Si hace unos meses las previsiones de morosidad efectuadas por los propios bancos alertaban de un brusco repunte de impagos crediticios, todo parece indicar, de acuerdo con los últimos datos publicados relativos a los cuatro bancos más importantes de nuestro país, que la realidad es menos gravosa para sus balances de lo que en principio habían estimado, especialmente cuando ya han vencido las moratorias concedidas por el gobierno y las entidades financieras. Hasta el momento, según los datos oficiales, actualizados por el Banco de España, cerca de 220.000 personas se han beneficiado de la moratoria hipotecaria impulsada por el Ejecutivo a comienzos de la crisis sanitaria, a las que se suman 795.000 que no cumplían con los requisitos marcados por el Ejecutivo y que tuvieron que recurrir a las moratorias sectoriales impulsadas por las entidades financieras privadas, además de las 363.000 personas que se han acogido a la moratoria legislativa de los contratos de crédito sin garantía hipotecaria.
Sin embargo, aunque en el tráfico habitual de su actividad crediticia se puedan producir los impagos más o menos habituales, cuya incidencia no generaría mayores esfuerzos de provisiones, tendrán que permanecer alertas, especialmente en el segundo trimestre de 2022, cuando se produzcan los vencimientos de los Créditos ICO, otorgados por el Estado por un importe superior a 100.000 millones de euros que han movilizado, según los últimos datos disponibles, 132.578 millones de financiación para contener los efectos nocivos en la liquidez de las empresas y autónomos y facilitar la continuidad de la actividad productiva y el empleo. Y, por otra parte, no podemos obviar que el menor crecimiento económico, cuya previsión final ha sido rebajada por buena parte de instituciones y expertos, puede provocar desajustes no previstos que redundarían indefectiblemente en un mayor incremento de los impagos crediticios tanto de particulares como de las empresas.
En este aspecto, según informa R. Sampedro, en Expansión, el Banco de España ha alertado recientemente de “señales de deterioro” en la calidad de crédito, sobre todo por el aumento de los préstamos en vigilancia especial. Este tipo de préstamos que anticipan mayores probabilidades de impago, con un activo en situación normal, se ha disparado un 53% en los últimos doce meses, y, en el caso de los créditos ICO suponen ya el 16% con datos a junio pasado.
En cualquier caso, con datos a septiembre de este año, las grandes entidades, mantienen una morosidad media del 3.6% y un índice cobertura del 69% de los créditos impagados, lo que supone una reserva de 48.789 millones de euros en fondos para insolvencias. Se trata de un aumento del 7.1% respecto a los nueve meses del año anterior.
En conclusión, esta mejora del escenario relativo a las previsiones realizadas hace unos meses de las carteras crediticias de los bancos, supone un extraordinario respiro para su actividad operativa un tanto maltrecha en los últimos años, por la contracción de los márgenes por intereses y por el descenso de su actividad provocado por la crisis sanitaria.
Foto: Edificio central del Banco de España.