Cuando Enrique Ponce haga el paseíllo mañana, día 17, en Jaén, estará poniendo fin a una temporada tremendamente atípica como está siendo esta del 2020, a consecuencia del COVID-19. Y lo hará liderando el escalafón taurino. Pero también estará poniendo el broche a su temporada número treinta como matador de toros.
Precisamente sus tres décadas como matador de toros se han reconvertido en uno de los ejes principales de nuestra Feria de San Lucas que en lo taurino sí se va a celebrar. Y por este motivo Enrique Ponce encabeza el cartel taurino de este año, ya que se ha concebido el ciclo como un homenaje a su trayectoria.
Por todos es sabido la vinculación tan fuerte que une a Enrique Ponce con nuestra provincia desde que llegó a Navas de San Juan siendo un niño de la mano de su perpetuo apoderado: Juan Ruiz Palomares. Y si esta vinculación la trasladamos únicamente a la capital de la provincia nos encontraremos con una trayectoria taurina en nuestra ciudad que sólo está al alcance de él.
Empezando por el final la conclusión es contundente: Enrique Ponce ha sido –y sigue siendo- el torero que mayor número de veces ha toreado en la ciudad de Jaén en toda la historia, ya que para ello hay que tener en cuenta la anterior plaza de toros y la actual. Ningún otro torero iguala sus números. Y en ese mismo sentido arroja otro dato sorprendente: es la única figura del toreo que ha llegado a torear aquí haciéndolo en todos los escalafones desde becerrista a matador de toros.
Y es que nos tenemos que remontar hasta el año 1985 para encontrar la primera actuación de Ponce en el Coso de La Alameda, haciéndolo en la parte seria del espectáculo cómico taurino musical “El Toronto y sus monos toreros y sus enanitos forçados”.
Desde entonces hasta hoy Ponce se ha convertido en una pieza prácticamente fija de la Plaza de Jaén, si bien es cierto que en los últimos años su presencia aquí resulta algo más intermitente.
Ha actuado aquí de becerrista, de novillero con picadores en la Feria de 1988 y como matador de toros desde sus inicios en el escalafón. Ha toreado el Domingo de Ramos inaugurando la temporada en la capital y en junio con motivo de las fiestas de la Virgen de la Capilla en alguna ocasión. Llegó a torear dos veces la desaparecida corrida que se organizaba con motivo de Expoliva. En la Feria de San Lucas del 2000 hizo doblete y llegó a indultar al toro “Vendaval” de José Luis Pereda en la primera de sus dos tardes.
A todo eso se añade ser el alma mater del Festival Taurino a beneficio de la Asociación Española de la Lucha contra el Cáncer, organizando y toreando el mismo de forma ininterrumpida durante casi dos décadas. Precisamente el edificio que hoy día es sede de dicha institución se encuentra en la calle Enrique Ponce, la primero que se le dedicó en España, antes incluso que en su propia localidad natal de Chiva, en Valencia.
Ha sido el único torero que estando en activo ha lidiado como ganadero reses de su propia ganadería en el ruedo jiennense. Y más allá de lo taurino no hay que olvidar que Enrique Ponce pregonó nuestra Feria de San Lucas de 1996 ante un abarrotado público en la Plaza de San Francisco a espaldas de la Catedral.
Son muchos, por tanto, los datos que traducen su paso por el Coso de La Alameda en una trayectoria taurina irrepetible. Y muchos también los signos que evidencian su arraigo social con nuestra ciudad. Todo ello al final nos deja una reflexión que no debe pasar en absoluto desapercibida: si los toreros son considerados artistas porque un Real Decreto así lo reconoce año tras año concediendo la Medalla de las Bellas Artes…Enrique Ponce puede considerarse como el artista de mayor reconocimiento mundial que más número de veces ha actuado en la ciudad de Jaén. Y eso sólo está a su alcance.