El fundador de uno de los bufetes de abogados más prestigiosos de España se carteaba con Pemán en los sesenta, cuando el poeta era un grande de las letras y el futuro jurista era un hortelano adolescente de un pueblo de Jaén que remitía sus versos al escritor gaditano. El letrado, consciente de que el intercambio epistolar no se daba entre iguales, agradece hoy que aquel Messi se dejara hacer un caño en el partido de solteros contra casados.
La generosidad es uno de los atributos de Pemán, como es la excelencia literaria. Umbral le dijo a don José María que su pericia como articulista descansaba en lo que había aprendido de él, lo que resulta evidente, pues, aunque la prosa de Pemán tenga sencillez de cal y la de Umbral tienda a plateresca, ambas se sustentan en la ironía, si bien la del escritor castellano es polvo en la garganta: más seca. De lo que se deduce que Umbral es Pemán con úlcera.
Que la ironía es una forma de misericordia lo sabe Pemán y lo desconoce Kichi, ese alcalde de Cádiz con mala baba que ha ordenado retirar la placa que conmemora el nacimiento del autor de El Divino Impaciente so pretexto de que es facha. Hombre, Pemán tiene la misma relación con Franco que los pantanos, es cierto, pero basta leer sus crónicas para ver que no comía de su mano. Otra cosa es que fuera un escritor de derechas. Como Cervantes.
Foto: El alcalde de Cádiz, ‘Kichi’, ha ordenado retirar la plaza que conmemora el nacimiento de José María Pemán.
