No les gusta a los poderes, a ninguno, aunque por razones diferentes, que salga a relucir el tema Colce. Tiene su sentido, cada cual en su cuota parte ha tratado de echar tierra encima de este sueño frustrado para Jaén capital y también para la provincia, aunque haya políticos que justifiquen que se ha pasado página, en el pragmatismo, en que no merece la pena volver la vista atrás sino centrarse con tesón en aprovechar las “oportunidades” que ofrece Jaén y ojalá lleguen resultados. Será todo lo que quieran, pero nada que pueda conseguir la acción de las administraciones podrá compararse con las expectativas de un proyecto como el de la Base Logística del Ejército, que ha conseguido, de la manera que conocemos bien, la ciudad de Córdoba. No pierdan el detalle de que el silencio sepulcral no solo procede del Gobierno de Pedro Sánchez, a quien compete la responsabilidad de la decisión, pero siendo así, tampoco la Junta de Andalucía ni ninguno de sus responsables, entre ellos el consejero Juan Bravo, que estuvo implicado en el proceso inicial, han abierto la boca desde el mismo momento en que se conoció que la elegida era la ciudad de la Mezquita. Ni PSOE, ni PP, ni Ciudadanos, ni Unidas Podemos, nadie ha alzado la voz en defensa de Jaén, atendiendo así a los aparatos de los partidos y a las instancias de los gobiernos, en su caso, con una llamada expeditiva a olvidarse del Colce.
Por descontado que en esta tesitura no se podía esperar ninguna reacción ni de la Diputación Provincial y mucho menos del Ayuntamiento de Jaén, donde es conocido que hace tiempo que el alcalde mira hacia otro lado. Por eso es evidente la soledad en la que transita la plataforma “Jaén Merece Más” (me refiero solo al ámbito institucional, en lo demás está muy acompañada) en su camino para que se haga justicia con esta legítima reivindicación de Jaén, al menos que se le dé a Jaén una explicación rigurosa y creíble, que no ha existido, de los motivos por los que un día se le dieron esperanzas y poco después se encontró con un hecho consumado, compuesta y sin novio. Una de las razones por las que los políticos no quieren ni mentar el Colce, es porque tienen muy asumido que fue la gota que colmó el vaso, el motivo que hizo multiplicarse la indignación de una gran mayoría de los jienenses, la que prendió la llama de la movilización, y la que ha dado alas a la plataforma ciudadana para que actúe en pro de Jaén desde la vía política. Lo lógico sería que el Ayuntamiento de Jaén, en un momento en el que se necesita su concurso, se sintiera parte afectada en representación de todo un pueblo, pero no, porque, además de la nula valentía política de quienes gobiernan, también hay que contar con que ponerse al frente sería reconocer su propio fracaso. Así que, en estas circunstancias, con tanta clamorosa soledad, me temo lo peor, aunque también creo que el tiempo es juez sabio, que no sentencia de inmediato, pero al final acaba haciendo justicia.
Me había prometido ir dejando este argumento, pero la evidencia de los hechos lo impide. Cada vez que aparece una noticia, sobre todo en los medios de comunicación de Córdoba, referida a la ilusión con que se acoge el proyecto y las expectativas que crea, algunos jienenses no podemos dominar cuanto menos el sentimiento de rabia, como por ejemplo el anuncio de una empresa robótica que proyecta nada menos que la creación de 11.000 empleos ligados a la Base Logística del Ejército, y un alto cargo militar asegura que la infraestructura que llegará a Córdoba va a ser una oportunidad excepcional para el lanzamiento del tejido empresarial. Cómo no sentir envidia, todo lo sana que se quiera, pero envidia, desde una provincia que hubiera merecido ser tocada por la mano de un gobierno sensible, todo lo que dice de palabra pero nunca lleva a los hechos.
Por lo que se refiere a la decisión de la Fiscalía de solicitar del Juzgado número 37 de Madrid el sobreseimiento del caso, creo que a estas alturas se comenta por sí sola, conociendo como conocemos que la división de poderes de la que hablaba Montesquieu es una entelequia, por ser suave. ¡Ay el poder, qué temeroso es, qué trata de esconder! Indignante. El poder lo que pretende es que este asunto desaparezca del mapa cuanto antes, para así no tener que dar explicaciones de un episodio impresentable desde muchos puntos de vista. Por eso prima el silencio más absoluto, escandaloso y cómplice cuando reside en Jaén, porque retrata muy bien a determinados personajes que lo único que quieren del Plan Colce es que cuanto antes pase a mejor vida, que el Juzgado le dé carpetazo de una vez por todas, aunque al que tenga un poco de querencia por su tierra, le debiera producir bochorno. Pero, en fin, no se olviden que estamos en Jaén y que los que viven a cuerpo de rey en la comodidad y el confort del poder lo que no quieren son problemas en su camino, menos aún si pueden causar malestar en los jefes, hasta ahí podíamos llegar. Lo dicho, que por algo estamos en Jaén Jaén.
