PERDEMOS POBLACIÓN A MARCHAS FORZADAS. En los últimos tiempos, sobre todo desde el nacimiento, va para tres años, de la plataforma ciudadana “Jaén Merece Más”, que a día de hoy ya me parece insustituible, se está produciendo el fenómeno conocido de la unión estratégica de provincias que plantean características similares y Jaén se incorporó hace tIempo al movimiento de “La España Vaciada”. Todos podíamos entender el significado del llamativo título, se refiere principalmente a la España vacía, que se va despoblando, en algunos casos lenta pero inexorablemente, pero que al margen del aspecto demográfico, nada baladí, lleva aparejadas otras connotaciones, principalmente el abandono inversor por parte de los gobiernos, y nuestro Jaén es un buen ejemplo de ello. Hace unos meses se celebró en Madrid una manifestación de “La España Vaciada” para reclamar atención y allí estaba Jaén, pero no solo con su plataforma “Jaén Merece Más”, hubo representaciones de partidos políticos, esos que cuando se plantea la desfavorable situación de esta provincia parecen no darse por aludidos, como si el haber ostentado responsabilidades de gobierno, sobre todo en los casos de PSOE y PP, careciera de importancia. Este asunto de “La España Vaciada” sigue sonando, porque se ha puesto encima de la mesa por parte del candidato a presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y se cuenta también con la exigencia al respecto de la Junta de Andalucía, de un Pacto de Estado que luche contra la despoblación que en algunas zonas presenta signos alarmantes.
Nosotros creíamos formar parte de esa “España Vaciada” al menos como invitados y en alguna medida concernidos. Pero ha llegado la memoria correspondiente al año 2018 del Consejo Económico y Social de la Provincia (CES provincial) y nos ha sacado de dudas al señalar que en Jaén hay un evidente problema de despoblación, contra el que hay que arbitrar medidas, pero que los indicadores que se utilizan al respecto no nos sitúan en ese escenario. Parece que es así en cifras, no nos hemos despoblado hasta ese extremo, pero de la situación real de la provincia, con una enorme cantidad de municipios en regresión demográfica, con una pérdida anual de población que se viene manteniendo en la geografía provincial, con una bajada que también viene afectando en los últimos años al caso de la capital, y, lo peor de todo, la pesimista previsión de estudios acreditados que de aquí a 2040 pronostican una pérdida entre 60.000 y 100.000 habitantes en el territorio provincial, creo que son motivos suficientes para permanecer alerta, seguir junto a quienes ya tienen una hoja de ruta establecida para reivindicar a los poderes públicos, e impedir que con este panorama nos quieran hacer comulgar con ruedas de molino y no nos incluyan en proyectos que deben ser inmediatos, en correspondencia con la gravedad del problema.
Este asunto ha sido tratado de manera muy concienzuda en un encuentro del Foro Jaén de Opinión y Debate, con unas interesantes aportaciones del catedrático de Economía de la Universidad de Jaén, Antonio Martín Mesa; de la directora del II Plan Estratégico de la Provincia, Inmaculada Herrador Lindes, y del catedrático de Sociología de la Universidad de Jaén, Felipe Morente Mejías. Ellos explicaron de manera impecable, acompañados por datos estadísticos, el panorama poblacional en el que se encuentra Jaén, y la conclusión que sacamos es que no hay motivos para el optimismo, más bien para todo lo contrario. Desde este punto de vista me parece insuficiente la valoración del CES y que se quede en la denuncia de la pérdida poblacional justificada en que corre la suerte de otros tantos territorios que atraviesan por los mismos o parecidos problemas. Y no me lo parece porque estamos en Jaén y la prioridad es atender una situación crucial. Estamos en “La España Vaciada” porque no podemos esperar sentados a que el futuro nos sorprenda, porque es nuestra obligación reclamar actuaciones y medidas de prevención a las administraciones competentes, y desde luego los poderes públicos no pueden dejar esta herencia a políticos que vengan después, primero porque sería una enorme irresponsabilidad, y, fundamentalmente, porque el Jaén de ahora es el obligado a poner medios para que las generaciones que vienen detrás, empezando por nuestros propios hijos y nietos, se encuentren con un Jaén mejor.
