Es muy oportuna la reacción de varios estamentos, liderados por la Diputación Provincial, que siempre está en el momento justo, en el lugar adecuado, en torno al problema de la despoblación. Hasta hace muy poco, no digo que no se haya tomado en serio, pero no se ha considerado como un problema a incluir entre las prioridades, porque es posible que los datos no sean del todo alarmantes en este momento, pero la tendencia sí tiene que preocupar y es la que dice bien a las claras que hay que prestarle mucha atención, y preferente a este problema. De modo que hay que valorar positivamente que se han reunido en la Universidad, responsables de la institución académica, concretamente su rector, Juan Gómez, junto con el presidente de la Diputación, Francisco Reyes; el director del centro asociado de la Uned, Andrés Medina; la directora del Plan Estratégico, Inmaculada Herrador, y el presidente del CES provincial, Manuel Parras Rosa. No sé si se podría dar cabida a otros colectivos, tal vez sí, en cualquier caso los que hoy se han reunido tienen legitimidad para afrontar seriamente los riesgos de la despoblación, que poco a poco se va cebando con la provincia, especialmente en medios rurales, aunque también en las grandes poblaciones, por tanto es llegado el momento, y ha sido el motivo del encuentro, de describir la realidad que se vive en este instante y de las previsiones que se estiman, y en consecuencia, poder definir las medidas a adoptar.
Siempre se ha dicho que para combatir una situación lo primero que hay que hacer es reconocer la existencia de un problema, y esto ya ha sucedido. Se da el caso de que de aquí para atrás la política, concretamente desde la propia Diputación Provincial, no es que haya minusvalorado la evolución demográfica de la provincia, pero ha habido alguna resistencia, incluso a considerar a Jaén dentro de la España Vaciada, que puede ser en función de las ratios establecidas, pero no cabe duda que conviene tener en cuenta que la pérdida de población es incuestionable y que no podemos quedar de brazos cruzados a la espera que la situación sea irreversible y ya no permita hacerle frente como todavía sí es posible si se ponen los medios necesarios para ello.
Todas las instancias reunidas tienen un papel que jugar en esta guerra abierta contra la despoblación, que así interpretamos este paso institucional que se acaba de dar. La Universidad puede liderar el estudio, porque tiene profesores capacitados, algunos de los cuales ya vienen trabajando en torno a este problema y en consecuencia lo tienen estudiado. Lo mismo puede decirse de la UNED, que se suma a la iniciativa y puede realizar una aportación importante. No digamos de la Oficina del Plan Estratégico, porque si hay un centro en Jaén donde se analicen día a día los datos referidos a la provincia y se esté permanentemente sobre ellos, es la Fundación Estrategias, que tiene actualizado el retrato de todos y cada uno de los municipios al instante, en consecuencia dispone de toda la información precisa básica para fijar, a través de ella, la estrategia que resulte más conveniente. Todo lo cual se complementa con los informes habituales que realiza el Consejo Económico y Social de la Provincia, que siempre está alerta en relación con los retos que se tienen, tiene analizada la pérdida poblacional en el territorio y aunque recientemente no entraba a reconocer que Jaén perteneciera a la España Vaciada, concepto que se ha puesto de moda, en cambio sí sugería, en palabras de su presidente, Manuel Parras, la necesidad de hacer un seguimiento permanente para actuar en caso de necesidad.
Pues bien, todos estos agentes están concienciados en que es positivo aunar esfuerzos y ponerse manos a la obra para que Jaén esté preparada en el caso de que la despoblación siga su ritmo y nos sitúe en un escenario en el que necesariamente haya que detener la sangría que no es alarmante hasta el momento, pero los datos son pesimistas y la obligación de las administraciones y agentes sociales de la provincia es permanecer vigilantes, porque es la única manera de tener diagnosticada la situación y poner los medios para frenarla, si en algún momento fuera necesario.
