Uno de los problemas más acuciantes que deberá encarar el nuevo gobierno, (?), es la situación actual del Sistema Público de Pensiones, cuya viabilidad ofrece serias dudas, a tenor de la evolución de las expectativas de vida, cada vez más prolongadas, que determinan que el número de pensionistas se incremente progresivamente generando, con igual ritmo, un déficit significativo que, en los últimos meses, ha exigido la utilización del Fondo de Reserva de la Seguridad Social reduciendo su importe desde los más de 65.000 millones de euros que mantenía sólo hace tres años hasta los 24.200 con que cuenta ahora, con tendencia próxima clara a agotarse.
Las causas son más que conocidas. Al incremento de la esperanza de vida, debemos añadir que la negativa coyuntura económica que atravesamos, ha deparado un incremento excepcional del desempleo con especiales y muy adversas consecuencias para la recaudación y que además, actualmente, los ingresos, a pesar de estar recuperando el empleo, son netamente insuficientes para equilibrar las cuentas, pues la depreciación de los salarios ha determinado que las cotizaciones hayan descendido consecuentemente y, aunque, últimamente, se han introducido importantes correcciones que limitan la revalorización de las prestaciones y fijan la edad de jubilación a los 67 años, que pueden haber impedido que el desajuste se acelere aún más, la situación sigue siendo extremadamente difícil.
La aseguradora Aviva y la consultora Deloitte han elaborado un estudio que, en base a la realidad actual, trata de informar cuánto debería ahorrar cada ciudadano, desde ahora hasta el momento de su jubilación, para mantener, junto con su pensión, su actual nivel de vida. Es preciso añadir que la OCDE establece que sería necesario que los sistemas públicos de pensiones de cada país aseguraran al menos un 70% del último salario para alcanzar ese objetivo, nivel que, por otra parte, es superado por el sistema español que fija, actualmente, la pensión a percibir en el 80% del último salario. Sin embargo la más que previsible evolución demográfica futura determinará que en las próximas décadas esta situación se deteriore progresivamente. Es verdad que este problema no es sólo privativo de nuestro país. Muchos países de la UE pasan por parecida situación pues los factores señalados, sobre todo el demográfico, afecta a todos por igual, aunque en nuestro caso el problema cobre mayor virulencia debido a las tremendas tasas de paro que mantenemos.
Las conclusiones de este estudio determinan que en el caso de nuestro país la cantidad media anual a ahorrar debería alcanzar 7.700 euros, suma que dependería de la edad actual, es decir, a menor edad correspondería una cifra inferior y cuanto más cercana pueda estar la edad del retiro se incrementaría proporcionalmente.
En mi criterio esta alerta, dirigida especialmente a los futuros pensionistas, es acertada ante el riego real de que sus prestaciones mermen de tal forma que resulten insuficientes para mantener sus gastos, si bien, según las últimas estadísticas conocidas, sólo el 50% de los asalariados cuentan con una capacidad de ahorro necesaria para seguir estos consejos, por lo que, en mi opinión, la solución, pasa, además, por la revisión inmediata del Pacto de Toledo, en el que participen el conjunto de las fuerzas políticas con el asesoramiento de los expertos para evitar, primero la quiebra del sistema e implementar, paralelamente, las medidas necesarias que incidan, sobre todo, en una significativa creación de empleo.
(12 de septiembre de 2016)