Ocurre con mucha frecuencia en la política que los asuntos de mayor dificultad se transfieren, en tantas ocasiones vemos que los políticos no divisan un horizonte superior a las próximas elecciones, cuando lo que hace grande a los responsables públicos es que su obsesión sean las nuevas generaciones. Este informe del CES provincial me ha producido cierta inquietud, sobre todo porque su presidente, Manuel Parras Rosa, es de las mejores cabezas que tenemos en Jaén, conocedor como pocos de nuestra realidad; también porque es un órgano que en efecto depende de la Diputación, pero en el que están representados los diferentes agentes sociales, en especial empresarios y sindicatos, y me cuesta creer que todos participen del mismo discurso dulcificado de la realidad provincial, en alusión a registros de paro, al panorama general de la economía, etc. Siempre he sido partidario de instrumentos para planificar estrategias y elaborar informes de situación, aunque se creen a la sombra del poder, pero no podemos caer en la tentación de engañarnos a nosotros mismos, hacernos trampas al solitario, tenemos que tratar por igual nuestras fortalezas y debilidades, que de ambas las hay, y a partir de ahí trabajarlas. Y uno de los defectos que he denunciado en no pocas ocasiones, es que tradicionalmente los instrumentos donde confluyen todos los agentes sociales conforman un totum revolutum en el que se pierde el discurso de cada uno, su propia identidad, en favor de esa especie de “mamoneo”, perdonen la expresión, que tan nocivo ha sido siempre para los intereses de esta provincia.
COMO NO HAY TAJO, ASUSTEMOS A LA IGLESIA.-Discurren bien los plenos del Ayuntamiento, ya ha pasado el tiempo prudente desde la toma de posesión tras las elecciones y los grupos municipales tienen definidas sus posiciones. Incluido el PP, que por la ausencia obligada de Javier Márquez al Senado, -bajo la premisa de “una persona, un cargo”, que el partido se salta cuando lo estima conveniente, incluso en el escenario provincial-, ha tenido que renovarse internamente y ahora cuenta con un flamante portavoz, Manuel Bonilla, y un nuevo concejal, que acaba de tomar posesión, Manuel Palomares, un joven y brillante profesor de Universidad que llega a sumar al principal grupo de la oposición y al que le auguramos recorrido, tiempo al tiempo.
En este pleno, aunque lo aborde un poco a toro pasado, ha salido a la palestra con vocación de protagonismo un tema recurrente que alguna vez se ha suscitado de soslayo, por ejemplo cuando la Junta de Andalucía tuvo que pronunciarse afirmando tajante que la propiedad de la Catedral de Jaén correspondía a la Iglesia católica. Ahora se hace abiertamente en una moción del grupo Adelante Jaén, con dos concejales en el Consistorio y que ha conseguido la suma del grupo mayoritario del PSOE. Es muy de izquierdas, faltaría más, arremeter contra la Iglesia católica, sobre todo cuando en la ciudad está todo resuelto y no hay nada pendiente de lo que ocuparse. El “Podemos” de Jaén, se interesa por los bienes inmatriculados por la Iglesia entre los años 1995 y 2015 y han demandado toda la documentación al respecto. Para sacar adelante esta iniciativa PSOE y Adelante Jaén han contado con la inestimable abstención del grupo municipal de Ciudadanos, para demostrar que las relaciones de gobierno sin impecables y que no hay asunto que se vaya a resistir. Desde la oposición se han encontrado con los argumentos bien fundamentados del concejal de las filas del PP, el abogado Javier Carazo, que ha tildado la propuesta al pleno como una afrenta a la Iglesia de Jaén y a los creyentes, sin que se consideren los beneficios de su acción social.