La despoblación o lo que se ha llamado la España Vaciada, por lo que a Jaén afecta, al margen del aspecto demográfico, nada baladí, lleva aparejadas otras connotaciones, principalmente el abandono inversor por parte de los gobiernos. Hace unos meses se celebró en Madrid una manifestación de “La España Vaciada” para reclamar atención y allí estaba Jaén, pero no solo con su plataforma “Jaén Merece Más”, hubo representaciones de partidos políticos, esos que cuando se plantea la desfavorable situación de esta provincia parecen no darse por aludidos, como si el haber ostentado responsabilidades de gobierno, sobre todo en los casos de PSOE y PP, careciera de importancia. Este asunto de “La España Vaciada” sigue sonando, porque se ha puesto encima de la mesa por parte de presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y se cuenta también con la exigencia al respecto de la Junta de Andalucía, de un Pacto de Estado que luche contra la despoblación, que en algunas zonas, también de nuestra comunidad, presenta signos alarmantes.
Nosotros creíamos formar parte de esa “España Vaciada” al menos como invitados y en alguna medida concernidos. Pero llegó la memoria correspondiente al año 2018 del Consejo Económico y Social de la Provincia (CES provincial) y nos sacaba de dudas al señalar que en Jaén hay un evidente problema de despoblación, contra el que hay que arbitrar medidas, pero que los indicadores que se utilizan al respecto no nos sitúan en ese escenario. Parece que es así en cifras, no nos hemos despoblado hasta ese extremo, pero de la situación real de la provincia, con una enorme cantidad de municipios en regresión demográfica, con una pérdida anual de población que se viene manteniendo en la geografía provincial, con una bajada que también viene afectando en los últimos años al caso de la capital, y, lo peor de todo, la pesimista previsión de estudios acreditados que de aquí a 2040 pronostican una pérdida entre 60.000 y 100.000 habitantes en el territorio provincial, creo que son motivos suficientes para permanecer alerta, seguir junto a quienes ya tienen una hoja de ruta establecida para reivindicar a los poderes públicos, e impedir que con este panorama nos quieran hacer comulgar con ruedas de molino y no nos incluyan en proyectos que deben ser inmediatos, en correspondencia con la gravedad del problema. En efecto, no podemos esperar sentados a que el futuro nos sorprenda, porque es nuestra obligación reclamar actuaciones y medidas de prevención a las administraciones competentes, y desde luego los poderes públicos no pueden dejar esta herencia a políticos que vengan después, primero porque sería una enorme irresponsabilidad, y, fundamentalmente, porque el Jaén de ahora es el obligado a poner medios para que las generaciones que vienen detrás, empezando por nuestros propios hijos y nietos, se encuentren con un Jaén mejor.
Ocurre con mucha frecuencia en la política que los asuntos de mayor dificultad se transfieren, en tantas ocasiones vemos que los políticos no divisan un horizonte superior a las próximas elecciones, cuando lo que hace grande a los responsables públicos es que su obsesión sean las nuevas generaciones. El informe del CES provincial me provocó en su día cierta inquietud, sobre todo porque su presidente, Manuel Parras Rosa, es de las mejores cabezas que tenemos en Jaén, conocedor como pocos de nuestra realidad; también porque es un órgano que en efecto depende de la Diputación, pero en el que están representados los diferentes agentes sociales, en especial empresarios y sindicatos, y me cuesta creer que todos participen del mismo discurso dulcificado de la realidad provincial, en alusión a registros de paro, al panorama general de la economía, etc. Siempre he sido partidario de instrumentos para planificar estrategias y elaborar informes de situación, aunque se creen a la sombra del poder, pero no podemos caer en la tentación de engañarnos a nosotros mismos, hacernos trampas al solitario, tenemos que tratar por igual nuestras fortalezas y debilidades, que de ambas las hay, y a partir de ahí trabajarlas. En resumidas cuentas, me agrada que instituciones de referencia en Jaén se pongan manos a la obra muy conscientes de que hay que atajar un problema antes de que Jaén se desangre del todo.
Foto: Reunión de trabajo celebrada en la Universidad, con asistencia del rector, el presidente de la Diputación, la directora del Plan Estratégico, el director del centro asociado de la Uned en la provincia y el presidente del CES provincial. (UNIVERSIDAD DE JAÉN).