quehacer de su delegada en Jaén, dispuesta y trabajadora, pero la consejera ya ha demostrado con creces que ni la ciudad ni la provincia están en sus prioridades. Este es uno de las casos más evidentes, pero los gestos del gobierno andaluz a través de algunos de sus consejer@s, hablan por sí solos de la importancia que le dan a Jaén, y eso que aquí manda el íntimo amigo y socio de la jefa doña Susana.
Foto: La consejera de Cultura, Rosa Aguilar.