FORO PROVINCIAL DE INMIGRACIÓN. Lo tendrían que explicar muy bien, cosa que hasta el momento no han hecho, para que pudiéramos entender para qué sirve que todos los años se levante tanta expectación en el momento en que se reúne el Foro Provincial de Inmigración, encargado de dictar las normas que han de regir para la campaña de recogida de la aceituna. Otros años ha debido ir mejor, pero en esta ocasión ni siquiera se ha cumplido la previsión de apertura de los albergues temporeros disponibles en la provincia. Y en algunos casos, ignoro si ha sido en todos, en parte debido a que no había confianza en la disposición de la Junta para atender debidamente a los ayuntamientos dispuestos a abrir estos recursos en los lugares donde existen. Por lo que se refiere al caso de la capital, la ayuda concedida me parece muy exigua para la responsabilidad que ha tenido que asumir la instancia municipal en la puesta en servicio del albergue, llegando al límite de la capacidad que permiten las normas de seguridad y sanitarias por la pandemia. Pero desde luego, como ya he dicho en varias ocasiones en los últimos días, lo que más indigna es que no se hayan tenido por parte del citado Foro Provincial de Inmigración y quien corresponda, las previsiones para haber evitado la lamentable imagen de los temporeros durmiendo a la intemperie y a expensas de las ayudas que han llegado de particulares y de las instituciones humanitarias.
La Junta de Andalucía ha llegado tarde, será que está desbordada por los problemas de la covid-19, pero no ha sido ágil y hemos tenido que ver cómo se inundaban las redes sociales de testimonios de vergüenza e indignidad, algo que no merecen ni los inmigrantes ni tampoco la ciudad de Jaén. Ahora queda lo más difícil, la campaña de aceituna, y ahí es donde sería deseable que se hagan las actuaciones necesarias para que se desarrolle dentro de la normalidad. No es un secreto para nadie que este año hay una gran incertidumbre, por razones obvias, y no sé si la UME hubiera podido ser una ayuda, en cualquier caso es de esperar que no demos más espectáculos, que cada institución asuma sus responsabilidades, simplemente eso, y que tratemos a nuestros huéspedes como se merece cualquier persona humana.
QUEJA ANTE EUROPA. El anterior es uno de los principales asuntos de referencia estos días en Jaén. En el ámbito político el argumento son los presupuestos tanto del Gobierno central como de la Junta de Andalucía. De los primeros, que se han de aprobar próximamente, casi con la certeza de que Pedro Sánchez los sacará adelante con cierta holgura, porque este hombre tiene una suerte a prueba de toda adversidad, ya hemos comentado en varias oportunidades que en ninguna partida figuran los 223 millones para la Inversión Territorial Integrada (ITI) o esos fondos europeos que el gobierno tendría que consignar, en igual proporción que la Junta de Andalucía, para atender inversiones en Jaén. Como no están, ni los políticos de los partidos que apoyan al ejecutivo han dado explicaciones a la sociedad jienense, me parece bien que la plataforma ciudadana “Jaén Merece Más”, alce su voz, como viene haciendo desde hace varios años, y esté dispuesta a hacer llegar su queja formal ante la mismísima Comisión Europea, de manera que nadie se ría de Jaén en nuestra cara.
No están las cosas por aquí para renunciar a 223 millones de euros y como ya vamos muy mal de tiempo o se recuperan o habrá que exigir responsabilidades políticas, dimisiones incluidas, si esta situación no se revierte. En cuanto a la parte de la Junta solo ha anunciado actuaciones por importe de 90 millones de euros, me temo que también debería imprimirle mayor celeridad. De todas maneras el comportamiento respecto a este asunto de la Administración central, el gobierno presidido por Pedro Sánchez, no logro entender qué se oculta tras los clamorosos silencios. Esta ITI está comprometida, sería una tremenda irresponsabilidad aparte de una traición a Jaén castigarnos con esta indiferencia. Quiero pensar que surgirá alguien con un poco de sentido común para rectificar. En cuanto a las cuentas de la Junta que mañana tienen una cita importantísima en el Parlamento, se ha hecho una llamada al consenso, lo ha hecho hoy el consejero de Presidencia, Elías Bendodo. El consejero de Hacienda, Juan Bravo, es quien está lidiando con el grupo de Ciudadanos, que se hace de rogar para devolver al PP su desaire a Santiago Abascal. Supongo que es un amago y que a última hora dirán el “sí, quiero”.