Por cierto, una de las concesiones que hizo a la provincia el Gobierno, cuando vino a Jaén el ínclito Ábalos, fue el Centro de Competencias Digitales de Renfe en Linares, que al parecer va a comenzar a funcionar de forma inminente. Así lo acaba de anunciar el presidente de Renfe, Isaías Táboas, que a tal objeto se desplazó a Linares en un acto al que fue invitado el presidente de la Diputación. Francisco Reyes, que a falta de grandes proyectos tiene que vender humo de lo primero que se presente, de hecho le faltaron adjetivos para calificar el nuevo servicio de tren a Madrid por Córdoba, ese mismo que ha resultado ser un fracaso, ha seguido con su letanía, con una afirmación eufórica de este tenor: “Actos como el de este día sirven para recuperar la credibilidad de la política y la apuesta por lo público”. Opinión que contrasta con la que leo en las redes sociales y que suscribe el presidente de los Amigos del Ferrocarril de Jaén, Miguel Ángel Rodríguez Torres, que algo debe conocer del asunto: “O sea, que es un call center (atención al cliente) y lo venden como si fuera la repanocha tecnológica”. Me gustaría asombrarme por la capacidad de ambición de nuestros políticos, en lugar de lanzar las campanas al vuelo con lo primero que llega, que no dudo que está bien y que todo suma, lo que es bueno para Linares lo es para toda la provincia, pero también a la política le hace mucha falta otra mentalidad menos sumisa, mucho más exigente y de luces largas. Eso es al menos lo que pienso, lo contrario es ir contracorriente de lo que esta tierra nuestra está demandando. Ambición, más ambición.
La llegada del fin de semana proporciona, además, una esperanzadora noticia, aunque más vale tomarla con la debida cautela, sobre todo teniendo en cuenta que hace ya bastantes años que se iniciaron movimientos que con el tiempo han fracasado, y me refiero al olvidado Jabalcuz. En el pleno celebrado hoy por el Ayuntamiento de Jaén, se ha aprobado una moción del grupo de Vox, que ha sido completada con una adición a propuesta del PSOE, por la que se solicita a la Junta de Andalucía que devuelva a la ciudad las Termas de Jabalcuz. No solo eso, también se le demanda al gobierno de Juanma Moreno, que ofrezca una consignación presupuestaria para la recuperación de este Bien de Interés Cultural (BIC). En este momento trato de recordar las vicisitudes que se han venido sucediendo en torno al paraíso jienense, la etapa de Carmen Peñalver al frente del Consistorio, con la firma de un protocolo de rehabilitación por parte del Ayuntamiento y CajaGranada; la adquisición por la Junta a la entidad financiera del conjunto y el inicio del proceso para garantizar su protección y la declaración de BIC, que ocurrió en julio de 2008; la política marca de la casa con Fernández de Moya como alcalde, de devolver Jabalcuz a la Junta, al decidir lavarse las manos, declararse incapaz y transferir la responsabilidad…
Si Jabalcuz hubiera tenido la suerte de encontrarse en otro lugar que respetara más que Jaén y sus regidores el patrimonio, ni estaría hoy tan abandonado ni a ningún alcalde se le hubiera ocurrido tamaño desaire, ni tampoco la propia sociedad lo habría permitido. En 2015 la anterior Junta, en manos del PSOE, inició proyectos para darle valor, pero hizo algún gasto y pronto se hartó. Ahora el Ayuntamiento pide a esta nueva Junta, de PP-Ciudadanos, que corra con los gastos, nos devuelva Jabalcuz y arregle el desaguisado, es decir, el olvido. Durante tantos años he conocido el clamor de los amantes del “sitio histórico” de Jabalcuz, que son muchos, la inquietud de su plataforma de defensa, con Ana María Tello al frente; la Mesa que se creó, las páginas que se han escrito en favor de su recuperación, en especial la labor encomiable de Pedro Palomeque, que conozco bien, en fin, no se trata de acudir ahora a nostálgicas evocaciones, sino de afrontar el futuro con realismo y tratar de avanzar en todo lo que no ha sido posible hasta ahora. Me da cierta confianza saber que hay un concejal, José Manuel Higueras, que es no solo conocedor de esta situación, sino especialmente sensible con el valor del patrimonio. Espero y deseo, como un enamorado más del idílico paraje, lo que pudo ser y no fue, que esta generación de responsables públicos sean capaces de salvar Jabalcuz de la desidia y el abandono, recuperar en lo posible tanto tiempo perdido y tanto desastre consentido. He dicho en alguna ocasión, y repito, que pasará a la historia el político que sea capaz de volver a convertir Jabalcuz en el nuevo emblema de Jaén.