LA UJA COMO FORO DE DEBATE. La Universidad es y debe seguir siendo, cada vez más, un foro permanente de debate donde se generen propuestas e iniciativas relacionadas con los temas que preocupan a la provincia. Así se ha rubrayado hoy por el propio rector, Juan Gómez, y tenía sentido hacerlo con la celebración de una jornada de trabajo para analizar detenidamente las claves de la Política Agraria Comunitaria (PAC), en este caso la post 20 que viene de camino. La jornada ha unido a la UJA a través de su “Cátedra Caja Rural de Jaén-José Luis García Lomas Hernández de Comercialización y Cooperativismo Oleícola”, con la Diputación Provincial y el Consejo Económico y Social de la Provincia (CES). Ha habido tiempo para definir posicionamientos de la provincia y han estado participando y debatiendo los sectores relacionados con la principal riqueza jienense. La conferencia inicial ha estado a cargo de Manuel Parras, catedrático y presidente del CES, además de experto reconocido en el mundo oleícola, que ha centrado el objetivo: “La PAC tiene una importancia trascendental, ha significado el progreso en el olivar jienense y que se mermen sus recursos y especialmente en la provincia de Jaén, puede acentuar el despoblamiento que queremos mitigar”.
El presidente de la Diputación, Francisco Reyes, no se ha quedado atrás, importa la cantidad a recibir, por supuesto que sí, pero casi más importante es responder a la pregunta de quiénes necesitan las ayudas y que en esta ocasión no se olvide el olivar de montaña al tiempo que se consiga una discriminación positiva para los productores olivareros con dificultades. La provincia se posiciona, como ya hemos dicho en alguna otra ocasión, se prepara por si hay recortes, y no hay otra solución que elegir los destinatarios de las subvenciones de la PAC, propiciar que el dinero llegue a quien verdaderamente lo necesite. Al menos en este asunto no se puede negar que desde Jaén se están tomando la delantera para que la futura PAC post 20 no nos coja de sorpresa y sea otro duro revés para la economía en general y el olivar en particular. Así debe ser, y luchar por lo que conviene y necesita la provincia.
AHORA LA DEPENDENCIA. Otro debate no menos interesante es el que se ha suscitado en torno a la dependencia en el Consejo Provincial de Alcaldes y Alcaldesas creado en su día en el organismo provincial. El presidente, Francisco Reyes, ha advertido de que las empresas contratadas para estos programas llevan tiempo quejándose por los precios que reciben por los servicios que se prestan, que son 13 euros por hora de trabajo de las empleadas, que consideran insuficientes por lo que se estarían pensando si concurrir o no cuando haya licitaciones, todo dependerá del precio. Se entiende que el presidente lo que quiere es apretar a la Junta, pero ya tenemos un problema parecido a lo ocurrido con los comedores escolares. Si hace tiempo, en la etapa socialista, que ya empezaban las quejas de los empresarios, señala el PP, con razón, en su momento se debió poner el tema sobre la mesa y resolverlo. Pienso que lo mismo que he dicho con respetcto a asuntos como la educación, con la dependencia hay que tener una especial sensibilidad y no se puede provocar un conflicto.
La Diputación tiene asumidas las competencias de la dependencia en los municipios menores de 20.000 habitantes, que son 91, por tanto ha estado muy bien que se lleve la preocupación al Consejo, pero se ha perdido un tiempo precioso en negociar y no presentar la situación casi in extremis. Para evitar que el asunto sea llevado como suele ser costumbre al ámbito del enfrentamiento político, no está mal la propuesta que ha hecho el PP en el sentido de que se exija un Pacto de Estado por la Dependencia, en el que cada administración asuma su papel y sea responsable de los cumplimientos e incumplimientos, y el gobierno de Madrid también ha de mojarse, como por supuesto la Junta de Andalucía. Ya sé que el PP barre para casa porque da la cara por la Junta, como antes hacía el PSOE, precisamente por esta razón es por la que hay que llegar a un acuerdo y dejar fuera de la disputa un asunto que afecta a los dependientes, no les metamos a ellos en la pelea.
ESA VARA DE MEDIR! A todo esto, ya se han notificado las multas de tráfico con motivo de las protestas de los olivareros del pasado 30 de enero. Son en total 185, y según explica la subdelegada del Gobierno, Catalina Madueño, no lo son por participar en la protesta sino por infracciones de la Ley de Seguridad Vial y al Reglamento General de Circulación, con motivos como circular a velocidad inadecuada, por hacerlo en itinerarios no permitidos, por hablar por teléfono mientras conducían, por no llevar puestos los cinturones de seguridad, o incluso por no tener pasada la ITV, etc. También dice la subdelegada que se tramitan los expedientes administrativos contra los convocantes de la movilización y lo más probable es que les caiga alguna sanción, quizá por fala leve, al no cumplirse estrictamente los acuerdos sobre los cortes. Habrá gente, como en ocasiones anteriores, que se pronuncie en el sentido de que es lo normal, que quien la haga la pague, pero como ya de hecho estamos viendo en las redes sociales, no van a faltar críticas de quienes creen que hay excesos, que en Cataluña situaciones parecidas y otras de mucha mayor envergadura, se han dado por centenares, y sería bueno saber si se ha actuado con la misma contundencia. En efecto, 185 sanciones parecen muchas y algunos de los motivos son discutibles, como el de circular a velocidad inadecuada y cosas así, que parece que se trata de importunar y como una advertencia para que en el futuro nadie se salga de madre. Ya he dicho por activa y por pasiva que nunca defenderé la violencia, pero lo que ha trascendido de algunas de las sanciones me parecen poco consistentes en una jornada en la que el pueblo de Jaén estaba manifestando su protesta y había que tener cierto grado de tolerancia, no solo exigir que con la que tienen encima sean buenas personas. En cuanto a la sanción a las organizaciones convocantes, esto ya me parece más grave todavía porque el sector si por algo se distingue es por su seriedad a la hora de afrontar las situaciones y no merece un reproche, menos porque haya quienes se salten las reglas y causen desórdenes indeseables. ¡Esas varas de medir!