Por ANTONIO GARRIDO / Ya estamos en el ecuador de la Semana Santa. La primera parte se ha salvado y de la mejor manera, grandes procesiones, buen tiempo y ambiente extraordinario, un alivio para sectores que dependen de que la gente se eche a la calle, y también que se mueva el turismo, la economía. Tras los dos años de paréntesis obligados por la pandemia, Jaén capital ha vuelto a demostrar que la Semana Santa es la joya de la corona en el calendario anual, las procesiones se han lucido con esos deslumbrantes pasos y las calles abarrotadas, porque salen jienenses de debajo de las piedras, ni siquiera se percibe la misma sensación en la feria de San Lucas, la Semana Santa se lleva la palma y en esta oportunidad se ha demostrado de manera palpable que había ganas, no solo de ver los desfiles en su deambular por nuestras calles, también el deseo de los jienenses por evadirse y olvidar este tiempo difícil que nos ha tocado vivir. Tras la suspensión de algunas estaciones de penitencia, hoy se ha podido salvar la tarde, no sin dificultad, y con la segunda parte de esta semana volverá a lucir el buen tiempo y tendremos a imágenes entrañables por sus itinerarios habituales, la más esperada, sin lugar a dudas, el Señor de Jaén, Nuestro Padre Jesús Nazareno, también conocido como Jesús de los Descalzos, en la Madrugada del Viernes Santo jaenero.
Estamos viendo que hay mucha gente, tal vez una mayoría, que se ha despojado de las mascarillas y participa en actos multitudinarios, es de esperar que cuando pasen estas fechas no tengamos que lamentar una nueva ola, ahora que estamos descubriendo, al fin, una cierta sensación de normalidad, aunque debe quedar claro que el fin de la pandemia no ha llegado, tampoco los fallecimientos, por tanto conviene mantener la prudencia, incluso a pesar de que el día 19 las autoridades sanitarias abren la veda para no usar mascarillas en interiores, salvo en casos en que el sentido común las haga recomendables. Si estamos saliendo del túnel, solo se exige un mínimo de responsabilidad, por nosotros mismos y por los demás.
La actualidad depara argumentos políticos para entretenernos. Ya sabemos que tendría que ocurrir algo extraordinario para que el presidente de la Junta, Juanma Moreno, no convoque para un domingo del mes de junio las elecciones autonómicas. Le ha fallado el argumento del bloqueo en el Parlamento, pero hay otro al que se agarra como un clavo ardiendo, la economía, la inflación, la necesidad en momentos duros de contar con un presupuesto para salir de las crisis, porque se superponen, la del covid primero, desastrosa, y la derivada de la invasión de Ucrania, que sigue su curso y con pocas perspectivas de acabar. El único que no quiere adelanto electoral es el líder de Ciudadanos, Juan Marín. Su discurso es que Andalucía puede perder importantes fondos europeos para el turismo y su recuperación, y es verdad, pero creo que también pesan las expectativas electorales, para qué engañarnos.
Lo que pasará tras los comicios andaluces eso no lo sabe nadie, lo único que hay son sondeos y al PP el viento le es favorable, coincidiendo con la llegada de Feijóo a la presidencia, y Juanma Moreno sueña con una mayoría absoluta o al menos que se pueda mantener el acuerdo actual. No le gustaría repetir el experimento de Castilla y León con Vox, ya que son conocidas las divergencias existentes con el partido de Abascal en Andalucía y escenificadas duramente en el Parlamento, pero las votaciones se hacen en libertad y cada cual escoge la papeleta que quiere, esa es la democracia. En algunos escenarios, por ejemplo ahora en la vecina Francia, le pretenden hacer un cordón democrático, así le llaman, a la extrema derecha, porque madame Le Pen le pisa los talones al centrista Macron, y este duopolio se juega la presidencia de la república gala, aunque todo hace indicar que finalmente revalidará el hoy titular del Palacio del Elíseo porque habrá una causa común contra los populismos. Hay en los medios y no solo españoles, un clamoroso debate sobre esta cuestión, pero se entra poco en el origen, la causa por la que los partidos situados en la derecha más extrema amplían sus expectativas electorales. Es el quid de la cuestión, dar respuesta a esta pregunta y pocos se atreven a hacerlo. Saber en definitiva si están equivocadas las sociedades o tal vez se lo deben hacer mirar algunos partidos que han estado cómodamente instalados y tienen que reaccionar.