Sé que a los partidarios de una moción de estas características, ya digo, en una ciudad en la que hay que pensar mucho qué asuntos llevar al Ayuntamiento, les va a parecer normal e incluso van a rechazar el argumento esgrimido por Javier Carazo de que la Iglesia, y en concreto la de Jaén, da más que recibe, y no me voy a extender en la labor que hace Cáritas, que es una institución de la Iglesia, pero si las administraciones tuvieran que pagar las atenciones a las que no llegan y sí lo hace Cáritas, les costaría mucho más dinero que lo que se pretende recaudar haciendo que edificios eclesiales paguen el IBI, por ejemplo. A esos mismos grupos que acaban de apoyar la moción de las inmatriculaciones, que por otro lado me parecería bien si no llevaran implícita una segunda intención, les invitaría a presentar ante esas mismas administraciones a las que apelan, medidas urgentes para luchar contra el paro, que en la ciudad afecta a unas 10.000 personas, y para la que el propio alcalde anunció actuaciones especiales que no han llegado. Se podría hacer una relación exhaustiva de demandas sociales en las que se podrían centrar los debates plenarios y seguramente llegaríamos a la conclusión de que no son las inmatriculaciones de las mayores urgencias en una ciudad en la que hay tantas cosas por hacer.
Soy, además de cristiano muy orgulloso de serlo, un firme partidario de la buena relación entre el Estado y la Iglesia, pero en la que ésta no goce de privilegios más que aquellos a los que tiene derecho en función de las obligaciones y responsabilidades que asume y de acuerdo con los convenios establecidos entre dos estados, que en realidad de eso se trata. Pero de la misma manera estoy totalmente en contra de que con una dosis de demagogia y populismo, para contentar a una parte de la clientela, de vez en cuando aparezca la ocurrencia con la sola intención de molestar e inquietar. El día que este tipo de asuntos sean planteados con cordura, en el contexto de una actuación global y sin ánimo de herir susceptibilidades, lo entenderé normal, porque casi nada es inmutable, pero tiene que haber rigor y buena disposición. Mientras tanto sería mejor que dedicaran su alta responsabilidad a mejorar la ciudad de Jaén, y les aseguro que, si se quiere, hay donde entretenerse.
IMPULSO A LA CATEDRAL.-Finalmente, la visita a Jaén del delegado del Gobierno en Andalucía, Lucrecio Fernández, con visita incluida a la Catedral donde se desarrollan obras de actuación en las cubiertas, representa un impulso para el futuro de la seo jienense. Hasta el mes de junio están previstas las obras en los tejados del monumento con un presupuesto de 549.898 euros, a cargo de la Dirección General de Bellas Artes del Ministerio de Cultura. Las obras han sido la excusa para reunirse en torno a la Catedral las autoridades jienenses con el deán del templo. El arquitecto conservador, Pedro Salmerón, ha solicitado que en la medida de lo posible la próxima actuación abarque todo lo que queda de cubierta por mejorar, alrededor del 50 por 100, con el objetivo de pasar después a otra atención necesaria, la limpieza de la fachada.
En esta ocasión, el alcalde, Julio Millán, ha declarado que “si hay algo que nos une, si hay algo que ejemplifica el amor de esta ciudad es nuestra Catedral”, expresando su voluntad de trabajar no solo para que se pueda terminar la obra de las cubiertas, sino para que sea declarada Patrimonio de la Humanidad, aspiración para la cual el delegado del Gobierno expresó el apoyo del ejecutivo cuando se constituya. En fin, poco a poco se van atendiendo las necesidades de mejora del edificio catedralicio, en especial las cubiertas, y hay que reconocer que aunque no siempre de manera puntual y en ocasiones con menos presupuesto de lo esperado, es el Gobierno de la nación, por medio de su Ministerio de Cultura, el que lleva años apostando por la inversión en el templo y esto ha ocurrido tanto con ejecutivos del PSOE como del Partido Popular.
Foto: La ciudad de Jaén lleva años perdiendo población.