CUIDADO CON EL PLAN COLCE. Y a esta situación le podemos añadir los interrogantes que plantea el Plan Colce, o el proyecto que ha logrado conseguir el más amplio consenso en los últimos años para tratar de vislumbrar un futuro esperanzador para Jaén. La relación de apoyos y adhesiones habla por sí sola del buen trabajo realizado desde la Concejalía de Promoción Económica. El Ayuntamiento ha confeccionado un expediente modélico, se tienen atados todos los cabos posibles, incluso de manera muy discreta se analizan las posibles vías de financiación. Y todo para que a la hora de la verdad se produzca una decisión política, que puede ser limpia, transparente, o mediatizada por poderes fácticos, políticos como es el caso de José Bono, que como leí el lunes en la columna de Manuel Expósito en “VivaJaén” podría estar moviendo hilos para que la base logística sea para uno de sus feudos, la ciudad de Toledo. Por supuesto que la circunscripción toledana tiene todo el derecho del mundo a presentar su candidatura, a lo que me refiero es a que Jaén tiene el deber de no perder ni un minuto en hacer valer su peso político, si es que lo tiene, porque si perdemos esta gran oportunidad histórica por una cacicada tendríamos que lamentarnos durante mucho tiempo. Podemos ganar o perder en una carrera entre iguales, pero si Jaén, como nos han comentado en fuentes muy fiables, es una candidatura ganadora, hay que pelearla. Hay que estar muy alertas con este asunto, porque nos va en ello el futuro.
SÍ A LA ILUMINACIÓN NAVIDEÑA. Por otro lado, me parece muy bien que los ayuntamientos, entre ellos el de Jaén, esté ya preparando su iluminación navideña y en la medida de lo posible una programación adaptada a las circunstancias que estamos viviendo. Creo que no es momento de polemizar y que todos los grupos políticos deberían ir unidos a hacer de las fechas especiales venideras un motivo de alegría dentro de la desazón que nos embarga. Hay varias razones para no poner obstáculos a este deseo de engrandecer la imagen de la ciudad. Una de ellas es para apoyar al comercio y a la hostelería, que lo están pasando tan mal, y que ojalá se levanten ahora aprovechando la celebración navideña, aunque vaya a resultar tan atípica. Otro motivo, es la población infantil, destinataria privilegiada de estas fechas y que, aunque dentro de las restricciones impuestas por las circunstancias, hemos de procurar que sirvan para animar a nuestros pequeños, que lo pasan mal y no son indiferentes a lo que nos está ocurriendo. Y en general tenemos que hacerlo por nosotros mismos, por todos, por la propia ciudad, para no caer en la depresión colectiva y para aferrarnos a la esperanza. Llevamos más de ocho meses de pesadilla, tenemos muchos motivos por los que desfallecer, pero hemos de contrarrestarlos con fortaleza y con ánimo.
CUÁNTAS GANAS! En los últimos días hemos tenido un pequeño alivio por lo que se refiere a casos de covid-19, se está rebajando el número de positivos en la provincia, hoy han sido menos de 200, aunque hay registros que siguen siendo muy preocupantes, como los fallecimientos, de los que hoy hemos sumado ocho y ya son 415 en total desde el inicio de la pandemia, en tanto que tras el fin de semana ha vuelto a desbordarse la presión hospitalaria, con 354 ingresados y 53 en las UCI. Pero es un día en el que los curados, 289, han estado muy por encima de los contagiados, 181. Ojalá que esta situación vaya mejorando, el domingo próximo, a punto de cumplirse el plazo dado por la Junta para las medidas que están en vigor, se darán a conocer las nuevas decisiones. Cuánta ganas tenemos de que esta angustia desaparezca.
FOTO: Me parece bien que la ciudad se ilumine para la Navidad, hay razones para ello, entre otras, no caer en una depresión colectiva.