De los asuntos de casa, en los últimos días se ha dado como hecho el acuerdo entre Ministerio y Consejería de Cultura para dotar por fin, al Museo Íbero, de la tan esperada exposición permanente, que estará compuesta por más de 6.000 piezas. Hasta ahí, todo bien, pero lo inesperado viene ahora, ponen la fecha de 2024 para que veamos este anhelo convertido en realidad. El Museo se inauguró en 2017 y ya vamos por el 2024. Se trata de un despropósito que dice bien a las claras que llevan siete años engañándonos, y la primera que lo hizo fue la señora Susana Díaz, que impuso abrir un centro museístico vacío solamente para su lucimiento personal y para tratar de quedar bien con Jaén, que por cierto tampoco lo consiguió.
En cuanto al tema de la financiación de la Universidad de Jaén, conviene hacer algunas acotaciones. Es verdad que hay un acuerdo de los rectores con el consejero de Universidades para garantizar la suficiencia financiera de este ejercicio de 2022. Es verdad que el modelo que tendría que ser retirado, es ya de aplicación en las grandes universidades que salen muy beneficiadas en el reparto, por ejemplo Granada y Córdoba, porque se pueden leer en la red las declaraciones de su rectora y rector, respectivamente. Es cierto que se ha trasladado la voluntad política de una comisión que negocie “en su momento” un nuevo modelo, partiendo de cero, según el rector de Jaén. Sin embargo la Plataforma Ciudadana en Defensa de la Universidad mantiene su desconfianza porque ahora hay elecciones y lo que pase tras la llegada de un nuevo gobierno no se puede garantizar. De ahí que se pida, y no es tan complicado, que en el BOJA aparezca la anulación del plan financiero que se iba a acometer y que además el presidente de la Junta, no el consejero, sea quien comprometa futuro y confianza en la Universidad de Jaén. Dos condiciones de muy sencillo cumplimiento, dado que los argumentos políticos no tienen peso suficiente para ser asumidos. La Plataforma Ciudadana, a la que decidí unirme, con lo remiso que soy a estas cosas, entre otras razones por el SOS que lanzó el rector, por el momento mantiene claros los argumentos de su existencia, no tenemos culpa de que el rector, Juan Gómez, haya decidido plantarse en su reivindicación y acepte el “largo me lo fiais”.
Ya sabemos que las promesas tantas veces están para no cumplirse, un ejemplo palmario de ello es el propio consejero de Universidades, todo un experto en metáforas, como ya escribí en su momento, pero Jaén demanda hechos, el desarrollo de tan buenas palabras como se han dicho estos días, desde la sensación, que nos ha quedado bien clara, de que la UJA ha perdido peso en el sistema universitario andaluz, y esto no hay quien pueda rebatirlo. Eso sí, en estas últimas semanas, la sociedad civil ha vuelto a demostrar que está despierta y aunque todavía cuesta arrancar a mucha gente, sobre todo a los fieles de los partidos que siguen anclados en la confrontación y no ven más que por los ojos de la ideología, un mal bastante extendido en esta provincia, lamentablemente es así, a mi juicio, la rebeldía cívica está cada día más presente. Desde los partidos que sustentan al gobierno andaluz han criticado la “politización” de la protesta del pasado jueves, día 7. Imagínense a miembros de una Plataforma Ciudadana, en la que cada uno es de su padre y de su madre, una pluralidad contrastada, pese a quien pese, recibiendo todos los días las consignas y el argumentario del señor Francisco Reyes.
El PSOE tiene su estrategia, como el PP tiene la suya, y que no nos vengan con cuentos que cada uno de ellos barre para casa cuando los aparatos de los partidos así lo demandan. Los intereses de Jaén, ¿o tengo que explicarlo mejor para que se callen?, quedan siempre en segundo lugar. De hecho lo ya conseguido, un cierto parón, aunque resulte insuficiente, no hay que ponerlo en el haber de los partidos, sino de la sociedad. Ridículo minimizar el comportamiento social, error, inmenso error, aparte de una falta de consideración y de respeto, que demuestra lo poco acostumbrados que están a bregar con la sociedad civil, aunque me parece que van a aprender bien la lección. Por mi parte les recuerdo una frase del poeta portugués Fernando Pessoa que he hecho mía desde hace tiempo: “No el placer, no la gloria, no el poder: la libertad, solo la libertad”. Y añadiría. La libertad y mi Jaén. Que no me la toquen por los intereses partidistas y por esa mal entendida obediencia ciega que la política, con minúscula, le tiene al poder y a los poderosos que ocupan cargos de responsabilidad pública, me da igual en Madrid que en Sevilla, porque los malos ejemplos están bien extendidos. Así nos va.
Foto: Una imagen de la concentración del pasado día 7, promovida por la Plataforma en Defensa de la Universidad de Jaén.